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II Reyes 16,1-20Acaz de Judá. Desde la evaluación negativa de Salomón en 1Re_11:1-33 no habíamos vuelto a encontrar otra igual o peor contra un rey de Judá. Acaz hizo todo lo que reprueba el Señor; no sólo imitó la conducta de los reyes del norte, sino que además participó él mismo de los cultos locales que el deuteronomista y los profetas denunciaban y que todos los reyes anteriores a él apenas sí toleraron. No contento con ello, revivió una antigua costumbre de los pueblos que «el Señor había expulsado ante los israelitas» (3) y que el pueblo judío consideraba abominable hacía mucho tiempo: sacrificar en la hoguera a los hijos primogénitos.
Las políticas interna y externa están muy agitadas bajo este reinado. Ya en el reinado de Yotán, el narrador había advertido que «empezó el Señor a mandar contra Judá a Razín, rey de Damasco, y a Pécaj, hijo de Romelía» (1Re_15:37); pero es Acaz quien debe enfrentarse a estos dos enemigos. Según los historiadores, Damasco e Israel estaban presionando a Judá para conformar una coalición contra Asiria y así zafarse de su poder opresor. Sin embargo, Acaz se inclina por otra salida política: recurre directamente al poderoso del momento para solicitar protección y ayuda contra Damasco e Israel, no sin antes declararse «hijo y vasallo» del rey asirio Tiglat Piléser y de poner en sus manos un generoso presente (7s). Ni corto ni perezoso, el rey asirio atiende el llamado del desesperado rey de Judá y rápidamente se apodera de Damasco, capital de Siria, y mata al rey Razín. Sobre la suerte de Israel no se habla más en este capítulo, pero hemos de suponer que la represión aumenta. En reconocimiento a Tiglat Piléser, Acaz manda construir en Jerusalén un altar idéntico al que ha visto en Damasco, donde se debía celebrar el culto oficial al rey. Es curioso que no haya ni una sola palabra de valoración crítica a esta actuación de Acaz, ya que toca valores tan tradicionales como el Templo, el altar y el culto. Hemos de entender que en la valoración dada en los versículos 3s queda todo dicho.