I Macabeos 1 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 64 versitos |
1
I. Preámbulo
Alejandro y los Diadocos.
Alejandro de Macedonia, hijo de Filipo, partió del país de los Queteos, derrotó a Darío, rey de los persas y los medos, y reinó en su lugar, empezando por la Hélada.
2 Suscitó muchas guerras, se apoderó de plazas fuertes y dio muerte a reyes de la tierra.
3 Avanzó hasta los confines del mundo y se hizo con el botín de multitud de pueblos. La tierra enmudeció ante él y su corazón se ensoberbeció y se llenó de orgullo.
4 Reunió un ejército potentísimo y ejerció el mando sobre tierras, pueblos y príncipes, que le pagaban tributo.
5 Después cayó enfermo y se dio cuenta que se moría.
6 Hizo llamar entonces a sus servidores, a los nobles que con él se habían criado desde su juventud y, antes de morir, repartió entre ellos su reino.
7 Alejandro murió tras doce años de reinado.
8 Sus generales entraron en posesión del poder, cada uno en su región.
9 A su muerte, todos ellos se ciñeron la diadema, y sus hijos después de ellos durante largos años; y multiplicaron los males sobre la tierra.
10
Antíoco Epífanes y la penetración del helenismo en Israel.
De ellos surgió un renuevo pecador, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma. Subió al trono el año ciento treinta y siete del imperio de los griegos.
11 En aquellos días surgieron de Israel unos hijos rebeldes que sedujeron a muchos diciendo: «Vamos, concertemos alianza con los pueblos que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellos, nos han sobrevenido muchos males.»
12 Estas palabras les parecieron bien,
13 y algunos del pueblo se apresuraron a acudir donde el rey y obtuvieron de él autorización para seguir las costumbres de los paganos.
14 En consecuencia, levantaron en Jerusalén un gimnasio al uso de los paganos,
15 rehicieron sus prepucios, renegaron de la alianza santa para atarse al yugo de los paganos, y se vendieron para obrar el mal.
16
Primera campaña de Egipto y saqueo del templo.
Antíoco, una vez asentado en el reino, concibió el proyecto de reinar sobre el país de Egipto para ser rey de ambos reinos.
17 Con un fuerte ejército, con carros, elefantes, (jinetes) y numerosa flota, entró en Egipto
18 y trabó batalla con el rey de Egipto, Tolomeo. Éste evitó su presencia y huyó; muchos cayeron heridos.
19 Ocuparon las ciudades fuertes de Egipto, y Antíoco se hizo con los despojos del país.
20 El año ciento cuarenta y tres, después de vencer a Egipto, emprendió el camino de regreso. Subió contra Israel y llegó a Jerusalén con un fuerte ejército.
21 Entró con insolencia en el santuario y se llevó el altar de oro, el candelabro de la luz con todos sus accesorios,
22 la mesa de la proposición, los vasos de las libaciones, las copas, los incensarios de oro, la cortina, las coronas, y arrancó todo el decorado de oro que recubría la fachada del templo.
23 Se apropió también de la plata, oro, objetos de valor y de cuantos tesoros ocultos pudo encontrar.
24 Tomándolo todo, partió para su tierra después de derramar mucha sangre y de hablar con gran insolencia.
25 En todo el país hubo gran duelo por Israel.
26 Jefes y ancianos gimieron,
languidecieron doncellas y jóvenes,
la belleza de las mujeres se marchitó.
27 El recién casado entonó un canto de dolor;
sentada en el lecho nupcial, la esposa lloraba.
28 Se estremeció la tierra por sus habitantes,
y toda la casa de Jacob se cubrió de vergüenza.
29
Intervención del Misarca.
Construcción de la Ciudadela.
Dos años después, envió el rey a las ciudades de Judá al Misarca, que se presentó en Jerusalén con un fuerte ejército.
30 Habló dolosamente palabras de paz y, cuando se hubo ganado la confianza, cayó de repente sobre la ciudad y le asestó un duro golpe matando a muchos del pueblo de Israel.
31 Saqueó la ciudad, la incendió y arrasó sus casas y la muralla que la rodeaba.
32 Sus hombres hicieron cautivos a mujeres y niños, y se adueñaron del ganado.
33 Después reconstruyeron la Ciudad de David con una muralla grande y fuerte, con torres poderosas, y la hicieron su Ciudadela.
34 Establecieron allí una raza pecadora de rebeldes, que en ella se hicieron fuertes.
35 La proveyeron de armas y vituallas, y depositaron en ella el botín que habían reunido del saqueo de Jerusalén. Fue un peligroso lazo.
36 Se convirtió en asechanza contra el santuario,
en adversario maléfico para Israel en todo tiempo.
37 Derramaron sangre inocente en torno al santuario y lo profanaron.
38 Por ellos los habitantes de Jerusalén huyeron;
vino a ser ella habitación de extraños,
extraña para los que en ella nacieron,
pues sus hijos la abandonaron.
39 Quedó su santuario desolado como un desierto,
sus fiestas convertidas en duelo,
sus sábados en irrisión,
su honor en desprecio.
40 A medida de su gloria creció su deshonor,
su grandeza se volvió aflicción.
41
Establecimiento de cultos paganos.
El rey publicó un edicto en todo su reino ordenando que todos formaran un único pueblo
42 y abandonara cada uno sus peculiares costumbres. Los paganos acataron todos el edicto real
43 y muchos israelitas aceptaron su culto, sacrificaron a los ídolos y profanaron el sábado.
44 También a Jerusalén y a las ciudades de Judá hizo el rey llegar, por medio de mensajeros, el edicto que ordenaba seguir costumbres extrañas al país.
45 Debían suprimir en el santuario holocaustos, sacrificios y libaciones; profanar sábados y fiestas;
46 mancillar el santuario y lo santo;
47 levantar altares, recintos sagrados y templos idolátricos; sacrificar puercos y animales impuros;
48 dejar a sus hijos incircuncisos; volverse abominables con toda clase de impurezas y profanaciones,
49 de modo que olvidasen la Ley y cambiasen todas sus costumbres.
50 El que no obrara conforme a la orden del rey, moriría.
51 En el mismo tono escribió a todo su reino, nombró inspectores para todo el pueblo y ordenó a las ciudades de Judá que en cada una de ellas se ofrecieran sacrificios.
52 Muchos del pueblo, todos los que abandonaban la Ley, se unieron a ellos. Causaron males al país
53 y obligaron a Israel a ocultarse en toda suerte de refugios.
54 El día quince del mes de Quisleu del año ciento cuarenta y cinco levantó el rey sobre el altar de los holocaustos la Abominación de la Desolación. También construyeron altares en las ciudades de alrededor de Judá.
55 A las puertas de las casas y en las plazas quemaban incienso.
56 Rompían y echaban al fuego los libros de la Ley que podían hallar.
57 Al que encontraban con un ejemplar de la Alianza en su poder, o bien descubrían que observaba los preceptos de la Ley, era condenado a muerte por decisión real.
58 Actuaban violentamente contra los israelitas que sorprendían un mes y otro en las ciudades;
59 el día veinticinco de cada mes ofrecían sacrificios en el ara que se alzaba sobre el altar de los holocaustos.
60 A las mujeres que hacían circuncidar a sus hijos las llevaban a la muerte, conforme al edicto,
61 con sus criaturas colgadas al cuello. La misma suerte corrían sus familiares y los que habían efectuado la circuncisión.
62 Muchos en Israel se mantuvieron firmes y se resistieron a comer cosa impura.
63 Prefirieron morir antes que contaminarse con aquella comida y profanar la alianza santa; y murieron.
64 Inmensa fue la Cólera que descargó sobre Israel.

Patrocinio

 
 

Introducción a I Macabeos

LOS LIBROS DE LOS MACABEOS

Introducción
Los dos libros de los Macabeos no formaban parte del canon de la Escritura de los judíos, pero han sido reconocidos por la Iglesia cristiana como inspirados (libros deuterocanónicos). Se refieren a la historia de las luchas sostenidas contra los soberanos seléucidas para conseguir la libertad religiosa y política del pueblo judío. El título les viene del sobrenombre de Macabeo dado al héroe principal de esta historia, 1Ma_2:4 , y que también se aplicó a sus hermanos.

El Primer libro de los Macabeos fija en su introducción, 1-2 , los adversarios que se enfrentan: el helenismo invasor, que halla cómplices en algunos judíos, y la reacción de la conciencia nacional, adherida a la Ley y al Templo. Por un lado, Antíoco Epífanes que profana el Templo y desencadena la persecución; por el otro, Matatías que lanza el grito de guerra santa. El cuerpo del libro se divide en tres partes, consagradas a las actividades de los tres hijos de Matatías que sucesivamente se ponen a la cabeza de la resistencia. Judas Macabeo (166-160 a. C.), 3:1-9:22, obtiene una serie de victorias sobre los generales de Antíoco, purifica el Templo y logra para los judíos la libertad de vivir conforme a sus costumbres. Bajo Demetrio I, las intrigas del sumo sacerdote Alcimo le crean dificultades, pero continúan sus éxitos militares, y Nicanor, que quería destruir el Templo, es derrotado y muerto. Judas busca la alianza de los romanos para asegurar sus posiciones. Muere en el campo de batalla. Le sucede su hermano Jonatán (160-142), 9:23-12:53. Las maniobras políticas alcanzan entonces mayor importancia que las operaciones militares. Jonatán se aprovecha con habilidad de las rivalidades de los que pretenden el trono de Siria: es nombrado sumo sacerdote por Alejandro Balas, reconocido por Demetrio II y confirmado por Antíoco VI. Trata de concertar alianza con los romanos y los espartanos. Va dilatándose el territorio sometido a su control y parece asegurada la paz interior, cuando Jonatán cae en manos de Trifón, que le hace morir, así como al joven Antíoco VI. El hermano de Jonatán, Simón (142-134), 13:1-16:24, apoya a Demetrio II, que recupera el poder. Demetrio, y luego Antíoco VII, le reconocen como sumo sacerdote, estratega y etnarca de los judíos. Con esto, está ya conseguida la autonomía política. Estos títulos le son confirmados por un decreto del pueblo. Se renueva la alianza con los romanos. Es una época de paz y prosperidad. Pero Antíoco VII se vuelve contra los judíos, y Simón, con dos de sus hijos, es asesinado por su yerno, que creía hacer con esto un servicio al soberano.

La narración, pues, abarca cuarenta años, desde la subida de Antíoco Epífanes, el año 175, hasta la muerte de Simón, a quien sucede Juan Hircano, el 134 a. C. Se escribió en hebreo, pero sólo se conserva en una traducción griega. Su autor es judío de Palestina y ha compuesto su obra después del 134, pero antes de la toma de Jerusalén por Pompeyo el 63 a. C. Las últimas líneas del libro, 1Ma_16:23-24 , indican que fue escrito hacia el final del reinado de Juan Hircano, como fecha más temprana, probablemente hacia el año 100 a. C. Es un documento precioso para la historia de aquel tiempo, siempre que se tenga en cuenta el género literario, imitación de las antiguas crónicas de Israel, y las intenciones del autor. Porque, por mucho que se extienda en narrar los sucesos de la guerra y las intrigas políticas, el autor quiere relatar una historia religiosa. Considera las desgracias de su pueblo como castigo del pecado y atribuye a la asistencia de Dios los éxitos de sus adalides. Es un judío celoso de su fe y ha comprendido que ésta era la que estaba en juego en la lucha entre la influencia pagana y las costumbres de los padres. Es, pues, un decidido adversario de la helenización y se siente lleno de admiración por los héroes que han combatido por la Ley y por el Templo, y que han conquistado para el pueblo la libertad religiosa y luego la independencia nacional. Es el cronista de una lucha en que se salvó el Judaísmo, portador de la Revelación.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

Patrocinio

Notas

I Macabeos 1,1
NOTAS

1:1 (a) Los Queteos eran los habitantes de Kition o Citium y, de una manera más general, de la isla de Chipre, Gén_10:4; 1Cr_1:7; Isa_23:1. Después, la denominación se extendió a las islas, Jer_2:10; Eze_27:6, y a las regiones situadas más al oeste, como Macedonia, 1Ma_8:5, y finalmente al mundo romano.

1:1 (b) El término designa una región más amplia que Grecia propiamente dicha. Su correspondiente hebreo Yaván, Isa_66:19; Eze_27:13, designa ante todo a Jonia en Asia Menor.


I Macabeos 1,7
NOTAS

1:7 En Junio del 323 a. C. Esta convocatoria hizo concebir la idea de una partición a la muerte de Alejandro; en realidad, los intentos de partición no se impusieron a la noción de imperio único hasta después de la batalla de Ipsos, el 301. También Dan_8:12, Dan_8:22; Dan_10:4 alude al fraccionamiento del imperio.

I Macabeos 1,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Ma_4:7

NOTAS

1:10 (a) 175-164. Hermano menor de Seleuco IV e hijo de Antíoco III. -El epíteto real de epífanes («que se manifiesta con esplendor») denota la pretensión del rey de ser la manifestación terrestre de Zeus.

1:10 (b) Antíoco IV formó parte de los rehenes entregados por su padre a los romanos el 189, tras la derrota de Magnesia de Sípilos.

1:10 (c) Es decir, de la era seléucida, que en Siria comenzó el otoño del 312 (fecha teórica de la fundación de Antioquía) y en Babilonia en la primavera del 311.

I Macabeos 1,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_4:9-17

NOTAS

1:11 Lit. «transgresores de la Ley», expresión que en los LXX generalmente traduce a «hijos de Belial», Deu_13:14 [Deu_13:13].

I Macabeos 1,13
NOTAS

1:13 Lit. «de las naciones»; equivale a la palabra hebrea goyîm, que con frecuencia designa a las naciones paganos, en contraposición al «pueblo (de Israel)» `am (aunque con excepciones, 1Ma_3:59; 1Ma_8:23 s; 1Ma_9:29, ver Gén_12:2; Éxo_32:10, etc.).

I Macabeos 1,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_7:18

I Macabeos 1,15
NOTAS

1:15 La religión, la Ley, las costumbres, hacían de los judíos un grupo aparte, un cuerpo extraño en el mundo oriental, unificado y helenizado desde la conquista de Alejandro. La asimilación, que proporcionaba las ventajas humanas de la nueva civilización, no podría realizarse más que rompiendo los cuadros que aseguraban la fidelidad a la fe. Todavía no se identificaban las innovaciones con las prácticas idolátricas que el rey impondrá siete años después, pero sí multiplicaban las ocasiones de participar en ellas. Es el drama que late en los dos libros de los Macabeos. Este movimiento de los judíos helenófilos no podía menos de encontrar apoyo en Antíoco Epífanes, entusiasta de la cultura griega, ver 1Ma_1:41-51.

I Macabeos 1,16
NOTAS

1:16 Es la primera campaña contra Tolomeo Filométor, el 169. El autor de 2 M la omite y sólo menciona «la segunda expedición», 2Ma_5:1, que aquí se omite. El curso de los hechos aparece con mayor claridad en el libro de Daniel, 1Ma_11:25-27 : primera campaña; 1Ma_1:28 : saqueo del templo; 1Ma_1:29 : segunda campaña e intervención romana; 1Ma_1:30 : represión en Jerusalén; 1Ma_1:31-39 : abolición del culto.

I Macabeos 1,17
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_11:25-28; 2Ma_5:1

NOTAS

1:17 Procedían de la India, y el centro de la preparación de estos animales de combate, ver cap. 6, era Apamea.

I Macabeos 1,19
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_5:11-16

I Macabeos 1,22
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Ma_5:21

I Macabeos 1,24
NOTAS

1:24 El orgullo de Epífanes, que se hacía igual a Zeus, había asombrado a sus contemporáneos, que, jugando con su nombre, le llamaban epímanes, «loco», ver 2Ma_5:17, 2Ma_5:21; 2Ma_9:4-11 Dan_7:8, Dan_7:25; Dan_11:36.

I Macabeos 1,28
NOTAS

1:28 Es la primera de las composiciones poéticas del libro, ver también 1Ma_1:38-42; 1Ma_2:8-13, 1Ma_2:49; 1Ma_3:3-9, 1Ma_3:45; 1Ma_14:4-14.

I Macabeos 1,29
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Ma_5:24-26

NOTAS

1:29 «al Misarca» conj. según 2Ma_5:24 (que da su nombre: Apolonio); griego: «prefecto de los tributos»; las dos palabras son parecidas en hebreo. -Ejercía el mando de los mercenarios de Misia, de ahí su título. Vino a Jerusalén el 167. Se le volverá a encontrar en 1Ma_3:10.

I Macabeos 1,33
NOTAS

1:33 El nombre de «Ciudad de David» se había extendido a la gran colina occidental. Convertido en Ciudadela, Akra en griego, este barrio albergará a la guarnición siro-macedonia y a los judíos helenizantes; será una amenaza para el templo, situado al este, más abajo, sobre lo que entonces se llamaba el monte Sión. La toponimia de este tiempo no corresponde a la del período davídico, ver 2Sa_5:9+.

I Macabeos 1,44
NOTAS

1:44 Procurando la unidad de su imperio, Antíoco Epífanes impone a los judíos prácticas de los paganos, abrogando de este modo el privilegio que Antíoco III había concedido el 198 a los judíos, reconociéndoles la Ley de Moisés con su estatuto legal (como lo habían hecho los reyes de Persia al regreso del Destierro). Con ello, la fidelidad a la ley se convertía en un acto de rebeldía política, y de ahí la persecución. La libertad religiosa se restablecerá con el rescripto de Antíoco V, 1Ma_6:57-61; 2Ma_11:22-26.

I Macabeos 1,54
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_9:27; Dan_11:31

NOTAS

1:54 (a) De la era seléucida, computándola desde la primavera. Nos hallamos en diciembre del 167.

1:54 (b) La «Abominación de la desolación», Dan_9:27; Dan_11:31, es el altar de Baal Samem o Zeus Olímpico, edificado sobre el gran altar de los holocaustos.

I Macabeos 1,56
NOTAS

1:56 Libro de «la Alianza» o libros de «la Ley»: aquí el Pentateuco.

I Macabeos 1,59
NOTAS

1:59 Día mensual del aniversario del rey, ver 2Ma_6:7, que también lo fue de la inauguración del altar. Judas celebrará la dedicación del nuevo altar, 1Ma_4:52 s, tres años más tarde, día por día.

I Macabeos 1,60
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_6:10