Proverbios 30 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 33 versitos |
1

SEXTA COLECCIÓN

Máximas de Agur, hijo de Yaqué, el masaíta.
Oráculo del varón: Me he fatigado, oh Dios,
me he fatigado y me rindo;
2 porque soy muy torpe, menos que hombre,
y no tengo inteligencia humana,
3 no he aprendido a ser sabio
ni he llegado a comprender al Santo.
4 ¿Quién subió al cielo y luego bajó?,
¿quién recogió el viento en el puño?,
¿quién encerró el mar en una capa?,
¿quién fijó los confines del mundo?
¿Cuál es su nombre y su apellido, si lo sabes?
5 Cada Palabra de Dios es verdadera,
él es escudo para los que se refugian en él.
6 No añadas nada a sus dichos,
no sea que te reprenda y quedes como mentiroso.
7 Dos cosas te he pedido a ti;
no me las niegues mientras viva:
8 aleja de mí falsedad y mentira;
no me des riqueza ni pobreza,
concédeme sólo el pan necesario;
9 no sea que me sacie y reniegue de ti, diciendo:
¿Quién es el Señor?;
no sea que necesitado robe
y abuse del Nombre de mi Dios.
10 No calumnies al siervo ante su amo:
te maldecirá y serás castigado.
11 Gente que maldice a su padre
y no bendice a su madre,
12 gente que se considera limpia
y no se lava su inmundicia,
13 gente de ojos engreídos
y mirada altanera,
14 gente con navajas por dientes
y cuchillos por mandíbulas,
para extirpar de la tierra a los humildes
y del suelo a los pobres.
15 La sanguijuela tiene dos hijas:
Dame y Dame.
Tres cosas hay insaciables
y una cuarta que no dice: Basta:
16 El Abismo, el vientre estéril,
la tierra que no se harta de agua,
y el fuego que no dice: Basta.
17 Al que se burla de su padre
y rehúsa obediencia a su madre,
que le saquen los ojos los cuervos
y se los coman los buitres.
18 Hay tres cosas que me asombran
y una cuarta que no comprendo:
19 el camino del águila por el cielo,
el camino de la serpiente por la roca,
el camino de la nave por el mar,
el camino del hombre por la mujer.
20 Así procede la adúltera:
come, se limpia la boca y dice:
No he hecho nada malo.
21 Por tres cosas tiembla la tierra
y la cuarta no la puede soportar:
22 siervo que llega a rey,
necio que tiene comida de sobra,
23 mujer aborrecida que encuentra marido,
esclava que ocupa el lugar de su señora.
24 Cuatro seres pequeños hay en el mundo
más sabios que los sabios:
25 las hormigas, pueblo débil
que asegura su comida en verano;
26 los tejones, pueblo sin fuerza
que hace madriguera en las rocas;
27 las langostas, que no tienen rey
y avanzan todas en formación;
28 las lagartijas, que se agarran con la mano
y entran en palacios reales.
29 Hay tres seres de buen andar
y un cuarto de paso majestuoso:
30 el león, el más valiente de los animales,
que no retrocede ante nadie;
31 el gallo, que camina erguido; también el chivo;
el rey al frente de su ejército.
32 Si te has dado importancia, por irreflexión o deliberadamente,
tápate la boca:
33 aprietas la leche y sale manteca,
aprietas la nariz y sale sangre,
aprietas la ira y salen peleas.

Patrocinio

 
 

Introducción a Proverbios

Sapienciales

Los libros sapienciales forman uno de los grupos de libros bíblicos con perfil propio, netamente distinto de la literatura profética, de los cuerpos legales y de las obras narrativas. Cinco libros forman esta pentápolis de claras fronteras, esta especie de «pentateuco» sapiencial: Proverbios, Job, Eclesiastés (Qohelet), Eclesiástico (Ben Sirá) y Sabiduría. Como el Pentateuco invoca como autor o patrono a Moisés, así tres de estos libros invocan a Salomón como autor.
Un cierto parentesco liga a Job con el Eclesiastés como testigos y actores de una patética controversia sobre el sentido de la vida; por otro lado caminan Proverbios y Eclesiástico, mientras que Sabiduría es un enclave tardío en territorio griego.
El cuerpo sapiencial tiene indudable afinidad con nuestros refranes populares, aforismos cultos y textos didácticos. El propósito de la tarea sapiencial no es la enseñanza intelectual, ni el proponer una especie de catecismo ético, ni indagar el puesto de la vida humana en el orden cósmico. Más bien sería como una «oferta de sensatez», que no una imposición, como guía para todo ser humano.




Proverbios

Forma del libro. Es la obra más típica del cuerpo sapiencial. Bajo el nombre genérico de «meshalim» -proverbios- acoge un conjunto de colecciones de enigmas, sentencias, aforismos, refranes, adagios e instrucciones de carácter ético y moralizante a través de los cuales se transmite una sabiduría popular acumulada durante siglos. Su presentación estimula el esfuerzo de comprensión del oyente o del lector: brevedad, carácter incisivo o enigmático y forma rítmica, al mismo tiempo que facilidad de retención en la memoria.
Las doctrinas o enseñanzas de esta antología tienen dos ejes principales, cada uno con dos polos opuestos: «sensato-necio» y «honrado-malvado». Los términos no son precisos: en el primero pueden entrar dotes naturales de inteligencia y perspicacia, conocimientos adquiridos o destreza en el obrar. Lo mismo podemos decir del segundo eje, que puede referirse a la integridad, la justicia o la inocencia. Estos dos ejes se cruzan, porque la sensatez tiene algo de ético, mientras que la maldad se considera insensata.

Época de composición y autoría del libro. Por su carácter anónimo y el tamaño minúsculo de sus unidades es imposible datar los proverbios. Su composición puede abarcar varios siglos. El prólogo y el epílogo serían obra del recopilador final y, por tanto, posteriores a las otras colecciones. Que Salomón diera impulso a esta corriente de proverbios puede ser realidad o pura leyenda. En realidad, el libro salta las fronteras y las épocas.

Mensaje de los Proverbios. La sensatez es una actividad artesana, atribuida al Dios creador y ofrecida al ser humano para que sea el artífice de su existencia, para que aprenda el sentido de la vida y dé sentido a su propia vida. Para ello, el joven inexperto necesita el apoyo de la experiencia ajena, plural y compartida, que cuaja en refranes, máximas y aforismos; algunos son propios de escuelas de maestros, otros, entregados a la libre circulación ciudadana. Dios está presente en este mundo sapiencial y ético de los Proverbios: posee la sabiduría y concede la sensatez al ser humano; con su aprobación y reprobación consolida el mundo ético.
De una «sabiduría a ras de tierra», el libro va ganando en altura hasta colocar en 8,22-31 a la Sabiduría personificada en la esfera celeste de sus orígenes. Aunque no es Dios ni una divinidad, procede de Dios y precede al mundo; posterior a Dios y anterior al universo, inferior a Dios y superior al mundo. El poeta la presenta como personaje que nace, aprende, actúa.
No se sigue que el poeta se refiera a un ser personal existente fuera del poema, pero con el correr del tiempo esa «sabiduría» tendrá un nombre, Jesucristo, «Sabiduría de Dios», como lo llama San Pablo ( 1Co_1:24 ).

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Patrocinio

Notas

Proverbios 30,1-9Sexta colección. No sabemos quién es este Agur, y menos aún su padre Yaqué, pero tenemos aquí una de las grandes preocupaciones de los representantes de la corriente sapiencial: el verdadero sabio siente cada vez más lejos la genuina sabiduría. Sólo Dios es completamente sabio, y el ser humano, por más que se esfuerce, a duras penas alcanza a ver destellos de esa gran sabiduría que se revela a la humanidad a través de su palabra.
Termina la plegaria con una petición que cobra gran actualidad. Se trata de lo peligrosa que resulta la riqueza, ya que puede venir a reemplazar a Dios. El capitalismo moderno en todas sus expresiones ha generado una especie de ideología que hace creer al ser humano que el único absoluto es el dinero, el tener, y al servicio de este absoluto encontramos muchos «adoradores». La extrema pobreza también es peligrosa, por cuanto puede hacernos renegar de Dios. Los millones y millones de hombres y mujeres que a diario van quedando despojados y hambrientos, ¿a qué Dios se dirigen? ¿Qué respuesta obtienen de Dios? Dios está dispuesto a responder, pero única y exclusivamente a través de quienes nos consideramos sus seguidores. ¿Qué respuesta estamos dando nosotros? ¿Qué imagen de Dios estamos mostrando a esos seres humanos que padecen hambre y miseria?


Proverbios 30,10-14Se alude a las personas que se dedican a hacer el mal o a distorsionar de algún modo el justo orden querido por Dios. Estas personas están destinadas a la maldición.
Proverbios 30,15-33Una de las formas mnemotécnicas que ayudaba a retener en la mente las sentencias era el llamado «proverbio numérico», del cual tenemos varios ejemplos en esta sección. Usando los números dos, tres y cuatro, el sabio describe lo insondable del misterio del seol (15s); con otro proverbio numérico se alude al misterio de la procreación y de la concepción (18s); algunas actitudes y comportamientos humanos son enjuiciados del mismo modo, como el de la esclava que sucede a su señora, una manera de enjuiciar la inversión de algunos valores de la época (21-23); la sabiduría de la naturaleza y del mundo animal también queda retratada en otro proverbio numérico (24-31). Termina la sección con un sabio consejo: no ser engreído y buscar una vida tranquila sin discordias ni pleitos (32s).