Oseas  7 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 16 versitos |
1 Cuando pretendo sanar a Israel,
se descubre la culpa de Efraín
y las maldades de Samaría;
porque practican la mentira;
mientras el ladrón entra dentro,
se despliega la pandilla afuera.
2 Y no reflexionan
que yo recuerdo toda su maldad.
Ahora les envuelven sus acciones,
están siempre ante mí.
3 Con su maldad recrean al rey,
con sus mentiras a los príncipes.
4 Todos ellos, adúlteros,
son como un horno ardiente,
que el panadero deja de atizar
desde que amasa la pasta hasta que fermenta.
5 En el día de nuestro rey
los príncipes enferman por el vapor del vino,
¡y aquél tiende la mano a agitadores!
6 Cuando acechan, en sus intrigas su corazón es como un horno:
toda la noche duerme su cólera,
por la mañana arde con fuego llameante.
7 Todos abrasan como un horno,
y devoran a sus propios jueces.
Han caído todos sus reyes,
pero ninguno de ellos me invoca.
8
Ruina de Israel por acudir a los extranjeros.
Efraín se mezcla con los pueblos,
Efraín es una torta a la que no se ha dado vuelta.
9 Extranjeros devoran su fuerza,
¡y él ni se entera!
Ya las canas blanquean en él,
¡y él ni se entera!
10 El orgullo de Israel testifica contra él,
pero no se vuelven a Yahvé su Dios,
ni aun así le buscan.
11 Efraín es como una paloma ingenua, sin cordura;
llaman a Egipto, acuden a Asiria.
12 Dondequiera que vayan, yo echaré mi red sobre ellos,
como ave del cielo los haré caer
y los castigaré por su maldad.
13
Ingratitud y castigo de Israel.
¡Ay de ellos, que se han alejado de mí!
¡Que sean desgraciados por haberse rebelado contra mí!
Yo los rescataría,
pero ellos mienten sobre mí.
14 Y no claman a mí de corazón
cuando gimen en sus lechos;
por el trigo y el mosto se hacen incisiones
y se rebelan contra mí.
15 Yo robustecí su brazo,
¡pero ellos maquinaron contra mí!
16 Apuntan al vacío,
son como un arco destensado.
Sus príncipes caerán a espada,
por la virulencia de su lengua:
¡serán motivo de burla en el país de Egipto!

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Introducción a Oseas 

Los Doce Profetas.
El último libro del canon hebreo de los Profetas se denomina simplemente «los Doce». Agrupa, en efecto, doce opúsculos atribuidos a diferentes profetas. La Biblia griega lo titula el «Dodecaprofetón». La Iglesia cristiana lo considera como la colección de los doce baal, título que indica la brevedad de los libros y no un valor inferior a la de los profetas «mayores». La colección se hallaba ya formada en la época del Eclesiástico, Sir_49:10 . La Biblia hebrea, seguida por la Vulgata, coloca estos opúsculos según el orden histórico que la tradición les atribuía. La colocación es algo distinta en la Biblia griega, que además los pone delante de los Profetas Mayores.

La traducción sigue la disposición tradicional de la Vulgata (y del hebreo), pero aquí presentamos los libros según el orden histórico más probable.

Oseas.
Oriundo del reino del Norte, Oseas es contemporáneo de Amós, ya que comenzó a predicar bajo Jeroboán II; su ministerio se prolongó bajo los sucesores de aquel rey; pero no parece que haya visto la ruina de Samaría el 721. Fue un período sombrío para Israel: conquistas asirias de 734-732, revueltas interiores, cuatro reyes asesinados en quince años, corrupción religiosa y moral.

De la vida de Oseas durante este turbulento período sólo conocemos su drama personal, 1-3, que fue decisivo para su acción profética. Se discute el sentido de estos primeros capítulos. He aquí la interpretación más probable: Oseas se había casado con una mujer a la que amaba y que le abandonó, pero siguió amándola y la volvió a tomar después de ponerla a prueba. La dolorosa experiencia del profeta se convierte en símbolo de la conducta de Yahvé con su pueblo, y la conciencia de este simbolismo bien pudo modificar la presentación de los hechos. El cap. 2 hace la aplicación y da al mismo tiempo la clave de todo el libro: Israel, con quien Yahvé se ha desposado, se ha conducido como una mujer infiel, como una prostituta, y ha provocado el furor y los celos de su esposo divino. Éste sigue queriéndola y si la castiga es para traerla a sí y devolverle el gozo de su primer amor.

Con una audacia que sorprende y una pasión que impresiona, el alma tierna y violenta de Oseas expresa por vez primera las relaciones de Yahvé y de Israel con terminología de matrimonio. Todo su mensaje tiene como tema fundamental el amor de Dios despreciado por su pueblo. Salvo un corto idilio en el desierto, Israel no ha respondido a las insinuaciones de Yahvé más que con la traición. Oseas arremete sobre todo contra las clases dirigentes de la sociedad. Los reyes, elegidos contra la voluntad de Yahvé, han degradado con su política mundana al pueblo elegido hasta el rango de los demás pueblos. Los sacerdotes, ignorantes y rapaces, llevan al pueblo a su ruina. Igual que Amós, Oseas condena las injusticias y las violencias, pero insiste más que aquél en la infidelidad religiosa: en Betel, Yahvé es objeto de culto idolátrico, se le asocia a Baal y Astarté en el culto licencioso de los altos (colinas). Oseas protesta contra el título de baal, en el sentido de «Señor», que se daba a Yahvé, Ose_2:18 [ Ose_2:16 ], y reclama para el Dios de Israel la acción bienhechora que se trataba de atribuir a Baal, dios de la fertilidad, Ose_2:7 [ Ose_2:5 ], Ose_2:10 [ Ose_2:8 ]; Yahvé es un Dios celoso, que no quiere compartir con nadie el corazón de sus fieles: «Porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos», Ose_6:6 . El castigo es, pues, inevitable; sin embargo, Dios no castiga más que para salvar. Israel, despojado y humillado, se acordará del tiempo en que era fiel, y Yahvé acogerá a su pueblo arrepentido, que gozará de dicha y de paz.

Tras haber querido cercenar del libro todo anuncio de felicidad y todo lo concerniente a Judá, la crítica vuelve a juicios más moderados. No hacer de Oseas más que un profeta de la desdicha sería falsear todo su mensaje, y es natural que su mirada se haya extendido al vecino reino de Judá. Se debe admitir, sin embargo, que el repertorio de los oráculos de Oseas, recogido en Israel, fue coleccionado en Judá, donde se hicieron dos o tres revisiones. Las huellas de este trabajo de edición se hallan en el título, Ose_1:1 , y en algunos pasajes, por ejemplo, Ose_1:7 ; Ose_5:5 ; Ose_6:11 ; Ose_12:3 [ Ose_12:2 ]. El versículo final, Ose_14:10 [ Ose_14:9 ], es la reflexión de un sabio de la época exílica o postexílica sobre la enseñanza principal del libro y sobre su profundidad. Crece para nosotros la dificultad de su interpretación a causa del estado deplorable del texto hebreo, que es uno de los más corrompidos del Antiguo Testamento.

El libro de Oseas tuvo profundas resonancias en el Antiguo Testamento, y encontramos su eco en los profetas siguientes, cuando exhortan a una religión del corazón, inspirada por el amor de Dios. Jeremías recibió de él una profunda influencia. No tiene por qué extrañarnos que el Nuevo Testamento cite a Oseas o se inspire en él con cierta frecuencia. La imagen matrimonial de las relaciones entre Yahvé y su pueblo la han repetido Jeremías, Ezequiel y la segunda parte de Isaías. El Nuevo Testamento y la comunidad nacida de él la han aplicado a las relaciones entre Jesús y su Iglesia. Los místicos cristianos la han extendido a todas las almas fieles.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Oseas  7,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_90:8; Mal_3:16


Oseas  7,3
NOTAS

7:3 Desde los orígenes del reino del Norte hasta el 737 (asesinato de Pecajías) fueron asesinados siete reyes. Aquí el profeta evoca una conspiración: los conjurados disimulan sus planes; después, tras una noche de orgía, matan al rey y a los jefes saturados de vino. Así murió Elá, 1Re_16:9-10.

Oseas  7,5
NOTAS

7:5 Probablemente un día de fiesta en honor del rey.

Oseas  7,6
NOTAS

7:6 «su cólera» 'appehem conj.; «su panadero» 'opehem hebr.

Oseas  7,8
NOTAS

7:8 Quemada por un lado, apenas cocida por el otro, la torta no sirve para nada.

Oseas  7,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ose_5:12; Apo_3:17

Oseas  7,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_4:6-11+

Oseas  7,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ose_5:13+

NOTAS

7:11 Que se deja extraviar (la misma palabra que en Ose_2:16 [Ose_2:14]), es decir, aquí, que cede a las seducciones de las alianzas extranjeras, creyendo así escapar al castigo que el profeta representa como la red del cazador manejada por Dios.

Oseas  7,12
NOTAS

7:12 (a) O: «cuantas veces vayan», o también: «así como van».

7:12 (b) «por su maldad» lera`tam según griego; «según su asamblea» la`adatam hebr. Antes de esta palabra suprimimos «como se ha oído» kesema`. Tal vez se podría entender: «cuando yo oigo su asamblea», y en este caso la comparación con los pájaros continuaría hasta el fin del v. Se trataría entonces probablemente de una glosa, ya que la palabra `edah es tardía.

Oseas  7,13
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ose_7:1

Oseas  7,14
NOTAS

7:14 (a) O su lecho propiamente dicho, o bien las alfombras o capas sobre las que se postraban para orar, ver Sal_4:5 [Sal_4:4]; Sal_149:5.

7:14 (b) «se hacen incisiones» yitgodadû algunos mss; «residen como huéspedes» yitgararû hebr. -Sobre estas incisiones rituales, ver 1Re_18:28; Jer_16:6; Jer_41:5. -«se rebelan» yasôrû conj.; «se apartan» yasûrû hebr.

Oseas  7,15
NOTAS

7:15 El hebr. añade: «dirigido», omitido por el griego.

Oseas  7,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_78:57

NOTAS

7:16 «al vacío» griego; «no hacia arriba» hebr.