I Reyes 6 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 38 versitos |
1

Construcción del templo
2 Cr 3s

El año cuatrocientos ochenta de la salida de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón en Israel, en el mes segundo, Salomón empezó a construir el templo del Señor.
2 El templo del Señor construido por Salomón medía treinta metros de largo, diez de ancho y quince de alto.
3 El vestíbulo ante la nave del templo ocupaba diez metros a lo ancho del edificio y cinco en profundidad.
4 En el templo hizo ventanales con marcos y enrejados.
5 Y todo alrededor, adosado a los muros del templo, construyó un anexo, rodeando la nave y el santuario con pisos:
6 el piso bajo medía dos metros y medio de ancho; el piso intermedio, tres metros de ancho; el tercero, tres metros y medio de ancho; porque había hecho alrededor del templo, por fuera, unas cornisas, para no tener que empotrar las vigas en los muros del templo.
7 El templo se construyó con piedra labrada ya en la cantera; así durante las obras no se oyeron en el templo martillos, hachas ni herramientas.
8 La entrada del piso bajo estaba en la fachada sur del templo, y por escaleras de caracol se subía al piso segundo, y de éste al tercero.
9 Salomón remató la construcción del templo recubriéndolo con un artesonado de cedro.
10 Hizo una galería adosada a todo el edificio, de dos metros y medio de altura, unida al templo por vigas de cedro.
11 El Señor habló a Salomón:
12 – Por este templo que estás construyendo, si caminas según mis mandatos, pones en práctica mis decretos y cumples todos mis preceptos, caminando conforme a ellos, yo te cumpliré la promesa que hice a tu padre, David:
13 habitaré entre los israelitas y no abandonaré a mi pueblo Israel.
14 Cuando Salomón acabó la construcción del templo,
15 revistió los muros interiores con madera de cedro, desde el suelo hasta el techo;
16 revistió de madera todo el interior; el suelo lo cubrió con tablas de abeto; los diez metros del fondo los recubrió con tablas de cedro, desde el suelo hasta las vigas del techo, y lo destinó a camarín o santísimo.
17 El templo, es decir, la nave delante del camarín, medía veinte metros.
18 El cedro del interior del templo llevaba bajorrelieves de guirnaldas con frutos y flores; todo era de cedro, no se veían las piedras talladas.
19 El camarín, en el fondo del templo, lo destinó para colocar allí el arca de la alianza del Señor.
20 El camarín medía diez metros de largo, diez de ancho y diez de alto; lo revistió de oro puro.
21 Hizo un altar de cedro ante el camarín y lo revistió de oro.
22 Revistió de oro todo el templo, hasta el último hueco.
23 Para el camarín talló dos querubines en madera de olivo: medían cinco metros de altura.
24 Las alas del primero medían dos metros y medio cada una, en total cinco metros de envergadura;
25 el otro querubín medía también cinco metros. Así que los querubines tenían las mismas dimensiones y la misma forma;
26 los dos medían cinco metros de altura.
27 Salomón los colocó en medio del recinto interior, con las alas extendidas, de forma que sus alas exteriores llegaban a los dos muros, mientras que las alas interiores se tocaban una a otra en el centro del recinto.
28 Y revistió de oro los querubines.
29 Sobre los muros del templo, en el camarín y en la nave, todo alrededor, esculpió bajorrelieves de querubines, palmas y guirnaldas de flores.
30 El pavimento del templo, tanto el del camarín como el de la nave, lo revistió de oro.
31 Para la entrada del camarín hizo las puertas de madera de olivo, el dintel y los postes tenían forma pentagonal.
32 Sobre las puertas de madera de olivo labró figuras de querubines, palmas y guirnaldas de flores, y los recubrió de oro, revistiendo con panes de oro el relieve de los querubines y las palmas.
33 Para la entrada de la nave hizo un marco de madera de olivo, de forma cuadrangular,
34 y dos puertas en madera de abeto, cada una con dos hojas giratorias;
35 sobre ellas esculpió querubines, palmas y guirnaldas de flores, y los recubrió de oro, bien aplicado a los relieves.
36 Construyó un patio interior con tres hileras de piedras talladas y una de vigas de cedro.
37 El año cuarto, en el mes de mayo, echó los cimientos del templo,
38 y en el año once, en el mes de noviembre, o sea el mes octavo, terminó todos los detalles, según el proyecto. Lo construyó en siete años.

Patrocinio

 
 

Introducción a I Reyes

1 REYES

Tema. Por el tema, los dos libros de los Reyes continúan la historia de la monarquía y la conducen en movimiento paralelo de dos reinos a la catástrofe sucesiva de ambos. Se diría una historia trágica o la crónica de una decadencia. El paralelismo de los dos reinos determina la composición del libro y hace resaltar una divergencia importante. Conspiraciones las hay en ambos reinos: al norte una conspiración produce cambio de dinastía; al sur produce cambio de monarca de la misma dinastía. Ataques externos los sufren ambos reinos: al norte favorecen los cambios dinásticos, al sur incluso los monarcas impuestos pertenecen a la dinastía de David. ¿Por qué sucede así? Porque la dinastía davídica tiene una promesa del Señor, perdura por la fidelidad de su Dios.

Horizonte histórico.
El autor tiene como horizonte de su libro el pueblo de Israel, unido o dividido. Si cruza la frontera nacional es porque algún personaje extranjero se ha metido en el espacio o el tiempo de los israelitas. Le falta, sin embargo, la visión de conjunto, la capacidad de situar la historia nacional en el cuadro de la historia internacional. Quizás por falta de información, o por falta de interés, o por principio. Los profetas escritores de aquella época tuvieron un horizonte más amplio.
Al faltar dicho horizonte amplio, falta la motivación compleja de muchos hechos que el autor cuenta o recoge. Esto se puede suplir en bastantes casos con datos sacados de los libros proféticos.

El principio teológico. La historia del pueblo y de la monarquía se desarrolla bajo el signo de la alianza, que constituye a Israel como pueblo de Dios y le exige fidelidad exclusiva y cumplimiento de los mandatos; cumplimiento e incumplimiento se sancionan con bendiciones y maldiciones. Es un código de retribución basado en la relación personal del pueblo con su Dios.
La fidelidad exclusiva toma al principio la forma de veneración y culto exclusivos al Señor, eliminando todo politeísmo, idolatría o sincretismo; los lugares de culto están diseminados por el país, aunque existe un santuario central para la corte y las grandes ocasiones.
Muy pronto la fidelidad exclusiva se encuentra amenazada en los santuarios locales: dioses y cultos de fertilidad, introducción de dioses extranjeros, imágenes prohibidas; entonces surgió la idea de atacar el mal en su raíz, purificando constantemente los cultos locales, hasta extirparlos con una fuerte centralización del culto. En ese momento la fidelidad exclusiva al Señor toma la forma de culto en un solo templo.

Mensaje religioso. Se puede resumir en dos palabras: conversión y esperanza. El tema de la conversión del pueblo y el perdón de Dios está presente a lo largo de toda esta historia. La fidelidad del pueblo no es lo último, la fidelidad de Dios la abarca y la desborda. La destrucción no es lo último, la historia continúa. No solo la historia universal -que continúa cuando desaparece Siria- sino la historia de Israel como pueblo de Dios.
El autor no quiere contar la historia de un pueblo desaparecido, sino que habla a los hijos y a los nietos, llamados a continuar la historia dramática. No por méritos del pueblo, sino por la fidelidad de Dios, quedan más capítulos por vivir en la esperanza.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Patrocinio

Notas

I Reyes 6,1-38Construcción del templo. Este capítulo comienza solemnemente, señalando con toda precisión la fecha. Para el autor que escribe estas líneas, la construcción del templo inaugura una nueva etapa en la historia de Israel, al mismo tiempo que cierra la gran etapa de la peregrinación, desde Egipto hasta el descanso en la tierra prometida. El Dios peregrino, que acompañó a su pueblo peregrino, se hace ahora Dios urbano, tomando residencia entre su pueblo.
En cuanto a nosotros, si consideramos que aquel habitar del Señor en el templo entre los suyos era el preludio de su habitación en Cristo entre los hombres, sabremos leer estas páginas a la vez con respeto y con libertad.
Como el novio del Cantar describe el cuerpo amado y sus joyas, así nuestro narrador se complace en describir la forma, las proporciones y la ornamentación del templo amado.
El oraculo (11-13) anuncia que el Señor acepta el templo y explica su sentido. Pero a la luz de los acontecimientos del año 586 (destrucción del templo y destierro del pueblo), la promesa resulta condicionada.