Amós.
Amós era pastor en Técoa, en el límite del desierto de Judá, Amó_1:1 . Extraño a las hermandades de profetas, fue tomado por Yahvé de detrás de su rebaño y enviado a profetizar a Israel, Amó_7:14 . Tras un corto ministerio que tuvo como marco principal el santuario cismático de Betel, Amó_7:10 s, y que probablemente también se ejerció en Samaría, ver Amó_3:9 ; Amó_4:1 ; Amó_6:1 , fue expulsado de Israel y volvió a sus antiguas ocupaciones.
Predica en el reinado de Jeroboán II, 783-743, época gloriosa humanamente hablando, en la que el reino del Norte se extiende y enriquece, pero en la que el lujo de los grandes es un insulto para la miseria de los oprimidos, mientras que el esplendor del culto encubre la ausencia de una religión verdadera. Con la rudeza sencilla y noble, y con la riqueza de las imágenes de un hombre del campo, Amós condena en nombre de Dios la vida corrompida de las ciudades, las injusticias sociales, la falsa seguridad que se pone en ritos en que el alma no se compromete, Amó_5:21-22 . Yahvé, soberano Señor del mundo, que castiga a todas las naciones, 1-2, castigará duramente a Israel, obligado por su elección a una mayor justicia moral, Amó_3:2 . El «Día de Yahvé» (expresión que aparece aquí por vez primera) será tinieblas y no luz, Amó_5:18 s, la venganza será terrible, Amó_6:8 s, ejecutada por un pueblo llamado por Yahvé, Amó_6:14 : Asiria, que, sin ser nombrada, ocupa, sin embargo, el horizonte del profeta. Con todo, Amós abre una pequeña esperanza, la perspectiva de una salvación para la casa de Jacob, Amó_9:8 , para el «resto» de José, Amó_5:15 (primer empleo profético de este término). Esta profunda doctrina acerca de Yahvé, dueño universal y omnipotente, defensor de la justicia, se expresa con una seguridad absoluta, siempre como si el profeta no dijera nada nuevo: su novedad reside en la fuerza con que recuerda las exigencias del Yahvismo puro.
El libro nos ha llegado con cierto desorden; en particular el relato en prosa, Amó_7:10-17 , que separa dos visiones, estaría mejor colocado al final de los oráculos. Se puede dudar sobre la atribución al mismo Amós de algunos cortos pasajes. Las doxologías, Amó_4:13 ; Amó_5:8-9 ; Amó_9:5-6 , quizá hayan sido añadidas para la lectura litúrgica. Los breves oráculos contra Tiro y Edom, Amó_1:9-12 , y Judá, Amó_2:4-5 , parecen datar del Destierro. Se discute más acerca de Amó_9:8-10 , y sobre todo de Amó_9:11-15 . No hay razón seria para sospechar del primero de estos pasajes, pero es probable que el segundo haya sido añadido; y esto no por razón de las promesas de salvación que contiene y que, desde un principio, fueron el tema de la predicación de los profetas, lo mismo aquí, Amó_5:15 , que en su contemporáneo Oseas; pero lo que se dice de la cabaña vacilante de David, de la venganza contra Edom, de la vuelta y restablecimiento de Israel, supone la época del Destierro y puede atribuirse, con algunos otros retoques, a una edición deuteronomista del libro.
Amos 1,1
REFERENCIAS CRUZADAS
[1] Amó_8:8; Amó_9:5; Zac_14:5
NOTAS
1:1 (a) Se trata con más precisión de un ganadero, ver Amó_7:14; 2Re_3:4, y no de un simple guardián de rebaños. -Técoa es una aldea de Judá, a 9 km al sudeste de Belén.
1:1 (b) Jeroboán II, rey de Israel del 783 al 743.
1:1 (c) Este terremoto está quizás atestiguado por las excavaciones arqueológicas de Jasor en la Alta Galilea; habría tenido lugar a mediados del siglo VIII a.C. Según Zac_14:5 (LXX), a consecuencia de este seísmo quedaron obstruidos algunos valles. No se trata de una simple indicación cronológica: los editores del libro, responsables de esta noticia, vieron en él sin duda una manifestación divina que venía a confirmar el mensaje de Amós, ver Amó_9:5; Sal_75:4 [Sal_75:3]; Miq_1:4, etc.