Exodo  25 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 40 versitos |
1

[A] Tributos para la construcción del Santuario
1 Re 7,13-51

El Señor habló a Moisés:
2 – Ordena a los israelitas que recojan una ofrenda para mí; ustedes la recibirán de todos los que generosamente me la ofrezcan.
3 »Las ofrendas que ustedes aceptarán son: oro, plata y bronce;
4 púrpura violácea, roja y escarlata; lino y pelo de cabra;
5 pieles de carnero curtidas; pieles finas y maderas de acacia;
6 aceite para la lámpara y perfumes para la unción y el sahumerio;
7 piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.
8 »Hazme un santuario, y moraré entre ellos.
9 En su construcción te ajustarás al modelo del santuario y de los utensilios que yo te mostré.
10

[B] El arca
37,1-9

»Harás un arca de madera de acacia: ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto.
11 »La revestirás de oro puro por dentro y por fuera, y alrededor le aplicarás un listón de oro.
12 »Fundirás oro para hacer cuatro anillas, que colocarás en los cuatro ángulos, dos a cada lado.
13 »Harás también unos travesaños de madera de acacia y los revestirás de oro,
14 y los meterás por las anillas laterales del arca, para poder transportarla.
15 Los travesaños permanecerán metidos en las anillas del arca, y no se sacarán.
16 Dentro del arca guardarás el documento de la alianza que te daré.
17 »Harás también una tapa de oro puro de ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho.
18 En sus dos extremos harás dos querubines cincelados en oro:
19 cada uno arrancará de un extremo de la tapa,
20 y la cubrirán con las alas extendidas hacia arriba. Estarán uno frente a otro, mirando al centro de la tapa.
21 »Cubrirás el arca con la tapa, y dentro de ella guardarás el documento de la alianza que te daré.
22 Allí me encontraré contigo, y desde encima de la tapa, en medio de los querubines del arca de la alianza, te diré todo lo que tienes que mandar a los israelitas.
23

[C] Mesa de los panes presentados
37,10-16

»Harás una mesa de madera de acacia de cien centímetros de largo por cincuenta de ancho y setenta y cinco de alto;
24 la revestirás de oro puro y aplicarás alrededor un listón de oro.
25 »Pondrás alrededor de ella una abrazadera de un palmo, y alrededor de la abrazadera un listón de oro.
26 »Harás cuatro anillas de oro y las colocarás en los ángulos de las cuatro patas.
27 Las anillas estarán sujetas a la abrazadera; por ellas se meterán los travesaños para poder transportar la mesa.
28 »Harás los travesaños de madera de acacia, los revestirás de oro y con ellos transportarás la mesa.
29 »Harás también fuentes, bandejas, jarras y copas para la libación: todo de oro puro.
30 »Sobre la mesa pondrás los panes presentados, de modo que estén siempre ante mí.
31

[D] Candelabro
37,17-24

»Harás un candelabro de oro puro labrado a martillo: base, fuste, copas, cálices y corolas formarán una sola pieza.
32 De sus lados arrancarán seis brazos, tres a cada lado.
33 Cada brazo tendrá tres copas, como flores de almendro, con cáliz y corola; serán iguales los seis brazos que arrancan del candelabro.
34 El candelabro tendrá cuatro copas, como flores de almendro, con cáliz y corola.
35 Un cáliz debajo de cada pareja de brazos del candelabro; serán iguales los seis brazos del candelabro.
36 Cálices y fustes arrancarán de él, todos por igual, cincelados en oro puro.
37 »Harás también siete lámparas y las pondrás sobre el candelabro, de modo que iluminen la parte delantera.
38 Las tenazas para arreglar los pabilos y los ceniceros serán de oro puro.
39 Emplearás treinta kilos de oro para hacer el candelabro y todos sus utensilios.
40 »Te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la montaña.

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Introducción a Exodo 

ÉXODO

El Éxodo, segundo libro del Pen tateuco, es el libro de la li beración y de la Alianza, de los primeros pa sos por el desierto y de la fabricación del instrumental cúltico. Libro heterogéneo por tema y origen. La división te máti ca se da por bloques bastante diferenciados, la división por origen impone mu chas veces destrenzar lo trenzado por el autor del libro ac tual.

Salida de Egipto. Éste es el gran libro épico de la liberación. El Señor irrumpe en la historia poniéndose al lado de un pueblo de esclavos, oprimido por Egipto, una de las potencias de aquel entonces. El faraón resiste al actuar divino por ra zón de Estado: razón política, por que la minoría extranjera se está haciendo mayoría; razón militar, porque podrían convertirse en peli groso apoyo del enemigo; ra zón económica, porque suministran mano de obra gratis.
Es inevitable el choque de fuerzas. En diez encuentros el Señor descarga sus golpes. Los dos primeros encuentros quedan indecisos; al tercero, el Señor se impone; al séptimo, el faraón reconoce su culpa; al décimo, los israelitas son empujados a salir del país de la opresión. El autor último, utilizando textos diversos, compone un cuadro estilizado y grandioso.
El Señor actúa, en parte, por medio de Moisés, el gran liberador humano, que repite por adelantado la experiencia del pueblo, se so lidariza con él, lo moviliza. Se en frenta tenazmente con el faraón y va creciendo en estatura hasta hacerse figura legendaria.
El último acto se desenvuelve en un escenario cósmico: un de sierto hostil que se dilata a la espalda, un agua amenazadora que cierra el paso al frente, un viento aliado que cumple las órdenes de Dios. En la batalla cósmica se consuma la derrota de un ejército prepotente y la salvación de un pueblo desarmado.
Estos capítulos se clavan en la memoria del pueblo, convirtiéndose en modelo o patrón de sucesivas liberaciones; con la misma función penetran en el Nuevo Testamento y extienden su influjo e inspiración incluso a gente que no cree en ese Dios liberador. El Señor será para siempre en Israel «el que nos sacó de Egipto, de la esclavitud».

Historicidad. ¿Quiso el autor escribir historia, o sea, relatar hechos sucedidos? En caso afirmativo, ¿qué criterios y técnicas narrativas empleó? Partiendo del texto, ¿podemos reconstruir un proceso histórico? Y si esto es posible, ¿podemos rastrear sus huellas?
El libro no nos ayuda mucho a responder a estas preguntas, pues es muy vago en detalles significativos, y contiene grandes silencios y lagunas al respecto, p. ej. ¿Cómo se llama el faraón? -En otros libros se suministran nombres: Necó, Nabucodonosor, Ciro, etc.-. No se aducen fechas. Casi todo es anónimo e indiferenciado.
Fuera del libro no encontramos en la literatura circundante referencias precisas a los hechos narrados. La arqueología de Palestina ofrece un testimonio ambiguo. Evidencia movimientos de población y cambios culturales hacia el 1200 a.C. al pasar de la edad de bronce a la del hierro; pero en muchos detalles no concuerda con el relato bíblico.
No cabe duda, sin embargo, que el autor está narrando hechos que sucedieron y que marcaron para siempre la identidad del pueblo de Israel. Y es este sentido de su propia trayectoria histórica lo que quiere dejar constancia escrita.
A favor de la historicidad básica del libro del Éxodo, se aduce la exactitud del color egipcio y muchos detalles: nombres, prácticas, fenómenos. Y sobre todo, un argumento de coherencia: sin una experiencia egipcia y una salida con un guía, es muy difícil explicar la historia sucesiva y los textos bíblicos.
Se señala como fecha más probable para los acontecimientos el reinado en Egipto de Ramsés II, nieto de Ramsés I, fundador de la dinastía XVIII, e hijo de Seti I, quien restableció el dominio egipcio sobre Palestina y Fenicia. Firmado el tratado de paz con el monarca hitita Hatusilis III, el faraón sucumbió a una fiebre constructora; ciudades, monumentos, estatuas.

Mensaje religioso. Pero por encima de todo, el Éxodo es el testimonio de la revelación de Dios como liberador, sensible al dolor y al clamor de un pueblo que sufre la opresión y que, por tanto, decide inclinar su fuerza en favor del débil.
Esta auto-revelación de un Dios que no tolera la opresión ni la injusticia, es la clave para entender la forma cómo la fe israelita describe las acciones que dieron como resultado su liberación del poderío egipcio. Pero también sigue siendo la clave permanente para que todo pueblo oprimido, de hoy y de mañana, se sacuda de la opresión de toda esclavitud, contando siempre no sólo con la aprobación de Dios, sino lo que es más importante, con el poder y el aliento de su presencia liberadora.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Exodo  25,1-9[A] Tributos para la construcción del Santuario. Según la mentalidad de la corriente teológico-literaria sacerdotal (P), Dios exige una morada terrena para habitar en medio del pueblo (8), cuya construcción debe ajustarse a un modelo determinado por Dios mismo (9). Aunque lo que esta corriente (P) tiene en mente es propiamente el templo de Jerusalén, retroproyecta al Sinaí las órdenes para construirlo, primero, como una especie de Santuario portátil que acompañará a los israelitas en sus jornadas por el desierto. No era extraño para las antiguas tribus seminómadas llevar consigo una tienda especialmente diseñada con pieles rojas que tenía un carácter sagrado, ya que en ella portaban las estatuas de sus divinidades; gracias a su compañía se sentían seguros. Israel también estuvo acompañado por su Dios durante el camino del desierto. Cuando ya se instaló en la tierra, ese Santuario pasó de ser portátil a fijo, según el mismo modelo del primero.


Exodo  25,10-22[B] El arca. La función propia del arca era contener el documento de la Alianza, de ahí su nombre «arca de la Alianza» o «arca del testimonio». Más tarde, la tradición le añade el bastón de Moisés y la porción de maná que el Señor había ordenado guardar en 16,32-34. Pero lo más importante es que el arca poseía una tapa diseñada especialmente, como una placa de oro, y era el lugar donde el Señor se encontraba con Moisés cuando venía a impartir sus mandatos (22). Esta tapa se describe como el espacio más sagrado del arca, dada la presencia de dos querubines que representan ese valor sagrado. El sentido religioso de Israel hizo evolucionar el valor simbólico de esta tapa hacia lo penitencial y expiatorio, considerando el lugar «propiciatorio» o de perdón (cfr. Lv 16).
Exodo  25,23-30[C] Mesa de los panes presentados. La mesa especialmente diseñada con materiales preciosos indica su exclusivo uso sagrado. Servía para contener los panes presentados o panes de la presencia o de la proposición. El pan servía como recordatorio de la Alianza de Dios con las doce tribus de Israel. Lev_24:5-9 indica que debían ser doce tortas de pan sin levadura, y cambiarse cada sábado y ser consumidas exclusivamente por los sacerdotes. Una tradición cuenta que David y sus acompañantes entraron hambrientos al Santuario y al no encontrar qué comer consumieron estos panes (1Sa_21:1-6). A esa tradición se refiere Jesús en Mar_2:25-28 para indicar que ni siquiera estas normas tan rígidas pueden estar por encima del ser humano.
Exodo  25,31-40[D] Candelabro. La iluminación del recinto es motivo también de una estricta legislación. El candelabro posee unas características tan precisas y particulares, que algunos piensan que se trata de la representación simbólica de un árbol sagrado, que de algún modo expresaría la fecundidad que deriva de la unión de Dios con su pueblo. Este modelo de candelabro, denominado también «menorah», es conocido en todo el mundo como uno de los emblemas más significativos del moderno Israel.