Proverbios 15 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 33 versitos |
1 Respuesta amable aplaca la ira,
palabra hiriente aviva el enojo.
2 De la lengua de los sabios brota sabiduría,
de la boca del necio, necedades.
3 En todo lugar los ojos de Dios
están vigilando a malos y buenos.
4 Lengua suave es árbol de vida,
lengua perversa hiere en lo más vivo.
5 El necio desprecia la corrección paterna,
quien cumple los avisos demuestra inteligencia.
6 En casa del honrado hay abundancia,
la ganancia del malvado desaparece.
7 Los labios del sensato esparcen saber,
la mente del necio ignorancia.
8 El Señor aborrece el sacrificio del malvado,
la oración de los rectos alcanza su favor.
9 El Señor aborrece la conducta del malvado
y ama al que busca la justicia.
10 El que deja la senda será escarmentado;
el que odia la corrección, morirá.
11 Infierno y Abismo son conocidos por Dios,
¡cuánto más el corazón humano!
12 El insolente no quiere que lo reprendan,
por eso no se junta con los sabios.
13 Corazón contento cara feliz,
corazón abatido desalienta el espíritu.
14 El hombre inteligente procura saber,
la boca del necio se llena de estupideces.
15 Para el desgraciado todos los días son malos,
el corazón contento está siempre de fiesta.
16 Más vale poco respetando a Dios
que grandes tesoros con sobresalto.
17 Mas vale ración de verdura con amor
que carne de vaca con rencor.
18 El hombre impulsivo provoca peleas,
el hombre paciente las calma.
19 El camino del perezoso es como un cerco de espinas,
la senda de los rectos está limpia.
20 Hijo sabio, alegría de su padre;
hijo necio, deshonra de su madre.
21 La necedad divierte al insensato,
el hombre prudente camina derecho.
22 Fracasan los planes cuando no se consulta,
y se logran cuando hay consejeros.
23 ¡Qué alegría saber responder,
qué buena es la palabra oportuna!
24 El prudente sube por un camino de vida
que lo aparta de la bajada al Abismo.
25 El Señor destruye la casa del soberbio
y mantiene firme la propiedad de la viuda.
26 El Señor aborrece los malos pensamientos
y considera puras las palabras amables.
27 El codicioso arruina su casa,
el que odia el soborno vivirá.
28 La mente honrada medita la respuesta,
la boca del malvado escupe maldades.
29 El Señor está lejos de los malvados
y escucha la oración de los honrados.
30 Mirada serena alegra el corazón,
buena noticia da vigor a los huesos.
31 Oído que escucha la corrección saludable
se hospedará en medio de los doctos.
32 Quien rechaza la corrección se odia a sí mismo,
quien escucha la reprensión adquiere juicio.
33 Respetar al Señor es escuela de sabiduría,
delante de la gloria camina la humildad.

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Introducción a Proverbios

Sapienciales

Los libros sapienciales forman uno de los grupos de libros bíblicos con perfil propio, netamente distinto de la literatura profética, de los cuerpos legales y de las obras narrativas. Cinco libros forman esta pentápolis de claras fronteras, esta especie de «pentateuco» sapiencial: Proverbios, Job, Eclesiastés (Qohelet), Eclesiástico (Ben Sirá) y Sabiduría. Como el Pentateuco invoca como autor o patrono a Moisés, así tres de estos libros invocan a Salomón como autor.
Un cierto parentesco liga a Job con el Eclesiastés como testigos y actores de una patética controversia sobre el sentido de la vida; por otro lado caminan Proverbios y Eclesiástico, mientras que Sabiduría es un enclave tardío en territorio griego.
El cuerpo sapiencial tiene indudable afinidad con nuestros refranes populares, aforismos cultos y textos didácticos. El propósito de la tarea sapiencial no es la enseñanza intelectual, ni el proponer una especie de catecismo ético, ni indagar el puesto de la vida humana en el orden cósmico. Más bien sería como una «oferta de sensatez», que no una imposición, como guía para todo ser humano.




Proverbios

Forma del libro. Es la obra más típica del cuerpo sapiencial. Bajo el nombre genérico de «meshalim» -proverbios- acoge un conjunto de colecciones de enigmas, sentencias, aforismos, refranes, adagios e instrucciones de carácter ético y moralizante a través de los cuales se transmite una sabiduría popular acumulada durante siglos. Su presentación estimula el esfuerzo de comprensión del oyente o del lector: brevedad, carácter incisivo o enigmático y forma rítmica, al mismo tiempo que facilidad de retención en la memoria.
Las doctrinas o enseñanzas de esta antología tienen dos ejes principales, cada uno con dos polos opuestos: «sensato-necio» y «honrado-malvado». Los términos no son precisos: en el primero pueden entrar dotes naturales de inteligencia y perspicacia, conocimientos adquiridos o destreza en el obrar. Lo mismo podemos decir del segundo eje, que puede referirse a la integridad, la justicia o la inocencia. Estos dos ejes se cruzan, porque la sensatez tiene algo de ético, mientras que la maldad se considera insensata.

Época de composición y autoría del libro. Por su carácter anónimo y el tamaño minúsculo de sus unidades es imposible datar los proverbios. Su composición puede abarcar varios siglos. El prólogo y el epílogo serían obra del recopilador final y, por tanto, posteriores a las otras colecciones. Que Salomón diera impulso a esta corriente de proverbios puede ser realidad o pura leyenda. En realidad, el libro salta las fronteras y las épocas.

Mensaje de los Proverbios. La sensatez es una actividad artesana, atribuida al Dios creador y ofrecida al ser humano para que sea el artífice de su existencia, para que aprenda el sentido de la vida y dé sentido a su propia vida. Para ello, el joven inexperto necesita el apoyo de la experiencia ajena, plural y compartida, que cuaja en refranes, máximas y aforismos; algunos son propios de escuelas de maestros, otros, entregados a la libre circulación ciudadana. Dios está presente en este mundo sapiencial y ético de los Proverbios: posee la sabiduría y concede la sensatez al ser humano; con su aprobación y reprobación consolida el mundo ético.
De una «sabiduría a ras de tierra», el libro va ganando en altura hasta colocar en 8,22-31 a la Sabiduría personificada en la esfera celeste de sus orígenes. Aunque no es Dios ni una divinidad, procede de Dios y precede al mundo; posterior a Dios y anterior al universo, inferior a Dios y superior al mundo. El poeta la presenta como personaje que nace, aprende, actúa.
No se sigue que el poeta se refiera a un ser personal existente fuera del poema, pero con el correr del tiempo esa «sabiduría» tendrá un nombre, Jesucristo, «Sabiduría de Dios», como lo llama San Pablo ( 1Co_1:24 ).

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Proverbios 15,1-7La lengua (2.4) y los labios (7), órganos que simbolizan la comunicación, son el motivo que da unidad a este pasaje. Una persona que cultiva la sabiduría -el secreto del bien vivir- sólo utiliza su lengua y sus labios para esparcir el saber; esto es, llevando una vida que se dedica a vivir y a practicar el bien. El saber no hace referencia tanto al conocimiento de cosas, sino al arte de vivir rectamente.


Proverbios 15,8-12La auténtica práctica de la religión es garantía de agradar al Señor; ningún sacrificio y, en definitiva, ninguna práctica religiosa agradan al Señor si no hay de por medio una sincera búsqueda de la justicia, si no hay amor y respeto por el prójimo. El juicio que sobreviene a toda práctica religiosa proviene de las actitudes y de la disposición misma con que se realizan dichas prácticas.
Proverbios 15,13-15La persona sabia debe procurar mantener el corazón siempre alegre y contento, puesto que ésta es la vía de acceso a las sanas relaciones con los demás.
Proverbios 15,16-19Uno de los secretos para el buen vivir está en el tener, pero dignamente; las posesiones o riquezas adquiridas con injusticia y engaño son a la postre la ruina para el ser humano codicioso; tener lo necesario para vivir es permitir que los demás también obtengan lo que necesitan; eso es temor de Dios.
Proverbios 15,20-24Una vez más aparece el tema del hijo sabio y sensato en contraposición al hijo necio y falto de juicio. El que es sabio sabe juzgar prudentemente, sabe responder y sabe transmitir palabras oportunas; por el contrario, el necio, además de ser una deshonra para la familia, está a las puertas de aparecer como alguien soberbio e injusto.
Proverbios 15,25-27La casa del soberbio simboliza al que rechaza al Señor y la senda que le conduce a Él; los linderos de la viuda, a los sujetos preferidos de Dios: los pobres. Por encima de todo, el Señor ama al pobre y al débil y toma partido por él.
Proverbios 15,28-33Otro de los secretos para el buen vivir es la honradez; ella hace al ser humano capaz de ser escuchado por Dios y respetado por los demás. Se recuerda una vez más la necesidad de aceptar la corrección y se la coloca como señal del amor personal; quien se ama a sí mismo acepta que en cualquier momento puede estar en el error, una sana corrección ayuda a crecer y a madurar. La antropología filosófica nos enseña que el ser humano es un proyecto en permanente proceso, nunca terminado; luego, otro secreto más para vivir bien es aceptar la crítica constructiva de nuestros semejantes.