Proverbios 10 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 32 versitos |
1

SEGUNDA COLECCIÓN – PROVERBIOS DE SALOMÓN

Un hijo sabio es la alegría de su padre;
un hijo necio, es la pena de su madre.
2 Tesoros mal ganados no aprovechan,
pero la justicia libra de la muerte.
3 El Señor no deja con hambre al que es bueno,
pero rechaza la codicia del malvado.
4 La mano perezosa empobrece,
el brazo trabajador enriquece.
5 Quien almacena en otoño es prudente,
quien duerme en la cosecha es un descarado.
6 Sobre la cabeza del honrado llueven bendiciones,
la boca malvada encubre violencia.
7 La memoria del honrado es bendita,
el nombre del malvado se pudre.
8 El hombre juicioso acepta órdenes,
labios necios acaban en la ruina.
9 Quien procede sinceramente, camina seguro;
el que actúa con disimulo queda descubierto.
10 Quien cierra los ojos trae sufrimientos,
quien reprende abiertamente trae remedio.
11 La boca del justo es manantial de vida,
la boca del malvado encubre violencia.
12 El odio provoca peleas,
el amor disimula las ofensas.
13 En los labios del prudente hay sabiduría,
y un látigo en la espalda del necio.
14 El sabio atesora saber,
la boca del necio atrae la desgracia.
15 La fortuna del rico es su defensa,
la miseria es el terror del pobre.
16 El salario del honrado es la vida,
la ganancia del malvado es el fracaso.
17 El que acepta la corrección va por camino de vida,
el que la rechaza se extravía.
18 Los labios mentirosos encubren odio,
quien difunde calumnias es un insensato.
19 Donde abundan las palabras no falta el pecado,
quien se muerde los labios es discreto.
20 Plata pura es la boca del honrado;
mente perversa no vale nada.
21 Labios honrados guían a muchos,
los necios mueren por falta de juicio.
22 La bendición divina enriquece,
y nada le añade nuestra fatiga.
23 El necio se divierte haciendo trampas,
el hombre prudente con la sabiduría.
24 Al malvado le sucede lo que teme,
al honrado se le da lo que desea.
25 Pasa el huracán, desaparece el malvado;
pero el justo se mantiene para siempre.
26 Vinagre a los dientes, humo a los ojos:
eso es el perezoso para quien le da un encargo.
27 Respetar al Señor prolonga la vida,
los años de los malvados se acortan.
28 La esperanza de los honrados es alegre,
la ilusión de los malvados fracasa.
29 El camino del Señor es refugio para el hombre recto,
y es terror para los malhechores.
30 El honrado jamás tropezará,
el malvado no habitará en la tierra.
31 De boca honrada brota sabiduría,
lengua tramposa será cortada.
32 Labios honrados saben de benevolencia;
la boca del malvado, de engaños.

Patrocinio

 
 

Introducción a Proverbios

Sapienciales

Los libros sapienciales forman uno de los grupos de libros bíblicos con perfil propio, netamente distinto de la literatura profética, de los cuerpos legales y de las obras narrativas. Cinco libros forman esta pentápolis de claras fronteras, esta especie de «pentateuco» sapiencial: Proverbios, Job, Eclesiastés (Qohelet), Eclesiástico (Ben Sirá) y Sabiduría. Como el Pentateuco invoca como autor o patrono a Moisés, así tres de estos libros invocan a Salomón como autor.
Un cierto parentesco liga a Job con el Eclesiastés como testigos y actores de una patética controversia sobre el sentido de la vida; por otro lado caminan Proverbios y Eclesiástico, mientras que Sabiduría es un enclave tardío en territorio griego.
El cuerpo sapiencial tiene indudable afinidad con nuestros refranes populares, aforismos cultos y textos didácticos. El propósito de la tarea sapiencial no es la enseñanza intelectual, ni el proponer una especie de catecismo ético, ni indagar el puesto de la vida humana en el orden cósmico. Más bien sería como una «oferta de sensatez», que no una imposición, como guía para todo ser humano.




Proverbios

Forma del libro. Es la obra más típica del cuerpo sapiencial. Bajo el nombre genérico de «meshalim» -proverbios- acoge un conjunto de colecciones de enigmas, sentencias, aforismos, refranes, adagios e instrucciones de carácter ético y moralizante a través de los cuales se transmite una sabiduría popular acumulada durante siglos. Su presentación estimula el esfuerzo de comprensión del oyente o del lector: brevedad, carácter incisivo o enigmático y forma rítmica, al mismo tiempo que facilidad de retención en la memoria.
Las doctrinas o enseñanzas de esta antología tienen dos ejes principales, cada uno con dos polos opuestos: «sensato-necio» y «honrado-malvado». Los términos no son precisos: en el primero pueden entrar dotes naturales de inteligencia y perspicacia, conocimientos adquiridos o destreza en el obrar. Lo mismo podemos decir del segundo eje, que puede referirse a la integridad, la justicia o la inocencia. Estos dos ejes se cruzan, porque la sensatez tiene algo de ético, mientras que la maldad se considera insensata.

Época de composición y autoría del libro. Por su carácter anónimo y el tamaño minúsculo de sus unidades es imposible datar los proverbios. Su composición puede abarcar varios siglos. El prólogo y el epílogo serían obra del recopilador final y, por tanto, posteriores a las otras colecciones. Que Salomón diera impulso a esta corriente de proverbios puede ser realidad o pura leyenda. En realidad, el libro salta las fronteras y las épocas.

Mensaje de los Proverbios. La sensatez es una actividad artesana, atribuida al Dios creador y ofrecida al ser humano para que sea el artífice de su existencia, para que aprenda el sentido de la vida y dé sentido a su propia vida. Para ello, el joven inexperto necesita el apoyo de la experiencia ajena, plural y compartida, que cuaja en refranes, máximas y aforismos; algunos son propios de escuelas de maestros, otros, entregados a la libre circulación ciudadana. Dios está presente en este mundo sapiencial y ético de los Proverbios: posee la sabiduría y concede la sensatez al ser humano; con su aprobación y reprobación consolida el mundo ético.
De una «sabiduría a ras de tierra», el libro va ganando en altura hasta colocar en 8,22-31 a la Sabiduría personificada en la esfera celeste de sus orígenes. Aunque no es Dios ni una divinidad, procede de Dios y precede al mundo; posterior a Dios y anterior al universo, inferior a Dios y superior al mundo. El poeta la presenta como personaje que nace, aprende, actúa.
No se sigue que el poeta se refiera a un ser personal existente fuera del poema, pero con el correr del tiempo esa «sabiduría» tendrá un nombre, Jesucristo, «Sabiduría de Dios», como lo llama San Pablo ( 1Co_1:24 ).

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Patrocinio

Notas

Proverbios 10,1-11Segunda colección - Proverbios de Salomón (Cap. 10-22). Se inicia el núcleo y la parte más antigua del libro bajo el título «Proverbios de Salomón». En realidad, los comentaristas ubican esta sección un poco después del reinado de Josías (640-609 a.C.). Babilonia ya ha penetrado en territorio judío y cada día que pasa aumenta el grado de violencia. En medio de la crisis, un grupo de sabios organiza una serie de dichos y refranes, unos de tipo moral, otros de tipo legislativo, con el objeto de animar a la comunidad y enseñar que los justos, los que creen en el Señor y lo aman de verdad, no sufrirán la violencia ni la muerte. Es frecuente en esta sección el llamado de la sabiduría a la conversión y a la búsqueda de la justicia, así como a la vivencia de la pobreza.

10:1-11 Sin coherencia alguna se reúnen varios dichos que pueden tener como denominador común la vida del justo, del que actúa recta y honradamente, en contraposición con la de aquellos que actúan de un modo insensato. La sección comienza simulando a un padre o una madre que se dirige a su hijo para enseñarle sabiduría. Es de notar la importancia de la figura paterna y materna en las primeras etapas de crecimiento de los hijos; este papel aún se cumple con encomiable esmero en algunos núcleos humanos y es necesario incentivarlo cada día más.


Proverbios 10,12-26Podríamos enlazar esta serie de proverbios con el tema de las relaciones éticas y sociales. Dichas relaciones se deben fundar en el amor que « disimula las ofensas» (12) y que luego va adquiriendo una serie de matices o canales de transmisión y de difusión, simbolizados en los labios para expresar que se tienen que percibir en las relaciones con los semejantes. Los labios, es decir la boca, el canal de expresión de la interioridad de la persona, debe estar al servicio de la verdad y de la justicia, y esa es una manera de vivenciar el amor. La charlatanería es la antinomia de unos labios puestos al servicio del bien. El tema de la boca, los labios y la lengua aparece nuevamente en los versículos 31s con idéntico sentido.
Proverbios 10,27-32En definitiva, el gran secreto de la sabiduría es el respeto al Señor, la garantía de una vida sana y prolongada; justo lo contrario de lo que sucede a quienes no lo respetan. En la Biblia, la calidad de vida está en relación íntima con el modo de relacionarse con Dios. Las edades exageradas de los Patriarcas y de otros grandes personajes del Antiguo Testamento deben entenderse a partir de esta clave que nos ofrece el versículo 27, no en un sentido literal cuantitativo. Ese respeto debido al Señor permea el resto de actitudes y comportamientos del individuo, del cual se espera que sea siempre virtuoso.