Proverbios 25 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 28 versitos |
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QUINTA COLECCIÓN

Otros proverbios del rey Salomón que recogieron
los escribientes de Ezequías, rey de Judá.
2 Es gloria de Dios ocultar un asunto,
es gloria de reyes averiguarlo.
3 La altura del cielo, la profundidad de la tierra
y el corazón de los reyes son impenetrables.
4 Aparta las impurezas de la plata,
el platero hará una copa;
5 aparta al malvado del servicio del rey,
y su trono se afirmará en la justicia.
6 No te des importancia en la presencia del rey,
ni te coloques con los grandes:
7 más vale escuchar: Sube aquí,
que ser humillado ante los nobles.
8 Aun sobre lo que han visto tus ojos
no te apures en llevarlo a los tribunales,
pues, ¿qué harás al final,
cuando tu prójimo te deje confundido?
9 Arregla el pleito con tu vecino
pero no reveles secretos ajenos,
10 para que no te desprecie el que lo oye
y tu deshonra no tenga remedio.
11 Naranjas de oro en diseños de plata
son las palabras pronunciadas a su tiempo.
12 Pendientes de oro y alhajas de oro fino
es el sabio que amonesta al que sabe escuchar.
13 Frescura de nieve en tiempo de cosecha
es el mensajero fiel para quien lo envía.
14 Nubes y viento sin caer gota
es quien promete orgullosamente pero no cumple.
15 Con paciencia se convence a un gobernante,
las palabras suaves rompen la resistencia.
16 Si encuentras miel come lo justo,
no sea que te hartes y la vomites;
17 no visites con frecuencia a tu vecino,
no sea que lo hartes y te aborrezca.
18 Maza, espada y flecha aguda
es el que declara en falso contra su amigo.
19 Diente picado y pie que resbala
es confiar en el traidor cuando llega el peligro.
20 Vinagre en la llaga, ir sin ropa en el frío
es cantar coplas a corazón apenado.
21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer;
si tiene sed, dale de beber;
22 así enrojecerá de vergüenza
y el Señor te lo pagará.
23 Viento de noroeste trae lluvia;
lengua murmuradora, caras furiosas.
24 Más vale vivir en un rincón de la azotea
que en casa amplia con mujer pendenciera.
25 Agua fresca en garganta sedienta
es la buena noticia de tierra lejana.
26 Manantial turbio, fuente contaminada,
el honrado que tiembla ante el malvado.
27 Comer mucha miel no aprovecha,
ni buscar excesivos honores.
28 Ciudad desmantelada y sin muralla
el hombre que no domina su pasión.

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Introducción a Proverbios

Sapienciales

Los libros sapienciales forman uno de los grupos de libros bíblicos con perfil propio, netamente distinto de la literatura profética, de los cuerpos legales y de las obras narrativas. Cinco libros forman esta pentápolis de claras fronteras, esta especie de «pentateuco» sapiencial: Proverbios, Job, Eclesiastés (Qohelet), Eclesiástico (Ben Sirá) y Sabiduría. Como el Pentateuco invoca como autor o patrono a Moisés, así tres de estos libros invocan a Salomón como autor.
Un cierto parentesco liga a Job con el Eclesiastés como testigos y actores de una patética controversia sobre el sentido de la vida; por otro lado caminan Proverbios y Eclesiástico, mientras que Sabiduría es un enclave tardío en territorio griego.
El cuerpo sapiencial tiene indudable afinidad con nuestros refranes populares, aforismos cultos y textos didácticos. El propósito de la tarea sapiencial no es la enseñanza intelectual, ni el proponer una especie de catecismo ético, ni indagar el puesto de la vida humana en el orden cósmico. Más bien sería como una «oferta de sensatez», que no una imposición, como guía para todo ser humano.




Proverbios

Forma del libro. Es la obra más típica del cuerpo sapiencial. Bajo el nombre genérico de «meshalim» -proverbios- acoge un conjunto de colecciones de enigmas, sentencias, aforismos, refranes, adagios e instrucciones de carácter ético y moralizante a través de los cuales se transmite una sabiduría popular acumulada durante siglos. Su presentación estimula el esfuerzo de comprensión del oyente o del lector: brevedad, carácter incisivo o enigmático y forma rítmica, al mismo tiempo que facilidad de retención en la memoria.
Las doctrinas o enseñanzas de esta antología tienen dos ejes principales, cada uno con dos polos opuestos: «sensato-necio» y «honrado-malvado». Los términos no son precisos: en el primero pueden entrar dotes naturales de inteligencia y perspicacia, conocimientos adquiridos o destreza en el obrar. Lo mismo podemos decir del segundo eje, que puede referirse a la integridad, la justicia o la inocencia. Estos dos ejes se cruzan, porque la sensatez tiene algo de ético, mientras que la maldad se considera insensata.

Época de composición y autoría del libro. Por su carácter anónimo y el tamaño minúsculo de sus unidades es imposible datar los proverbios. Su composición puede abarcar varios siglos. El prólogo y el epílogo serían obra del recopilador final y, por tanto, posteriores a las otras colecciones. Que Salomón diera impulso a esta corriente de proverbios puede ser realidad o pura leyenda. En realidad, el libro salta las fronteras y las épocas.

Mensaje de los Proverbios. La sensatez es una actividad artesana, atribuida al Dios creador y ofrecida al ser humano para que sea el artífice de su existencia, para que aprenda el sentido de la vida y dé sentido a su propia vida. Para ello, el joven inexperto necesita el apoyo de la experiencia ajena, plural y compartida, que cuaja en refranes, máximas y aforismos; algunos son propios de escuelas de maestros, otros, entregados a la libre circulación ciudadana. Dios está presente en este mundo sapiencial y ético de los Proverbios: posee la sabiduría y concede la sensatez al ser humano; con su aprobación y reprobación consolida el mundo ético.
De una «sabiduría a ras de tierra», el libro va ganando en altura hasta colocar en 8,22-31 a la Sabiduría personificada en la esfera celeste de sus orígenes. Aunque no es Dios ni una divinidad, procede de Dios y precede al mundo; posterior a Dios y anterior al universo, inferior a Dios y superior al mundo. El poeta la presenta como personaje que nace, aprende, actúa.
No se sigue que el poeta se refiera a un ser personal existente fuera del poema, pero con el correr del tiempo esa «sabiduría» tendrá un nombre, Jesucristo, «Sabiduría de Dios», como lo llama San Pablo ( 1Co_1:24 ).

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Proverbios 25,1-7Quinta colección. Comienza en este capítulo una nueva serie de proverbios y dichos, probablemente coleccionados en época del rey Ezequías. Precisamente unos cuantos dichos que mencionan al rey hacen las veces de introducción. Por encima de todo están Dios y su justa soberanía, e inmediatamente después le sigue el rey, aunque existe la clara conciencia de que la figura real está sometida a Dios y a sus designios. El rey es la medida de la sociedad, por tanto, no hay que gloriarse delante de él ni ser avergonzado ante un noble. Las actitudes personales deben atraer por sí mismas la atención de los grandes, de ahí el dicho «más vale escuchar: Sube aquí, que ser humillado ante los nobles» (7). Jesús utiliza una figura parecida para enseñar a los suyos que no siguieran la fea costumbre de los letrados y fariseos, que amaban ocupar los primeros puestos en los banquetes (cfr. Luc_14:8-11). Se deduce que estos proverbios van dirigidos a personas que están en estrecho contacto con la corte; se trata, por tanto, de normas de comportamiento y de urbanidad.


Proverbios 25,8-17Otro atributo del sabio es su integridad personal. Quien vive y actúa correctamente no da lugar a sorpresas desagradables, como dar falso testimonio contra su propio amigo. Podemos estar confiados y seguros en la persona íntegra.
Proverbios 25,21-28Es necesario hacer siempre el bien sin fijarnos a quién. Los que, por un motivo u otro, no son nuestros amigos no pueden estar excluidos de nuestros favores. Según la praxis de Jesús, si amamos a los que nos aman y bendecimos a quienes nos bendicen, ¿qué mérito tenemos? (Mat_5:46s). El bien realizado a quien nos hace mal es un golpe más duro que si respondiéramos con otro mal; esta actitud conduce mejor a la conversión de la otra persona que una agresión en los mismos términos.