Zacarías 6 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 15 versitos |
1

Octava:
Los cuatro carros

Levanté la vista de nuevo y vi aparecer cuatro carros entre dos montañas: las montañas eran de bronce.
2 Del primer carro tiraban caballos rojos; del segundo, caballos negros;
3 del tercero, caballos blancos; del cuarto, caballos manchados.
4 Pregunté al ángel que hablaba conmigo: –¿Qué significan, señor?
5 El ángel me respondió:
– Están al servicio del Dueño de todo el mundo y salen a los cuatro vientos.
6 Los rojos parten hacia oriente, los negros hacia el norte, los blancos hacia occidente, los manchados hacia el sur.
7 Salían briosos, dispuestos a recorrer la tierra. Él les ordenó:
– Recorran la tierra.
Y lo hicieron.
8 Y a mí me gritó: – Los que salen hacia el norte calman mi enojo contra el país del norte.
9

La corona

El Señor me dirigió la palabra:
10 – Pide ofrendas a los exiliados que han vuelto de Babilonia: a Jelday, Tobías y Yedayas; después vete a casa de Josías, hijo de Sofonías.
11 Toma oro y plata, fabrica una corona y colócala en la cabeza a Zorobabel hijo de Sealtiel.
12 Y le dirás:
Así dice el Señor Todopoderoso:
Aquí está el hombre
llamado Germen,
que construirá el templo
– su descendencia germinará– ;
13 él construirá el templo,
él asumirá la dignidad
y se sentará en el trono
para gobernar;
mientras el sumo sacerdote
se sentará en el suyo,
y reinará la concordia entre los dos.
14 La corona quedará en el templo del Señor como recordatorio para Jelday, Tobías, Yedayas y Josías, hijo de Sofonías.
15 Si obedecen al Señor, su Dios,
de lejos vendrán
a construir el templo,
y sabrán que
el Señor Todopoderoso
me ha enviado a ustedes.

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Introducción a Zacarías

ZACARÍAS

Uno o dos Zacarías. La mayoría de los comentaristas modernos distinguen dos partes en el libro (1-8 y 9-14), diversas por el contenido, estilo e intención. La primera se ocupa del templo, la segunda prescinde de él; la primera da mucha importancia a la actividad humana, la segunda sólo se fija en la acción de Dios; la primera estima mucho la profecía, la segunda asiste a su desaparición; la primera es libro de visiones, la segunda de oráculos; en la primera abundan los datos biográficos, en la segunda son escasos; en la primera abundan las fórmulas proféticas, en la segunda las apocalípticas. La primera parte recogería la predicación de Zacarías, contemporáneo de Ageo; la segunda sería obra de otro autor de época posterior.

Zacarías y su época.
Aparece citado, junto con Ageo, en Esd_5:1 y 6,14, como inspirador de la reconstrucción del templo. Probablemente perteneció a una familia sacerdotal y, como tal, fue llamado desde muy joven al servicio del templo. Su actividad se extiende hasta diciembre del 518 a.C. Coincidió por poco tiempo con Ageo, con quien compartió los dos grandes temas de predicación, reconstrucción del templo y la restauración escatológica.
Sobre la época véase la introducción a Ageo. En cuanto al contexto histórico de la segunda parte del libro: Zacarías II (9-14), es muy difícil de precisar. Los nombres mencionados, tales como Asiria, Egipto, etc., más que referirse a una situación presente, evocan el pasado para resaltar que lo que Dios hizo con esos pueblos lo sigue y seguirá haciendo, como Señor de la historia, con otros pueblos.

Mensaje religioso. Zacarías se inserta conscientemente en la línea de los antiguos profetas (1,4), predica la conversión, inculca exigencias éticas, critica el culto sin justicia. Depende de Isaías II (2,10-17) y más de Ezequiel en procedimientos literarios.
Como para Ageo, también para Zacarías la reconstrucción del templo es garantía de la restauración de la era mesiánica. Este futuro mesiánico es descrito en la segunda parte del libro en un estilo visionario que está anticipando ya la literatura apocalíptica. Aunque difícil de entender para nosotros, este Zacarías II es el más citado en el Nuevo Testamento, cuyos autores vieron realizados en la pasión de Jesucristo el simbólico mensaje del profeta.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Zacarías 6,1-8Octava: Los cuatro carros. Quedaba pendiente la visión sobre el castigo infligido al país del Norte, Babilonia. Los cuatro carruajes realizan una purificación a los cuatro puntos de la tierra, pero en el fondo sólo se explicita como Dios aplaca su ira contra ese país.


Zacarías 6,9-15La corona. Se completa el ciclo de visiones sobre la purificación de la ciudad, la investidura del sumo sacerdote y la reconstrucción del templo con este oráculo de invitación a coronar a Zorobabel como rey. Por la historia sabemos que Zorobabel nunca fue rey y que la monarquía en Israel nunca pudo ser restaurada al modo como se llegó a pensar en los primeros tiempos del postexilio.
El profeta intuye la restauración de los dos pilares de la vida de Israel, el religioso y el civil, y sueña con un ejercicio de poderes en paz y armonía (13). El exilio había servido en parte para purificar el pensamiento judío, pero quienes regresaron no fueron capaces de soñar con un Israel restaurado desde otras posibilidades, sino desde las mismas instituciones y estructuras que Babilonia les había truncado: el templo, el poder en torno al templo y la monarquía. Nunca se les ocurrió que hubiera estructuras que por más que se intentasen diseñar idealmente nunca serían benéficas para el pueblo.
Otra cosa que hay que recordar es que el proyecto de reconstrucción no fue jamás objeto de diálogo con los habitantes de Judá y de Jerusalén que no habían ido al destierro. Hubo dos perspectivas, dos proyectos diferentes, pero terminó imponiéndose el de los repatriados.