Judith 14 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 19 versitos |
1

La mañana triunfal

Entonces Judit les habló:
– Escuchen, hermanos. Tomen esta cabeza y cuélguenla en las almenas de la muralla.
2 Y cuando comience a clarear y salga el sol sobre la tierra, empuñará cada cual sus armas y saldrán de la ciudad todos los soldados. Pongan al frente un jefe, como si fueran a bajar a la llanura hasta los puestos de avanzada de los asirios, pero no bajen.
3 Ellos tomarán las armas e irán al campamento a despertar a los generales del ejército asirio: todos irán corriendo a la tienda de Holofernes, y no lo encontrarán. Entonces les entrará el pánico y huirán ante ustedes.
4 Ustedes, y cuantos viven en territorio israelita, los perseguirán para destrozarlos en la retirada.
5 Pero antes tráiganme a Ajior, el amonita, para que vea y reconozca al que se burlaba de los israelitas y nos lo mandó para que lo matáramos.
6 Fueron a casa de Ozías a buscar a Ajior. Cuando llegó y vio la cabeza de Holofernes en la mano de un hombre de la asamblea, se desmayó cayendo de frente.
7 Cuando lo levantaron, se echó a los pies de Judit, y postrado ante ella, dijo:
– Te bendecirán en todas las tiendas de Judá, y todos los pueblos que escuchen tu fama temblarán.
8 Ahora cuéntame lo que has hecho estos días.
En medio de la gente, Judit contó lo que había hecho, desde el día en que marchó hasta aquel momento.
9 Cuando acabó, todos dieron vivas, llenando la ciudad de gritos de júbilo.
10 Ajior, viendo cuanto había hecho el Dios de Israel, creyó plenamente en él, se circuncidó y fue admitido en la casa de Israel definitivamente.
11 Cuando despuntó el día, colgaron de la muralla la cabeza de Holofernes. Los hombres empuñaron las armas y salieron por escuadrones hacia los accesos de la ciudad.
12 Por su parte, los asirios, al verlos, lo notificaron a sus jefes, y éstos a los generales, comandantes y toda la oficialidad.
13 Cuando llegaron a la tienda de Holofernes, dijeron al mayordomo:
– Despierta a nuestro jefe, que esos esclavos se han atrevido a bajar para atacarnos; quieren que los destrocemos por completo.
14 Bagoas entró y golpeó el tapiz de la tienda, suponiendo que Holofernes dormía con Judit.
15 Como no respondía nadie, apartó las cortinas, entró en la alcoba y se lo encontró muerto, tirado a la entrada; le habían arrancado la cabeza.
16 Bagoas pegó un grito, y rasgándose las vestiduras, se echó a llorar, sollozando y aullando.
17 Luego fue a la tienda donde se alojaba Judit, y al no encontrarla, se lanzó sobre la tropa, gritando:
18 –¡Los esclavos nos han traicionado! Una sola mujer hebrea ha deshonrado a la casa del rey Nabucodonosor. ¡Ahí está Holofernes, tirado en el suelo y descabezado!
19 Al oírlo, los oficiales asirios se rasgaron los mantos, completamente perturbados. Sus gritos y alaridos resonaron por todo el campamento.

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Introducción a Judith

JUDIT

Contexto histórico. Siempre tuvo Israel que enfrentarse con culturas extranjeras, sin perder su identidad o casi recreándola por contraste. Fue relativamente fácil con la cultura egipcia, cananea, babilónica, etc., pero la penetración y difusión del helenismo plantea al pueblo una de sus mayores crisis históricas.
El helenismo representa algo nuevo, sobre todo como irradiación de una cultura atractiva y fascinadora. Si las armas de Alejandro Magno vencieron, la cultura helénica convence. ¿Será una amenaza para Israel, para ese pueblo extraño que vive separado de los demás? ¿Podrá asimilar Israel la cultura griega del helenismo como un día asimiló la cultura cananea?
Hay que distinguir, a corto plazo, dos épocas en el desafío del helenismo. En la primera etapa, algunos espíritus críticos saben volver su mirada inquisitiva y crítica sobre sus propias tradiciones y doctrinas. A esta época podrían pertenecer el libro de Jonás y el Eclesiastés. Sin embargo, la posible asimilación pacífica queda violentamente truncada por la conjunción de dos fuerzas: los excesos de los círculos progresistas y la opresión de un tirano extranjero, Antíoco IV Epífanes, el gran enemigo del pueblo judío, del que hablan los libros de los Macabeos y al que parece referirse el libro de Judit.

El libro de Judit. En estas circunstancias, durante los azares de la rebelión de los Macabeos, nuestro autor anónimo se pone a componer una historia -probablemente hacia finales del s. II a.C.- que sirva para animar a la resistencia. Será una historia conocida y nueva, ideal y realizable; sonará a cosa vieja, pero tendrá una clave de lectura en el momento actual. La acumulación de datos precisos le sirve para enmascarar la referencia peligrosa a los hechos del día; los lectores de la época entendían fácilmente ese guiño malicioso, que suena ya en el nombre de la protagonista («La Judía»).
El argumento, reducido a esqueleto, es de pura ascendencia bíblica, aunque es nuevo el hecho de que el pueblo no haya pecado. Tradicional es el motivo de la mujer que seduce y vence al enemigo (Yael-Sísara, Dalila-Sansón); Judit toma algunos rasgos proféticos, denunciando a los jefes su falta de confianza, presentándose a Holofernes como confidente de Dios. También son tradicionales los motivos del extranjero alabando a Israel, el descubrimiento del asesinato, las danzas y el canto de victoria, la soberbia del extranjero agresor, el castigo del enemigo por la noche y la liberación por la mañana.
A esto se añade la abundante fraseología tradicional, que sumerge al lector en un lenguaje familiar, bastante concentrado. Este recurso literario tiene una función decisiva: el pasado todavía es presente y puede volver a repetirse, incluso adoptando formas nuevas.
El autor narra los hechos con amplitud, en proceso cronológico lineal (salvo dos síntesis históricas). Es maestro en el arte de sustentar y estrechar la acción, en la creación de escenas sugerentes, en la aceleración rítmica cuando llega el momento culminante. Descuella su manejo de la ironía a diversos niveles: caracterización de Nabucodonosor y Holofernes, las palabras de Judit al general enemigo, las alusiones del autor al partido colaboracionista.
En su estilo destaca el amor a las enumeraciones que expresan riqueza, extensión, universalidad, y la expresión enfática, retórica, y los discursos que piden una recitación dramática.

Texto. A través de la complicada y literal traducción griega es fácil, muchas veces, leer el texto del original hebreo que se encuentra detrás, con suficiente seguridad para mejorar dicha traducción.

Mensaje religioso. Es la destacada personalidad de Judit, «La Judía», la que encarna el mensaje religioso del libro, personalidad más simbólica que individual. Judit es encarnación del pueblo, como novia (por la belleza) y como madre, según la tradición profética. Encarna la piedad y fidelidad al Señor y la confianza en Dios, el valor con la sagacidad. Es una figura ideal que podrá inspirar a cualquier hijo de Israel. Como viuda puede representar el sufrimiento del pueblo, aparentemente abandonado de su Señor (Is 49 y 54); puede concentrar toda su fidelidad en el único Señor del pueblo. No teniendo hijos físicos, puede asumir la maternidad de todo el pueblo y convertirse en «bienhechora de Israel». Judit aconseja como Débora, hiere como Yael, canta como María.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Judith 14,1-19La mañana triunfal. Terminada esa especie de vigilia nocturna, Judit se transforma en estratega y comienza a dar órdenes que han de poner en marcha la acción y que adelantan los sucesos próximos. Muerto el jefe, es tradicional que se desbarate y huya el ejército.