I Reyes 9 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 28 versitos |
1

Nueva aparición y oráculo
2 Cr 7,11-22; Sal 132

Cuando Salomón terminó el templo, el palacio real y todo cuanto quería y deseaba,
2 el Señor se le apareció otra vez, como en Gabaón,
3 y le dijo:
– He escuchado la oración y súplica que me has dirigido. Consagro este templo que has construido, para que en él resida mi Nombre por siempre; siempre estarán en él mi corazón y mis ojos.
4 En cuanto a ti, si procedes de acuerdo conmigo como tu padre, David, con corazón íntegro y recto, haciendo exactamente lo que te mando y cumpliendo mis mandatos y preceptos,
5 conservaré tu trono real en Israel perpetuamente, como le prometí a tu padre, David: No te faltará un descendiente en el trono de Israel.
6 Pero si ustedes o sus hijos se apartan de mí, o no guardan los preceptos y mandatos que yo les he dado, y van a dar culto a otros dioses y los adoran,
7 borraré a Israel de la tierra que yo le di, rechazaré el templo que he consagrado a mi Nombre e Israel será el motivo de burla constante entre todas las naciones.
8 Este templo será un montón de ruinas; los que pasen se asombrarán y silbarán, comentando: ¿Por qué ha tratado así el Señor a este país y a este templo?
9 Y les dirán: Porque abandonaron al Señor, su Dios, que había sacado a sus padres de Egipto; porque se aferraron a otros dioses, los adoraron y les dieron culto; por eso el Señor les ha echado encima esta catástrofe.
10

Eres Cabul
2 Cr 8,1

Salomón construyó los dos edificios, el templo y el palacio, durante veinte años,
11 con la ayuda de Jirán, rey de Tiro, que le proporcionó madera de cedro y abeto y todo el oro que quiso. Al terminar, el rey Salomón dio a Jirán veinte villas en la provincia de Galilea.
12 Jirán salió de Tiro a visitar las poblaciones que le daba Salomón, pero no le gustaron,
13 y protestó:
–¿Son estas las ciudades que me das, hermano mío?
Las llamó Eres Cabul, y así se llama hoy aquella región.
14 Jirán había mandado al rey Salomón cuatro mil kilos de oro.
15

Reclutamiento de trabajadores
2 Cr 8,7-18

Modo como reclutó el rey Salomón trabajadores para construir el templo, el palacio, el terraplén, la muralla de Jerusalén, Jasor, Meguido y Guézer
16 – el Faraón, rey de Egipto, se había apoderado de Guézer, la había incendiado y degollado a los cananeos que la habitaban; luego se la dio como dote a su hija, la esposa de Salomón,
17 y éste la reconstruyó– , Bet-Jorón de Abajo,
18 Baalat, Tamar de la Estepa,
19 como también todos los centros de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades con cuarteles de caballería y carros y cuanto quiso construir en Jerusalén, en el Líbano y en todas las tierras de su Imperio.
20 Salomón hizo primero un reclutamiento de trabajadores forzados no israelitas
21 entre los descendientes que quedaban todavía de los amorreos, hititas, fereceos, heveos y jebuseos – pueblos que los israelitas no habían podido exterminar– .
22 A los israelitas no les impuso trabajos forzados, sino que le servían como soldados, funcionarios, jefes y oficiales de carros y caballería.
23 Los jefes y capataces de las obras, que mandaban a los obreros, eran quinientos cincuenta.
24 Una vez que la hija del Faraón pasó de la Ciudad de David al palacio que le había construido Salomón, entonces se hizo el terraplén.
25 Salomón ofrecía tres veces al año holocaustos y sacrificios de comunión sobre el altar que había construido al Señor, y quemaba perfumes ante el Señor, y mantenía el templo en buen estado.
26 El rey Salomón construyó una flota en Esión Gueber, junto a Eilat, en la costa del Mar Rojo, en el país de Edom.
27 Jirán envió como tripulantes esclavos suyos, marineros expertos, junto con los esclavos de Salomón.
28 Llegaron a Ofir y le trajeron de allí al rey Salomón unos quince mil kilos de oro.

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Introducción a I Reyes

1 REYES

Tema. Por el tema, los dos libros de los Reyes continúan la historia de la monarquía y la conducen en movimiento paralelo de dos reinos a la catástrofe sucesiva de ambos. Se diría una historia trágica o la crónica de una decadencia. El paralelismo de los dos reinos determina la composición del libro y hace resaltar una divergencia importante. Conspiraciones las hay en ambos reinos: al norte una conspiración produce cambio de dinastía; al sur produce cambio de monarca de la misma dinastía. Ataques externos los sufren ambos reinos: al norte favorecen los cambios dinásticos, al sur incluso los monarcas impuestos pertenecen a la dinastía de David. ¿Por qué sucede así? Porque la dinastía davídica tiene una promesa del Señor, perdura por la fidelidad de su Dios.

Horizonte histórico.
El autor tiene como horizonte de su libro el pueblo de Israel, unido o dividido. Si cruza la frontera nacional es porque algún personaje extranjero se ha metido en el espacio o el tiempo de los israelitas. Le falta, sin embargo, la visión de conjunto, la capacidad de situar la historia nacional en el cuadro de la historia internacional. Quizás por falta de información, o por falta de interés, o por principio. Los profetas escritores de aquella época tuvieron un horizonte más amplio.
Al faltar dicho horizonte amplio, falta la motivación compleja de muchos hechos que el autor cuenta o recoge. Esto se puede suplir en bastantes casos con datos sacados de los libros proféticos.

El principio teológico. La historia del pueblo y de la monarquía se desarrolla bajo el signo de la alianza, que constituye a Israel como pueblo de Dios y le exige fidelidad exclusiva y cumplimiento de los mandatos; cumplimiento e incumplimiento se sancionan con bendiciones y maldiciones. Es un código de retribución basado en la relación personal del pueblo con su Dios.
La fidelidad exclusiva toma al principio la forma de veneración y culto exclusivos al Señor, eliminando todo politeísmo, idolatría o sincretismo; los lugares de culto están diseminados por el país, aunque existe un santuario central para la corte y las grandes ocasiones.
Muy pronto la fidelidad exclusiva se encuentra amenazada en los santuarios locales: dioses y cultos de fertilidad, introducción de dioses extranjeros, imágenes prohibidas; entonces surgió la idea de atacar el mal en su raíz, purificando constantemente los cultos locales, hasta extirparlos con una fuerte centralización del culto. En ese momento la fidelidad exclusiva al Señor toma la forma de culto en un solo templo.

Mensaje religioso. Se puede resumir en dos palabras: conversión y esperanza. El tema de la conversión del pueblo y el perdón de Dios está presente a lo largo de toda esta historia. La fidelidad del pueblo no es lo último, la fidelidad de Dios la abarca y la desborda. La destrucción no es lo último, la historia continúa. No solo la historia universal -que continúa cuando desaparece Siria- sino la historia de Israel como pueblo de Dios.
El autor no quiere contar la historia de un pueblo desaparecido, sino que habla a los hijos y a los nietos, llamados a continuar la historia dramática. No por méritos del pueblo, sino por la fidelidad de Dios, quedan más capítulos por vivir en la esperanza.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

I Reyes 9,1-9Nueva aparición y oráculo. Como respuesta a una súplica aparece el oráculo divino anunciando la concesión. Como Salomón ha sido el protagonista de toda la ceremonia, parece que le toca recibir el oráculo sin intermediarios.


I Reyes 9,10-14Eres Cabul. Con las ciudades paga el oro: por Galilea pasaba una de las más importantes rutas comerciales, lo cual era de gran valor para un pueblo comerciante como los fenicios; las ciudades podrían servir para protección y aprovisionamiento de las caravanas. Pero por lo visto Jirán esperaba recibir terrenos de cultivo, con los que compensar la escasez de Fenicia; quizás a Salomón le interesaba seguir exportando grano a su vecino. (Para otra versión léase 2Cr_8:2).
I Reyes 9,15-28Reclutamiento de trabajadores. La antigua muralla de la «Ciudad de David» se ensancha para abarcar las nuevas dimensiones de la capital; así conserva Jerusalén su viejo carácter de plaza fuerte y su capacidad de resistir. Salomón moderniza su ejercito incorporando un cuerpo de carros, al estilo de otras naciones.
Los fenicios eran los grandes marineros de la antigüedad, señores por mucho tiempo del Mediterráneo. Salomón se abre un camino marítimo por el sur (26-28), en la punta del golfo de Aqaba; ello exigía tener sometido y en paz a Edom.
Ofir es en el Antiguo Testamento el país del mejor oro, hasta sonar casi como nombre legendario.