Esdras  8 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 36 versitos |
1 Lista de los jefes de familia, indicando su genealogía, que subieron conmigo desde Babilonia durante el reinado de Artajerjes:
2 De los descendientes de Fineés, Guersón.
De los descendientes de Itamar, Daniel.
3 De los descendientes de David, Jatús, hijo de Secanías.
De los descendientes de Farós, Zacarías y ciento cincuenta registrados con él.
4 De los descendientes de Pajat Moab, Elioenay, hijo de Zerajías, con doscientos varones.
5 De los descendientes de Zatú, Secanías, hijo de Yajziel, con trescientos varones.
6 De los descendientes de Adín, Ebed, hijo de Jonatán, con cincuenta varones.
7 De los descendientes de Elam, Isaías, hijo de Atalías, con setenta varones.
8 De los descendientes de Sefatías, Zebadías, hijo de Miguel, con ochenta varones.
9 De los descendientes de Joab, Abdías, hijo de Yejiel, con doscientos dieciocho varones.
10 De los descendientes de Baní, Selomit, hijo de Yosifías, con ciento sesenta varones.
11 De los descendientes de Bebay, Zacarías, hijo de Bebay, con veintiocho varones.
12 De los descendientes de Azgad, Juan, hijo de Hacatán, con ciento diez varones.
13 De los descendientes de Adonicán, los últimos, llamados Elifélet, Yeguiel y Semayas, con sesenta varones.
14 De los descendientes de Bigvay, Utay y Zabud, con setenta varones.
15

El viaje a Jerusalén

Los reuní junto al río que corre hacia Ahavá; acampamos allí tres días, y observé que había gente del pueblo y sacerdotes, pero no encontré levitas.
16 Entonces envié a los jefes Eliezer, Ariel, Semayas, Elnatán, Yarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulán, y a Yoyarib y Elnatán, hombres prudentes,
17 con la orden de presentarse a Idó, jefe de la localidad de Casifía, a fin de que nos proporcionaran empleados para el templo de nuestro Dios.
18 Gracias a Dios, nos enviaron un hombre prudente, descendiente de Majlí, de Leví, de Israel: Serebías, que vino con dieciocho personas entre hijos y hermanos.
19 También nos enviaron a Jasabías e Isaías, descendientes de Merarí, con veinte entre hijos y hermanos.
20 Y doscientos veinte empleados del templo, de los que David y las autoridades destinaron al servicio de los levitas. Todos fueron designados por su nombre.
21 Allí, junto al río Ahavá, proclamé un ayuno para hacer penitencia ante nuestro Dios y pedirle un feliz viaje para nosotros, nuestros niños y nuestros bienes.
22 Porque nos daba vergüenza pedirle al rey infantes y soldados de caballería que nos protegiesen de los enemigos durante el viaje, después de haberle dicho: Nuestro Dios protege a los que le sirven, mientras su poder y su cólera se vuelven contra los que lo abandonan.
23 Por esta intención ayunamos y suplicamos al Señor, que nos atendió benignamente.
24 Escogí a doce príncipes de los sacerdotes y también a Serebías y Yasabías con diez de sus hermanos.
25 Pesé ante ellos la plata, el oro y los objetos que el rey, sus consejeros y los israelitas residentes allí habían entregado como ofrenda al templo de nuestro Dios.
26 Lo pesé, y les entregué diecinueve mil quinientos kilos de plata, cien objetos de plata que pesaban sesenta kilos y tres mil kilos de oro,
27 veinte copas de oro de mil dáricos y dos objetos de bronce fino dorado, valiosos como el oro.
28 Y les dije:
– Ustedes están consagrados al Señor. Estos objetos son sagrados y la plata y el oro son ofrendas voluntarias al Señor, Dios de nuestros padres.
29 Vigílenlos y guárdenlos hasta que los pesen en Jerusalén, en las salas del templo, delante de los príncipes de los sacerdotes, los levitas y los jefes de familia de Israel.
30 Los sacerdotes y levitas tomaron la plata, el oro y los objetos que habían contado para llevarlos a Jerusalén, al templo de nuestro Dios.
31 El doce de marzo partimos del río Ahavá y nos encaminamos hacia Jerusalén. Nuestro Dios nos protegió y nos libró de enemigos y salteadores durante el viaje.
32 Llegamos a Jerusalén y descansamos allí tres días.
33 El cuarto contamos la plata, el oro y los objetos en el templo de nuestro Dios y se los entregamos al sumo sacerdote, Meremot, hijo de Urías, en presencia de Eleazar, hijo de Fineés, y de los levitas Yozabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binuy.
34 Tras contar y pesar todo, se puso el inventario por escrito.
35 Los deportados que volvían del cautiverio ofrecieron holocaustos al Dios de Israel: doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce chivos como sacrificio expiatorio; todos en holocausto al Señor.
36 Luego entregaron los decretos del rey a los gobernadores imperiales y a los funcionarios de Transeufratina, que ayudaron al pueblo y al templo de Dios.

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Introducción a Esdras 

ESDRAS-NEHEMÍAS

¿Dos libros? Originariamente se trata de un solo libro, incorporado a la obra del Cronista. Más tarde sucede la separación, la colocación en la Biblia hebrea de Esdras y Nehemías antes de Crónicas y la división de Esdras en dos partes, llamadas primero y segundo libro de Esdras; posteriormente el segundo recibe el nombre de Nehemías, dando así relieve al personaje al asignarle un libro.

Orden de los libros y orden de los hechos. Los veintitrés capítulos no están en orden cronológico ni en el orden literario original. Se refieren a dos etapas distanciadas por un siglo: la primera repatriación, con la actividad de Ageo y Zacarías; otra repatriación con la actividad de Esdras y Nehemías. La primera es capital, porque afirma la continuidad del pueblo y de su historia. La segunda es importante para sus protagonistas y fuente de información fidedigna para nosotros. Es probable que Nehemías actuara antes que Esdras.
Dada la dificultad de restablecer el orden primitivo, proponemos aquí la reconstrucción que aceptamos como más probable -sin ir hasta los últimos detalles-.
Esdras 1-6: Repatriación en el 538 a.C. 1: Decreto de tolerancia. 2: Lista de repatriados. Llegada. 3: Construcción de un altar, se reanuda el culto, fiesta de las Chozas. Preparativos para el templo, se echan los cimientos. 4,1-5.24: Estorbos contra las obras. 5: Se reanudan los trabajos. 6: Dedicación del Templo. 4,6-23: Intrigas contra los judíos.
Nehemías 1-7: Construcción de la muralla. 1: En la corte: malas noticias, oración. 2: Permiso, viaje, inspección nocturna, dificultades. 3: Reparto del trabajo de construcción, burlas. 4: Amenazas; los constructores se arman. 5: Problemas sociales y desinterés de Nehemías. 6: Intrigas de los enemigos, intimidación y falsa profecía. 7,1-3: Las puertas de la ciudad.
Nehemías 7,4-72; 11-12: Repoblación de Jerusalén. 7: Repoblación de la capital, lista de repatriados. 11: Continuación de las listas. 12: Listas de sacerdotes y levitas. Inauguración de la muralla. Resumen.
Nehemías 8-10; 13: Alianza y reformas. 8: Lectura de la Ley. Fiesta de las Chozas. 9: Liturgia penitencial, oración de Esdras. 10: Renovación de la Alianza. 13: Reformas de Nehemías.
Esdras 7-10. 7: Esdras recibe poderes del rey persa. 8: Lista de repatriados. Viaje a Jerusalén. 9: Matrimonios mixtos: penitencia. 10: Asamblea, compromiso y ejecución. Lista.

Fuentes, autor y época.
El autor ha utilizado las siguientes fuentes: Listas de personas y lugares conservadas quizás en el archivo del Templo o en algún archivo civil; algunas estaban ya incorporadas a las memorias. Un relato en arameo sobre la reconstrucción del Templo, que el autor recoge sin traducir: Esd 5s y 4,6-23. Las memorias de Esdras que abarcan: ,36; Neh 8; Esd 9s; Neh 9s. Las memorias de Nehemías que abarcan: Neh 1-7; 11-13.
El autor retoca y añade en diversas ocasiones; en general, respeta el texto original. Y hemos de agradecerle que haya dejado hablar a los protagonistas.
Para algunos, el autor del conjunto es el mismo de las Crónicas. Por eso se suele llamar esta obra histórica la Historia del Cronista. Su fecha de composición más probable es hacia el año 400 a.C. Al interrumpir la narración con la primera actividad de Esdras, parece considerar que los años siguientes no habían traído acontecimientos decisivos. Así comienza el gran silencio histórico, que se extiende hasta el tiempo de los seléucidas.

Mensaje religioso. ¿Qué añade estos libros al mensaje de Crónicas? Los que separaron este libro de los capítulos precedentes que conocemos por el nombre de Crónicas, sintieron que con esta nueva página comenzaba una nueva era. A nueva era, nuevo libro. Precisamente el interés de Dios en la historia humana hace posible y real la nueva era. El Señor que «incitó» a Nabucodonosor al castigo, «suscita» ahora a Ciro para la reconstrucción.
Así se afirma el protagonismo de Dios: podrá la historia medirse por reinos humanos, pero su verdadero motor es Dios. Y su instrumento es el corazón del hombre: «El corazón del rey es una acequia a disposición de Dios, la dirige a donde quiere» ( Pro_21:1 ).
Promulgando «el año primero de su reinado» un edicto de tolerancia religiosa, el emperador Ciro define su política y pregona el advenimiento de una nueva era. En la historia de Israel comienza también una nueva era. En adelante los israelitas serán los judíos, al rey sucederá el sacerdote; a los profetas, la escatología. En esta etapa se moldeará la comunidad del futuro.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Esdras  8,1-14Esdras llega a Jerusalén. Con Esdras surge una nueva clase intelectual y religiosa en la historia de los judíos: el letrado o experto en la Ley. La función pudo muy bien nacer y desarrollarse en el destierro, cuando faltaba el culto. Un siglo más tarde, al acabarse prácticamente la clase profética, el experto de la Ley vería crecer su autoridad.
La Ley era ante todo un cuerpo de prescripciones, pero también por extensión, un cuerpo literario, que los letrados ayudaron a seleccionar, fijar, conservar y transmitir. De aquí pudo surgir la leyenda que hizo a Esdras el creador del primer canon de las Escrituras hebreas. En 7,10 tenemos descrita la vocación del «letrado»; se dedica a estudiar para «practicar y enseñar». La observancia es parte de su profesión, es maestro también con el ejemplo. En Eclo 39 se describe esta profesión como la más ilustre.


Esdras  8,15-36El viaje a Jerusalén. En total resultan casi mil quinientos varones. Parece como si la comunidad de Judá necesitase periódicamente estos refuerzos de población procedente de la diáspora.
En los versículos 21-23 vemos al guía espiritual de la caravana. Un viaje tan largo era un riesgo repetido por las bandas de salteadores que acechan las rutas caravaneras; el riesgo se multiplicaba cuando los peregrinos transportaban cargas valiosas. Pero Esdras no acepta escolta militar, así demostraba ante el emperador la grandeza de su Dios que cuida de sus fieles; y a los peregrinos les enseñaba a confiar en Dios, más que en los hombres. Nuevamente el desierto desempeña una función de prueba.