Exodo  36 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 38 versitos |
1

[D] Obras del Santuario

Besalel, Ohliab y todos los artesanos a quienes el Señor había dotado de habilidad y destreza para ejecutar los diversos trabajos del santuario realizaron lo que el Señor había ordenado.
2 Moisés convocó a Besalel, Ohliab y a todos los artesanos a quienes el Señor había dotado de habilidad y que estaban dispuestos a colaborar en la ejecución del proyecto,
3 y les entregó personalmente todos los tributos aportados por los israelitas para ejecutar los diversos trabajos del santuario. Los israelitas continuaban llevando ofrendas voluntarias todas las mañanas.
4 Un día los artesanos que trabajaban en el santuario dejaron sus trabajos,
5 y fueron a decir a Moisés:
– El pueblo trae más de lo que se necesita para llevar a cabo los diversos trabajos que el Señor ha ordenado.
6 Moisés hizo correr esta voz por el campamento: Que nadie, ni hombre ni mujer, prepare y traiga más tributos al santuario.
7 Y el pueblo dejó de llevarlos. Lo aportado era más que suficiente para realizar las obras.
8

[E] El Santuario
26,1-30

Todos los artesanos que colaboraban hicieron el santuario con diez lonas de lino fino reforzado de púrpura violácea, roja y escarlata, y en ellas bordaron querubines.
9 Cada lona medía catorce metros de largo por dos de ancho: todas de la misma medida.
10 Empalmaron las lonas en dos series de a cinco cada una,
11 y en cada uno de los bordes de las dos series pusieron unas presillas de púrpura violácea:
12 cincuenta en el borde de la primera y otras cincuenta en el borde de la segunda, de modo que se correspondían.
13 Hizo también cincuenta ganchos de oro y unió con ellos las lonas, de modo que el santuario formase una unidad.
14 Tejió también once piezas en pelo de cabra para que sirvieran de tienda de campaña al santuario.
15 Cada lona medía quince metros de largo por dos de ancho: las once de la misma medida.
16 Empalmó cinco lonas por un lado y seis por el otro.
17 Puso cincuenta presillas en los bordes de cada serie de lonas empalmadas.
18 Hizo también cincuenta ganchos de bronce para cerrar la tienda y formar así una unidad.
19 Hizo además para la tienda una cubierta de pieles de carnero curtidas y una sobrecubierta de pieles finas.
20 Hizo unos tablones de madera de acacia para el santuario y los colocó verticalmente.
21 Cada tablón medía cinco metros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho,
22 y llevaba dos espigas para ensamblarse con los contiguos.
23 Colocó así los tablones del santuario: en la parte sur, veinte tablones,
24 y bajo ellos cuarenta bases de plata, dos por tablón, para las espigas.
25 En el segundo lado, al norte, otros veinte tablones,
26 con sus cuarenta bases, dos por tablón.
27 En el fondo del santuario, al oeste, seis tablones de frente
28 y dos formando los ángulos.
29 Parejos por abajo y perfectamente unidos por arriba hasta la primera anilla. Los dos tablones formaban así los ángulos del fondo de la morada.
30 En total, ocho tablones con dieciséis bases, dos por tablón.
31 Hizo también cinco travesaños de madera de acacia para los tablones de cada lado
32 y cinco para el lado del fondo, al oeste.
33 El travesaño central, a media altura de los tablones, atravesaba de un extremo a otro.
34 Hizo de oro las anillas, por donde pasaban los travesaños, y revistió de oro los tablones y los travesaños.
35

[F] Cortina y antepuerta
26,31-37

Hizo una cortina de púrpura violácea, roja y escarlata y lino fino reforzado, y bordó en ella querubines.
36 La colgó de cuatro columnas de madera de acacia revestidas de oro y provistas de ganchos de oro. Y fundió cuatro bases de plata.
37 Hizo también una antepuerta para la tienda, de púrpura violácea, roja y escarlata y lino fino reforzado, recamada artísticamente,
38 y cinco columnas provistas de ganchos. Revistió de oro sus capiteles y varillas, y de bronce las cinco bases.

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Introducción a Exodo 

ÉXODO

El Éxodo, segundo libro del Pen tateuco, es el libro de la li beración y de la Alianza, de los primeros pa sos por el desierto y de la fabricación del instrumental cúltico. Libro heterogéneo por tema y origen. La división te máti ca se da por bloques bastante diferenciados, la división por origen impone mu chas veces destrenzar lo trenzado por el autor del libro ac tual.

Salida de Egipto. Éste es el gran libro épico de la liberación. El Señor irrumpe en la historia poniéndose al lado de un pueblo de esclavos, oprimido por Egipto, una de las potencias de aquel entonces. El faraón resiste al actuar divino por ra zón de Estado: razón política, por que la minoría extranjera se está haciendo mayoría; razón militar, porque podrían convertirse en peli groso apoyo del enemigo; ra zón económica, porque suministran mano de obra gratis.
Es inevitable el choque de fuerzas. En diez encuentros el Señor descarga sus golpes. Los dos primeros encuentros quedan indecisos; al tercero, el Señor se impone; al séptimo, el faraón reconoce su culpa; al décimo, los israelitas son empujados a salir del país de la opresión. El autor último, utilizando textos diversos, compone un cuadro estilizado y grandioso.
El Señor actúa, en parte, por medio de Moisés, el gran liberador humano, que repite por adelantado la experiencia del pueblo, se so lidariza con él, lo moviliza. Se en frenta tenazmente con el faraón y va creciendo en estatura hasta hacerse figura legendaria.
El último acto se desenvuelve en un escenario cósmico: un de sierto hostil que se dilata a la espalda, un agua amenazadora que cierra el paso al frente, un viento aliado que cumple las órdenes de Dios. En la batalla cósmica se consuma la derrota de un ejército prepotente y la salvación de un pueblo desarmado.
Estos capítulos se clavan en la memoria del pueblo, convirtiéndose en modelo o patrón de sucesivas liberaciones; con la misma función penetran en el Nuevo Testamento y extienden su influjo e inspiración incluso a gente que no cree en ese Dios liberador. El Señor será para siempre en Israel «el que nos sacó de Egipto, de la esclavitud».

Historicidad. ¿Quiso el autor escribir historia, o sea, relatar hechos sucedidos? En caso afirmativo, ¿qué criterios y técnicas narrativas empleó? Partiendo del texto, ¿podemos reconstruir un proceso histórico? Y si esto es posible, ¿podemos rastrear sus huellas?
El libro no nos ayuda mucho a responder a estas preguntas, pues es muy vago en detalles significativos, y contiene grandes silencios y lagunas al respecto, p. ej. ¿Cómo se llama el faraón? -En otros libros se suministran nombres: Necó, Nabucodonosor, Ciro, etc.-. No se aducen fechas. Casi todo es anónimo e indiferenciado.
Fuera del libro no encontramos en la literatura circundante referencias precisas a los hechos narrados. La arqueología de Palestina ofrece un testimonio ambiguo. Evidencia movimientos de población y cambios culturales hacia el 1200 a.C. al pasar de la edad de bronce a la del hierro; pero en muchos detalles no concuerda con el relato bíblico.
No cabe duda, sin embargo, que el autor está narrando hechos que sucedieron y que marcaron para siempre la identidad del pueblo de Israel. Y es este sentido de su propia trayectoria histórica lo que quiere dejar constancia escrita.
A favor de la historicidad básica del libro del Éxodo, se aduce la exactitud del color egipcio y muchos detalles: nombres, prácticas, fenómenos. Y sobre todo, un argumento de coherencia: sin una experiencia egipcia y una salida con un guía, es muy difícil explicar la historia sucesiva y los textos bíblicos.
Se señala como fecha más probable para los acontecimientos el reinado en Egipto de Ramsés II, nieto de Ramsés I, fundador de la dinastía XVIII, e hijo de Seti I, quien restableció el dominio egipcio sobre Palestina y Fenicia. Firmado el tratado de paz con el monarca hitita Hatusilis III, el faraón sucumbió a una fiebre constructora; ciudades, monumentos, estatuas.

Mensaje religioso. Pero por encima de todo, el Éxodo es el testimonio de la revelación de Dios como liberador, sensible al dolor y al clamor de un pueblo que sufre la opresión y que, por tanto, decide inclinar su fuerza en favor del débil.
Esta auto-revelación de un Dios que no tolera la opresión ni la injusticia, es la clave para entender la forma cómo la fe israelita describe las acciones que dieron como resultado su liberación del poderío egipcio. Pero también sigue siendo la clave permanente para que todo pueblo oprimido, de hoy y de mañana, se sacuda de la opresión de toda esclavitud, contando siempre no sólo con la aprobación de Dios, sino lo que es más importante, con el poder y el aliento de su presencia liberadora.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Exodo  36,1-7[D] Obras del Santuario. A medida que avanzan las obras continúan llegando cada vez más donaciones, al punto que los artesanos tienen que consultar con Moisés, pues hay exceso de materiales. Moisés tiene que decretar un cese de las donaciones. Muy probablemente, estos capítulos -o por lo menos la mayor parte de este extenso documento sacerdotal (P)- han sido escritos en el exilio, cuando no había templo en Jerusalén. La corriente sacerdotal (P) idealiza el nuevo templo -como lo hace también el profeta Ezequiel (Ez 40-44)-, pero proyectando la orden de su construcción a los tiempos del desierto, donde el Señor habría exigido no un templo propiamente, sino lo que serviría de modelo para el templo definitivo. Lo que encontramos aquí es, pues, una construcción ideal y un ejemplo de generosidad tan sublime que desborda toda expectativa. Pero si confrontamos este exceso de desprendimiento con las prédicas de Ageo y Zacarías intentando «sacudir» al pueblo -especialmente a la clase adinerada- para que comiencen la reconstrucción después del exilio, nos damos cuenta de que la realidad fue muy diferente. La Biblia no tiene intención de consignar sólo lo que es bello e ideal, las más de las veces también queda constancia de la cruda realidad.


Exodo  36,8-38Cumplimiento de las órdenes divinas. Se sigue detalladamente la ejecución de cada una de las exigencias hechas en los capítulos 25-31. Éste es el estilo de la escuela sacerdotal (P): registra un mandato e inmediatamente constata su ejecución; 39,32 registra oficialmente el fin de las obras al subrayar que todo se hizo «ajustándose a lo que el Señor había ordenado a Moisés».