II Samuel  21 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 22 versitos |
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APÉNDICE
Venganza de sangre

En el reinado de David hubo hambre durante tres años consecutivos, y David consultó al Señor. El Señor respondió:
– Saúl y su familia están todavía manchados de sangre por haber matado a los gabaonitas.
2 Los gabaonitas no pertenecían a Israel, sino que eran un resto de los amorreos; los israelitas habían hecho un pacto con ellos, pero Saúl, en su celo por Israel y Judá, intentó exterminarlos. El rey David los convocó
3 y les dijo:
–¿Qué puedo hacer por ustedes y cómo indemnizarlos, de modo que bendigan la herencia del Señor?
4 Los gabaonitas contestaron:
– Nosotros no queremos plata ni oro de Saúl y su familia, ni queremos que muera nadie de Israel.
David les dijo:
– Haré lo que me pidan.
5 Entonces dijeron:
– Un hombre quiso exterminarnos, y pensó destruirnos y expulsarnos del territorio de Israel.
6 Que nos entreguen siete de sus hijos varones, y los colgaremos en honor del Señor, en Gabaón, en la montaña del Señor.
David respondió:
– Yo se los entregaré.
7 Perdonó la vida a Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el pacto sagrado que unía a David y Jonatán;
8 pero a Armoní y Meribaal, los dos hijos de Saúl y Rispá, hija de Ayá, y a los cinco hijos de Adriel, hijo de Barzilay, el de Mejolá, y de Merab, hija de Saúl,
9 se los entregó a los gabaonitas, que los colgaron en el monte ante el Señor. Murieron los siete a la vez; fueron ajusticiados durante la cosecha al comienzo de la cosecha de la cebada.
10 Rispá, hija de Ayá, agarró una lona, la extendió sobre la peña y desde el comienzo de la cosecha hasta que llegaron las lluvias estuvo allí espantando día y noche a las aves y a las fieras.
11 Cuando le contaron a David lo que hacía Rispá, hija de Ayá, concubina de Saúl,
12 fue a pedir a los de Yabés de Galaad los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán que los habían recogido a escondidas en la plaza de Beisán, donde los colgaron los filisteos después de la derrota de Saúl en Gelboé,
13 trajo de allí los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán y los juntaron con los huesos de los ajusticiados.
14 Los enterraron todos en el territorio de Benjamín, en Selá, en la sepultura de Quis. Hicieron todo lo que mandó el rey y Dios se aplacó con el país.
15

Batalla contra los filisteos
1 Cr 20,4-8

Estalló de nuevo la guerra entre los filisteos e Israel. David bajó con sus oficiales, acamparon en Gob y dieron batalla a los filisteos. David estaba exhausto.
16 Entonces se adelantó uno de la raza de los gigantes, con una lanza de bronce de tres kilos y una espada nueva, diciendo que iba a matar a David.
17 Pero Abisay, hijo de Seruyá, defendió a David, hirió al filisteo y lo mató. Entonces los de David le exigieron:
–¡Por Dios, no salgas más con nosotros a la batalla, para que no apagues la lámpara de Israel!
18 Después se reanudó en Gob la batalla contra los filisteos. Sibcay, el husita, hirió a Asaf, uno de la raza de los gigantes.
19 Después se reanudó en Gob la batalla contra los filisteos, y Eljanán, hijo de Yaír, el de Belén, mató a Goliat, el de Gat, cuya lanza tenía el asta tan grande como el rodillo de un telar.
20 Después se reanudó la batalla en Gat. Había un gigante con seis dedos en manos y pies, veinticuatro en total, que también era de la raza de los gigantes;
21 desafió a Israel, pero Jonatán, hijo de Samá, hermano de David, lo mató.
22 Esos cuatro hombres de la raza de los gigantes eran de Gat, y cayeron a manos de David y sus oficiales.

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Introducción a II Samuel 

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Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

II Samuel  21,1-14Venganza de sangre. Los gabaonitas son un ejemplo de población cananea incorporada pacíficamente a los nuevos habitantes: tenían una alianza con Israel, con derecho a la vida a cambio de algunas prestaciones (Jos 9). Saúl, en su exclusivismo fanático, había cometido un crimen gravísimo contra el derecho de entonces; es perfectamente razonable que el delito exija reparación. Lo que no parece tan razonable es que la justicia vindicativa se encarnice en los sucesores de Saúl. El derecho de entonces hace responsable a toda la familia. Un valor positivo de aquella legislación era sancionar y robustecer los vínculos de solidaridad y disuadir a los criminales; el aspecto negativo es que, a nuestro parecer, castiga a los inocentes. El delito de sangre exige sangre, y los parientes, por orden de proximidad, tienen que vengarlo: es la institución social del goelato. Cuando el hombre se desentiende, Dios escucha el clamor de la sangre y realiza o exige la reparación de la justicia. El oráculo interpreta el hambre pertinaz como una reclamación de Dios. En algunos casos se podía aceptar una compensación en dinero, otras veces tal compensación estaba prohibida. Una vez que el Señor ha intervenido, la ejecución es un acto en su honor, las víctimas se le ofrecen, en una especie de consagración al Señor de la vida. Las víctimas pueden quedar a merced de fieras o aves; la legislación posterior pide que se retiren los cadáveres antes de la puesta del sol (Deu_21:22s); y los cadáveres de los ajusticiados se entierran en una sepultura común.


II Samuel  21,15-22Batalla contra los filisteos. Empieza aquí una serie de apéndices que intentan completar la historia de David. Las campañas con los filisteos pertenecen a la primera etapa del reino (capítulo 5). Las cuatro hazañas son semejantes y también lo son las fórmulas, como si se tratara de una lista de menciones honoríficas. Lo más curioso es encontrar otra vez a Goliat el de Gat, esta vez matado por Eljanán y no por David. La serie da a entender que entre los filisteos había algunos soldados de enorme corpulencia. Detalles pintorescos o expresiones poéticas animan la sobriedad de la lista. Gob se encontraba probablemente en las cercanías de Jerusalén.