II Crónicas  33 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 25 versitos |
1

Manasés de Judá (698-643)
2 Re 21,1-18

Manasés tenía doce años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años.
2 Hizo lo que el Señor reprueba, imitando las costumbres abominables de las naciones que el Señor había expulsado ante los israelitas.
3 Reconstruyó los santuarios paganos derruidos por su padre, Ezequías, levantó altares a los baales, erigió postes sagrados, adoró y dio culto a todo el ejército del cielo;
4 puso altares en el templo del Señor, del que había dicho el Señor: Mi nombre estará en Jerusalén para siempre;
5 edificó altares a todo el ejército del cielo en los dos atrios del templo;
6 quemó a sus hijos en el valle de Ben-Hinón; practicó la adivinación, la magia y la hechicería, e instituyó nigromantes y adivinos. Hacía continuamente lo que el Señor reprueba, irritándolo.
7 La imagen del ídolo que había fabricado la colocó en el templo de Dios, del que Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: En este templo y en Jerusalén, a la que elegí entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre,
8 ya no dejaré que Israel ande lejos de la tierra que asigné a sus padres, a condición de que pongan por obra cuanto les mandé, siguiendo la ley, los preceptos y normas de Moisés.
9 Pero Manasés extravió a Judá y a la población de Jerusalén para que se portase peor que las naciones que el Señor había exterminado ante los israelitas.
10 El Señor dirigió su palabra a Manasés y a su pueblo, pero no le hicieron caso.
11 Entonces hizo venir contra ellos a los generales del rey de Asiria, que apresaron a Manasés con ganchos, lo ataron con cadenas de bronce y lo condujeron a Babilonia.
12 En su angustia procuró aplacar al Señor, su Dios, y se humilló profundamente ante el Dios de sus padres
13 y le suplicó. El Señor lo atendió con benignidad, escuchó su súplica y lo hizo volver a Jerusalén, a su reino. Manasés reconoció que el Señor es el verdadero Dios.
14 Más tarde construyó una muralla exterior en la Ciudad de David, desde el oeste de Guijón, en el torrente, hasta la Puerta del Pescado, rodeando el Ofel; la hizo muy alta. Puso oficiales en todas las fortalezas de Judá.
15 Suprimió del templo los dioses extranjeros y el ídolo; y arrojó fuera de la ciudad todos los altares que había construido en el monte del templo y en Jerusalén.
16 Restauró el altar del Señor e inmoló sobre él sacrificios de comunión y de acción de gracias. Y ordenó que los judíos diesen culto al Señor, Dios de Israel.
17 Pero el pueblo siguió sacrificando en los altares paganos, aunque sólo al Señor, su Dios.
18 Para más datos sobre Manasés, la oración que hizo y los oráculos de los videntes que le hablaban en nombre del Señor, Dios de Israel, véase la historia de los reyes de Israel.
19 Su oración y la respuesta que recibió, su pecado y su rebeldía, los lugares donde levantó santuarios paganos y erigió postes sagrados e ídolos antes de su conversión están registrados en la historia de sus videntes.
20 Cuando murió Manasés lo enterraron en su casa. Su hijo Amón le sucedió en el trono.
21

Amón de Judá (643-640)
2 Re 21,19-26

Amón tenía veintidós años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén dos años.
22 Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre, Manasés. Amón sacrificó y dio culto a todos los ídolos que hizo su padre, Manasés.
23 Pero no se humilló ante el Señor, como había hecho su padre; al contrario, multiplicó sus culpas.
24 Sus cortesanos conspiraron contra él y lo asesinaron en el palacio.
25 Pero la población mató a los conspiradores y nombraron rey sucesor suyo a Josías, hijo de Amón.

Patrocinio

 
 

Introducción a II Crónicas 

-

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Patrocinio

Notas

II Crónicas  33,1-20Manasés de Judá. Para 2Re_21:1-18 la figura de Manasés es la del rey impío que multiplicó ídolos y altares, extravió a su pueblo, derramó ríos de sangre inocente y no hizo caso a los profetas, por lo que la destrucción de Jerusalén se hace inevitable debido a sus faltas. El Cronista recoge en parte esta imagen integrándola en un esquema de dos etapas: antes y después de su humillación (19). Para el Cronista resultaba extraño que un rey impío tuviese un reinado tan largo (55 años), signo de la bendición divina, por ello introduce el tema de la humillación y de su exilio en Babilonia (11) para justificar este hecho.


II Crónicas  33,21-25Amón de Judá. Siguiendo a 2Re_21:19-26 el juicio que hace el Cronista del breve reinado de Amón es supremamente negativo. Le atribuye a Amón la condenación que 2Re_21:12 lanza contra Manasés. El fin trágico de Amón fue consecuencia de sus pecados, según la teología del Cronista.