Numeros  33 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 56 versitos |
1

Itinerario de Israel

Éstas son las etapas del viaje de los israelitas cuando salieron de Egipto, por escuadrones, bajo la guía de Moisés y Aarón.
2 Moisés registró las etapas de la marcha, según la orden del Señor.
3 El día quince del primer mes, el día siguiente a la Pascua, salieron decididos de Ramsés, a la vista de los egipcios.
4 Los egipcios estaban todavía enterrando los primogénitos que el Señor había hecho morir para hacer justicia de sus dioses.
5 Los israelitas salieron de Ramsés y acamparon en Sucot.
6 Salieron de Sucot y acamparon en Etán, al borde del desierto.
7 Salieron de Etán, volvieron a Pi Hajirot frente a Baal-Safón y acamparon frente a Migdol.
8 Salieron de Pi Hajirot, atravesaron el mar hacia el desierto, caminaron tres días por el desierto de Etán y acamparon en Mara.
9 Salieron de Mara y llegaron a Elim, donde había doce fuentes y setenta palmeras, y acamparon allí.
10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.
11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.
12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.
13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús.
14 Salieron de Alús y acamparon en Rafidín, donde no encontraron agua para el pueblo.
15 Salieron de Rafidín y acamparon en el desierto del Sinaí.
16 Salieron del desierto del Sinaí y acamparon en Quibrot Hatavá.
17 Salieron de Quibrot Hatavá y acamparon en Jaserot.
18 Salieron de Jaserot y acamparon en Ritmá.
19 Salieron de Ritmá y acamparon en Rimón Pares.
20 Salieron de Rimón Pares y acamparon en Libná.
21 Salieron de Libná y acamparon en Risá.
22 Salieron de Risá y acamparon en Quehelata.
23 Salieron de Quehelata y acamparon en el monte Safer.
24 Salieron de Monte Safer y acamparon en Jarada.
25 Salieron de Jarada y acamparon en Maqhelot.
26 Salieron de Maqhelot y acamparon en Tajat.
27 Salieron de Tajat y acamparon en Taraj.
28 Salieron de Taraj y acamparon en Mitcá.
29 Salieron de Mitcá y acamparon en Jasmoná.
30 Salieron de Jasmoná y acamparon en Moserot.
31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene Yacán.
32 Salieron de Bene Yacán y acamparon en Jor Haguidgad.
33 Salieron de Jor Haguidgad y acamparon en Yotbata.
34 Salieron de Yotbata y acamparon en Abroná.
35 Salieron de Abroná y acamparon en Esión Gueber.
36 Salieron de Esión Gueber y acamparon en el desierto de Sin, en Cades.
37 Salieron de Cades y acamparon en el monte Hor, al extremo del territorio de Edom.
38 El sacerdote Aarón subió al monte Hor, por mandato del Señor, y allí murió a los cuarenta años de la salida de Egipto, el día primero del quinto mes.
39 Aarón murió en la cima de Monte Hor a la edad de ciento veintitrés años.
40 El rey cananeo de Arad, que habitaba en el Negueb, en territorio cananeo, se enteró de que se acercaban los israelitas.
41 Salieron de Monte Hor y acamparon en Salmoná.
42 Salieron de Salmoná y acamparon en Punón.
43 Salieron de Punón y acamparon en Obot.
44 Salieron de Obot y acamparon en Ruinas de Abarín, en la frontera de Moab.
45 Salieron de Ruinas de Abarín y acamparon en Dibón Gad.
46 Salieron de Dibón Gad y acamparon en Almón Diblataín.
47 Salieron de Almón Diblataín y acamparon en los montes de Abarín, frente a Nebo.
48 Salieron de los montes de Abarín y acamparon en la estepa de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó.
49 En la estepa de Moab acamparon a lo largo del Jordán, desde Bet Yesimot hasta Abel Sitín.
50 En la estepa de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó, el Señor habló a Moisés:
51 – Di a los israelitas: Cuando atraviesen el Jordán para entrar en el territorio de Canaán,
52 expulsarán a todos sus habitantes, destruirán sus ídolos e imágenes y demolerán sus santuarios.
53 Ocupen la tierra y habítenla porque yo se la doy en posesión.
54 Se la repartirán a suertes entre los clanes. Cada uno recibirá una herencia proporcional al número de registrados. Cada tribu ocupará la parte que le toque por suerte.
55 Si no expulsan a los habitantes del país, entonces los que queden serán para ustedes espinas en los ojos y aguijones en el costado, y los atacarán en la tierra que van a habitar.
56 Y yo los trataré a ustedes como había pensado tratarlos a ellos.

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Introducción a Numeros 

NUMEROS

A este libro que nosotros llamamos «Números», por la referencia a los dos censos que contiene y por la minuciosidad aritmética que ofrece en cuestiones relacionadas con el culto, la tradición judía, según su costumbre, lo llaman «En el desierto», pues es una de las primeras palabras con las que comienza el relato. El desierto es el marco geográfico y también teológico, en el que se llevan a cabo todas las acciones.

Contexto del libro. El pueblo sigue en el desierto: sale del Sinaí (1-10) y se acerca a la tierra prometida después de un largo rodeo (21,10-33,49). A lo largo del peregrinaje va enriqueciendo su caudal de leyes o disposiciones.
El autor sacerdotal (P) ha convertido las andanzas de grupos seminómadas durante varios años en la marcha procesional de todo Israel, perfectamente dividido por tribus y clanes, perfectamente organizado y dispuesto como para un desfile militar o una procesión sacra. Las tribus son «los escuadrones» del Señor, cada una con su banderín o estandarte, que avanzan en rigurosa formación: en el centro, el Arca y la tienda; alrededor, los aaronitas y levitas y las doce tribus, tres por lado.
El viaje se realiza en cuarenta etapas (33), a toque de trompeta (10). El término del viaje es tierra sagrada y también es sagrada la organización; los israelitas son peregrinos hacia la tierra de Dios.
En contraste con este movimiento regular, se lee una serie poco trabada de episodios; entre ellos sobresalen el de los exploradores (13s) y el de Balaán (22-24). El primero narra la resistencia del pueblo, que provoca una dilación y un largo rodeo. El segundo muestra el poder del Señor sobre los poderes ocultos de la magia y la adivinación: el adivino extranjero se ve transformado en profeta de la gloria de Israel. Vemos a Moisés en su tarea de jefe y legislador, en sus debilidades y desánimos, en su gran intercesión a favor del pueblo.

Mensaje religioso. Sobre el sobrecogedor escenario del «desierto», imagen de nuestro peregrinar por la tierra, se va desarrollando la relación continua entre Dios y su pueblo Israel (símbolo de todos los pueblos). Dios es el guía de la peregrinación hacia la tierra prometida; a veces, lo hace con intervenciones de una presencia fulgurante; otras, silenciosamente, a través de la mediación de los profetas y hombres sabios que Él se ha escogido de entre el mismo pueblo.
El pueblo no es siempre dócil y fiel. Desobedece, se revela, pierde la meta de su peregrinación, añora otros caminos más fáciles y placenteros. Dios se irrita, reprende, castiga, pero siempre es el Dios que salva.
El libro de los Números nos ha dejado el ideal del «desierto», de las tentaciones y de la lucha, como el lugar privilegiado del encuentro del ser humano con su Dios. Tan gravado quedó en la conciencia colectiva de Israel, que toda reforma posterior será una llamada profética al ideal «desierto».
Es también el «desierto» a donde Jesús se retira antes de iniciar su vida pública para profundizar en su identidad de Hijo de Dios y vencer las tentaciones del maligno. Y serán también los Padres y las Madres del desierto, en la primera gran reforma del cristianismo, los que dejarán ya para toda la historia de la Iglesia la impronta indeleble del «desierto» como camino de conversión y reencuentro con Dios.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Numeros  33,1-56Itinerario de Israel. En coherencia con el dato de los cuarenta años de Israel en el desierto, los redactores sacerdotales, responsables de este libro, acomodan en época tardía cuarenta etapas de un año de duración cada una. Evidentemente, se trata de cifras simbólicas. El desierto ha significado para la mentalidad israelita el tiempo y el espacio que la conciencia requiere para transformarse completamente. No era posible entrar en la tierra prometida con mentalidad de esclavos; por eso ninguna tradición antigua sobre la salida de Egipto y el ingreso en la tierra prometida sostiene que dicho evento se haya dado de manera inmediata. Este libro también insiste en que ninguno de la generación que salió de Egipto entró en la tierra prometida, ni siquiera Moisés. Con excepción de Josué y Caleb, todos murieron en el desierto.
Los versículos 50-56 son una repetición de Éxo_23:23-33 y equivalen al programa de fondo de la conquista. De todos modos, una cosa es el ideal y otra muy distinta es la realidad. En muchas ocasiones, Israel se apartó de su camino e hizo todo lo contrario al programa de vida con el que se había comprometido, como sabemos por las numerosas y constantes denuncias de los profetas.