Exodo  29 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 46 versitos |
1

Ritual de consagración

– Rito de consagración de mis sacerdotes:
»Tomarás un novillo y dos carneros sin defecto,
2 pan ázimo, tortas ázimas amasadas con aceite y galletas ázimas untadas de aceite, todo ello preparado con harina de trigo de la mejor calidad.
3 Lo pondrás en una canasta y lo presentarás junto con el novillo y los dos carneros.
4 Después mandarás acercarse a Aarón y a sus hijos a la entrada de la tienda del encuentro y los harás bañarse.
5 Tomarás los ornamentos y vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y sujetarás el efod con el cinturón.
6 Le pondrás el turbante en la cabeza y sobre él la diadema santa.
7 Luego, tomando el aceite de la unción, lo derramarás sobre su cabeza para ungirlo.
8 Después harás acercarse a sus hijos, les vestirás las túnicas,
9 les ceñirás las fajas y les pondrás los turbantes. El sacerdocio les pertenece por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos.
10 »Harás traer el novillo a la tienda del encuentro: Aarón y sus hijos pondrán la mano sobre la cabeza de la víctima.
11 Después degollarás el novillo en presencia del Señor, en la puerta de la tienda del encuentro,
12 y tomando sangre de la res, untarás con el dedo los salientes del altar. Después derramarás la sangre al pie del mismo altar.
13 Tomarás la grasa que envuelve las vísceras, el lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa y lo dejarás quemarse sobre el altar.
14 La carne, la piel y los excrementos los quemarás fuera del campamento. Es un sacrificio expiatorio.
15 »Después tomarás uno de los carneros. Aarón y sus hijos pondrán las manos sobre la cabeza de la víctima.
16 Lo degollarás y tomando sangre, rociarás el altar por todos los lados.
17 Descuartizarás el carnero, lavarás sus vísceras y patas, las pondrás sobre los trozos y la cabeza,
18 y lo dejarás quemarse completamente sobre el altar.
»Es holocausto para el Señor: oblación de aroma que aplaca al Señor.
19 »Después tomarás el segundo carnero. Aarón y sus hijos pondrán las manos sobre la cabeza de la víctima.
20 Degollarás el carnero, y tomando sangre, untarás con ella el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y de sus hijos y los pulgares de sus manos y pies derechos. Luego con la sangre rociarás el altar por todos los lados.
21 Tomarás sangre del altar y aceite de la unción y salpicarás a Aarón y sus vestidos, a los hijos de Aarón y sus vestidos. Así se consagrarán Aarón con sus vestidos, sus hijos con sus vestidos.
22 Luego, del carnero de la consagración tomarás la grasa, la cola, la grasa que envuelve las vísceras, el lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa y la pierna derecha;
23 de la canasta de panes ázimos presentados al Señor tomarás un pan, una torta de pan amasada con aceite y una galleta.
24 Pondrás todo ello en manos de Aarón y de sus hijos, para que lo agiten ritualmente en presencia del Señor.
25 Lo recibirás otra vez de sus manos y lo dejarás quemarse en el altar, sobre el holocausto, como aroma que aplaca al Señor. Es una oblación al Señor.
26 »Después tomarás el pecho del carnero de la consagración de Aarón y lo agitarás ritualmente en presencia del Señor. Es la ración que te pertenece.
27 Del carnero de la consagración de Aarón y sus hijos consagrarás el pecho agitado ritualmente y la pierna ofrecida en tributo:
28 les pertenece a Aarón y a sus hijos como porción perpetua de parte de los israelitas; porque es el tributo, tomado de los sacrificios de comunión que los israelitas ofrecen al Señor.
29 »Los ornamentos sagrados de Aarón los heredarán sus hijos, para vestirlos durante su unción y consagración.
30 Durante siete días los vestirá el hijo que le suceda en el sacerdocio, cuando entre en la tienda del encuentro para oficiar en el santuario.
31 »Después tomarás el carnero de la consagración, cocerás su carne en lugar santo,
32 y Aarón y sus hijos la comerán con el pan de la canasta, a la entrada de la tienda del encuentro.
33 Comerán la parte con que se hizo la expiación al ordenarlos y consagrarlos. Ningún laico la puede comer, porque es porción santa.
34 Y si sobra carne y pan de la consagración para el día siguiente, se quemará. No se comerá, porque es porción santa.
35 »Esto es lo que harás a Aarón y a sus hijos, ajustándote a cuanto te he mandado. La consagración durará siete días.
36 Cada día ofrecerás un novillo expiatorio por el pecado. Lo ofrecerás sobre el altar para expiar por él, y ungirás el altar para consagrarlo.
37 La expiación y consagración del altar durará siete días; el altar será sacrosanto, y cualquier cosa que toque el altar quedará consagrada.
38 »Ofrenda permanente que ofrecerás sobre el altar cada día: dos corderos de un año.
39 Uno por la mañana y otro por la tarde.
40 Con el primero harás una ofrenda de la décima parte de una medida de harina de la mejor calidad amasada con un litro de aceite refinado y una libación de un litro de vino.
41 El segundo cordero lo ofrecerás por la tarde, con una ofrenda y una libación como las de la mañana, en oblación de aroma que aplaca al Señor.
42 »Éste es el holocausto que ofrecerán perpetuamente de generación en generación, en presencia del Señor, a la puerta de la tienda del encuentro, donde me encontraré contigo para hablarte.
43 Allí me encontraré con los israelitas, y el lugar quedará consagrado con mi Gloria.
44 Consagraré la tienda del encuentro y el altar, consagraré a Aarón y a sus hijos como sacerdotes míos.
45 Habitaré en medio de los israelitas y seré su Dios.
46 Ellos reconocerán que yo soy el Señor, su Dios, que los sacó de Egipto para habitar entre ellos.
»Yo soy el Señor, su Dios.

Patrocinio

 
 

Introducción a Exodo 

ÉXODO

El Éxodo, segundo libro del Pen tateuco, es el libro de la li beración y de la Alianza, de los primeros pa sos por el desierto y de la fabricación del instrumental cúltico. Libro heterogéneo por tema y origen. La división te máti ca se da por bloques bastante diferenciados, la división por origen impone mu chas veces destrenzar lo trenzado por el autor del libro ac tual.

Salida de Egipto. Éste es el gran libro épico de la liberación. El Señor irrumpe en la historia poniéndose al lado de un pueblo de esclavos, oprimido por Egipto, una de las potencias de aquel entonces. El faraón resiste al actuar divino por ra zón de Estado: razón política, por que la minoría extranjera se está haciendo mayoría; razón militar, porque podrían convertirse en peli groso apoyo del enemigo; ra zón económica, porque suministran mano de obra gratis.
Es inevitable el choque de fuerzas. En diez encuentros el Señor descarga sus golpes. Los dos primeros encuentros quedan indecisos; al tercero, el Señor se impone; al séptimo, el faraón reconoce su culpa; al décimo, los israelitas son empujados a salir del país de la opresión. El autor último, utilizando textos diversos, compone un cuadro estilizado y grandioso.
El Señor actúa, en parte, por medio de Moisés, el gran liberador humano, que repite por adelantado la experiencia del pueblo, se so lidariza con él, lo moviliza. Se en frenta tenazmente con el faraón y va creciendo en estatura hasta hacerse figura legendaria.
El último acto se desenvuelve en un escenario cósmico: un de sierto hostil que se dilata a la espalda, un agua amenazadora que cierra el paso al frente, un viento aliado que cumple las órdenes de Dios. En la batalla cósmica se consuma la derrota de un ejército prepotente y la salvación de un pueblo desarmado.
Estos capítulos se clavan en la memoria del pueblo, convirtiéndose en modelo o patrón de sucesivas liberaciones; con la misma función penetran en el Nuevo Testamento y extienden su influjo e inspiración incluso a gente que no cree en ese Dios liberador. El Señor será para siempre en Israel «el que nos sacó de Egipto, de la esclavitud».

Historicidad. ¿Quiso el autor escribir historia, o sea, relatar hechos sucedidos? En caso afirmativo, ¿qué criterios y técnicas narrativas empleó? Partiendo del texto, ¿podemos reconstruir un proceso histórico? Y si esto es posible, ¿podemos rastrear sus huellas?
El libro no nos ayuda mucho a responder a estas preguntas, pues es muy vago en detalles significativos, y contiene grandes silencios y lagunas al respecto, p. ej. ¿Cómo se llama el faraón? -En otros libros se suministran nombres: Necó, Nabucodonosor, Ciro, etc.-. No se aducen fechas. Casi todo es anónimo e indiferenciado.
Fuera del libro no encontramos en la literatura circundante referencias precisas a los hechos narrados. La arqueología de Palestina ofrece un testimonio ambiguo. Evidencia movimientos de población y cambios culturales hacia el 1200 a.C. al pasar de la edad de bronce a la del hierro; pero en muchos detalles no concuerda con el relato bíblico.
No cabe duda, sin embargo, que el autor está narrando hechos que sucedieron y que marcaron para siempre la identidad del pueblo de Israel. Y es este sentido de su propia trayectoria histórica lo que quiere dejar constancia escrita.
A favor de la historicidad básica del libro del Éxodo, se aduce la exactitud del color egipcio y muchos detalles: nombres, prácticas, fenómenos. Y sobre todo, un argumento de coherencia: sin una experiencia egipcia y una salida con un guía, es muy difícil explicar la historia sucesiva y los textos bíblicos.
Se señala como fecha más probable para los acontecimientos el reinado en Egipto de Ramsés II, nieto de Ramsés I, fundador de la dinastía XVIII, e hijo de Seti I, quien restableció el dominio egipcio sobre Palestina y Fenicia. Firmado el tratado de paz con el monarca hitita Hatusilis III, el faraón sucumbió a una fiebre constructora; ciudades, monumentos, estatuas.

Mensaje religioso. Pero por encima de todo, el Éxodo es el testimonio de la revelación de Dios como liberador, sensible al dolor y al clamor de un pueblo que sufre la opresión y que, por tanto, decide inclinar su fuerza en favor del débil.
Esta auto-revelación de un Dios que no tolera la opresión ni la injusticia, es la clave para entender la forma cómo la fe israelita describe las acciones que dieron como resultado su liberación del poderío egipcio. Pero también sigue siendo la clave permanente para que todo pueblo oprimido, de hoy y de mañana, se sacuda de la opresión de toda esclavitud, contando siempre no sólo con la aprobación de Dios, sino lo que es más importante, con el poder y el aliento de su presencia liberadora.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Patrocinio

Notas

Exodo  29,1-46Ritual de consagración. Los versículos 1-9 se refieren al rito de la consagración sacerdotal. Este rito comprende tres momentos importantes: la purificación mediante el baño (4), la imposición de los ornamentos (5s) y la unción (7). El versículo 9b declara la perpetuidad del sacerdocio de Aarón y sus descendientes. Es probable que un rito como éste sólo haya empezado a verse en Israel después del exilio (587-534 a.C.), cuando el sumo sacerdote asume prácticamente el papel de rey.
Los ritos de consagración del sacerdote y del altar duraban siete días (37) y contemplan tres tipos de sacrificios: 1. El novillo que se ofrece por el pecado (10-14); de esta víctima no se puede comer nada, porque es ofrecida como expiación. 2. Se sacrifica un carnero, el cual se ofrece en holocausto, es decir, se quema todo en presencia de Dios (15-18). 3. El sacrificio de un carnero, cuyo sacrificio es de comunión (19-25.31-37). La parte que corresponde al sacerdote es el pecho (26-28). En esta comida, que tiene la característica de ser sagrada, no participan los laicos (33b). Nótese cómo para resaltar el carácter sagrado del altar se estipulan siete días de duración para su consagración y el sacrificio diario de un novillo con cuya sangre debía ser ungido el altar (36). Era tal la santidad del altar, que quien lo tocase quedaba santificado (37).
La convicción de la permanente presencia del Señor en medio de su pueblo hace que éste le ofrezca continuamente sus dones y ofrendas, convicción concreta de la corriente sacerdotal (P). La detallada elaboración de todos estos utensilios, ornamentos y ritos cultuales son puestos bajo la autoridad del mismo Dios que los sacó de Egipto (46).