Zacarías 1 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 21 versitos |
1

ZACARÍAS

En el año segundo de Darío, el mes octavo, el Señor dirigió la palabra al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó:
2

Exhortación a la conversión

– El Señor estaba muy irritado con los antepasados de ustedes.
3 Ahora diles: Así dice el Señor Todopoderoso:
Vuelvan a mí
– oráculo del Señor Todopoderoso– ,
y yo volveré a ustedes
– dice el Señor Todopoderoso– .
4 No sean como sus antepasados,
a quienes predicaban
los más antiguos profetas
diciendo:
Así dice el Señor Todopoderoso:
Conviértanse de su mala conducta
y de sus malas acciones;
pero ellos no me escucharon
ni me hicieron caso
– oráculo del Señor Todopoderoso– .
5 Sus antepasados, ¿dónde están?,
sus profetas, ¿viven para siempre?
6 En cambio, mis palabras y decretos,
que encomendé
a mis siervos los profetas,
¿no alcanzaron a sus antepasados?
Entonces se convirtieron diciendo:
Como el Señor
había dispuesto tratarnos
por nuestra conducta,
y nuestras acciones,
así nos ha tratado.
7

Ocho visiones
Primera:
Los jinetes
Ap 6,1-8

El veinticuatro del mes undécimo del segundo año del reinado de Darío, el Señor dirigió la palabra a Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó:
8 En una visión nocturna se me apareció un jinete sobre un caballo rojo, parado en una hondonada entre unos arbustos; detrás de él había caballos rojos, castaños y blancos.
9 Pregunté: –¿Quiénes son, señor? Me contestó el ángel que hablaba conmigo:
– Te voy a enseñar quiénes son.
10 Y el que estaba entre los arbustos me dijo: – A éstos los ha despachado el Señor para que recorran la tierra.
11 Ellos informaron al ángel del Señor, que estaba entre los arbustos:
– Hemos recorrido la tierra y la hemos encontrado en paz y tranquila.
12 Entonces el ángel del Señor dijo: – Señor Todopoderoso, ¿cuándo te vas a compadecer de Jerusalén y de los pueblos de Judá? Ya hace setenta años que estás enojado con ellos.
13 El Señor contestó al ángel que hablaba conmigo palabras buenas, frases de consuelo.
14 Y el ángel que me hablaba me ordenó proclamar:
– Así dice el Señor Todopoderoso:
Siento celos de Jerusalén,
celos grandes de Sión,
15 y siento un gran enojo
contra las naciones confiadas
que se aprovechan
de mi breve enojo
para redoblar su maldad.
16 Por eso, así dice el Señor:
Me vuelvo a Jerusalén
con compasión,
mi templo será reedificado
– oráculo del Señor Todopoderoso–
y aplicarán la plomada a Jerusalén.
17 Sigue proclamando:
Así dice el Señor Todopoderoso:
Otra vez rebosarán
las ciudades de bienes,
el Señor consolará otra vez a Sión,
Jerusalén será su elegida.
18

Segunda:
Los cuernos y los herreros
Dn 7,8.11.20; Sal 75

Levanté la vista y vi cuatro cuernos.
19 Pregunté al ángel que hablaba conmigo: –¿Qué significan?
Me contestó: – Significan los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y Jerusalén.
20 Después el Señor me enseñó cuatro herreros.
21 Pregunté: –¿Qué han venido a hacer?
Respondió: – Aquellos son los cuernos que dispersaron tan bien a Judá, que nadie pudo levantar cabeza, y los herreros han venido a espantarlos, a derribar los cuernos de las naciones que embestían a Judá para dispersarla.

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Introducción a Zacarías

ZACARÍAS

Uno o dos Zacarías. La mayoría de los comentaristas modernos distinguen dos partes en el libro (1-8 y 9-14), diversas por el contenido, estilo e intención. La primera se ocupa del templo, la segunda prescinde de él; la primera da mucha importancia a la actividad humana, la segunda sólo se fija en la acción de Dios; la primera estima mucho la profecía, la segunda asiste a su desaparición; la primera es libro de visiones, la segunda de oráculos; en la primera abundan los datos biográficos, en la segunda son escasos; en la primera abundan las fórmulas proféticas, en la segunda las apocalípticas. La primera parte recogería la predicación de Zacarías, contemporáneo de Ageo; la segunda sería obra de otro autor de época posterior.

Zacarías y su época.
Aparece citado, junto con Ageo, en Esd_5:1 y 6,14, como inspirador de la reconstrucción del templo. Probablemente perteneció a una familia sacerdotal y, como tal, fue llamado desde muy joven al servicio del templo. Su actividad se extiende hasta diciembre del 518 a.C. Coincidió por poco tiempo con Ageo, con quien compartió los dos grandes temas de predicación, reconstrucción del templo y la restauración escatológica.
Sobre la época véase la introducción a Ageo. En cuanto al contexto histórico de la segunda parte del libro: Zacarías II (9-14), es muy difícil de precisar. Los nombres mencionados, tales como Asiria, Egipto, etc., más que referirse a una situación presente, evocan el pasado para resaltar que lo que Dios hizo con esos pueblos lo sigue y seguirá haciendo, como Señor de la historia, con otros pueblos.

Mensaje religioso. Zacarías se inserta conscientemente en la línea de los antiguos profetas (1,4), predica la conversión, inculca exigencias éticas, critica el culto sin justicia. Depende de Isaías II (2,10-17) y más de Ezequiel en procedimientos literarios.
Como para Ageo, también para Zacarías la reconstrucción del templo es garantía de la restauración de la era mesiánica. Este futuro mesiánico es descrito en la segunda parte del libro en un estilo visionario que está anticipando ya la literatura apocalíptica. Aunque difícil de entender para nosotros, este Zacarías II es el más citado en el Nuevo Testamento, cuyos autores vieron realizados en la pasión de Jesucristo el simbólico mensaje del profeta.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Zacarías 1,1Título del libro. Este primer versículo nos ubica en la historia. Esta fecha corresponde al año 520 a.C. También nos revela el nombre del profeta que da nombre al libro.


Zacarías 1,2-6Exhortación a la conversión. Con estos versículos introductorios, Zacarías se sitúa en la línea de la profecía en Israel, uno de cuyos aspectos fue siempre el llamado a la conversión al Señor. Zacarías recuerda a la comunidad de repatriados que antes del exilio hubo profetas que predicaron esto mismo y que no fueron escuchados. Así la comunidad actual debe tener conciencia de ese pasado, leer los acontecimientos históricos como intervenciones de Dios y no recaer en el mismo camino de sus antepasados para que el Señor no tenga que castigarlos de nuevo. La memoria histórica no se puede perder, de ella hay mucho que aprender si se quiere crear con seguridad el futuro.
Zacarías 1,7-171:7-6:15 Ocho visiones. Lo esencial de la primera parte del libro llamado «Zacarías I», está compuesta por ocho visiones, que están en relación con la suerte de Jerusalén. Todas las visiones, excepto la cuarta, presentan un mismo esquema: el vidente obtiene una visión e interroga al ángel del Señor sobre el significado de lo que ve. No hay un orden lógico en las visiones, pero sí se pueden agrupar en torno a una posible idea precisa del profeta: Dios decide purificar la tierra (1ª, 2ª, 6ª y 8ª), esta purificación tiene un epicentro: Judá y Jerusalén, primero exterminando de allí el pecado (7ª) y luego haciendo de Jerusalén lugar para todos los pueblos bajo el único señorío de Dios (3ª), concretado en el sumo sacerdote (4ª). Allí Dios se encargará de vigilar a toda la tierra con la ayuda de dos ungidos (5ª). Las visiones culminan con la coronación simbólica de Zorobabel.

1:7-17 Primera: Los jinetes. Los jinetes que recorren toda la tierra la encuentran en paz (11), pero falta el bienestar completo en Jerusalén y en el resto de ciudades de Judá. Por ello, el ángel interroga sobre el fin del castigo. El Señor impone el castigo contra quienes se aprovecharon de su breve cólera para incrementar el mal a su pueblo. Luego vendrá el tiempo de la compasión para Jerusalén (16) y para el resto de ciudades de Judá (17).