Esdras  1 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 11 versitos |
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Esdras
La vuelta del destierro

El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca de Jeremías, movió a Ciro de Persia a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino:
2 Ciro, rey de Persia, decreta: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá.
3 Los que pertenezcan a ese pueblo, que su Dios los acompañe y suban a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén.
4 Y a todos los supervivientes, dondequiera que residan, la gente del lugar les proporcionará plata, oro, hacienda y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Dios de Jerusalén.
5 Entonces, todos los que se sintieron movidos por Dios – jefes de familia de Judá y Benjamín, sacerdotes y levitas– se pusieron en marcha y subieron a reedificar el templo de Jerusalén.
6 Sus vecinos les proporcionaron de todo: plata, oro, hacienda, ganado y otros muchos regalos, además de las ofrendas voluntarias.
7 El rey Ciro hizo entrega de los utensilios del templo que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén para colocarlo en el templo de su dios.
8 Ciro de Persia los puso en manos del tesorero Mitrídates, que los contó delante de Sesbasar, príncipe de Judá.
9 Era la siguiente cantidad: treinta copas de oro, mil copas de plata, veintinueve cuchillos,
10 treinta vasos de oro, cuatrocientos diez vasos de plata y mil objetos de otras clases.
11 Total de objetos de oro y plata: cinco mil cuatrocientos. Sesbasar los llevó todos consigo cuando los desterrados subieron de Babilonia a Jerusalén.

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Introducción a Esdras 

ESDRAS-NEHEMÍAS

¿Dos libros? Originariamente se trata de un solo libro, incorporado a la obra del Cronista. Más tarde sucede la separación, la colocación en la Biblia hebrea de Esdras y Nehemías antes de Crónicas y la división de Esdras en dos partes, llamadas primero y segundo libro de Esdras; posteriormente el segundo recibe el nombre de Nehemías, dando así relieve al personaje al asignarle un libro.

Orden de los libros y orden de los hechos. Los veintitrés capítulos no están en orden cronológico ni en el orden literario original. Se refieren a dos etapas distanciadas por un siglo: la primera repatriación, con la actividad de Ageo y Zacarías; otra repatriación con la actividad de Esdras y Nehemías. La primera es capital, porque afirma la continuidad del pueblo y de su historia. La segunda es importante para sus protagonistas y fuente de información fidedigna para nosotros. Es probable que Nehemías actuara antes que Esdras.
Dada la dificultad de restablecer el orden primitivo, proponemos aquí la reconstrucción que aceptamos como más probable -sin ir hasta los últimos detalles-.
Esdras 1-6: Repatriación en el 538 a.C. 1: Decreto de tolerancia. 2: Lista de repatriados. Llegada. 3: Construcción de un altar, se reanuda el culto, fiesta de las Chozas. Preparativos para el templo, se echan los cimientos. 4,1-5.24: Estorbos contra las obras. 5: Se reanudan los trabajos. 6: Dedicación del Templo. 4,6-23: Intrigas contra los judíos.
Nehemías 1-7: Construcción de la muralla. 1: En la corte: malas noticias, oración. 2: Permiso, viaje, inspección nocturna, dificultades. 3: Reparto del trabajo de construcción, burlas. 4: Amenazas; los constructores se arman. 5: Problemas sociales y desinterés de Nehemías. 6: Intrigas de los enemigos, intimidación y falsa profecía. 7,1-3: Las puertas de la ciudad.
Nehemías 7,4-72; 11-12: Repoblación de Jerusalén. 7: Repoblación de la capital, lista de repatriados. 11: Continuación de las listas. 12: Listas de sacerdotes y levitas. Inauguración de la muralla. Resumen.
Nehemías 8-10; 13: Alianza y reformas. 8: Lectura de la Ley. Fiesta de las Chozas. 9: Liturgia penitencial, oración de Esdras. 10: Renovación de la Alianza. 13: Reformas de Nehemías.
Esdras 7-10. 7: Esdras recibe poderes del rey persa. 8: Lista de repatriados. Viaje a Jerusalén. 9: Matrimonios mixtos: penitencia. 10: Asamblea, compromiso y ejecución. Lista.

Fuentes, autor y época.
El autor ha utilizado las siguientes fuentes: Listas de personas y lugares conservadas quizás en el archivo del Templo o en algún archivo civil; algunas estaban ya incorporadas a las memorias. Un relato en arameo sobre la reconstrucción del Templo, que el autor recoge sin traducir: Esd 5s y 4,6-23. Las memorias de Esdras que abarcan: ,36; Neh 8; Esd 9s; Neh 9s. Las memorias de Nehemías que abarcan: Neh 1-7; 11-13.
El autor retoca y añade en diversas ocasiones; en general, respeta el texto original. Y hemos de agradecerle que haya dejado hablar a los protagonistas.
Para algunos, el autor del conjunto es el mismo de las Crónicas. Por eso se suele llamar esta obra histórica la Historia del Cronista. Su fecha de composición más probable es hacia el año 400 a.C. Al interrumpir la narración con la primera actividad de Esdras, parece considerar que los años siguientes no habían traído acontecimientos decisivos. Así comienza el gran silencio histórico, que se extiende hasta el tiempo de los seléucidas.

Mensaje religioso. ¿Qué añade estos libros al mensaje de Crónicas? Los que separaron este libro de los capítulos precedentes que conocemos por el nombre de Crónicas, sintieron que con esta nueva página comenzaba una nueva era. A nueva era, nuevo libro. Precisamente el interés de Dios en la historia humana hace posible y real la nueva era. El Señor que «incitó» a Nabucodonosor al castigo, «suscita» ahora a Ciro para la reconstrucción.
Así se afirma el protagonismo de Dios: podrá la historia medirse por reinos humanos, pero su verdadero motor es Dios. Y su instrumento es el corazón del hombre: «El corazón del rey es una acequia a disposición de Dios, la dirige a donde quiere» ( Pro_21:1 ).
Promulgando «el año primero de su reinado» un edicto de tolerancia religiosa, el emperador Ciro define su política y pregona el advenimiento de una nueva era. En la historia de Israel comienza también una nueva era. En adelante los israelitas serán los judíos, al rey sucederá el sacerdote; a los profetas, la escatología. En esta etapa se moldeará la comunidad del futuro.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Esdras  1,1-11La vuelta del destierro. Comienza una nueva era. Los que separaron este libro de los capítulos precedentes, que conocemos con el nombre de Crónicas, sintieron que con esta página comenzaba una nueva era, y entonces, a nueva era, nuevo libro. El Cronista quiso describir un final y lo concentró en Jerusalén, Templo y muralla. De los habitantes, unos murieron y otros fueron deportados como esclavos. Es decir, en la tierra prometida no quedaba nada, ni Templo, ni ciudad, ni habitantes. Quedaba un resto en Babilonia, y quedaba la fidelidad del Señor, soberano de la historia.
Precisamente ese interés de Dios en la historia de los hombres hace posible la nueva era. El Señor que incitó a Nabucodonosor para el castigo, suscita a Ciro para la restauración. Y, ¿cuál es la novedad? En la historia universal, el advenimiento de un nuevo imperio, que reemplaza a Asiria y Babilonia, aportando formas nuevas de vida internacional. Hay una novedad en la relación de Ciro con los judíos. El Señor no suscita jueces ni un rey para realizar su independencia, suscita un monarca extranjero. Sometida a él como provincia de un gran imperio, la comunidad judía se salvará de los enemigos vecinos y de las tentaciones políticas internas.
En la historia de Israel también comienza una nueva era. Ya el nombre lo dice: en adelante los israelitas serán los judíos; al rey sucederá el sacerdote; a los profetas la escatología. En esta etapa se modelará la nueva comunidad del futuro. En el edicto de tolerancia religiosa (2), el nuevo emperador define su política. La reconstrucción de los templos es una manera de congraciarse con las poblaciones locales y especialmente ganarse el apoyo de la clase sacerdotal, muy influyente de ordinario. La repatriación (3) será un modo de deshacer la política de los monarcas babilonios. Éstos habían quebrantado el nacionalismo judío. Ciro, permitiendo el regreso de los exilados marcaba la distancia que lo separaba de aquella política.
Este segundo éxodo es de principio a fin obra de Dios. No vuelven todos sino aquellos a quienes Dios «mueve» (5). Históricamente fue así: en la primera expedición solo regresaron unos escogidos, los entusiastas, los contagiados con la esperanza que predicó Isaías II, otros muchos se quedaron, los que habían perdido definitivamente la esperanza, los que se habían mezclado con la población, los que habían hecho fortuna en el destierro y no querían sacrificarla. No todos se sintieron movidos por Dios. Hacía falta en aquel momento sentir la pobreza o tener el desprendimiento para ponerse en marcha.