I Samuel 13 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 23 versitos |
1
2. COMIENZOS DEL REINADO DE SAÚL
Levantamiento contra los filisteos.
Saúl tenía la edad de... cuando llegó a ser rey, y reinó dos años sobre Israel.
2 Se eligió Saúl tres mil hombres de Israel; había dos mil con Saúl en Micmás y en las montañas de Betel, y mil con Jonatán en Gueba de Benjamín, y el resto del pueblo lo devolvió a sus tiendas.
3 Jonatán mató al gobernador de los filisteos que se hallaba en Guibeá y los filisteos lo supieron. Saúl hizo sonar el cuerno por toda la tierra, diciendo: ¡Enteraos, hebreos!
4 Y todo Israel se enteró de la noticia: «Saúl ha matado al gobernador de los filisteos y también Israel se ha hecho odioso a los filisteos.» Y se reunió el pueblo tras Saúl en Guilgal.
5 Se concentraron los filisteos para combatir a Israel: treinta mil carros, seis mil caballos y un ejército tan numeroso como la arena de la orilla del mar; y acamparon en Micmás, al este de Bet Avén.
6 Cuando los hombres de Israel se vieron en peligro, porque se les apretaba de cerca, se escondió la gente en las cavernas, los agujeros, las hendiduras de las peñas, los subterráneos y las cisternas.
7 Algunos hebreos pasaron también el Jordán al país de Gad y Galaad.
Ruptura entre Samuel y Saúl.
Saúl estaba todavía en Guilgal y todo el pueblo temblaba junto a él.
8 Esperó siete días, según el plazo que Samuel había fijado, pero Samuel no llegó a Guilgal y el ejército se desbandó, abandonando a Saúl.
9 Entonces Saúl dijo: «Acercadme el holocausto y los sacrificios de comunión», y ofreció el holocausto.
10 Acababa él de ofrecer el holocausto, cuando llegó Samuel, y Saúl le salió al encuentro para saludarle.
11 Samuel dijo: «¿Qué has hecho?» Y Saúl respondió: «Como vi que el ejército me abandonaba y se desbandaba, y que tú no venías en el plazo fijado, y que los filisteos estaban ya concentrados en Micmás,
12 me dije: Ahora los filisteos van a bajar contra mí a Guilgal y no he apaciguado a Yahvé. Entonces me he visto forzado a ofrecer el holocausto.»
13 Samuel dijo a Saúl: «Te has portado como un necio. No has cumplido la orden que Yahvé tu Dios te ha dado; entonces Yahvé hubiera afianzado tu reino para siempre sobre Israel.
14 Pero ahora tu reino no se mantendrá. Yahvé se ha buscado un hombre según su corazón, al que ha designado caudillo de su pueblo, porque tú no has cumplido lo que Yahvé te había ordenado.»
15 Se levantó Samuel y subió de Guilgal para seguir su camino.
Los que quedaban del pueblo subieron tras Saúl al encuentro de los hombres de guerra, y vino de Guilgal a Gueba de Benjamín. Saúl pasó revista a las tropas que tenía con él: había unos seiscientos hombres.
16
Preparativos de guerra.
Saúl, su hijo Jonatán y las tropas que estaban con ellos, se hallaban situados en Gueba de Benjamín, mientras que los filisteos acampaban en Micmás.
17 La fuerza de choque salió del campo filisteo en tres columnas: una columna tomó la dirección de Ofrá, en la comarca de Sual;
18 la segunda tomó la dirección de Bet Jorón y la tercera tomó el camino de la frontera que domina el valle de los Seboín, hacia el desierto.
19 No había herreros en todo el territorio de Israel, porque los filisteos se decían: «Que no hagan los hebreos espadas ni lanzas.»
20 Así, todos los israelitas tenían que bajar a los filisteos para afilar cada cual su reja, su hacha, su azuela o su aguijada.
21 El precio era dos tercios de siclo por aguzar las azuelas y enderezar la aguijada.
22 Y así, el día de la batalla nadie, en toda la tropa que estaba con Saúl y Jonatán, tenía en la mano espada ni lanza. Las había sólo para Saúl y para su hijo Jonatán.
23 Una avanzadilla de filisteos partió hacia el paso de Micmás.

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Introducción a I Samuel

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Samuel 13,1
NOTAS

13 Los caps. 13-14 presentan de manera rápida el reinado de Saúl, con introducción (1Sa_13:1) y conclusión (1Sa_14:47-52). Pero sólo refieren el asesinato de un gobernador filisteo, la reacción de los filisteos y la batalla de Micmás, que no dura más de un día. El cap. 13 se compone de elementos diversos. Los vv. 1Sa_13:16-18 y 1Sa_13:23 pertenecen al relato antiguo, que prosigue en el cap. 14. Los vv. 1Sa_13:7-15 son una composición más reciente. Ninguna alusión se hará después a esta primera repulsa de Saúl, que parece ser una anticipación del cap. 15, donde la repulsa pasa a ser el asunto principal. Después del cap. 15 el rey Saúl sigue presente en los relatos agrupados en los caps. 16-31, pero aquí el protagonista es ya David.

13:1 Probablemente se desconocía la edad que tenía Saúl al subir al trono, por lo que se dejó un espacio en blanco en los manuscritos. La duración de su reinado ha sido reducida a dos años, pero esto se debe probablemente a una consideración teológica, dado que esta duración pasaba por ser la de un mal rey, como p.e. Isbaal, 2Sa_2:10.


I Samuel 13,2
NOTAS

13:2 (a) El hebreo alterna los nombres de Guibeá y Gueba, pero la exacta transmisión de estos nombres es una dificultad de los caps. 13-14. -Jonatán es el hijo mayor de Saúl; cuando aparece mencionado, es ya un guerrero, capaz de notables hazañas.

13:2 (b) Restos de una tradición independiente.

I Samuel 13,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_14:1-15; 1Sa_10:5

NOTAS

13:3 La palabra «hebreos» parece designar una población más amplia que la de sólo los israelitas, población que vacila en ponerse del lado de Saúl, y tan pronto huye del país (1Sa_13:7) como se pasa al bando de los filisteos (1Sa_14:21). Son con frecuencia extranjeros los que llaman a los israelitas hebreos (1Sa_14:11; ver 1Sa_4:6, 1Sa_4:9).

I Samuel 13,5
NOTAS

13:5 Interpretado como «casa de vanidad» y convertido en mote de Betel, ver Amó_5:5. Pero aquí y en otros pasajes, este nombre debe de designar una ciudad diferente, no localizada.

I Samuel 13,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jos_7:2+

[2] 1Sa_14:11

I Samuel 13,7
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa 15

NOTAS

13:7 Es el drama del reinado de Saúl: elegido por Yahvé, ha salvado a su pueblo, 11 y 14; sin embargo, Yahvé lo rechaza, 13 y 15. Desde la preferencia dada a Jacob sobre Esaú, Gén_25:23; ver Rom_9:13, y la elección de Israel, Deu_7:6; Amó_3:2, hasta la vocación de los apóstoles, la de san Pablo y la de todo cristiano, toda la historia sagrada proclama la gratuidad de las elecciones divinas. Pero también proclama que la conservación de la gracia depende de la fidelidad del elegido: Saúl ha sido infiel a su vocación.

I Samuel 13,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_10:8

I Samuel 13,13
NOTAS

13:13 No se acaba de ver cuál fue la falta de Saúl: ha esperado siete días conforme a la orden dada; y él mismo ha ofrecido un sacrificio, algo que no chocaba con la mentalidad de los antiguos, ver 1Sa_14:32-35. La razón de la repulsa se dará más claramente en el cap. 15.

I Samuel 13,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hch_13:22

NOTAS

13:14 Se trata de David.

I Samuel 13,15
NOTAS

13:15 Seguimos el griego; el hebr. se ha saltado del primer «Guilgal» al segundo.

I Samuel 13,16
NOTAS

13:16 (a) En 1Sa_13:16 comienza el relato antiguo de la batalla de Micmás. Los vv. 1Sa_13:19-22 son un paréntesis.

13:16 (b) Separados por la profunda vaguada de Suveinit, que Jonatán atravesará, 1Sa_14:4 s.

I Samuel 13,18
NOTAS

13:18 Estas tres columnas van a saquear todo el territorio ocupado por la tribu de Benjamín.

I Samuel 13,21
NOTAS

13:21 La traducción es dudosa debido a la abundancia de términos técnicos para designar los utensilios.