Marcos 7 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 37 versitos |
1

Sobre la tradición
Mt 15,1-9

Se reunieron junto a él los fariseos y algunos letrados venidos de Jerusalén.
2 Vieron que algunos de sus discípulos tomaban alimentos con manos impuras, es decir, sin lavárselas.
3 – Es que los fariseos y los judíos, en general, no comen sin antes lavarse cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de los mayores;
4 cuando vuelven del mercado, no comen sin antes lavarse; y observan otras muchas reglas tradicionales, como el lavado de copas, jarras y ollas– .
5 De modo que los fariseos y los letrados le preguntaron:
–¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los mayores, sino que comen con manos impuras?
6 Les respondió:
– Qué bien profetizó Isaías de la hipocresía de ustedes cuando escribió:
Este pueblo
me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí;
7 el culto que me dan es inútil,
ya que la doctrina que enseñan
son preceptos humanos.
8 Ustedes descuidan el mandato de Dios y mantienen la tradición de los hombres.
9 Y añadió:
– Dejan de lado el mandato de Dios para mantener su propia tradición.
10 Pues Moisés dijo: Sustenta a tu padre y a tu madre, y también: El que abandona a su padre o su madre debe ser condenado a muerte.
11 Ustedes en cambio dicen: Si uno comunica a su padre o su madre que la ayuda que debía darles es qorbán – es decir, ofrenda sagrada– ,
12 entonces le está permitido no ayudarlos.
13 Y así invalidan el precepto de Dios en nombre de su tradición. Y como ésas hacen muchas otras cosas.
14

Sobre la verdadera pureza
Mt 15,10-20

Llamando de nuevo a la gente, les decía:
– Escuchen todos y entiendan.
15 No hay nada afuera del hombre que, al entrar en él, pueda contaminarlo. Lo que lo hace impuro, es lo que sale de él.
16 [[El que tenga oídos para oír que escuche.]]
17 Cuando se apartó de la gente y entró en casa, le preguntaban los discípulos el sentido de la comparación.
18 Y él les dijo:
–¿Conque también ustedes siguen sin entender? ¿No comprenden que lo que entra en el hombre desde afuera no puede contaminarlo,
19 porque no le entra en el corazón, sino en el vientre y después es expulsado del cuerpo? – Con lo cual declaraba puros todos los alimentos– .
20 Y les añadía:
– Lo que sale del hombre es lo que contamina al hombre.
21 De dentro, del corazón del hombre salen los malos pensamientos, fornicación, robos, asesinatos,
22 adulterios, codicia, malicia, fraude, desenfreno, envidia, blasfemia, arrogancia, desatino.
23 Todas esas maldades salen de dentro y contaminan al hombre.
24

La mujer cananea
Mt 15,21-28

Desde allí se puso en camino y se dirigió a la región de Tiro. Entró en una casa con intención de pasar inadvertido pero no logró ocultarse.
25 Una mujer que tenía a su hija poseída por un espíritu inmundo se enteró de su llegada, acudió y se postró a sus pies.
26 La mujer era pagana, natural de la Fenicia siria. Le pedía que expulsase de su hija al demonio.
27 Jesús le respondió:
– Deja que primero se sacien los hijos. No está bien quitar el pan a los hijos para echárselo a los perritos.
28 Ella replicó:
– Señor, también los perritos, debajo de la mesa, comen de las migas que dejan caer los niños.
29 Le dijo:
– Por eso que has dicho, puedes irte, que el demonio ha salido de tu hija.
30 Se volvió a su casa y encontró a la hija acostada en la cama; el demonio había salido.
31

Sana a un sordomudo

Después salió de la región de Tiro, pasó por Sidón y se dirigió al lago de Galilea atravesando los montes de Decápolis.
32 Le llevaron un hombre sordo y tartamudo y le suplicaban que pusiera las manos sobre él.
33 Lo tomó, lo apartó de la gente y, a solas, le metió los dedos en los oídos; después le tocó la lengua con saliva;
34 levantó la vista al cielo, suspiró y le dijo:
–Effatá – que significa ábrete.
35 [Al momento] se le abrieron los oídos, se le soltó el impedimento de la lengua y hablaba normalmente.
36 Les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más insistía, más lo pregonaban.
37 Estaban llenos de admiración y comentaban: Todo lo ha hecho bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

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Introducción a Marcos

Marcos

Contexto histórico. La obra de Marcos nos sitúa en la segunda generación cristiana. El Evangelio ya ha traspasado las fronteras religiosas del mundo judío y se ha abierto también a los paganos, llegando hasta el mismo centro geográfico, económico y político del poder imperial romano: la ciudad de Roma. Allí el cristianismo muy pronto es catalogado como movimiento sospechoso y es duramente perseguido y castigado. En este contexto, probablemente, Marcos escribe su evangelio: «la Buena Noticia de Jesús, Mesías. Hijo de Dios» (1,1).

Destinatarios. Una tradición muy antigua los identifica con la comunidad perseguida de Roma en tiempos de Nerón (año 64). Se trataría de una comunidad mayoritariamente de origen pagano, pobre y en crisis, que estaría llamada a dar razón de su fe e identidad tal como la dio su Maestro y Señor en la cruz.

Autor, fecha y lugar de composición. Desde siempre se le ha llamado «según san Marcos», atribuyendo la autoría a un discípulo de Pedro: el mismo Juan Marcos que se nombra en el libro de los Hechos ( Hch_12:12 .25; Hch_13:13 ; Hch_15:37 .39) y que envía saludos en Col_4:10 ; Flm_1:24 y 1Pe_5:13 . Aunque tal atribución no es absolutamente cierta, no hay razones suficientes ni convincentes para negarla. En cuanto a la fecha de su composición, según la tradición, Marcos escribió su evangelio después de la muerte de Pedro (año 64); y según las pistas que nos ofrece su evangelio, antes de la destrucción de Jerusalén en la guerra judío-romana (año 70); por eso, muchos biblistas sugieren como fecha probable los años entre el 65 y 70. En cuanto al lugar de composición, Roma es la hipótesis más aceptada, no sólo porque así lo avala la tradición, sino también por ciertas referencias del mismo evangelio, como la explicación de palabras arameas, las alusiones al sufrimiento y a la persecución, y la relativa frecuencia de palabras y locuciones latinizadas.

Un evangelio por mucho tiempo desconocido... y hoy de sorprendente actualidad. Hasta finales del s. XIX apenas se prestó atención al evangelio de Marcos. La tradición de la Iglesia lo había relegado a un segundo plano en comparación con los demás sinópticos, ya sea por su estilo parco: pobre de vocabulario, monótono y repetitivo; o porque apenas ofrecía nada nuevo que no se encontrase mejor elaborado en Mateo o Lucas. O quizás, porque la misma Iglesia aún no estaba preparada para captar en toda su grandeza descarnada su mensaje inconformista.
Todo comenzó a cambiar cuando a finales del s. XIX, y sobre todo durante el s. XX, la crítica histórica lo descubrió como el primer y más genuino testimonio escrito sobre el Jesús histórico, en el que se inspiraron tanto Mateo como Lucas. El interés ha ido en aumento hasta nuestros días, al irse desvelando poco a poco la finalidad que perseguía: confrontar a sus lectores con el sorprendente misterio de la identidad de Jesús de Nazaret, un misterio que sigue fascinando al hombre y a la mujer de hoy, tanto como hace 2.000 años.

¿Quién es Jesús de Nazaret para Marcos? El tema de su evangelio es la persona de Jesús y la reacción de la gente a su paso. Marcos escribe su evangelio a la luz de la resurrección, pero no abusa de ella; al contrario, pone énfasis en presentar a Jesús crucificado más que resucitado, y a la gente cegada y deslumbrada más que iluminada.
Ya al principio de su obra declara que Jesús es ante todo «Hijo de Dios» y que el relato de su vida es una «Buena Noticia» ( 1Pe_1:1 ). Complementa esto con una declaración solemne del Padre ( 1Pe_1:11 ), un impulso del Espíritu ( 1Pe_1:12 ), una victoria fulgurante sobre Satanás y una pacificación cósmica -con las fieras- ( 1Pe_1:13 ). Es entonces cuando presenta a Jesús anunciando la inminente llegada del reino de Dios, pero su anuncio provoca una confrontación dramática. A Jesús no lo comprende su familia ( 1Pe_3:21 ) ni sus paisanos ( 1Pe_6:1-6 ), tampoco sus discípulos ( 1Pe_4:41 ; 1Pe_6:51 s). Los fariseos -poder religioso- y los herodianos -poder político- deciden eliminarlo ( 1Pe_3:6 ). Con todo, algunos paganos reconocen su poder ( 1Pe_5:18-20 ; 1Pe_7:24-30 ). Los discípulos están ciegos, no comprenden el anuncio de su pasión; pero Jesús, que puede sanar a los ciegos ( 1Pe_8:22-26 ), también puede sanar a sus discípulos. No sería una aberración decir que en este evangelio Jesús no facilita la comprensión de su persona. Manifiesta su poder milagroso, pero a la vez impone silencio; se aleja de los suyos, pero siempre está pendiente de ellos; revela su gloria en la transfiguración, pero impone reserva hasta su resurrección. Marcos evoca una figura desconcertante ante un auditorio desconcertado.

¿Quién es el seguidor de Jesús para Marcos? Paralelamente al desconcertante misterio de la identidad de Jesús, Marcos desarrolla en su evangelio la no menos desconcertante condición del discípulo; parece como si el primer plano de su narración lo ocupara dicha relación, que se desarrolla como una catequesis progresiva. Siempre están juntos, pues para eso los eligió: «para que convivieran con él» ( 1Pe_3:14 ). Todo lo hace en presencia de ellos. Estos discípulos, en la intención de Marcos, simbolizan a los destinatarios, de aquel entonces y de ahora, a quienes dirige su evangelio. Es esta relación la que estructura el plan de su obra. En la primera parte ( 1Pe_1:1-8 , 30), Jesús va implacablemente desmantelando todas las ideas preconcebidas que tenían de Dios y del Mesías prometido. El trabajo es arduo. No entienden sus parábolas ( 1Pe_4:13 ); tienen miedo ante su poder ( 1Pe_4:41 ); tampoco entienden sus milagros ( 1Pe_6:52 ; 1Pe_7:37 ). Parece como si todas sus instrucciones cayeran en saco roto ( 1Pe_8:17-21 ). La sanación del ciego de Betsaida ( 1Pe_8:22-26 ) introduce el comienzo de la sanación de la ceguera de los discípulos, dramatizada en la confesión de Pedro ( 1Pe_8:27-30 ). Ambas escenas ocupan el quicio del evangelio. A partir de entonces, la catequesis de Jesús se centra en la condición sufriente del Mesías, una cruz que debe cargar el discípulo que quiera seguirle ( 1Pe_8:34 ). Les anuncia tres veces su próxima pasión, muerte y resurrección. Ellos siguen sin comprender, pero el camino está ya despejado para que sea su misma muerte silenciosa en la cruz la que desvele definitivamente el misterio de su identidad. Así llega Marcos al punto culminante de su relato, afirmando por boca del centurión: «realmente este hombre era hijo de Dios» ( 1Pe_15:39 ). Su confesión es como la respuesta a la voz del Padre con la que comenzó su evangelio: «Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto» ( 1Pe_1:11 ). El centurión representa a Roma, el poder pagano de aquel entonces, que por la cruz alcanza su fe. Pero también representa a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos a quienes Jesús sale a su encuentro, y son invitados a descubrirlo y conocerlo como Hijo de Dios y Salvador del mundo en situaciones de cruz, de muerte y de desesperanza. Para ellos y ellas escribió Marcos su evangelio.

Sinopsis. Inicia el evangelio con una pequeña introducción que prepara a Jesús para su ministerio ( 1Pe_1:1-13 ). Sigue a esta introducción la actividad que realiza en Galilea (,23). Tras un intermedio en Fenicia y Cesarea (,26), sucede el cambio decisivo, con la confesión de Pedro, la transfiguración, el anuncio de la pasión, y el camino hacia Jerusalén (,52). En Jerusalén, Jesús es presentado como profeta y Mesías (11-13), cuyos contenidos y características se desarrollan en el relato de la pasión y resurrección ( 1Pe_14:1-16 , 8). Hasta aquí la obra de Marcos. Posteriormente, alguien le añadió un apéndice ( 1Pe_16:9-20 ) para paliar un poco el final desconcertante del autor.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Marcos 7,1-23Sobre la tradición - Sobre la verdadera pureza. Jesús no pretende desconocer las tradiciones culturales de su pueblo, solo busca combatir el concepto legalista de pureza que discrimina y excluye a los enfermos, los pobres, las mujeres y los paganos. Los discípulos no cumplen las normas de pureza porque ya habían comenzado a liberarse de leyes que esclavizan y no están al servicio de la vida (2,18.23s). Jesús responde a la crítica de los letrados y fariseos acudiendo, en primer lugar, a la Escritura (6-8), donde la tradición profética condena la hipocresía del culto sin justicia y de creyentes de la Palabra sin coherencia de vida (cfr. Isa_1:10-18; Isa_29:13; Isa_58:1-12; Jer_7:1-28; Amó_5:18-25; Zac 7). En segundo lugar, Jesús se basa en hechos de la vida cotidiana (9-13) para desenmascarar las artimañas de quienes controlan la ley para manipular la Palabra de Dios; por ejemplo, con la práctica del qorbán (ofrenda, don), que consistía en que si un hijo declara que una propiedad o cierta cantidad de dinero están destinadas a Dios queda exento del mandamiento que obliga el cuidado de los padres. A Dios no le agradan las ofrendas que son fruto de la injusticia. Volviendo al tema de la pureza, Jesús libera a los cristianos de esta práctica, porque, si Dios todo lo creó puro, nada de lo que hay en la creación es impuro. Es el corazón y las acciones del ser humano lo que hace que algo sea bueno o malo a los ojos de Dios. Según la tradición evangélica, lo que hace puro a una persona es el amor, la solidaridad, la justicia, la misericordia, la entrega a los demás. Lo contrario, como los 13 vicios que presenta Marcos (21-23), y muchos otros, son los que contaminan al ser humano y a la sociedad.


Marcos 7,24-30La mujer cananea. A Marcos, que evangeliza en medio de paganos, le interesa subrayar la actividad de Jesús entre los no judíos. Los planes misioneros de Jesús contemplaban en una primera etapa la evangelización del mundo judío. Sin embargo, una mujer, pagana por su religión y sirofenicia por su nacionalidad, con una fe sencilla y firme, logra que Jesús cambie sus planes permitiendo que la novedad del Evangelio también llegue a la casa de los paganos. Notemos que la mujer llama a Jesús «Señor», única vez que aparece este título en Marcos, reconociéndolo no sólo como taumaturgo, sino como salvador. La expresión «perros» era común entre los judíos para referirse a los paganos. Al volver a su casa, la madre descubre que la Palabra de Jesús y su fe han devuelto la vida a su hija.
Marcos 7,31-37Sana a un sordomudo. La novedad del Evangelio continúa en territorio extranjero, esta vez en la Decápolis. El sordomudo simboliza la actitud cerrada del mundo pagano frente al proyecto de Dios: sordo para escucharlo y tartamudo para proclamarlo. La sanación del sordomudo ratifica la actitud de los paganos que poco a poco abren sus oídos a la Palabra de Dios.