Baruc 2 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 35 versitos |
1 Por eso el Señor, nuestro Dios, cumplió las amenazas que había pronunciado contra nosotros, contra nuestros jueces que gobernaron a Israel, contra nuestros reyes y gobernantes y contra los habitantes de Israel y de Judá.
2 Jamás sucedió bajo el cielo nada semejante a lo que él hizo en Jerusalén, como está escrito en la Ley de Moisés:
3 que llegaríamos a comernos cada uno la carne de sus propios hijos e hijas.
4 El Señor los sometió a todos los reinos de nuestro alrededor, haciéndolos motivo de burla y deshonra entre todos los pueblos circundantes donde el Señor los dispersó.
5 Y pasaron de dominadores a dominados, por haber pecado contra el Señor, nuestro Dios, desoyendo su voz.
6 El Señor, nuestro Dios, es justo; en cambio, nosotros y nuestros padres nos sentimos hoy abochornados.
7 Nos han sobrevenido todas las desgracias con las que el Señor nos había amenazado.
8 Sin embargo, nosotros no hemos pedido al Señor que nos cambiase los perversos planes de nuestra mente.
9 Por eso el Señor ha estado pendiente de esas desgracias y nos las ha enviado. Porque el Señor tenía razón en todo lo que nos ordenó;
10 pero nosotros no hemos escuchado su voz ni hemos cumplido los mandamientos que nos dio.
11
Súplica.
Y ahora, Señor, Dios de Israel, que sacaste a tu pueblo de Egipto con mano fuerte, entre signos y prodigios, con gran poder y brazo alzado, ganándote una fama que dura hasta hoy,
12 nosotros hemos pecado y hemos cometido crímenes e injusticias, Señor Dios nuestro, contra todos tus mandamientos.
13 Aparta de nosotros tu cólera, porque hemos quedado muy pocos en las naciones a donde tú nos dispersaste.
14 Escucha, Señor, nuestra oración y nuestra súplica; líbranos por tu honor y haz que ganemos el favor de los que nos deportaron,
15 para que conozca todo el mundo que tú eres el Señor, nuestro Dios, y que has dado tu nombre a Israel y a su descendencia.
16 Mira, Señor, desde tu santa morada y atiéndenos; inclina, Señor, tu oído y escucha;
17 abre, Señor, tus ojos y mira que no son los muertos en la tumba, cuyos cuerpos quedaron sin vida, los que dan gloria y hacen justicia al Señor,
18 sino los de ánimo colmado de aflicción, los que caminan encorvados y extenuados, los de ojos apagados y los de estómago hambriento, ésos son los que te dan gloria y hacen justicia, Señor.
19 No nos apoyamos en los méritos de nuestros antepasados y de nuestros reyes para presentarte nuestra súplica, Señor Dios nuestro.
20 Porque has descargado tu furor y tu cólera sobre nosotros, como habías anunciado por medio de tus siervos, los profetas, diciendo:
21 «Así dice el Señor: Doblegaos y servid al rey de Babilonia, para seguir habitando la tierra que di a vuestros antepasados.
22 Pero si no escucháis la invitación del Señor a servir al rey de Babilonia,
23 yo haré callar en las ciudades de Judá y en Jerusalén las canciones alegres y bulliciosas, las canciones de novios y de novias, y todo el país quedará convertido en un desierto deshabitado.»
24 Pero nosotros no escuchamos tu invitación de servir al rey de Babilonia, y por eso has cumplido tus amenazas anunciadas por medio de tus siervos, los profetas: que los huesos de nuestros reyes y los huesos de nuestros antepasados serían sacados de sus sepulcros.
25 Y, en efecto, ahí están expuestos al calor del día y al frío de la noche, pues murieron entre espantosos sufrimientos por hambre, espada y epidemia.
26 Y el templo consagrado a tu nombre ha quedado reducido al estado en que hoy se encuentra, por culpa de la maldad de Israel y de Judá.
27 Sin embargo tú, Señor Dios nuestro, nos has tratado con toda tu equidad y misericordia,
28 tal como dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando le ordenaste escribir tu Ley en presencia de los israelitas, diciendo:
29 «Si no escucháis mi voz, esta inmensa multitud quedará reducida al mínimo en medio de las naciones a donde yo los dispersaré.
30 Sé que no me escucharán, porque son un pueblo testarudo; pero en su destierro se convertirán de corazón
31 y reconocerán que yo soy el Señor, su Dios. Entonces yo les daré un corazón y unos oídos atentos,
32 y ellos me alabarán en su destierro, invocarán mi nombre y
33 abandonarán su testarudez y su conducta perversa, recordando lo que les sucedió a sus padres cuando pecaron contra el Señor.
34 Los haré volver a la tierra que juré dar a sus antepasados, a Abrahán, Isaac y Jacob, y tomarán posesión de ella. Los multiplicaré y ya no menguarán.
35 Y sellaré con ellos una alianza eterna: yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no volveré a expulsar a mi pueblo Israel de la tierra que le di.»

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Introducción a Baruc

LIBRO DE BARUC

Introducción
Este pequeño libro es atribuido, ya en su mismo título, a Baruc, hijo de Nerías ( Bar_1:1 ), el secretario y ocasional portavoz del profeta Jeremías ( Jer_32:12-13 , Jer_32:16 ; Jer_36:4 ss; Jer_45:1 ss). Esta relación es la que seguramente ha motivado la inclusión de Baruc dentro del cuerpo de ;iaescritos jeremianos;ic, entre Jr Lam, en la versión griega de los LXX; y tras Jr Lam, en la Vulgata, que a su vez incorpora la Carta de Jeremías como capítulo conclusivo de Baruc. Se trata de un escrito deuterocanónico, desconocido en la Biblia hebrea, pero que deja entrever inequívocos rasgos semíticos.

En cuanto a su composición, el libro introduce una solemne liturgia penitencial desarrollada en tres actos o momentos: confesión, meditación y exhortación. Tras la aparente unidad se revela una estructura artificiosa y heterogénea, tanto en lo referente a su temática, como a los géneros o formas literarias que la conforman. Efectivamente, en Baruc se advierten cuatro partes claramente diferenciadas:

1. La Introducción (Bar 1 , 1-14) que presenta la ambientación histórica y el propósito del libro.

2. La oración penitencial (1:15-3:8), que reviste la forma de confesión nacional, con características similares a Esd 9; Neh 9 ; Sal 106 y, especialmente, Dan_9:4-19 . A su vez, la oración incluye una confesión y una súplica.

3. El himno de la sabiduría ( 3:9-4:4) que presenta la forma de una meditación sapiencial y recoge temas y motivos presentes en Pro 8 , Job 28 y Sir 24 .

4. El oráculo de consolación y restauración (4:5-5:9), de inspiración profética, con rasgos de exhortación, lamentación y oráculo de esperanza, e innegables dependencias del Segundo y Tercer Isaías.

No es posible sacar conclusiones firmes de los datos relativos al autor y a la fecha de composición que el libro aporta, ya que unos y otros parecen responder al artificio de la pseudoepigrafía, tan profusamente utilizado en la literatura del AT y consistente en enmascarar tras autores y situaciones paradigmáticos otras circunstancias análogas, aunque distantes. La heterogeneidad de los materiales del libro dificulta su atribución a un único autor o a una misma fecha de composición. En cuanto a la ambientación en los primeros años del exilio babilónico, las referencias históricas relativas a los deportados y a los judíos residentes en Jerusalén difieren sensiblemente de los datos aportados por otras fuentes de carácter histórico o profético. En cambio, podrían muy bien reflejar las circunstancias de las comunidades judías en la última fase de la época helenística (ss. II-I a. C.) y, más concretamente, el desarrollo de una liturgia penitencial conmemorativa de la destrucción del templo.

La llamada Carta de Jeremías es en realidad un alegato apologético contra la idolatría, sin más características epistolares que la denominación del título y la breve introducción que lo preceden. Aunque el escrito reviste la forma de una carta dirigida por Jeremías a los judíos que van deportados a Babilonia, tanto el nombre del autor como las circunstancias son artificios pseudoepigráficos, que parecen inspirarse en Jer_29:1-3 .

Su composición revela una sencilla estructura formada por la introducción (1-7) y diez párrafos, a modo de estrofas, cerrados por un repetitivo estribillo que, con ligeras variantes, reproduce el propósito del escrito: demostrar que los ídolos babilónicos no son dioses ni pueden infundir, por tanto, temor reverencial. Su contenido desarrolla temas tratados o aludidos en Jer_10:1-16 e Isa_44:9-20 y anticipa la amplia reflexión de Sab 13-15 ; sin embargo difiere notoriamente de ellos por su estilo satírico y los motivos burlescos. Las descripciones de los cultos idolátricos pueden remitir tanto a la situación de Babilonia en la época tardía, como a determinadas prácticas idolátricas de Siria y Fenicia en la época helenística.

El escrito parece aludido por 2Ma_2:1-2 y era conocido en Qumrán (se ha encontrado un pequeño fragmento griego de los vv. 43-44, datado en torno al año 100 a. C.). Aunque aparece en la Biblia griega como escrito independiente, la Vulgata incluye la Carta como apéndice de Baruc. Todo ello permite suponer una fecha de composición comprendida entre los siglos IV y II a. C.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Baruc 2,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_9:12-13


Baruc 2,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:53-57+

Baruc 2,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_29:18; Deu_28:37

Baruc 2,5
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:13; Deu_28:43

Baruc 2,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] = Bar_1:15; Dan_9:7-8

Baruc 2,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_1:12; Jer_31:28; Jer_44:27; Dan_9:14

Baruc 2,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Bar_1:18

Baruc 2,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_9:15-16; Jer_32:20-21; Deu_6:21-22

Baruc 2,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_106:6

Baruc 2,13
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_3:12+

Baruc 2,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_25:11

Baruc 2,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_14:9; Dan_9:19; Deu_26:15

Baruc 2,17
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_38:18

Baruc 2,18
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:65-67

NOTAS

2:18 Este pasaje es una muestra de la religión de los «pobres», a quienes está prometida la salvación, ver Sof_2:3+.

Baruc 2,19
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Eze_36:22; Dan_9:18

Baruc 2,20
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_27:12

Baruc 2,22
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_7:34

Baruc 2,24
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_8:1-2

Baruc 2,25
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_36:30

[2] Jer_14:12

Baruc 2,28
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_26:39

Baruc 2,29
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_9:13+

Baruc 2,30
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_26:44 s; Zac_10:9

Baruc 2,31
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Eze_36:26+; Jer_4:4+

Baruc 2,32
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_30:1; Deu_30:9 s

Baruc 2,35
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_31:31