Deuteronomio  22 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 30 versitos |
1

Animales y objetos perdidos
Éx 23,4s

»Si ves extraviados al buey o a la oveja de tu hermano, no te desentiendas: se los devolverás a tu hermano.
2 Si tu hermano no vive cerca o no lo conoces, recoge la res en tu corral, donde se quedará hasta que tu hermano venga a buscarla, y entonces se la devolverás.
3 Lo mismo harás con su asno, con su manto, o con cualquier otro objeto que pierda tu hermano y que tú encuentres: no te desentiendas de ellos.
4 Si ves el asno o el buey de tu hermano caídos en el camino, no te desentiendas, ayúdalos a levantarse.
5

Casos varios
Lv 19,19

»La mujer no llevará ropa de hombre ni el hombre se vestirá con ropas de mujer, porque el que así obra es abominable para el Señor, tu Dios.
6 »Si de camino encuentras un nido de pájaros en un arbusto o en el suelo, con pollos o huevos y la madre junto a ellos, no agarrarás a la madre con los hijos;
7 soltarás a la madre y puedes quedarte con los hijos. Así te irá bien y prolongarás tus días.
8 »Si construyes una casa nueva, pondrás un muro de protección a la azotea, y así no harás a tu casa responsable de sangre si alguien se cayese de ella.
9 »No sembrarás tu viña con semillas mezcladas, no sea que quede consagrado todo: la semilla que siembres y la cosecha de tu viña.
10 »No ares con un buey y un asno juntos.
11 »No vestirás ropa tejida de lana mezclada con lino.
12 »Pongan borlas con flecos en las cuatro puntas del manto con que te cubras.
13

Relaciones sexuales
Acusación injusta del marido

»Si uno se casa con una mujer y después de vivir con ella la aborrece, la calumnia y la difama, diciendo:
14 Me he casado con esta mujer, y al acercarme a ella me encuentro con que no es virgen,
15 el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de su virginidad, y las exhibirán ante los ancianos, en la puerta de la ciudad,
16 y el padre de la joven declarará ante ellos: He dado mi hija a este hombre para que fuese su esposa;
17 él la aborrece y ahora la difama afirmando que mi hija no era virgen. Aquí están las pruebas de la virginidad de mi hija. Y extenderá la sábana ante los ancianos de la ciudad.
18 »Los ancianos de la ciudad detendrán al marido y le impondrán un castigo
19 y lo multarán con cien monedas de plata – que darán al padre de la joven– por haber difamado a una virgen israelita; además, la joven seguirá siendo su mujer y no podrá despedirla en toda su vida.
20 »Pero si su denuncia era verdadera, si la joven no era virgen,
21 sacarán a la joven a la puerta de la casa paterna y los hombres de la ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido en Israel la infamia de prostituir la casa de su padre. Así extirparás la maldad de ti.
22

Adulterio

»Si sorprenden a uno acostado con la mujer de otro, han de morir los dos: el que se acostó con ella y la mujer. Así extirparás la maldad de ti.
23

Casos de violación

»Si uno encuentra en un pueblo a una joven prometida a otro y se acuesta con ella,
24 los sacarán a los dos a las puertas de la ciudad y los apedrearán hasta que mueran: a la muchacha porque dentro del pueblo no pidió socorro y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así extirparás la maldad de ti.
25 »Pero si fue en despoblado donde el hombre encontró a la joven prometida, la forzó y se acostó con ella, morirá sólo el hombre que se acostó con ella;
26 a la joven no le harás nada, porque no ha cometido un pecado que merezca la muerte; es como si uno ataca a otro y lo mata,
27 él se la encontró en despoblado y la muchacha gritó, pero nadie podía defenderla.
28 »Si uno encuentra a una joven soltera, la agarra y se acuesta con ella y los sorprenden,
29 el hombre que se acostó con la joven dará a su padre cincuenta monedas de plata y tendrá que aceptarla como mujer por haberla violado, no podrá despedirla en toda su vida.
30

Incesto

»No tomará nadie a la mujer de su padre, no descubrirá lo que es de su padre.

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Introducción a Deuteronomio 

DEUTERONOMIO

El Deuteronomio que nosotros leemos hoy tiene algo de final de sinfonía, de conclusión solemne; pero, posee a la vez algo de roto, de violentamente interrumpido, como si el final no pudiera llegar a su cadencia tonal.
Moisés va a culminar su misión liberadora y el pueblo su largo peregrinar por el desierto. En cierto sentido, el movimiento del Pentateuco se remansa y se aquieta aquí, en la planicie de Moab: silencio contenido para escuchar largos discursos de un hombre que se dispone a morir. Al mismo tiempo, la historia se rompe. Moisés ha de morir antes de completar toda su empresa, el pueblo se queda a las puertas de la tierra prometida, ante la aduana geográfica del Jordán. ¿Qué será del pueblo? ¿Cómo ha de organizarse? ¿Quién lo ha de guiar?
Y porque se rompe bruscamente la historia, se advierte una agitación extraña: tribus impacientes por empezar ya la conquista y ocupación, Rubén, Gad, parte de Manasés; a la que Moisés sanciona. Se anticipa la vida del pueblo en un código que prevé y resuelve las situaciones más importantes de la historia: monarquía, sacerdocio, profetismo, culto, justicia, guerra y paz, familia y sociedad. Moisés lucha desesperadamente por inculcar tal ley, por meter en las entrañas la fidelidad radical y duradera al único Señor, a sus leyes y mandatos, a las exigencias de la historia; lucha contra el olvido, el cansancio, la desesperanza. Y sintiendo que no va a vencer, Moisés deja un poema de testimonio que le sobreviva. Renueva la Alianza, compila sus leyes, encara al pueblo con la gran decisión de su existencia.
Esto es a grandes rasgos el Deuteronomio. También nosotros tenemos que sentarnos con calma para escuchar la conclusión del Pentateuco.

Historia del libro. Parece ser que el Deuteronomio se leyó en otros tiempos de otro modo; no como final del Pentateuco, sino como comienzo de una gran obra histórica que abarcaba el tiempo de la tierra prometida desde la entrada, cruzando el Jordán, hasta la salida, camino del destierro.
Según esta teoría, el autor de la gran construcción y compilación histórica introdujo los capítulos autobiográficos (1-3), que le permitían ofrecer un resumen histórico con nueva perspectiva, y añadió el paso de poderes a Josué, como preparación para lo siguiente. Esta obra se extendía hasta el último capítulo del Segundo libro de los Reyes.
En tal posición, el Deuteronomio era un código de alianza que organizaba la vida en la tierra, previendo y sancionando la lealtad y la deslealtad del pueblo. Y como la historia terminaba en el destierro, el Deuteronomio justifica por adelantado el castigo de Dios. Moisés prevé dolorido ese desenlace y pronuncia una última palabra de esperanza.
La alianza en Moab adquiere así importancia capital. Empalma con la alianza del Sinaí, que recoge en la memoria. Pero asigna a dicha alianza solamente el decálogo como ley promulgada; el resto lo escucha sólo Moisés, se lo guarda, lo promulga antes de morir.
Las instituciones, la legislación y el mensaje del Deuteronomio acompañan al lector desde el comienzo de la obra histórica: como lo que pudo ser y no fue, pero puede y debe volver a ser si el pueblo se convierte. Como un punto de arranque que coloca toda la historia subsiguiente bajo el signo de la libertad responsable ante Dios.
En esta perspectiva, el sentido del libro cambia notablemente. Es muy difícil la paciencia para escuchar tantos sermones al comienzo de una historia. La ficción retrospectiva se hace más patente, las referencias a los Patriarcas se vuelven borrosas en la lejanía. El libro es un homenaje a la personalidad apasionada de Moisés, capaz de dejar tan gravemente preñada la historia que le sucede.
El Deuteronomio ya existía antes de las dos lecturas descritas. No íntegro, sino aproximadamente desde 4,44 hasta el final del capítulo 28. Tiene la forma de un código legal preparado y entreverado de discursos o frases parenéticas, rematado en la serie paralela de bendiciones y maldiciones. La breve justificación histórica de 4,45 y 5,6, las alusiones históricas esparcidas en 6-11, las indicaciones rituales del capítulo 27 confieren al libro la forma aproximada de un documento o protocolo de alianza.
Es bastante probable que, prescindiendo de adiciones, este libro sea el documento encontrado en el Templo en tiempos de Josías (2 Re 22), que sirvió de impulso y base para la reforma del rey. No es probable que el libro se fabricase «ad hoc» en aquella época, pero sí lo es que fuera obra de círculos reformadores, quizá durante el reinado de Manasés. Esto no pasa de conjetura. Es probable que parte del material legal se remonte a tiempos antiguos, mientras que la exhortación sobre la Ley también puede tener raíces seculares.

Mensaje religioso. El Deuteronomio es un libro de gran riqueza teológica; su teología mana de una preocupación pastoral. Deseando inculcar al pueblo la fidelidad al Señor y a sus leyes, el autor recoge la historia y la comenta, sacando de ella unas cuantas directrices grandes y fecundas, afianza la ley en la historia, apela a la conciencia lúcida y responsable.
A primera lectura, puede llamar la atención la insistencia en la centralización del culto. En la superficie, eso es una medida restrictiva para cortar los abusos de los santuarios locales; en el fondo, es una convicción radical, que el Señor es uno sólo, el Dios único de Israel. Todas sus leyes se concentran en el mandamiento principal del amor o lealtad a Dios; Israel es un pueblo de hermanos que han de ser unánimes en la lealtad a su Dios; cada israelita tiene que darse entero a ese compromiso.
Dios ha elegido al pueblo por puro amor, sin méritos previos le va a regalar una tierra y le exige una tarea. Si el pueblo la cumple, obtendrá nuevos beneficios de su Dios, sobre todo el beneficio supremo de la convivencia con Él; si no la cumple, Dios lo castigará sin abandonarlo del todo, llamándolo a la conversión. La tarea no es puramente cúltica, es ante todo una tarea de justicia social y de amor fraterno.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Deuteronomio  22,1-4Animales y objetos perdidos. El buey y el asno están en íntima relación con el tema de los derechos sociales, concretamente, con el tema de la familia, toda vez que son animales útiles para la labranza y, por tanto, indispensables para la economía y el sustento de la familia. En cualquier momento el buey, la oveja o el asno podían extraviarse con riesgo de no volver más a los predios de su amo, con lo cual sobrevendría el perjuicio. Pues bien, esta ley llama a todos a proteger a los animales que se encuentren descarriados o en dificultades como si fueran propios, con el fin de proteger la vida y el sustento de sus propietarios.
Así como había tanta preocupación por los animales domésticos de trabajo, también era muy importante la preocupación por la vida humana; eso es lo que Jesús quiere recordarle a sus contemporáneos, pues habían olvidado que el ser humano está por encima de cualquier ley (cfr. Luc_13:15s; Luc_14:5).


Deuteronomio  22,5-12Casos varios. Estas normas buscan mantener el equilibrio y la armonía tanto entre las personas (5.11s) como con los animales (6s.10), el medio ambiente en general (9) y las demás cosas (9). La intención es educar al pueblo para que cada persona viva y actúe como lo que es, y para que cada animal y cada vegetal cumpla correctamente la función que debe cumplir. Eso también es parte de la fidelidad y de la escucha obediente al proyecto de Dios que todo lo hizo bien (Gén_1:1-2, 4a).
¿Por qué había de legislar el Deuteronomio sobre estos casos que son de puro sentido común? Aún no ha sido posible aclarar la causa; podría tratarse del esfuerzo por corregir prácticas populares que atribuían ciertos rasgos mágicos a la mezcla de diversos elementos; de todos modos, lo importante es la intención pedagógica orientada a la armonía y al uso adecuado de cada elemento. Conviene examinar los avances de la moderna bioética a la luz de estos criterios.
Deuteronomio  22,13-30Relaciones sexuales. Hay cuatro casos considerados irregulares en las uniones conyugales. El primero es la acusación injusta del marido (13-19), penalizada con una multa que debía ser pagada al padre de la joven «por haber difamado a una virgen israelita» (19); además, tenía que seguir conviviendo con ella y no podía despedirla en toda su vida (19b). En caso de resultar cierta la denuncia del marido, la mujer debía morir apedreada por haber prostituido «la casa de su padre» (21). La preocupación más importante aquí es la virginidad de Israel, la cual tenía que estar representada en la virginidad de las jóvenes israelitas. El segundo caso, considerado también una maldad, es el adulterio, en cuyo caso tenían que morir ambos para extirpar la maldad en el pueblo (22). El tercer caso es la violación (23-29), con dos matices diversos: 1. Si la muchacha estaba comprometida y es sorprendida con otro en lugar poblado, ambos debían morir; ella, por no haber pedido socorro y él, por haber deshonrado la mujer de su prójimo (24). 2. Si la muchacha no estaba comprometida y ha sido tomada por la fuerza hallándose en despoblado, el hombre debía pagar una multa al padre de ella y tomarla por mujer sin posibilidad de despedirla nunca (28s). El cuarto caso es la prohibición de tener relaciones con la mujer del padre (23,1); ha de suponerse que no se trata propiamente de la madre, sino de la madrastra, alguna de las mujeres del padre polígamo.
En todos los casos, la preocupación fundamental es preservar y defender la virginidad de las muchachas israelitas, quienes eran el icono de la virginidad del pueblo consagrado exclusivamente al Señor, su esposo (cfr. Ose_2:21s).