1 V. Etapas en el desierto Taberá. El pueblo profería quejas que sonaban mal a los oídos de Yahvé, y Yahvé lo oyó. Se encendió su ira y ardió contra ellos un fuego de Yahvé y devoró una punta del campamento. |
2 El pueblo clamó a Moisés, que intercedió ante Yahvé, y el fuego se apagó. |
3 Por eso se llamó aquel lugar Taberá, porque había ardido contra ellos el fuego de Yahvé. |
4 Quibrot Hatavá. Lamentos del pueblo. La chusma que se había mezclado al pueblo se dejó llevar de su apetito. También los israelitas volvieron a sus llantos diciendo: «¿Quién nos dará carne para comer? |
5 ¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, y de los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos! |
6 En cambio ahora nos encontramos débiles. No hay de nada. No vemos más que el maná.» |
7 El maná era como la semilla del cilantro; su aspecto era como el del bedelio. |
8 El pueblo se dispersaba para recogerlo; lo molían en la muela o lo majaban en el mortero; luego lo cocían en la olla y hacían con él tortas. Su sabor era parecido al de una torta de aceite. |
9 Cuando, por la noche, caía el rocío sobre el campamento, caía también sobre él el maná. |
10 Intercesión de Moisés. Moisés oyó llorar al pueblo, a todas sus familias, cada uno a la puerta de su tienda. Se irritó mucho la ira de Yahvé. A Moisés le pareció mal, |
11 y le dijo a Yahvé: «¿Por qué tratas mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado gracia a tus ojos, para que hayas echado sobre mí la carga de todo este pueblo? |
12 ¿Acaso he sido yo el que ha concebido a todo este pueblo y lo ha dado a luz, para que me digas: “Llévalo en tu regazo, como lleva la nodriza al niño de pecho, hasta la tierra que prometí con juramento a sus padres?” |
13 ¿De dónde voy a sacar carne para dársela a todo este pueblo, que me llora diciendo: Danos carne para comer? |
14 No puedo cargar yo solo con todo este pueblo: es demasiado pesado para mí. |
15 Si vas a tratarme así, mátame, por favor, si he hallado gracia a tus ojos, para que no vea más mi desventura.» |
16 Respuesta de Yavhé. Yahvé respondió a Moisés: «Reúneme setenta ancianos de Israel, de los que te consta que son ancianos y escribas del pueblo. Llévalos a la Tienda del Encuentro y que estén allí contigo. |
17 Yo bajaré a hablar contigo; tomaré parte del espíritu que hay en ti y lo pondré en ellos, para que lleven contigo la carga del pueblo y no la tengas que llevar tú solo. |
18 Y al pueblo le dirás: Santificaos para mañana, que vais a comer carne, ya que os habéis lamentado a oídos de Yahvé, diciendo: “¿Quién nos dará carne para comer? Mejor nos iba en Egipto”. Pues Yahvé os va a dar carne, y comeréis. |
19 No un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte la comeréis, |
20 sino un mes entero, hasta que os salga por las narices y os dé náuseas, pues habéis rechazado a Yahvé, que está en medio de vosotros, y os habéis lamentado en su presencia, diciendo: ¿Por qué salimos de Egipto?» |
21 Moisés respondió: «El pueblo que va conmigo cuenta 600.000 de a pie, ¿y tú dices que les darás carne para comer un mes entero? |
22 Aunque se mataran para ellos rebaños de ovejas y bueyes, ¿bastaría acaso? Aunque se juntaran todos los peces del mar, ¿habría suficiente?» |
23 Pero Yahvé respondió a Moisés: «¿Es acaso corta la mano de Yahvé? Ahora vas a ver si vale mi palabra o no.» |
24 Efusión del espíritu. Salió Moisés y transmitió al pueblo las palabras de Yahvé. Luego reunió a setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la Tienda. |
25 Bajó Yahvé en la Nube y le habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo dio a los setenta ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más. |
26 Habían quedado en el campamento dos hombres, uno llamado Eldad y el otro Medad. Reposó también sobre ellos el espíritu, ya que, si bien no habían salido a la Tienda, eran de los designados. Y profetizaban en el campamento. |
27 Un muchacho corrió a anunciar a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.» |
28 Josué, hijo de Nun, que estaba al servicio de Moisés desde su mocedad, tomó la palabra y dijo: «Mi señor Moisés, prohíbeselo.» |
29 Le respondió Moisés: «¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo de Yahvé profetizara porque Yahvé les daba su espíritu!» |
30 Luego Moisés volvió al campamento con los ancianos de Israel. |
31 Las codornices. Se alzó un viento, enviado por Yahvé, que hizo pasar codornices de la parte del mar, y las abatió sobre el campamento, en una extensión de una jornada de camino a uno y otro lado alrededor del campamento, y a una altura de dos codos por encima del suelo. |
32 El pueblo se dedicó todo aquel día y toda la noche y todo el día siguiente a capturar las codornices. El que menos, reunió diez modios. Y las tendieron alrededor del campamento. |
33 Todavía tenían la carne entre los dientes, todavía la estaban masticando, cuando se encendió la ira de Yahvé contra el pueblo, y lo hirió Yahvé con una plaga muy grande. |
34 Se llamó a aquel lugar Quibrot Hatavá, porque allí sepultaron a la muchedumbre de glotones. |
35 De Quibrot Hatavá partió el pueblo hacia Jaserot, donde acamparon. |