Daniel  2 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 49 versitos |
1

El sueño de Nabucodonosor
Gn 41

El año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo un sueño; se sobresaltó y no pudo seguir durmiendo.
2 Mandó llamar a los magos, astrólogos, hechiceros y adivinos para que le explicasen el sueño.
3 Cuando llegaron a su presencia, el rey les dijo:
– He tenido un sueño que me ha sobresaltado y quiero saber lo que significa.
4 Respondieron los adivinos:
–¡Viva el rey eternamente! Cuente su majestad el sueño y nosotros explicaremos su sentido.
5 El rey les dijo:
–¡Ordeno y mando! Si no me cuentan el sueño y su interpretación, los harán pedazos y demolerán sus casas;
6 en cambio, si me dan a conocer el sueño y su interpretación, los llenaré de dones, regalos y honores. Por tanto, díganme el sueño y su interpretación.
7 Ellos respondieron por segunda vez:
– Majestad, cuéntanos el sueño y te explicaremos su sentido.
8 El rey repuso:
– Está claro que intentan ganar tiempo, porque han visto que mi decisión está tomada,
9 si no me cuentan el sueño, les tocará a todos una misma sentencia. Porque se han puesto de acuerdo para contarme mentiras y engaños a ver si mientras tanto llega un cambio de situación. Así que cuéntenme el sueño y me convenceré de que también son capaces de interpretarlo.
10 Los adivinos contestaron al rey:
– No hay un hombre en la tierra que pueda decir lo que el rey pide; ningún rey ni príncipe ha exigido cosa semejante a magos, astrólogos o adivinos.
11 Lo que el rey exige es sobrehumano; sólo los dioses, que no habitan con los mortales, pueden decírselo al rey.
12 Al oír esto, el rey se enfureció y mandó acabar con todos los sabios de Babilonia.
13 Y decretó que los sabios fueran ejecutados. Y fueron también a buscar a Daniel y a sus compañeros para ajusticiarlos.
14 Cuando Arioc, jefe de la guardia real, se dirigía a ejecutar a los sabios,
15 Daniel aconsejó tener prudencia y preguntó al funcionario real:
–¿Por qué ha dado el rey un decreto tan severo?
16 Arioc le explicó todo el asunto, y Daniel se dirigió al rey para pedirle un poco de tiempo para explicarle el sueño.
17 Daniel volvió a casa y contó todo a sus compañeros, Ananías, Azarías y Misael,
18 y les encargó que invocasen la misericordia del Dios del cielo para que les revelase el secreto y así Daniel y sus compañeros no tuvieran que perecer con los demás sabios de Babilonia.
19 En una visión nocturna, Daniel tuvo la revelación del secreto, y bendijo al Dios del cielo,
20 diciendo:
Bendito sea el Nombre de Dios
por los siglos de los siglos.
Él posee la sabiduría y el poder,
21 él cambia tiempos y estaciones,
hace reyes y los destrona.
Él da sabiduría a los sabios
y ciencia a los expertos,
22 revela los secretos más profundos
y conoce lo que ocultan las tinieblas.
23 Te alabo y te doy gracias,
Dios de mis padres,
porque me has dado
sabiduría y poder:
me has revelado lo que te pedía,
me has revelado el asunto del rey.
24 Después Daniel acudió a Arioc, a quien el rey había encargado ejecutar a los sabios de Babilonia, y le dijo:
– No des muerte a los sabios de Babilonia; llévame a presencia del rey y le explicaré el sentido del sueño.
25 Arioc lo condujo a toda prisa hasta el rey y le dijo:
– Hay un hombre de los deportados de Judá que está dispuesto a explicar el sueño a su majestad.
26 El rey preguntó a Daniel:
–¿De modo que eres capaz de contarme el sueño y de explicarme su sentido?
27 Daniel repuso:
– Su majestad interroga sobre un misterio que no se lo pueden explicar ni sabios, ni astrólogos, ni magos, ni adivinos;
28 pero hay un Dios en el cielo que revela los secretos y que ha anunciado al rey Nabucodonosor lo que sucederá al final de los tiempos.
29 Éste es el sueño que viste estando acostado. Te pusiste a pensar en lo que iba a suceder, y el que revela los secretos te comunicó lo que va a suceder.
30 En cuanto a mí, no es que yo tenga una sabiduría superior a la de todos los vivientes; si me han revelado el secreto es para que le explique el sentido al rey y así puedas entender lo que pensabas.
31 Tú, rey, viste una visión: una estatua majestuosa, una estatua gigantesca y de un brillo extraordinario; su aspecto era impresionante.
32 Tenía la cabeza de oro fino, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce,
33 las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro.
34 En tu visión una piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y la hizo pedazos.
35 Del golpe se hicieron pedazos el hierro y el barro, el bronce, la plata y el oro, triturados como la paja cuando se limpia el trigo en verano, que el viento la arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que deshizo la estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba toda la tierra.
36 Éste era el sueño; ahora explicaremos al rey su sentido:
37 Tú, majestad, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha concedido el reino y el poder, el dominio y la gloria, a quien ha dado poder
38 sobre los hombres dondequiera que vivan, sobre las fieras salvajes y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro. Te sucederá un reino de plata, menos poderoso.
39 Después un tercer reino, de bronce, que dominará todo el mundo.
40 Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro. Como el hierro destroza y aplasta todo, así destrozará y triturará a todos.
41 Los pies y los dedos que viste, de hierro mezclado con barro de alfarero, representan un reino dividido; conservará algo del vigor del hierro, porque viste hierro mezclado con arcilla.
42 Los dedos de los pies, de hierro y barro, son un reino a la vez poderoso y débil.
43 Como viste el hierro mezclado con la arcilla, así se mezclarán las descendencias, pero no llegarán a ligarse, lo mismo que no se puede fundir el hierro con el barro.
44 Durante esos reinados, el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará por siempre;
45 eso significa la piedra que viste desprendida del monte sin intervención humana y que destrozó el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro. Éste es el destino que el Dios poderoso comunica a su majestad. El sueño tiene sentido, la interpretación es cierta.
46 Entonces Nabucodonosor se postró en tierra rindiendo homenaje a Daniel y mandó que le hicieran sacrificios y ofrendas.
47 El rey dijo a Daniel:
– Sin duda que tu Dios es Dios de dioses y Señor de reyes; él revela los secretos, ya que tú fuiste capaz de explicar este secreto.
48 Después el rey colmó a Daniel de honores y riquezas, lo nombró gobernador de la provincia de Babilonia y jefe de todos los sabios de Babilonia.
49 A instancias de Daniel, el rey puso a Sidrac, Misac y Abed-Nego al frente de la provincia de Babilonia, mientras que Daniel quedó en la corte.

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Introducción a Daniel 

DANIEL

La obra. Lo que hoy leemos como libro de Daniel es una obra compleja y aparte en el Antiguo Testamento. Empezando por la lengua, encontramos una serie de capítulos escritos en hebreo que imita el clásico, otros están escritos en arameo, otros en griego. Una obra trilingüe.
Es muy fácil separar los fragmentos griegos como adiciones posteriores, escritas en esa lengua o traducidas de un original semítico. No es fácil dar razón definitiva de la mezcla de hebreo con arameo; es más razonable pensar que los textos se escribieron primero en hebreo y que parte se tradujo al arameo, lengua corriente de la época.
La distribución de formas y temas no coincide con el reparto de lenguas. Encontramos tres tipos fundamentales: una serie de episodios narrativos, que tienen por protagonistas a Daniel y sus compañeros; una serie de visiones de Daniel explicadas por un ángel; dos plegarias amplias y otras breves. Los relatos están en hebreo (1), arameo (2-6) y griego (13-14); las visiones en arameo (7) y hebreo (8-12); las amplias plegarias en griego (3,24-90) y las demás en la lengua del contexto.

Autor. El personaje Daniel -«Dios es mi juez», en hebreo- es introducido unas veces en tercera persona (1-6); otras, en primera (8-12), como si fuera el autor. En el capítulo 7 pasa de la tercera a la primera. En los relatos aparece como adivino y jefe de magos (4,5; 5,10-12), y como político y administrador real (2,48; 6,3s; 8,27).
Parece ser que en la antigüedad hubo un personaje famoso por su bondad y sabiduría, llamado Daniel ( Eze_14:14 .20; Eze_28:3 ). Fuera de la Biblia aparece como «Dnil» en el poema ugarítico de Aqhat. ¿Existió un personaje semejante, del mismo nombre, en tiempo del destierro? No lo sabemos. El caso es que Daniel se hizo legendario y popular; por eso lo seleccionaron como protagonista para esta obra. La pseudonimia es normal en el género apocalíptico: hay Apocalipsis de Henoc, de Moisés, de Isaías, de Baruc, etc.

Época. El libro está compuesto durante la persecución de Antíoco IV (175-163 a.C.), después del 167 a.C. y algo antes de su muerte. Por la persecución religiosa y las rivalidades internas, los judíos atraviesan una grave crisis. El autor quiere infundirles ánimo y esperanza: lo hace con un personaje ficticio y aureolado, en un género literario nuevo, el apocalíptico.
Algunos piensan que los capítulos 1-6 fueron escritos al final del período persa o al comienzo del helenista, o sea en la segunda mitad del s. IV a.C. Las adiciones griegas, por su carácter ficticio o fantástico, no permiten una datación probable.

Género apocalíptico. Con el libro de Daniel entra en el Antiguo Testamento un género literario nuevo, el género apocalíptico. El libro fue admitido en el canon judío de las Escrituras, no como libro profético, pues la serie estaba clausurada, sino entre los «Escritos», concepto vago y acogedor. En realidad, Daniel es el único escrito apocalíptico, entre muchos, considerado como inspirado por Dios. En las versiones griega y latina y en la tradición cristiana, Daniel figura como uno de los cuatro «profetas mayores».
La apocalíptica es heredera de la profecía; surge cuando la profecía se ha extinguido («ya no vemos nuestros estandartes, ni tenemos un profeta, ninguno de nosotros sabe hasta cuándo» Sal_74:9 ) y pretende llevar adelante su misión.
En momentos de crisis, la apocalíptica trae un mensaje de esperanza: la tribulación es pasajera, el Señor actuará, pronto y de modo definitivo. En varias ocasiones la apocalíptica se presenta como la visión actualizada de una profecía.

Tema. El tema del libro es el drama de la historia. Luchan y caen y se suceden imperios y reinos. Los soberanos y emperadores actúan como protagonistas, pero la historia está gobernada por Dios y es conducida a un desenlace que llega de modo repentino, aunque previsto por el vidente y explicado por el intérprete. El paso dramático de un imperio a otro anticipa y prefigura el cambio final: la restauración del reino definitivo y universal del Señor de la historia en la que los sujetos pasivos y sufrientes de la misma, los «elegidos y consagrados», pasarán a primer plano con un nuevo poder concedido por Dios. Lo que sucede después, se anuncia, no se describe.
Los recursos principales del género y del libro son la ficción narrativa y la alegoría. El autor despliega a grandes trazos el pasado, lo estiliza y lo cuenta como profecía. Para ello inventa un personaje pretérito, a quien da un nombre ilustre y pone en su boca la historia pasada como profecía de futuro. La alegoría sirve también para comunicar en clave enseñanzas políticamente peligrosas.
En el uso de la alegoría el autor de 2-7 ha sido genial. Con función alegórica ha sabido crear unas cuantas imágenes poderosas que han fecundado el arte y el pensamiento occidental: la estatua de diversos materiales, el emperador convertido en fiera, el festín de Baltasar, los jóvenes en el horno, Daniel en el foso de los leones, las cuatro fieras con el anciano y la figura humana. ¿Cuántos escritores podrán exhibir semejante repertorio? Gracias a su vigor imaginativo, esos símbolos han sobrevivido al fracaso de la expectación del autor, se han desprendido de sus ataduras alegóricas y han comenzado una nueva vida como instrumentos para interpretar la historia.

Daniel y el Nuevo Testamento. Tres doctrinas principales han influido de algún modo en el Nuevo Testamento. La angelología, incluso con los nombres concretos de Miguel y de Gabriel (Lucas, Judas y Apocalipsis). La doctrina de la resurrección y retribución en la otra vida. La «figura humana» del capítulo 7, que por una falsa traducción se convirtió en «el Hijo del Hombre» trascendente, el de la parusía anunciada.
Además de éstos, Mar_13:14 y Mat_24:15 mencionan al «ídolo abominable» de Dan_9:27 y 12,11; Mar_13:19 y Mat_24:21 citan literalmente a Dan_12:1 . Finalmente 1Co_6:2 parece basado en Dan_7:22 . De los relatos griegos, el de Susana ha tenido gran aceptación en la teología y en el arte cristiano.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Daniel  2,1El sueño de Nabucodonosor. Al rey le asalta la duda y el temor por un sueño que ha tenido, por lo que acude a los magos y adivinos de su corte. Sin embargo, ni los de la corte ni los del resto del reino se sienten capaces de responder a la exigencia del rey. Él quiere no sólo que le interpreten el sueño, sino que adivinen qué fue lo que soñó. Con esta ambientación que incluye la sentencia de muerte para todos los magos y sabios de todo el imperio por su ineptitud (1-13), va a entrar en escena Daniel, que no se basa en su propio conocimiento, sino en el poder único y absoluto del Dios de Israel a quien pide la iluminación necesaria. Daniel, como jefe de todos los magos y sabios del imperio, representa la soberanía de Dios sobre cualquier reino por potente que sea. Todos salvaron la vida sólo cuando reconocieron que el Dios de Daniel es el único sabio y poderoso.


Daniel  2,2-45Los materiales con que está hecha la estatua y la interpretación que se hace de ella, está en relación con la forma como los antiguos calificaban las diferentes épocas de la historia, a partir del valor de los metales y materiales de uso corriente. Se nota que el metal más valioso era el oro, aplicado aquí al imperio babilónico; le sigue la plata, también metal precioso, pero menos que el oro, representaría al imperio medo; la parte de hierro representa al período persa; y el hierro y el barro representan los reinos asirio y egipcio, los dos polos donde se concentraron los generales herederos del imperio griego macedónico conquistado por Alejandro Magno. Esta gran mole, sin embargo, es derribada por una simple esquirla desprendida de una gran roca, que representa aquí el advenimiento del reino de Dios.
Aquí está el valor profético del simbolismo que envuelve este sueño y su interpretación. Todo lo que proviene de Dios comienza con lo más mínimo y desapercibido, no se impone por la fuerza ni la violencia. El mundo está cansado de la prepotencia de los poderosos que arman y desarman imperios según sus caprichos, es necesario centrar la atención en los pequeños signos en los que continuamente el reino de Dios se está manifestando, sin perder de vista que no es en lo llamativo y en lo espectacular, sino en las pequeñas cosas, pequeñas experiencias de vida, donde el Espíritu hará crecer y multiplicar los signos del reino.