Levítico 12 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 8 versitos |
1 Purificación de la parturienta. Yahvé le dijo a Moisés:
2 «Di esto a los israelitas: Cuando una mujer quede embarazada y tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días; será impura como durante sus reglas.
3 El octavo día será circuncidado el niño;
4 pero ella permanecerá treinta y tres días más purificándose de su sangre. No tocará ninguna cosa santa ni irá al santuario hasta cumplirse los días de su purificación.
5 «Si da a luz una niña, será impura durante dos semanas, como en el tiempo de sus reglas, y se quedará en casa sesenta y seis días más purificándose de su sangre.
6 «Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño sea por niña, presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro, un cordero de un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado.
7 El sacerdote lo ofrecerá ante Yahvé, haciendo por ella el rito de expiación, y quedará purificada del flujo de su sangre. Ésta es la ley referente a la mujer que da a luz a un niño o una niña.
8 «Si no le alcanza para presentar una res menor, tome dos tórtolas o dos pichones, uno para el holocausto y otro para el sacrificio por el pecado; y el sacerdote hará por ella el rito de expiación y quedará pura.»
12 El parto, al igual que las reglas o el derrame seminal masculino, 15, es considerado como una pérdida de vitalidad para el individuo, que por medio de ciertos ritos debe restablecer su integridad y, con ello, su unión con Dios, fuente de la vida.