NAHÚN
El profeta y su época. De Nahún sabemos que nació en Elcas, pero no sabemos dónde está ubicado tal lugar. La época que refleja su libro es la de la caída del gran imperio opresor de naciones, «el león que hacía presas», Nínive, en el año 612 a.C., bajo el empuje de babilonios y medos. Es una fecha grande y terrible de la historia universal la que canta Nahún. Desaparece Asiria, retorna Babilonia y se anuncia una tercera potencia: Media. Describiendo con exaltada pasión la caída del imperio temido y odiado, Nahún canta también al Señor de la historia, que hace sonar su hora a los imperios.
Estilo. Nahún es un magnífico poeta en tono mayor. Ninguno como él ha sabido evocar líricamente el asalto y conquista de una gran ciudad, el pánico, la agitación, los lamentos; ninguno se ha atrevido a acumular esa serie alucinante de sustantivos y adjetivos. Su técnica es de trazos breves yuxtapuestos, su descripción es impresionista y patética; de cuando en cuando irrumpe encarándose con los personajes. Las imágenes del león y de la langosta están bien desarrolladas, con rasgos originales. Un alarde de vocabulario selecto hace rico y difícil su verso.
Mensaje religioso. Todo el mensaje del libro se centra en el hecho de la caída del imperio odiado. Es comprensible que el que habla en nombre de las víctimas de Nínive, una de las potencias más sanguinarias y despóticas de entonces, lo haga en términos apasionados donde resuenan el rencor y el odio.
Nahún, de todas formas, quiere hacer patente que el Señor de la historia no es indiferente a la opresión de los tiranos. Todo poderío político, basado en la violencia y la injusticia, tiene sus días contados.
Nahúm 1,1Título del libro. Oráculo sobre Nínive, de Nahún. Nahún significa «el Señor consuela». Por el contenido del libro vamos a ver que el profeta más que un personaje consolado, es un «no-resignado», alguien con una satisfacción casi morbosa porque ha visto caer a la que parecía invencible: Nínive. El tono del libro es muy optimista hacia todos los pueblos sometidos bajo la bota imperial asiria, y es probable que haya suscitado muchos sueños e ilusiones de paz y tranquilidad en su pueblo. Sin embargo, mientras Asiria caía, Babilonia comenzaba a levantarse. No fue muy largo el período de paz y tranquilidad, ni en Israel ni en su vecindario.