II Macabeos 2 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 32 versitos |
1
Jeremías esconde los utensilios del culto.
Se encuentra en los documentos que el profeta Jeremías mandó a los deportados que tomaran fuego como ya se ha indicado;
2 y cómo el profeta, después de darles la Ley, ordenó a los deportados que no se olvidaran de los preceptos del Señor ni se desviaran en sus pensamientos al ver ídolos de oro y plata y las galas que los envolvían.
3 Entre otras cosas, les exhortaba a no apartar la Ley de sus corazones.
4 Se decía también en el escrito cómo el profeta, después de una revelación, mandó llevar consigo la Tienda y el arca; y cómo salió hacia el monte donde Moisés había subido para contemplar la heredad de Dios.
5 Y cuando llegó Jeremías, encontró una estancia en forma de cueva; allí metió la Tienda, el arca y el altar del incienso, y tapó la entrada.
6 Volvieron algunos de sus acompañantes para marcar el camino, pero no pudieron encontrarlo.
7 En cuanto Jeremías lo supo, les reprendió diciéndoles: «Este lugar quedará desconocido hasta que Dios vuelva a reunir a su pueblo y le sea propicio.
8 El Señor entonces mostrará todo esto; y aparecerá la gloria del Señor y la Nube, como se mostraba en tiempo de Moisés, y cuando Salomón rogó que el Lugar fuera solemnemente consagrado.»
9 Se explicaba también cómo éste, dotado de sabiduría, ofreció el sacrificio de la dedicación y la terminación del templo.
10 Como Moisés oró al Señor y bajó del cielo fuego, que devoró las ofrendas del sacrificio, así también oró Salomón y bajó fuego que consumió los holocaustos.
11 Moisés había dicho: «La víctima por el pecado ha sido consumida por no haber sido comida.»
12 Salomón celebró igualmente los ocho días de fiesta.
13
La biblioteca de Nehemías.
Lo mismo se narraba también en los archivos y en las Memorias del tiempo de Nehemías; y cómo éste, para fundar una biblioteca, reunió los libros referentes a los reyes y a los profetas, los de David y las cartas de los reyes acerca de las ofrendas.
14 De igual modo Judas reunió todos los libros dispersos a causa de la guerra que sufrimos, los cuales están en nuestras manos.
15 Por tanto, si tenéis necesidad de ellos, enviad a quienes os los lleven.
16
Invitación a la Dedicación.
A punto ya de celebrar la purificación, os escribimos: Bien haréis también en celebrar estos días.
17 El Dios que salvó a todo su pueblo y que a todos otorgó la heredad, el reino, el sacerdocio y la santidad,
18 como había prometido por la Ley, el mismo Dios, como esperamos, se apiadará pronto de nosotros y nos reunirá de todas partes bajo el cielo en el Lugar Santo; pues nos ha sacado de grandes males y ha purificado el Lugar.
19
II. Prefacio del autor
La historia de Judas Macabeo y de sus hermanos, la purificación del más grande templo, la dedicación del altar,
20 las guerras contra Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor,
21 y las manifestaciones celestiales en favor de los que combatieron viril y gloriosamente por el Judaísmo, de suerte que, aun siendo pocos, saquearon toda la región, ahuyentaron las hordas bárbaras,
22 recuperaron el templo famoso en todo el mundo, liberaron la ciudad y restablecieron las leyes que estaban a punto de ser abolidas, pues el Señor se mostró propicio hacia ellos con toda benignidad;
23 todo esto, expuesto en cinco libros por Jasón de Cirene, intentaremos nosotros compendiarlo en uno solo.
24 Porque al considerar la marea de números y la dificultad existente, por la amplitud de la materia, para los que quieren sumergirse en los relatos de la historia,
25 nos hemos preocupado por ofrecer algún atractivo a los que desean leer, facilidad a los que gustan retenerlo de memoria, y utilidad a cualquiera que lo lea.
26 Para nosotros, que nos hemos encargado de la fatigosa labor de este resumen, no es fácil la tarea, sino de sudores y desvelos,
27 como tampoco al que prepara un banquete y busca el provecho de los demás le resulta esto cómodo. Sin embargo, esperando la gratitud de muchos, soportamos con gusto esta fatiga,
28 dejando al historiador la tarea de precisar cada suceso y esforzándonos por seguir las normas de un resumen.
29 Pues, así como al arquitecto de una casa nueva corresponde la preocupación por la estructura entera, y, en cambio, al encargado de la encáustica y pinturas, el cuidado de lo necesario para la decoración, lo mismo me parece de nosotros:
30 profundizar, revolver las cuestiones y examinar punto por punto corresponde al que compone la historia;
31 pero buscar concisión al exponer y renunciar a tratar el asunto de forma exhaustiva debe concederse al divulgador.
32 Comencemos, por tanto, desde ahora la narración, después de haber abundado tanto en los preliminares; pues sería absurdo abundar en lo que antecede a la historia y ser breves en la historia misma.

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Introducción a II Macabeos

El Segundo libro de los Macabeos no es continuación del primero. Es, en parte, paralelo a él, y toma los acontecimientos de un poco más atrás, desde el fin del reinado de Seleuco IV, predecesor de Antíoco Epífanes, pero sólo los sigue hasta la derrota de Nicanor, antes de la muerte de Judas Macabeo. Todo ello comprende sólo una quincena de años y corresponde únicamente a los caps. 1-7 del Primer libro.

El género es muy distinto. El libro, escrito originariamente en griego, se presenta como el compendio de la obra de un tal Jasón de Cirene, 2Ma_2:19-32 , y lo encabezan dos cartas de los judíos de Jerusalén, 1:1-2:18. El estilo, que es el de los escritores helenísticos, pero no de los mejores, resulta a veces ampuloso. Es más el de un predicador que el de un historiador, aunque ciertamente el conocimiento de las instituciones griegas y de los personajes de la época de que hace gala nuestro autor es muy superior al que demuestra el autor de 1 M.

En realidad, su objetivo es agradar y edificar, 2Ma_2:25 ; 2Ma_15:39 , narrando la guerra de liberación dirigida por Judas Macabeo, sostenida por apariciones celestes y ganada gracias a la intervención divina, 2Ma_2:19-22 ; la persecución misma era efecto de la misericordia de Dios, que corregía a su pueblo antes de que la medida del pecado quedara colmada, 2Ma_6:12-17 . Escribe para los judíos de Alejandría y su intención es despertar el sentimiento de que formaban una comunidad con sus hermanos de Palestina. En especial, quiere interesarles por la suerte del Templo, centro de la vida religiosa según la Ley, blanco del odio de los gentiles. Esta preocupación imprime su sello al plan del libro: tras el episodio de Heliodoro, 2Ma_3:1-40 , que subraya la santidad inviolable del santuario, la primera parte, 4:1-10:8, concluye con la muerte del perseguidor, Antíoco Epífanes, que ha profanado el Templo, y con la institución de la fiesta de la Dedicación; la segunda parte, 10:9-15:36, concluye asimismo con la muerte de un perseguidor, Nicanor, que había amenazado al Templo, y con la institución de una fiesta conmemorativa. Las dos cartas, puestas al comienzo de libro, 1:1-2:18, responden al mismo objetivo: son invitaciones dirigidas por los judíos de Jerusalén a sus hermanos de Egipto para celebrar con ellos la fiesta de la purificación del Templo, la Dedicación.

Como el último acontecimiento referido es la muerte de Nicanor, la obra de Jasón de Cirene pudo haberse compuesto poco después del 160 a. C. Si es el autor mismo del compendio —aunque esto se discute— el que ha colocado en cabeza las dos cartas de 1-2 para acompañar el envío de su compendio, la fecha de éste nos la daría la indicación de 2Ma_1:10 a, que corresponde al año 124 a. C. No debe menospreciarse el valor histórico del libro. Es cierto que el compendiador (¿o un redactor?) ha aceptado los relatos apócrifos contenidos en la carta de 1:10b-2:18, y que reproduce las conmovedoras historias de Heliodoro, 3 , del martirio de Eleazar, 2Ma_6:18-31 , y el de los siete hermanos, 7 , que halló en Jasón y que ilustraban muy bien sus tesis religiosas. Pero la concordancia general con 1 M garantiza la historicidad de los acontecimientos que las dos fuentes independientes refieren. En un punto importante en que 2 M disiente del 1 M, debe aquél ser preferido: 1Ma_6:1-13 sitúa la purificación del Templo antes de la muerte de Antíoco Epífanes, al tiempo que 2Ma_9:1-29 la sitúa después; una tableta cronológica babilónica, recientemente publicada, da la razón a 2 M. Antíoco murió en octubre-noviembre del 164, antes de la nueva dedicación del Templo a finales de diciembre del mismo año. En las secciones que pertenecen a 2 M, no hay razón para recelar de las informaciones que se dan en el cap. 4 acerca de los años que precedieron al saqueo del Templo por Antíoco. Sin embargo, el compendiador, más bien que Jasón, es responsable de una grave confusión: disponiendo de una carta de Antíoco V, 2Ma_11:22-26 , ha añadido en 11-12 9 otras cartas y el relato de acontecimientos que datan del final del reinado de Antíoco IV y que debieron hallar su sitio entre los caps. 8 y 9 .

El libro tiene importancia por las afirmaciones que contiene sobre la resurrección de los muertos, ver la nota a 2Ma_7:9 ; 2Ma_14:46 , las sanciones de ultratumba, 2Ma_6:26 , la oración por los difuntos, 2Ma_12:41-46 y nota, el mérito de los mártires, 6:18-7:41, la intercesión de los santos, 2Ma_15:12-16 y nota. Estas enseñanzas, que tienen por objeto puntos que los demás escritos del Antiguo Testamento no aclaraban, justifican la autoridad que la Iglesia le ha reconocido.

Conocemos mejor el sistema cronológico seguido por cada uno de los dos libros desde el descubrimiento de una tableta cuneiforme, que es un fragmento de cronología de los reyes seléucidas. Ésta ha permitido fijar la fecha de la muerte de Antíoco Epífanes. Se comprueba que 1 M sigue el cómputo macedónico, que comienza en octubre del 312 a. C., mientras que 2 M sigue el cómputo judío, análogo al cómputo babilónico, que comienza en nisán (3 de abril) del 311. Pero todo esto con una doble excepción: en 1 M, los acontecimientos relativos al templo y a la historia judía se fechan según este calendario judeo-babilónico ( 1Ma_1:54 ; 1Ma_2:70 ; 1Ma_4:52 ; 1Ma_9:3 , 1Ma_9:54 ; 1Ma_10:21 ; 1Ma_13:41 , 1Ma_13:51 ; 1Ma_14:27 ; 1Ma_16:14 ), mientras que las cartas citadas por 2 M 11 se fechaban según el cómputo macedónico, lo cual es perfectamente normal.

El texto nos ha sido transmitido por tres unciales, el Sinaítico, el Alejandrino y el Véneto, y por una treintena de minúsculos, pero por desgracia, la parte correspondiente al 2 M se ha perdido en el Sinaítico (nuestro mejor testigo). Los minúsculos, que son testigos de la recensión del sacerdote Luciano (300 d. C.), conservan a veces un texto más antiguo que el de otros manuscritos griegos, texto que vuelve a encontrarse en las Antigüedades Judías del historiador Flavio Josefo que, en general, sigue a 1 M e ignora a 2 M. La Vetus Latina traduce, por su parte, un texto griego perdido y a menudo mejor que el de los manuscritos que conocemos. La traducción de la Vulgata no es obra de San Jerónimo, para quien los Macabeos no eran canónicos, y sólo representa una recensión secundaria.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

II Macabeos 2,1
NOTAS

2:1 Jeremías fue una de las grandes figuras reconocidas por el Judaísmo, ver 2Ma_15:13-15. Se le han atribuido las Lamentaciones, la Carta contra los ídolos de Ba 6 (Vulg.) y varios apócrifos. Uno de éstos, perdido para nosotros, contenía los detalles que el texto menciona. No concuerdan con la historia los siguientes: la Tienda no existía ya desde la construcción del templo de Salomón, el arca desapareció en la destrucción de este templo, y el Jeremías histórico no lo lamenta, Jer_3:16. Pero la intención del relato es afirmar a pesar de la ausencia de la Tienda y del arca, la continuidad del culto legítimo, ver 2Ma_1:18+, y enlazar esta Dedicación con la del primer templo por Salomón y con la de la Tienda por Moisés, ver 2Ma_2:8-12.


II Macabeos 2,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Bar 6 Vulg.

II Macabeos 2,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_24:16; 1Re_8:10-11

NOTAS

2:8 «El Lugar», igualmente en 2Ma_2:18; 2Ma_3:2, 2Ma_3:18, 2Ma_3:30, 2Ma_3:38; 2Ma_5:16-20; 2Ma_10:7; 2Ma_13:23; 2Ma_15:34, expresión más frecuente que «el Lugar Santo» para designar el templo, 2Ma_1:29; 2Ma_2:18; 2Ma_8:17; pero el sentido es idéntico.

II Macabeos 2,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_9:24; 2Cr_7:1

II Macabeos 2,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_10:16-17

II Macabeos 2,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_8:65-66

II Macabeos 2,13
NOTAS

2:13 (a) Obra no canónica desconocida fuera de este pasaje.

2:13 (b) No se trata todavía de una colección de escritos considerados como canónicos. Son obras útiles para la vida de la comunidad. Se compara esta iniciativa con la de Judas Macabeo 2Ma_2:14. Los «libros santos», 1Ma_12:9, están aquí representados por Samuel-Reyes (los Reyes de los LXX), los Profetas y los Salmos; la lista no es exhaustiva, puesto que no nombra el «libro santo» de la Ley, 2Ma_8:23, ver 1Ma_3:48.

II Macabeos 2,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ma_1:56-57

II Macabeos 2,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ma_4:59+

II Macabeos 2,18
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_30:3-5

II Macabeos 2,23
NOTAS

2:23 Los dos reinados, 2Ma_2:20, ocupan los años 175 al 162. En realidad, el marco histórico de Jasón (letrado de la importante comunidad judía de Cirenaica) era más amplio: la victoria sobre Nicanor es de marzo del 160, bajo Demetrio I. El episodio de Heliodoro, con el que el autor comienza su relato, se sitúa también bajo el reino de Seleuco IV, el hijo mayor de Epífanes y padre de Demetrio I.