Zacarías 3 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 10 versitos |
1

Cuarta:
Investidura del sumo sacerdote
Éx 28s; Lv 8

Después me enseñó al sumo sacerdote, Josué, de pie ante el ángel del Señor. A su derecha estaba el Satán acusándolo.
2 El Señor dijo a Satán:
– El Señor te llama al orden, Satán; el Señor, que ha escogido a Jerusalén, te llama al orden. ¿No es ése un carbón ardiente sacado del fuego?
3 Josué estaba vestido con un traje sucio, de pie delante del ángel.
4 Éste dijo a los que estaban allí delante: – Quítenle el traje sucio.
Y a él le dijo: – Mira, aparto de ti la culpa y te visto de fiesta.
5 Y añadió: – Pónganle en la cabeza un turbante limpio.
Le pusieron el turbante limpio y lo revistieron.
6 El ángel del Señor, que estaba de pie, dijo a Josué:
7 Así dice el Señor Todopoderoso:
Si sigues mi camino
y guardas mis mandamientos,
también administrarás mi templo
y guardarás mis atrios,
y te dejaré acercarte
con ésos que ahí están.
8 Escuchen, Josué, sumo sacerdote, y sus compañeros que están sentados delante de él: ustedes son figuras proféticas de lo que ha de venir. Yo he de traer a mi siervo Germen.
9 Miren la piedra que presento a Josué: es una y lleva siete ojos. Tiene una inscripción: En un día quitaré el pecado de esta tierra – oráculo del Señor Todopoderoso– .
10 Aquel día se invitarán unos a otros a descansar bajo la parra y la higuera – oráculo del Señor Todopoderoso– .

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Introducción a Zacarías

ZACARÍAS

Uno o dos Zacarías. La mayoría de los comentaristas modernos distinguen dos partes en el libro (1-8 y 9-14), diversas por el contenido, estilo e intención. La primera se ocupa del templo, la segunda prescinde de él; la primera da mucha importancia a la actividad humana, la segunda sólo se fija en la acción de Dios; la primera estima mucho la profecía, la segunda asiste a su desaparición; la primera es libro de visiones, la segunda de oráculos; en la primera abundan los datos biográficos, en la segunda son escasos; en la primera abundan las fórmulas proféticas, en la segunda las apocalípticas. La primera parte recogería la predicación de Zacarías, contemporáneo de Ageo; la segunda sería obra de otro autor de época posterior.

Zacarías y su época.
Aparece citado, junto con Ageo, en Esd_5:1 y 6,14, como inspirador de la reconstrucción del templo. Probablemente perteneció a una familia sacerdotal y, como tal, fue llamado desde muy joven al servicio del templo. Su actividad se extiende hasta diciembre del 518 a.C. Coincidió por poco tiempo con Ageo, con quien compartió los dos grandes temas de predicación, reconstrucción del templo y la restauración escatológica.
Sobre la época véase la introducción a Ageo. En cuanto al contexto histórico de la segunda parte del libro: Zacarías II (9-14), es muy difícil de precisar. Los nombres mencionados, tales como Asiria, Egipto, etc., más que referirse a una situación presente, evocan el pasado para resaltar que lo que Dios hizo con esos pueblos lo sigue y seguirá haciendo, como Señor de la historia, con otros pueblos.

Mensaje religioso. Zacarías se inserta conscientemente en la línea de los antiguos profetas (1,4), predica la conversión, inculca exigencias éticas, critica el culto sin justicia. Depende de Isaías II (2,10-17) y más de Ezequiel en procedimientos literarios.
Como para Ageo, también para Zacarías la reconstrucción del templo es garantía de la restauración de la era mesiánica. Este futuro mesiánico es descrito en la segunda parte del libro en un estilo visionario que está anticipando ya la literatura apocalíptica. Aunque difícil de entender para nosotros, este Zacarías II es el más citado en el Nuevo Testamento, cuyos autores vieron realizados en la pasión de Jesucristo el simbólico mensaje del profeta.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Zacarías 3,1-10Cuarta: Investidura del sumo sacerdote. Esta cuarta visión posee como característica especial la investidura de Josué como sumo sacerdote en una extraña asamblea celestial donde está siendo acusado por Satán. Pese a las acusaciones, Josué es perdonado e investido con vestiduras limpias. Nótese la relación entre vestiduras «sucias» y «acusador» con «ser perdonado» y vestiduras «limpias». Podría tratarse de alguna situación anómala o impedimento que hacían de Josué indigno de llevar la investidura de máximo sacerdote. Mediante este recurso de la visión, el profeta entroniza oficialmente a Josué validando su ministerio ordenado por el mismo Dios. En el trasfondo de esta visión hay que recordar las contradicciones y enfrentamientos frecuentes entre los que regresaron de Babilonia y los que no habían ido al destierro.
La segunda parte de la visión, hasta ahora sin explicación satisfactoria, corresponde a la piedra con siete ojos que recibe el sumo sacerdote. El contexto induce a pensar en la vigilancia cercana que tendrá el Señor con su pueblo, el cual será purificado en un solo día (9). Ya purificados, los fieles vivirán en paz y tranquilidad y cada uno podrá invitar a su amigo a su propia higuera y a su propia parra.