II Crónicas  35 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 27 versitos |
1 Josías celebró en Jerusalén la Pascua del Señor, inmolándola el día catorce del primer mes.
2 Asignó a los sacerdotes sus funciones y los confirmó en el servicio del templo.
3 Y dijo a los levitas consagrados al Señor, encargados de instruir a Israel:
– Dejen el arca santa en el templo que construyó Salomón, hijo de David, rey de Israel; ya no tendrán que trasladarla sobre sus hombros. Dedíquense ahora a servir al Señor, su Dios, y a su pueblo, Israel.
4 Organícense en turnos por familias, como dispusieron por escrito el rey David y su hijo Salomón.
5 Ocupen sus puestos en el santuario, dividiendo sus familias de forma que cada grupo levítico se encargue de un grupo de familias de los otros israelitas, sus hermanos.
6 Inmolen la Pascua, purifíquense y prepárenla para sus hermanos a fin de que ellos puedan cumplir lo que mandó el Señor por medio de Moisés.
7 Josías proporcionó a la gente corderos y cabritos – treinta mil en total– para sacrificios pascuales de todos los presentes y tres mil bueyes, todo ello de la hacienda real.
8 Las autoridades ayudaron voluntariamente al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Jelquías, Zacarías y Yejiel, encargados del templo, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientos animales pascuales y trescientos bueyes.
9 Conanías, Semayas, su hermano Natanael, Jasabías, Yeguiel y Jozabad, jefes de los levitas, proporcionaron a los levitas cinco mil animales pascuales y quinientos bueyes.
10 Cuando estuvo preparada la ceremonia, los sacerdotes ocuparon sus puestos y los levitas se distribuyeron por clases, como había ordenado el rey.
11 Inmolaron la Pascua. Los sacerdotes rociaban la sangre, mientras los levitas desollaban las víctimas.
12 Separaban la parte que debía ser quemada y la entregaban a las diversas familias del pueblo, para que ellas la ofreciesen al Señor, como está escrito en el libro de Moisés. Lo mismo hicieron con los bueyes.
13 Asaron la Pascua, como está mandado, y cocieron los alimentos sagrados en ollas, calderos y cazuelas, repartiéndolos en seguida a toda la gente del pueblo.
14 Después la prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes; como los sacerdotes aaronitas estuvieron ocupados hasta la noche en ofrecer los holocaustos y las grasas, los levitas la prepararon para sí mismos y para ellos.
15 Los cantores, descendientes de Asaf, estaban en sus puestos, como habían mandado David, Asaf, Hemán y Yedutún, vidente del rey. Los porteros ocuparon cada cual su puesto, sin necesidad de abandonar su trabajo, porque sus hermanos levitas se lo prepararon todo.
16 Toda la ceremonia se realizó aquel mismo día: se celebró la Pascua y se inmolaron holocaustos en el altar del Señor, como había mandado el rey Josías.
17 Los israelitas que se hallaban presentes celebraron entonces la Pascua y a continuación la fiesta de los Ázimos durante siete días.
18 Desde los tiempos del profeta Samuel ningún rey de Israel había celebrado una Pascua como la que organizaron Josías, los sacerdotes, los levitas, todos los judíos e israelitas que se encontraban allí y los habitantes de Jerusalén.
19 Se celebró el año dieciocho del reinado de Josías.
20 Bastante después de que Josías restaurase el templo, el rey de Egipto, Necó, se dirigió a Cárquemis, junto al Éufrates, para entablar batalla. Josías salió a hacerle frente.
21 Entonces Necó le envió este mensaje:
– No te metas en mis asuntos, rey de Judá. No vengo contra ti, sino contra la dinastía que me hace la guerra. Dios me ha dicho que me dé prisa. Deja de oponerte a Dios, que está conmigo, no sea que él te destruya.
22 Pero Josías no retrocedió sino que se empeñó en combatir. Desatendiendo lo que Dios le decía por medio de Necó, entabló batalla en la llanura de Meguido.
23 Los arqueros dispararon contra el rey Josías, y éste dijo a sus servidores:
– Sáquenme del combate, porque estoy gravemente herido.
24 Sus servidores lo sacaron del carro, lo trasladaron al otro que poseía y lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Lo enterraron en las tumbas de sus antepasados. Todo Judá y Jerusalén hizo duelo por Josías.
25 Jeremías compuso una elegía en su honor, y todos los cantores y cantoras siguen recordándolo en sus elegías. Se han hecho tradicionales en Israel; pueden verse en las Lamentaciones.
26 Para más datos sobre Josías, las obras de piedad que hizo de acuerdo con la ley del Señor
27 y todas sus gestas, de las primeras a las últimas, véase el libro de los reyes de Israel y Judá.

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Introducción a II Crónicas 

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Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

II Crónicas  35,1-27Josías de Judá. El relato se basa 2Re_22:1-23, 30. El Cronista presenta la reforma de Josías de manera distinta que el Libro de los Reyes. Coloca al comienzo la reforma como acto de limpieza radical de cualquier forma de idolatría, limpieza que incluso va más allá de los límites del reino de Judá. Posteriormente relata el descubrimiento del Libro de la Ley (2Re_34:14-21) que motivaría una nueva reforma religiosa (33). El relato de la Pascua de Josías es mucho más extenso que el narrado en 2Re_23:21-23. En este relato pone de relieve el papel de los levitas sobre el de los sacerdotes (2Re_35:3-6). Los versículos. 35,7-9 muestran que la celebración familiar de la Pascua se ha transformado en una fiesta nacional, donde además de la inmolación de los corderos, se incluyen holocaustos de comunión en los que el pueblo está llamado a participar (35,10-17). El relato de la muerte de Josías (35,20-27) muestra que, si bien Josías fue un monarca piadoso y gran reformador, éste murió trágicamente en una batalla inútil contra el faraón Necó, que no estaba en guerra contra Judá (35,21). Esto supuso un escándalo o un misterio para el pueblo. El Cronista interpreta la muerte de Josías, de algún modo, como signo de la desaprobación divina a un pecado personal. De manera sorprendente el pecado es descrito como un rechazo a escuchar la Palabra de Dios pronunciada por el faraón Necó (35,22). Desconocemos el texto de las Lamentaciones que se refiere el autor en 35,25.