Sabiduría 5 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 68 versitos |
1 Aquel día el justo estará de pie sin temor
delante de los que lo hicieron sufrir y despreciaron sus trabajos.
2

Juicio: para nosotros no salía el sol

Al verlo, se estremecerán de espanto y sorpresa,
porque no esperaban que se hubiera salvado;
3 dirán entre sí, arrepentidos, entre sollozos de angustia:
4 Éste es aquél de quien un día nos reíamos
con coplas injuriosas, nosotros, insensatos;
su vida nos parecía una locura, y su muerte una deshonra.
5 ¿Cómo ahora lo cuentan entre los hijos de Dios
y comparte la herencia con los santos?
6 Sí, nosotros nos salimos del camino de la verdad,
no nos iluminaba la luz de la justicia,
para nosotros no salía el sol;
7 nos enredamos en los matorrales de la maldad y la perdición,
recorrimos desiertos intransitables, sin reconocer el camino del Señor.
8 ¿De qué nos ha servido nuestro orgullo?
¿Qué hemos sacado presumiendo de ricos?
9 Todo aquello pasó como una sombra, como un correo veloz;
10 como nave que surca agitadas aguas,
sin que quede rastro de su travesía ni estela de su quilla en las olas;
11 o como pájaro que vuela por el aire sin dejar vestigio de su paso;
con su aleteo azota el aire leve,
y el aire, hendido por la fuerza estrepitosa de sus alas,
queda dividido y luego no queda señal de su ruta;
12 o como flecha disparada al blanco
cuyo surco en el aire inmediatamente se cierra
difuminándose su estela;
13 igual nosotros: nacimos y desaparecemos,
no dejamos ni una señal de virtud,
nos malgastamos en nuestra maldad.
14 Sí, la esperanza del impío es como paja que arrebata el viento;
como espuma ligera que la tempestad arrastra;
se disipa como humo al viento,
pasa como el recuerdo del huésped de un día.
15

Los justos viven eternamente

Los justos viven eternamente,
reciben de Dios su recompensa, el Altísimo cuida de ellos.
16 Recibirán la noble corona, la rica diadema de manos del Señor,
con su derecha los cubrirá, con su brazo los defenderá.
17

Vestirá la coraza de la justicia

Tomará la armadura de su celo
y la creación será un arma para defenderse de sus enemigos;
18 vestirá la coraza de la justicia,
se pondrá como casco un juicio insobornable;
19 empuñará como escudo invencible su santidad;
20 afilará la espada de su ira incontenible
y el universo peleará a su lado contra los insensatos.
21 Saldrán certeras ráfagas de rayos
y como del arco bien tenso de las nubes, volarán hacia el blanco;
22 la catapulta de su ira lanzará espeso pedrisco;
las aguas del mar se embravecerán contra ellos,
los ríos los inundarán sin piedad;
23 se levantará contra ellos un viento poderoso
que los barrerá como un huracán,
la iniquidad arrasará toda la tierra
y los crímenes derrocarán los tronos de los soberanos.
24 --
25 --
26 --
27 --
28 --
29 --
30 --
31 --
32 --
33 --
34 --
35 --
36 --
37 --
38 --
39 --
40 --
41 --
42 --
43 --
44 --
45 --
46 --
47 --
48 --
49 --
50 --
51 --
52 --
53 --
54 --
55 --
56 --
57 --
58 --
59 --
60 --
61 --
62 --
63 --
64 --
65 --
66 --
67 --
68 --

Patrocinio

 
 

Introducción a Sabiduría

SABIDURÍA

El libro, el autor y fecha de composición.
El título tradicional del libro, Sabiduría de Salomón, es justificado y capcioso. Justificado porque el libro pertenece al grupo o corriente «sapiencial», que se ampara al patronato de Salomón. Entronca con los Proverbios, parece polemizar contra el Eclesiastés, tiene coincidencias notables con Eclesiástico (Ben Sirá) y algún contacto con Job.
La sabiduría ocupa en el libro una posición altísima -en continuación con Prov 6 y Eclo 24-. Alta, pero no exclusiva ni central. A partir del capítulo 11 la sabiduría desaparece, salvo un par de menciones. En cambio, la justicia atraviesa el libro de cabo a rabo: justicia, injusticia, justos e injustos, juicio. Un título temático del libro sería: «A los gobernantes: sobre la justicia».
En cuanto a Salomón, aparece como ficción retórica en los capítulos 7-9. No hay otra razón interna para poner su nombre en el título. El autor es anónimo. Es muy probable que haya vivido en Alejandría. La fecha de composición parece ser el tiempo de Jesús, o algún decenio antes. Es cronológicamente el último libro del Antiguo Testamento. Tiene bastantes coincidencias con el Nuevo Testamento, sobre todo con san Pablo y su escuela.

Contexto cultural. El autor realiza en su tratado una conjunción de culturas: la griega y la semita. Está embebido en los escritos del Antiguo Testamento que lee en la traducción griega de los «Setenta» (LXX); lo que tiene tan asimilado le sale de muchas formas, controladas o espontáneas. Conoce también la cultura filosófica griega, especialmente su corriente estoica, filosofía en estado de cultura poco profunda. El autor aparece como mediador sereno de ambas tradiciones culturales.
Lo que sucede con el pensamiento, sucede también con el estilo. Los recursos hebreos del paralelismo, del comentario midrásico son patentes. No menos lo son los recursos griegos: palabras compuestas, exquisitas, multiplicación de sinónimos, adjetivación refinada, alteraciones, rimas, juegos de palabras. La simbiosis de una tradición hebrea con una alejandrina engendra una obra original, a veces recargada y reiterativa, artificiosa, con alardes de artesanía estilística, rica en sorpresas y agudezas de ingenio.

Tema del libro. El libro de la Sabiduría es el más importante tratado de «teología política» del Antiguo Testamento. Si preferimos, es un tratado sobre la justicia en el gobierno, con argumentación teológica y orientación doctrinal. Ni manual práctico ni tratado profano.
El tema de la justicia en el gobierno es de buena ascendencia sapiencial: «El trono se afianza con la justicia» ( Pro_16:12 ). Dirigirse a los gobernantes, israelitas o extranjeros, que quieran leer no es una fantasía desatinada. Lo habían hecho otros antes: Ester y el tercer libro de los Macabeos en forma narrativa, Daniel en clave apocalíptica. Quizás nuestro autor lo hace con una conciencia más lúcida y también con mayor acierto. No es extraño que su obra tuviera más lectores judíos que paganos, más súbditos que gobernantes; los que gobiernan son siempre menos.
El discurso sobre la justicia, sobre todo si es crítico, es provocado muchas veces por la práctica de la injusticia, sobre todo de la «injusticia establecida», de «los que dictan sentencias en nombre de la Ley» ( Sal_94:20 ). Aparte las persecuciones bien conocidas, por ejemplo, la de Tolomeo II, es probable que los judíos de la diáspora alejandrina tuvieran que sufrir discriminaciones, opresión y vejaciones a manos de gobernantes griegos o romanos; también pudieron sumarse a esos opresores algunos judíos renegados e influyentes.
El libro no especifica la raza de los destinatarios, pues quiere atravesar fronteras ( Sal_6:1 ); el libro no disimula su actitud crítica, que estriba en la justicia de Dios, en un «pensar recto del Señor» ( Sal_1:1 ). La denuncia profética se hace aquí crítica sapiencial.
A diferencia de los otros libros sapienciales, el autor de la Sabiduría se mueve ya en otro horizonte, el del destino inmortal del ser humano: «Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser» ( Sal_2:23 ). Es la clara respuesta a la angustia del mal y del dolor de Job y del Eclesiastés.
Es desde este horizonte que el autor nos habla de Dios como ser trascendente, omnipotente, creador de todo, pero también misericordioso y providente, cuya bondad rebasa los límites de Israel, abarcando a toda la familia humana: «a todos perdonas porque son tuyos, Señor, amigo de la vida» (11,26). Y también nos habla del ser humano, como el que debe rendir culto a Dios haciendo su voluntad y caminando por sus caminos, gracias al don de la Sabiduría o Palabra o Espíritu de Dios. Estamos ya en los umbrales de la «Gracia» del Evangelio.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Patrocinio

Notas

Sabiduría 5,2-14Juicio: para nosotros no salía el sol. Tras la preparación del breve apartado anterior, viene la reflexión de los impíos en el momento del juicio final -sus propias obras los acusarán y mostrarán el vacío de su comportamiento-, contrapartida de lo que encontrábamos en el capítulo segundo (cfr. Luc_6:20-26). El discurso aparece encuadrado con palabras del narrador (2s. 14) bajo la óptica de la esperanza.
El pasaje recuerda un género literario muy utilizado en la literatura griega antigua (la retractación), aunque con imágenes propias del Antiguo Testamento: hijos de Dios (Sal_16:3; Sal_29:1; Job_1:6; Sir_42:17; Isa_4:3; Dan_7:18; Zac_14:5), la luz de la justicia (Isa_59:9), vida fugaz (Sal_1:4; Job_9:25s), etc.
La salvación o la condenación son asumidas por los textos más tardíos de la Biblia y también por la tradición de la Iglesia como una realidad que se encuentra fuera de la historia. He aquí un texto en donde una frase consigue enfocar de modo nuevo esta creencia: «para nosotros no salía el sol». La vida del creyente está llena de sentido y de felicidad ya en esta tierra.


Sabiduría 5,15-16Los justos viven eternamente. Se presenta ahora la contrapartida de la situación anterior, mientras la recompensa de los impíos es una vida sin sentido, para los justos será la vida eterna junto a Dios (Isa_62:11), expresado también con imágenes típicas de la Biblia (Pro_4:9; 1Co_9:25).
La retribución aparece aquí descrita como el reconocimiento de los méritos realizados en la vida y una existencia junto a Dios. Pero, ¿acaso no es posible la experiencia de esto mismo en esta tierra? Pues de lo contrario, ¿no estaremos olvidando aspectos fundamentales de la encarnación de Dios?
Sabiduría 5,17-23Vestirá la coraza de la justicia. Se describe aquí el juicio final anunciado por los profetas (Isa_28:17; Eze_13:13; Eze_38:22; Apo_8:7; Apo_11:19; Apo_16:21) con términos apocalípticos (Is 24-26; Ez 38s; Amó_8:8s). Dios aparece como un guerrero a cuyo lado combate la creación entera. Igualmente los elementos aquí empleados se encuentran ya en los libros más antiguos del Antiguo Testamento: la espada divina (Deu_32:41; Isa_66:16; Ez 21), la tempestad (Éxo_19:16; Sal_18:15; Hab_3:11; Zac_9:14) o el desencadenamiento de las aguas (Jue_5:21; Sal_18:5; Éxo_14:26s).
Hay muchos lugares en la Biblia en que Dios aparece lleno de venganza y de ira contra los enemigos. ¿Cómo es posible? Normalmente respondemos que se trata de textos que reflejan una mentalidad arcaica. Pero cabe también otra reflexión: todas las realidades humanas, el amor, el odio, el trabajo, el ocio, etc., pueden estar orientadas hacia Dios, la clave consistirá en dejar de lado el egoísmo y en poner en Él el sentido de todas las cosas.