Marcos 9 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 50 versitos |
1 Y les añadió:
– Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no sufrirán la muerte antes de ver llegar el reino de Dios con poder.
2

Transfiguración de Jesús
Mt 17,1-13; Lc 9,28-36

Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada. Delante de ellos se transfiguró:
3 su ropa se volvió de una blancura resplandeciente, tan blanca como nadie en el mundo sería capaz de blanquearla.
4 Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús.
5 Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
– Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a armar tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías
6 – No sabía lo que decía, porque estaban llenos de miedo– .
7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y salió de ella una voz:
–Éste es mi Hijo querido. Escúchenlo.
8 De pronto miraron a su alrededor y no vieron más que a Jesús solo con ellos.
9 Mientras bajaban de la montaña les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.
10 Ellos cumplieron aquel encargo pero se preguntaban qué significaría resucitar de entre los muertos.
11 Y le preguntaron:
–¿Por qué dicen los letrados que primero tiene que venir Elías?
12 Él les respondió:
– Elías vendrá primero y restaurará todo. Pero, ¿por qué está escrito que el Hijo del Hombre ha de padecer mucho y ser despreciado?
13 Yo les digo que Elías ya vino y lo trataron a su antojo, tal como está escrito.
14

Sana a un niño epiléptico
Mt 17,14-21; Lc 9,37-43

Cuando volvieron adonde estaban los discípulos, vieron un gran gentío y unos letrados discutiendo con ellos.
15 En cuanto la gente lo vio, quedaron sorprendidos y corrieron a saludarlo.
16 Él les preguntó:
–¿De qué están discutiendo?
17 Uno de la gente le contestó:
– Maestro, te he traído a mi hijo, poseído por un espíritu que lo deja mudo.
18 Cada vez que lo ataca, lo tira al suelo; él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se queda rígido. Dije a tus discípulos que lo expulsaran y no han podido.
19 Él les contestó:
–¡Qué generación incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo.
20 Se lo llevaron; y, en cuanto el espíritu lo vio, sacudió al muchacho que cayó a tierra y se revolcaba echando espuma por la boca.
21 Jesús preguntó al padre:
–¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?
Contestó:
– Desde niño.
22 Y muchas veces lo tira al agua o al fuego para acabar con él. Por eso, si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le respondió:
–¿Que si puedo? Todo es posible para quien cree.
24 Inmediatamente el padre del muchacho exclamó:
– Creo; pero ayuda mi falta de fe.
25 Viendo Jesús que la gente se agolpaba sobre ellos, reprendió al espíritu inmundo:
– Espíritu sordo y mudo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas a entrar en él.
26 Dando un grito y sacudiéndolo, salió.
El muchacho quedó como un cadáver, tanto que muchos decían que estaba muerto.
27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó y el muchacho se puso en pie.
28 Cuando Jesús entró en casa, los discípulos le preguntaban aparte:
–¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?
29 Respondió:
– Esa clase sólo sale a fuerza de oración.
30

Segundo anuncio
de la pasión y resurrección
Mt 17,22s; Lc 9,44s

Desde allí fueron recorriendo Galilea, y no quería que nadie lo supiese.
31 A los discípulos les explicaba:
– El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de hombres que le darán muerte; después de morir, pasando tres días, resucitará.
32 Ellos, aunque no entendían el asunto, no se atrevían a hacerle preguntas.
33

Instrucción comunitaria
Mt 18,1-5; Lc 9,46-48

Llegaron a Cafarnaún y, ya en casa, les preguntó:
–¿De qué hablaban por el camino?
34 Se quedaron callados, porque por el camino habían estado discutiendo quién era el más grande.
35 Se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:
– El que quiera ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos.
36 Después llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos, lo acarició y les dijo:
37 – Quien reciba a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe. Quien me recibe a mí, no es a mí a quién recibe, sino al que me envió.
38

Lc 9,49s

Juan le dijo:
– Maestro, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos sigue.
39 Jesús respondió:
– No se lo impidan. Aquel que haga un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí.
40 Quien no está contra nosotros, está a nuestro favor.
41

Mt 10,42

Quien les dé a beber un vaso de agua en atención a que ustedes pertenecen al Mesías les aseguro que no quedará sin recompensa.
42

Mt 18,6-9; Lc 17,1s

Si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen [en mí], más le valdría que le atasen una piedra de molino en el cuello y lo arrojaran al mar.
43 Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida que con las dos manos ir a parar al infierno, al fuego inextinguible.
44 [[Donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.]]
45 Si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida que con los dos pies ser arrojado al infierno.
46 [[Donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.]]
47 Si tu ojo es para ti ocasión de pecado, sácatelo. Más te vale entrar con un solo ojo en el reino de Dios que con los dos ojos ser arrojado al infierno,
48 donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Mt 5,13; Lc 14,34s
Todos serán sazonados al fuego.
49 La sal es buena; pero si la sal pierde el sabor, ¿con qué la sazonarán? Ustedes tengan sal y estén en paz con los demás.
50

Sobre el divorcio
Mt 19,1-12

Desde allí se encaminó al territorio de Judea, al otro lado del Jordán. De nuevo se acercó a él una multitud y, según su costumbre, les enseñaba.

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Introducción a Marcos

Marcos

Contexto histórico. La obra de Marcos nos sitúa en la segunda generación cristiana. El Evangelio ya ha traspasado las fronteras religiosas del mundo judío y se ha abierto también a los paganos, llegando hasta el mismo centro geográfico, económico y político del poder imperial romano: la ciudad de Roma. Allí el cristianismo muy pronto es catalogado como movimiento sospechoso y es duramente perseguido y castigado. En este contexto, probablemente, Marcos escribe su evangelio: «la Buena Noticia de Jesús, Mesías. Hijo de Dios» (1,1).

Destinatarios. Una tradición muy antigua los identifica con la comunidad perseguida de Roma en tiempos de Nerón (año 64). Se trataría de una comunidad mayoritariamente de origen pagano, pobre y en crisis, que estaría llamada a dar razón de su fe e identidad tal como la dio su Maestro y Señor en la cruz.

Autor, fecha y lugar de composición. Desde siempre se le ha llamado «según san Marcos», atribuyendo la autoría a un discípulo de Pedro: el mismo Juan Marcos que se nombra en el libro de los Hechos ( Hch_12:12 .25; Hch_13:13 ; Hch_15:37 .39) y que envía saludos en Col_4:10 ; Flm_1:24 y 1Pe_5:13 . Aunque tal atribución no es absolutamente cierta, no hay razones suficientes ni convincentes para negarla. En cuanto a la fecha de su composición, según la tradición, Marcos escribió su evangelio después de la muerte de Pedro (año 64); y según las pistas que nos ofrece su evangelio, antes de la destrucción de Jerusalén en la guerra judío-romana (año 70); por eso, muchos biblistas sugieren como fecha probable los años entre el 65 y 70. En cuanto al lugar de composición, Roma es la hipótesis más aceptada, no sólo porque así lo avala la tradición, sino también por ciertas referencias del mismo evangelio, como la explicación de palabras arameas, las alusiones al sufrimiento y a la persecución, y la relativa frecuencia de palabras y locuciones latinizadas.

Un evangelio por mucho tiempo desconocido... y hoy de sorprendente actualidad. Hasta finales del s. XIX apenas se prestó atención al evangelio de Marcos. La tradición de la Iglesia lo había relegado a un segundo plano en comparación con los demás sinópticos, ya sea por su estilo parco: pobre de vocabulario, monótono y repetitivo; o porque apenas ofrecía nada nuevo que no se encontrase mejor elaborado en Mateo o Lucas. O quizás, porque la misma Iglesia aún no estaba preparada para captar en toda su grandeza descarnada su mensaje inconformista.
Todo comenzó a cambiar cuando a finales del s. XIX, y sobre todo durante el s. XX, la crítica histórica lo descubrió como el primer y más genuino testimonio escrito sobre el Jesús histórico, en el que se inspiraron tanto Mateo como Lucas. El interés ha ido en aumento hasta nuestros días, al irse desvelando poco a poco la finalidad que perseguía: confrontar a sus lectores con el sorprendente misterio de la identidad de Jesús de Nazaret, un misterio que sigue fascinando al hombre y a la mujer de hoy, tanto como hace 2.000 años.

¿Quién es Jesús de Nazaret para Marcos? El tema de su evangelio es la persona de Jesús y la reacción de la gente a su paso. Marcos escribe su evangelio a la luz de la resurrección, pero no abusa de ella; al contrario, pone énfasis en presentar a Jesús crucificado más que resucitado, y a la gente cegada y deslumbrada más que iluminada.
Ya al principio de su obra declara que Jesús es ante todo «Hijo de Dios» y que el relato de su vida es una «Buena Noticia» ( 1Pe_1:1 ). Complementa esto con una declaración solemne del Padre ( 1Pe_1:11 ), un impulso del Espíritu ( 1Pe_1:12 ), una victoria fulgurante sobre Satanás y una pacificación cósmica -con las fieras- ( 1Pe_1:13 ). Es entonces cuando presenta a Jesús anunciando la inminente llegada del reino de Dios, pero su anuncio provoca una confrontación dramática. A Jesús no lo comprende su familia ( 1Pe_3:21 ) ni sus paisanos ( 1Pe_6:1-6 ), tampoco sus discípulos ( 1Pe_4:41 ; 1Pe_6:51 s). Los fariseos -poder religioso- y los herodianos -poder político- deciden eliminarlo ( 1Pe_3:6 ). Con todo, algunos paganos reconocen su poder ( 1Pe_5:18-20 ; 1Pe_7:24-30 ). Los discípulos están ciegos, no comprenden el anuncio de su pasión; pero Jesús, que puede sanar a los ciegos ( 1Pe_8:22-26 ), también puede sanar a sus discípulos. No sería una aberración decir que en este evangelio Jesús no facilita la comprensión de su persona. Manifiesta su poder milagroso, pero a la vez impone silencio; se aleja de los suyos, pero siempre está pendiente de ellos; revela su gloria en la transfiguración, pero impone reserva hasta su resurrección. Marcos evoca una figura desconcertante ante un auditorio desconcertado.

¿Quién es el seguidor de Jesús para Marcos? Paralelamente al desconcertante misterio de la identidad de Jesús, Marcos desarrolla en su evangelio la no menos desconcertante condición del discípulo; parece como si el primer plano de su narración lo ocupara dicha relación, que se desarrolla como una catequesis progresiva. Siempre están juntos, pues para eso los eligió: «para que convivieran con él» ( 1Pe_3:14 ). Todo lo hace en presencia de ellos. Estos discípulos, en la intención de Marcos, simbolizan a los destinatarios, de aquel entonces y de ahora, a quienes dirige su evangelio. Es esta relación la que estructura el plan de su obra. En la primera parte ( 1Pe_1:1-8 , 30), Jesús va implacablemente desmantelando todas las ideas preconcebidas que tenían de Dios y del Mesías prometido. El trabajo es arduo. No entienden sus parábolas ( 1Pe_4:13 ); tienen miedo ante su poder ( 1Pe_4:41 ); tampoco entienden sus milagros ( 1Pe_6:52 ; 1Pe_7:37 ). Parece como si todas sus instrucciones cayeran en saco roto ( 1Pe_8:17-21 ). La sanación del ciego de Betsaida ( 1Pe_8:22-26 ) introduce el comienzo de la sanación de la ceguera de los discípulos, dramatizada en la confesión de Pedro ( 1Pe_8:27-30 ). Ambas escenas ocupan el quicio del evangelio. A partir de entonces, la catequesis de Jesús se centra en la condición sufriente del Mesías, una cruz que debe cargar el discípulo que quiera seguirle ( 1Pe_8:34 ). Les anuncia tres veces su próxima pasión, muerte y resurrección. Ellos siguen sin comprender, pero el camino está ya despejado para que sea su misma muerte silenciosa en la cruz la que desvele definitivamente el misterio de su identidad. Así llega Marcos al punto culminante de su relato, afirmando por boca del centurión: «realmente este hombre era hijo de Dios» ( 1Pe_15:39 ). Su confesión es como la respuesta a la voz del Padre con la que comenzó su evangelio: «Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto» ( 1Pe_1:11 ). El centurión representa a Roma, el poder pagano de aquel entonces, que por la cruz alcanza su fe. Pero también representa a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos a quienes Jesús sale a su encuentro, y son invitados a descubrirlo y conocerlo como Hijo de Dios y Salvador del mundo en situaciones de cruz, de muerte y de desesperanza. Para ellos y ellas escribió Marcos su evangelio.

Sinopsis. Inicia el evangelio con una pequeña introducción que prepara a Jesús para su ministerio ( 1Pe_1:1-13 ). Sigue a esta introducción la actividad que realiza en Galilea (,23). Tras un intermedio en Fenicia y Cesarea (,26), sucede el cambio decisivo, con la confesión de Pedro, la transfiguración, el anuncio de la pasión, y el camino hacia Jerusalén (,52). En Jerusalén, Jesús es presentado como profeta y Mesías (11-13), cuyos contenidos y características se desarrollan en el relato de la pasión y resurrección ( 1Pe_14:1-16 , 8). Hasta aquí la obra de Marcos. Posteriormente, alguien le añadió un apéndice ( 1Pe_16:9-20 ) para paliar un poco el final desconcertante del autor.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Marcos 9,2-13Transfiguración de Jesús. Seis días después del primer anuncio de la pasión, Jesús se transfigura para anunciar su gloriosa resurrección. Moisés representa la ley y Elías los profetas; ambos sintetizan el Antiguo Testamento (Mat_22:40). La propuesta que hace Pedro a Jesús de quedarse a vivir en la montaña responde al miedo de ir a Jerusalén donde les espera dolor y sufrimiento; por esto, busca a toda costa impedir que Jesús baje de la montaña y emprenda el camino hacia Jerusalén. Como Pedro, son muchos los que prefieren la comodidad de la montaña antes que bajar de ella para enfrentar los riesgos de la vida cotidiana. De los tres personajes presentes sólo queda Jesús, el Hijo amado de Dios y a quien hay que escuchar. Jesús supera a Moisés y Elías e inaugura el Nuevo Testamento en continuidad con el Antiguo Testamento. El mandato de no contar a nadie (secreto mesiánico) tiene aquí una explicación: esperar la resurrección de Jesús para poder comprender su propuesta del reino.


Marcos 9,14-29Sana a un niño epiléptico. Este pasaje es un relato de exorcismo y sanación en el que Jesús establece un diálogo con tres actores distintos: la gente, el padre del enfermo y sus discípulos. Las claves del texto son la fe y la oración. El relato comienza y termina mostrando la incapacidad de los discípulos para sanar al niño enfermo; al final sabremos las razones: falta de fe y oración. El padre acude entonces a Jesús y le dice «si puedes hacer algo» (22). La frase expresa desespero, necesidad, esperanza, pero también cierto grado de desconfianza en el poder de Jesús. La respuesta de Jesús «todo es posible a quien cree» indica que quien tiene fe todo lo puede, porque pone toda su confianza en el poder de Dios. Como diría Pablo, «ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí» (Gál_2:20).
Marcos 9,30-32Segundo anuncio de la pasión y resurrección. Jesús no quería que nadie supiera de su presencia porque deseaba estar a solas con sus discípulos para anunciar por segunda vez su pasión, muerte y resurrección. La voz pasiva en que aparece el verbo «ser entregado» sugiere que es Dios quien lo entrega. Esto no supone una actitud sádica de Dios. Él entregó a su Hijo amado para que la humanidad fuera salvada, pero arrebatarle violentamente la vida dependía de los «hombres» (cfr. Isa_53:12), una decisión que tomaron rápidamente aquellos que sintieron su poder amenazado. Los discípulos con su visión triunfalista no entienden que el Mesías tenga que pasar por la cruz.
Marcos 9,33-50Instrucción comunitaria. El silencio de los discípulos indica la dificultad que tienen todavía para comprender y asumir con radicalidad las enseñanzas de Jesús; por ejemplo, su ambición de poder. Las palabras de Jesús a los discípulos son contundentes: no es el poder de dominio, sino la capacidad de servicio lo que identifica al cristiano. Luego toma a un niño criadito, quien por su edad es el último de todos y por su oficio, el servidor de todos, y lo constituye en uno de los destinatarios preferidos de su misión: quien acoge a este servidor desvalido acoge también al Padre y al Hijo. Los celos misioneros de Juan son descalificados por Jesús, pues una cosa es que los discípulos constituyan el grupo más cercano a Jesús y otra, que se consideren los depositarios exclusivos del anuncio del reino. La universalidad no se refiere sólo a los destinatarios, sino también a los llamados para el discipulado.
Deberíamos incluso establecer alianzas o proyectos comunes con quienes, siendo de otras religiones o con quienes no profesan ninguna, ponen su vida al servicio de la humanidad. Hacer el bien es un evangelio ecuménico, interreligioso, multiétnico y pluricultural.
Varios temas se desarrollan en estas sentencias (41-50). No escandalizar, esto es, no poner obstáculos para que el hermano caiga. La radicalidad del Evangelio nos exige tomar opciones claras y coherentes: por el proyecto de Jesús que es la vida, o por el proyecto del mal que es fuego y muerte. No podemos servir a dos señores (Mat_6:24).