Judith 11 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 23 versitos |
1

Informe de Judit

Holofernes le dijo:
– Ten confianza, mujer, no tengas miedo; yo jamás he hecho daño a nadie que quiera servir a Nabucodonosor, rey del mundo entero.
2 Incluso si tu gente de la sierra no me hubiese despreciado, yo no habría levantado mi lanza contra ellos. Pero ellos se lo han buscado.
3 Bien, dime por qué te has escapado y te pasas a nosotros. Viniendo has salvado tu vida. Ten confianza, no correrás peligro ni esta noche ni después.
4 Nadie te tratará mal. Nos portaremos bien contigo, como lo hacemos con los servidores de mi señor, el rey Nabucodonosor.
5 Entonces Judit le dijo:
– Permíteme hablarte, y acoge las palabras de tu esclava. No mentiré esta noche a mi señor.
6 Si haces caso a las palabras de tu esclava, Dios llevará a buen término tu campaña, no fallarás en tus planes.
7 ¡Por vida de Nabucodonosor, rey del mundo entero, que te ha enviado para poner en orden a todos, y por su imperio! Gracias a ti no sólo le servirán los hombres, sino que por tu poder hasta las fieras, y los rebaños, y las aves del cielo vivirán a disposición de Nabucodonosor y de su casa.
8 Porque hemos oído hablar de tu sabiduría y tu astucia, y todo el mundo comenta que tú eres el mejor en todo el imperio, el consejero más hábil y el estratega más admirado.
9 Ahora bien, nos enteramos del discurso que pronunció Ajior en tu consejo, porque los de Betulia le perdonaron la vida y él les contó todo lo que dijo aquí.
10 Alteza, no deseches su opinión, tenla presente, porque es exacta: nuestra raza no sufrirá daño ni las armas podrán someterlos si no pecan contra su Dios.
11 Pero ahora, que mi señor no se sienta rechazado y fracasado, la muerte se abate sobre ellos: son reos de un pecado con el que irritan a su Dios cuando lo cometen.
12 Como han empezado a faltarles los víveres y a agotárseles el agua, han acordado lanzarse sobre sus rebaños, han decidido consumir cuanto el Señor en sus leyes les prohibió comer
13 y han resuelto acabar con las primicias del trigo y los diezmos del vino y del aceite, porción sagrada de los sacerdotes que ofician ante nuestro Dios en Jerusalén que ninguno del pueblo puede ni tocar.
14 Y como los de Jerusalén ya lo están haciendo, han mandado allá una comisión para conseguir de los ancianos el mismo permiso;
15 y lo que va a pasar es que, en cuanto les llegue el permiso, lo usarán, y ese mismo día caerán en tu poder para que los aniquiles.
16 Por eso, en cuanto lo supe, me escapé. Dios me envía para hacer contigo una hazaña que asombrará a cuantos la oigan.
17 Yo soy una mujer piadosa; día y noche doy culto al Dios del cielo. Ahora, señor, me gustaría quedarme con ustedes; saldré por las noches hacia el barranco, para pedirle a Dios que me avise cuando cometan ese pecado.
18 Y entonces vendré a decírtelo; tú saldrás con todo tu ejército y ninguno de ellos te opondrá resistencia.
19 Yo te guiaré a través de Judea, hasta llegar frente a Jerusalén, y pondré tu trono en medio de la ciudad. Tú los manejarás como a ovejas sin pastor y ni siquiera un perro gruñirá contra ti. Todo esto lo preveo, me ha sido anunciado y he sido enviada para comunicártelo.
20 Las palabras de Judit agradaron a Holofernes, y sus oficiales, admirados de la prudencia de Judit, comentaron:
21 – En toda la tierra, de un extremo al otro, no hay una mujer tan bella y que hable tan bien.
22 Y Holofernes le dijo:
– Dios ha hecho bien enviándote por delante de los tuyos para darnos a nosotros la victoria, y la muerte a los que despreciaron a mi señor.
23 Eres tan hermosa como elocuente. Si haces lo que has dicho, tu Dios será mi Dios, vivirás en el palacio del rey Nabucodonosor y serás célebre en todo el mundo.

Patrocinio

 
 

Introducción a Judith

JUDIT

Contexto histórico. Siempre tuvo Israel que enfrentarse con culturas extranjeras, sin perder su identidad o casi recreándola por contraste. Fue relativamente fácil con la cultura egipcia, cananea, babilónica, etc., pero la penetración y difusión del helenismo plantea al pueblo una de sus mayores crisis históricas.
El helenismo representa algo nuevo, sobre todo como irradiación de una cultura atractiva y fascinadora. Si las armas de Alejandro Magno vencieron, la cultura helénica convence. ¿Será una amenaza para Israel, para ese pueblo extraño que vive separado de los demás? ¿Podrá asimilar Israel la cultura griega del helenismo como un día asimiló la cultura cananea?
Hay que distinguir, a corto plazo, dos épocas en el desafío del helenismo. En la primera etapa, algunos espíritus críticos saben volver su mirada inquisitiva y crítica sobre sus propias tradiciones y doctrinas. A esta época podrían pertenecer el libro de Jonás y el Eclesiastés. Sin embargo, la posible asimilación pacífica queda violentamente truncada por la conjunción de dos fuerzas: los excesos de los círculos progresistas y la opresión de un tirano extranjero, Antíoco IV Epífanes, el gran enemigo del pueblo judío, del que hablan los libros de los Macabeos y al que parece referirse el libro de Judit.

El libro de Judit. En estas circunstancias, durante los azares de la rebelión de los Macabeos, nuestro autor anónimo se pone a componer una historia -probablemente hacia finales del s. II a.C.- que sirva para animar a la resistencia. Será una historia conocida y nueva, ideal y realizable; sonará a cosa vieja, pero tendrá una clave de lectura en el momento actual. La acumulación de datos precisos le sirve para enmascarar la referencia peligrosa a los hechos del día; los lectores de la época entendían fácilmente ese guiño malicioso, que suena ya en el nombre de la protagonista («La Judía»).
El argumento, reducido a esqueleto, es de pura ascendencia bíblica, aunque es nuevo el hecho de que el pueblo no haya pecado. Tradicional es el motivo de la mujer que seduce y vence al enemigo (Yael-Sísara, Dalila-Sansón); Judit toma algunos rasgos proféticos, denunciando a los jefes su falta de confianza, presentándose a Holofernes como confidente de Dios. También son tradicionales los motivos del extranjero alabando a Israel, el descubrimiento del asesinato, las danzas y el canto de victoria, la soberbia del extranjero agresor, el castigo del enemigo por la noche y la liberación por la mañana.
A esto se añade la abundante fraseología tradicional, que sumerge al lector en un lenguaje familiar, bastante concentrado. Este recurso literario tiene una función decisiva: el pasado todavía es presente y puede volver a repetirse, incluso adoptando formas nuevas.
El autor narra los hechos con amplitud, en proceso cronológico lineal (salvo dos síntesis históricas). Es maestro en el arte de sustentar y estrechar la acción, en la creación de escenas sugerentes, en la aceleración rítmica cuando llega el momento culminante. Descuella su manejo de la ironía a diversos niveles: caracterización de Nabucodonosor y Holofernes, las palabras de Judit al general enemigo, las alusiones del autor al partido colaboracionista.
En su estilo destaca el amor a las enumeraciones que expresan riqueza, extensión, universalidad, y la expresión enfática, retórica, y los discursos que piden una recitación dramática.

Texto. A través de la complicada y literal traducción griega es fácil, muchas veces, leer el texto del original hebreo que se encuentra detrás, con suficiente seguridad para mejorar dicha traducción.

Mensaje religioso. Es la destacada personalidad de Judit, «La Judía», la que encarna el mensaje religioso del libro, personalidad más simbólica que individual. Judit es encarnación del pueblo, como novia (por la belleza) y como madre, según la tradición profética. Encarna la piedad y fidelidad al Señor y la confianza en Dios, el valor con la sagacidad. Es una figura ideal que podrá inspirar a cualquier hijo de Israel. Como viuda puede representar el sufrimiento del pueblo, aparentemente abandonado de su Señor (Is 49 y 54); puede concentrar toda su fidelidad en el único Señor del pueblo. No teniendo hijos físicos, puede asumir la maternidad de todo el pueblo y convertirse en «bienhechora de Israel». Judit aconseja como Débora, hiere como Yael, canta como María.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Patrocinio

Notas

Judith 11,1-23Informe de Judit. En este encuentro se resalta la postura de Holofernes, general vanidoso y arrogante, confiado en su poder y en sus éxitos militares. Cree que lo puede tener todo: la ciudad rebelde y esta hermosa dama que ha llegado hasta su propia tienda. Judit sabrá manejar perfectamente estas debilidades del general que él a su vez considera sus fortalezas.
11,11-15 podrían ser una crítica que el autor hace a sus contemporáneos y que pone en boca de Judit: se trtaría de una corriente político-religiosa que está cobrando fuerza en Jerusalén y que se caracteriza por una cierta laxitud y descuido respecto a las tradiciones y preceptos religiosos de Israel. El autor sabe que ésta es la puerta de entrada para que los enemigos contemporáneos entren a socavar la religión, con lo cual vendrá la pérdida de identidad nacional, cultural y, por supuesto, religiosa. En el campamento asirio, Judit mantiene su identidad judía tanto en la comida como en las prácticas de piedad (12,1-9).