Habacuc  1 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 17 versitos |
1
Título.
Oráculo que tuvo en visión el profeta Habacuc.
2
I. Diálogo entre el profeta y su Dios
Primera queja del profeta: la bancarrota de la justicia.
¿Hasta cuándo, Yahvé, pediré auxilio,
sin que tú escuches,
clamaré a ti: «¡Violencia!»
sin que tú salves?
3 ¿Por qué me haces ver la iniquidad,
mientras tú miras la opresión?
¡Ante mí hay rapiña y violencia,
se suscitan querellas y discordias!
4 Pues la ley se desvirtúa,
no se hace justicia.
¡El impío asedia al justo,
por eso se pervierte la justicia!
5
Primer oráculo.
Los caldeos, azote de Dios.
Mirad a las naciones, contemplad,
quedad estupefactos, atónitos:
voy a hacer una obra en vuestros días
que no creeríais si os la contasen.
6 Pienso movilizar a los caldeos,
un pueblo cruel y fogoso,
que recorre las anchuras de la tierra,
para adueñarse de países ajenos.
7 Es terrible y espantoso,
impone su ley y su poder;
8 son más raudos que panteras sus caballos,
más ágiles que lobos esteparios.
Sus jinetes galopan,
vienen de lejos sus jinetes,
vuelan como águila que se lanza a devorar.
9 Llegan todos para hacer violencia,
son sus rostros ardientes, como un viento del este,
amontonan cautivos como arena.
10 Se burla de los reyes,
los soberanos le sirven de irrisión;
se ríe de toda fortaleza,
levanta un terraplén y la toma.
11 Después cambia el viento y desaparece,
culpable por hacer de su fuerza su dios.
12
Segunda queja del profeta: Las vejaciones del opresor.
¿No eres tú desde antiguo, Yahvé,
mi Dios, mi santo? ¡Tú no mueres!
¡Para juzgar lo pusiste, Yahvé,
oh Roca, fiscal lo nombraste!
13 Tus ojos puros no pueden ver el mal,
eres incapaz de contemplar la opresión.
¿Por qué ves a los traidores
y callas cuando traga el impío
al que es más justo que él?
14 Tratas a los hombres como a peces del mar,
como a reptiles que no tienen amo.
15 A todos los pesca con anzuelo,
los apresa en su red,
los recoge en su copo.
Por eso se alegra y regocija,
16 por eso sacrifica a su red
y ofrece incienso a su copo,
pues por ellos abunda su presa,
su comida es suculenta.
17 Por eso vacía su red sin cesar,
matando naciones sin piedad.

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Introducción a Habacuc 

Habacuc.
El corto libro de Habacuc está compuesto con mucho cuidado. Se inicia con un diálogo entre el profeta y su Dios: a dos quejas del profeta responden dos oráculos divinos, 1:2-2:4. El segundo oráculo fulmina cinco imprecaciones contra el opresor inicuo, Hab_2:5-20 . Luego, el poeta canta en un salmo el triunfo final de Dios, 3. Se ha impugnado la autenticidad de este último capítulo, pero sin él la composición quedaría incompleta. Las indicaciones musicales que le enmarcan y puntúan quieren decir únicamente que el salmo sirvió para la liturgia. Es dudoso que haya de extenderse este uso cultual a todo el libro; su estilo se explica suficientemente como imitación de piezas litúrgicas. Lo que no basta para hacer de Habacuc un profeta cultual, un miembro del personal de Templo. El comentario de Habacuc que procede de Qumrán sólo se extiende al cap. 2, pero esto nada quiere decir contra la autenticidad del cap. 3.

Se discuten las circunstancias de la profecía y la identificación del opresor. Se ha pensado en los asirios o en los caldeos, y hasta en el rey de Judá, Joaquín. Esta última hipótesis no se puede sostener; las otras dos se apoyan en buenos argumentos. Si se acepta que los opresores representan a los asirios, contra ellos sin duda suscita Yahvé a los caldeos, Hab_1:5-11 , y la profecía se situaría antes de la caída de Nínive el 612. Se puede también admitir que los opresores son del principio al fin los caldeos, mencionados en Hab_1:6 . Ellos han sido los instrumentos de Dios para castigar a su pueblo, pero a su vez serán castigados por su inicua violencia, porque Yahvé ha salido a hacer la guerra para salvar a su pueblo, y el profeta espera esta intervención divina con una angustia que finalmente se trueca en alegría. Si esta interpretación es válida, habría que fechar el libro entre la batalla de Carquemis (605 a. C.), que dio a Nabucodonosor el Próximo Oriente, y el primer asedio de Jerusalén el 597. Así, Habacuc sería muy poco posterior a Nahúm y, como él, contemporáneo de Jeremías.

Dentro de la doctrina de los profetas, Habacuc aporta una nota nueva: se atreve a pedir a Dios cuenta de su gobierno del mundo. Ciertamente Judá ha pecado, pero ¿por qué Dios, que es santo, Hab_1:12 , que tiene ojos demasiado puros para ver el mal, Hab_1:13 , escoge a los caldeos bárbaros para ejercer su venganza?, ¿por qué ha de castigar al malvado otro peor que él?, ¿por qué parece que Dios ayuda al triunfo de la fuerza injusta? Es el problema del Mal, planteado en el plano de las naciones, y el escándalo de Habacuc es también el de muchas almas modernas. A él y a ellas se dirige la respuesta divina: por caminos paradójicos, el Dios omnipotente prepara la victoria final del derecho, y «el justo por su fidelidad vivirá», Hab_2:4 , perla de este librito que San Pablo engarzará en su doctrina de la fe, Rom_1:17 ; Gál_3:11 ; Heb_10:38 .

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Habacuc  1,1
NOTAS

1:1 Lit. «carga», «peso», ver Isa_13:1, etc., y Jer_23:33-40.


Habacuc  1,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job_19:7

[2] Jer_14:9; Sal_18:42 [Sal_18:41]

NOTAS

1:2 En nombre de su pueblo, ver Jer_10:23-25; Jer_14:2-9, Jer_14:19-22; Isa_59:9-14, el profeta se queja a Yahvé de las desgracias públicas. Este texto, afín a los lamentos del Salterio y de Jeremías, podría referirse, considerado aisladamente, a los desórdenes interiores de una sociedad, pero, en el contexto de Hab_1:12-17, apunta sin género de duda a la opresión caldea. ¿Por qué la justicia y la bondad de Yahvé (y su santidad, Hab_1:13) toleran el triunfo del impío? Pues quien domina es un pagano, y Judá, aun pecador, es un «justo», conocedor del verdadero Dios. A Yahvé corresponde dar la respuesta, ver Hab_2:1.

Habacuc  1,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_3:9-10; Jer_6:7; Jer_9:2 s [Jer_9:3]; Sal_55:10-12 [Sal_55:9-11]

Habacuc  1,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Miq_7:2-3; Isa_59:14

Habacuc  1,5
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hch_13:41

[2] Isa_29:9

NOTAS

1:5 (a) Primera respuesta. Es el mismo Yahvé quien suscita el azote de los caldeos. Estos paganos son el instrumento de su justicia por algún tiempo. Ver Amó_3:11; Isa_10:5-27; Jer_5:14-19; Jer_25:1-13; Jer_27:6-22; Jer_51:20-23; Deu_28:47 s; 2Re_24:2-4. Caso, p.e., de Nabucodonosor, «mi siervo», Jer_25:9; Jer_27:6; Jer_43:10.

1:5 (b) Con griego; el hebr. puede también entenderse: «(una obra) se realiza».

Habacuc  1,6
NOTAS

1:6 Las imágenes que van a componer una descripción épica de la invasión se encuentran repetidamente en los Profetas, ver Isa_5:26-29; Isa_13:17-18; Jer_4:5-7, Jer_4:13, Jer_4:16-17; Jer_5:15-17; Jer_6:22-24; Nah_3:2-3; Eze_23:22-26; Eze_28:7-10.

Habacuc  1,7
NOTAS

1:7 Este pueblo no reconoce ni Dios ni señor, y sólo a sí mismo se atribuye los éxitos. Ver Hab_1:11 b.

Habacuc  1,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sof_3:3

Habacuc  1,9
NOTAS

1:9 Texto dudoso. -«un viento del este» con 1Qp Hab (esta sigla designa el comentario de Habacuc descubierto en Qumrán en 1947) y Vulg.; «hacia el este» TM. -El «viento del este», viento agostador del desierto, es a veces el símbolo de las invasiones llegadas del este, ver Ose_12:2 [Ose_12:1]; Ose_13:15; Jer_18:17; Eze_17:10 s.

Habacuc  1,10
NOTAS

1:10 Terraplenes o diques de tierra usados en los asedios.

Habacuc  1,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hab_1:7; Isa_10:13

NOTAS

1:11 La invasión, como el huracán, pasa y se va, no dejando más que ruinas a su paso. -Otros entienden: «Entonces el espíritu pasa y se va» (una fase de la inspiración profética ha concluido); o bien: «Entonces (el invasor) cambia de espíritu y traspasa (¿su misión?)».

Habacuc  1,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_33:27; Sal_90:1-2; Lev_17:1+

NOTAS

1:12 (a) Este nuevo lamento reanuda el primero, Hab_1:2-4 : puesto que el triunfo de los caldeos tiene por causa última la voluntad de Yahvé, Hab_1:5-6, habrá que interrogar al mismo Yahvé. ¿Cómo, siendo justo y santo, guardián del derecho, Hab_1:12-13, puede tratar así a las naciones y al pueblo elegido, Hab_1:14? ¿Dejará que el impío devore al justo, Hab_1:13, ver Hab_1:4 y Hab_1:15-17?

1:12 (b) Alusión al Éxodo, que recordará el capítulo 3. Ahí está para Habacuc el motivo de la esperanza.

1:12 (c) «Tú no mueres» lo' tamût conj.; no morimos» lo' namût hebr., pero hay aquí una corrección de escriba escrupuloso, y la traducción restituye lo que debía de ser el texto primitivo.

1:12 (d) Lit. «y una roca» (acaso «como roca»). Ver Deu_32:4.

1:12 (e) Al pueblo caldeo, suscitado para una misión de justicia que no debe sobrepasar, ver Hab_1:5+. Para otros, se trata de Israel, que debía ser el árbitro de los pueblos, o del rey de Judá, Joaquín, infiel a su misión: Hab_1:2-4, Hab_1:12 y Hab_2:6-19 estarían dirigidos contra él.

Habacuc  1,13
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hab_1:3; Sal_5:5-6 [Sal_5:4-5]

[2] Sal_35:22 s

Habacuc  1,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_16:16; Eze_12:13; Eze_17:20; Eze_29:4 s; Eze_32:3

Habacuc  1,15
NOTAS

1:15 El invasor caldeo.

Habacuc  1,17
NOTAS

1:17 «Por eso» 1 Qp Hab; hebr. en interrogativo, -«sin cesar» 1 Qp Hab; «y sin cesar matando» TM.