Sabiduría 7 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 50 versitos |
1

Ningún rey empezó de otra manera

También yo soy un hombre mortal, igual que todos,
hijo del primer hombre modelado en arcilla,
en el vientre materno fue esculpida mi carne;
2 tardé diez meses en tomar consistencia en su sangre,
gracias al semen de mi padre y del placer que acompaña al sueño.
3 Al nacer, también yo respiré el aire común,
y al caer en la tierra que todos pisan,
estrené mi voz llorando, igual que todos;
4 me criaron con mimo, entre pañales.
5 Ningún rey empezó de otra manera;
6 idéntica es la entrada de todos en la vida e igual es la salida.
7 Por eso supliqué y se me concedió la prudencia,
invoqué y vino a mí el espíritu de Sabiduría.
8 La preferí a cetros y tronos,
y en comparación con ella tuve en nada la riqueza;
9 no la equiparé a la piedra más preciosa,
porque todo el oro a su lado es un poco de arena,
y, junto a ella, la plata vale lo que el barro;
10 la quise más que a la salud y la belleza
y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso.
11 Con ella me vinieron todos los bienes juntos,
en sus manos había riquezas incontables;
12 de todas gocé, porque la Sabiduría las trae,
aunque yo no sabía que es la madre de todas.
13 La aprendí sin malicia, la comparto sin envidia y no me guardo sus
riquezas;
14 porque es un tesoro inagotable para los hombres:
los que la adquieren se atraen la amistad de Dios,
porque el don de su enseñanza los recomienda.
15

La Sabiduría me lo enseñó

Que me conceda Dios saber expresarme
y pensar como corresponde a ese don,
pues él es el guía a la Sabiduría y quien marca el camino a los sabios.
16 Porque en sus manos estamos nosotros y nuestras palabras,
y toda la prudencia y el talento.
17 Él me otorgó un conocimiento infalible de los seres
para conocer la trama del mundo y las propiedades de los elementos;
18 el comienzo y el fin y el medio de los tiempos,
las diversas posiciones del sol y el cambio de las estaciones;
19 los ciclos anuales y la posición de las estrellas;
20 la naturaleza de los animales y la furia de las fieras,
el poder de los espíritus y las reflexiones de los hombres,
las variedades de plantas y las virtudes de las raíces;
21 todo lo sé; oculto o manifiesto,
porque la Sabiduría, artífice del universo, me lo enseñó.
22

Reflejo de la luz eterna

En ella hay un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil,
penetrante, inmaculado, transparente, invulnerable, bondadoso, agudo,
23 independiente, benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno,
que todo lo puede, que todo lo vigila, que en todos los espíritus penetra,
en los inteligentes, en los puros, en los sutilísimos.
24 La Sabiduría es más móvil que cualquier movimiento,
y, en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo;
25 porque es exhalación del poder divino,
emanación purísima de la gloria del Omnipotente,
por eso nada inmundo se le pega.
26 Es reflejo de la luz eterna,
espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad.
27 Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo,
y, entrando en las almas buenas de cada generación,
va haciendo amigos de Dios y profetas;
28 pues Dios ama sólo a quien convive con la Sabiduría.
29 Es más bella que el sol y que todas las constelaciones,
comparada a la luz del día, sale ganando,
30 pues a éste lo releva la noche,
mientras que a la Sabiduría no la puede el mal.
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Introducción a Sabiduría

SABIDURÍA

El libro, el autor y fecha de composición.
El título tradicional del libro, Sabiduría de Salomón, es justificado y capcioso. Justificado porque el libro pertenece al grupo o corriente «sapiencial», que se ampara al patronato de Salomón. Entronca con los Proverbios, parece polemizar contra el Eclesiastés, tiene coincidencias notables con Eclesiástico (Ben Sirá) y algún contacto con Job.
La sabiduría ocupa en el libro una posición altísima -en continuación con Prov 6 y Eclo 24-. Alta, pero no exclusiva ni central. A partir del capítulo 11 la sabiduría desaparece, salvo un par de menciones. En cambio, la justicia atraviesa el libro de cabo a rabo: justicia, injusticia, justos e injustos, juicio. Un título temático del libro sería: «A los gobernantes: sobre la justicia».
En cuanto a Salomón, aparece como ficción retórica en los capítulos 7-9. No hay otra razón interna para poner su nombre en el título. El autor es anónimo. Es muy probable que haya vivido en Alejandría. La fecha de composición parece ser el tiempo de Jesús, o algún decenio antes. Es cronológicamente el último libro del Antiguo Testamento. Tiene bastantes coincidencias con el Nuevo Testamento, sobre todo con san Pablo y su escuela.

Contexto cultural. El autor realiza en su tratado una conjunción de culturas: la griega y la semita. Está embebido en los escritos del Antiguo Testamento que lee en la traducción griega de los «Setenta» (LXX); lo que tiene tan asimilado le sale de muchas formas, controladas o espontáneas. Conoce también la cultura filosófica griega, especialmente su corriente estoica, filosofía en estado de cultura poco profunda. El autor aparece como mediador sereno de ambas tradiciones culturales.
Lo que sucede con el pensamiento, sucede también con el estilo. Los recursos hebreos del paralelismo, del comentario midrásico son patentes. No menos lo son los recursos griegos: palabras compuestas, exquisitas, multiplicación de sinónimos, adjetivación refinada, alteraciones, rimas, juegos de palabras. La simbiosis de una tradición hebrea con una alejandrina engendra una obra original, a veces recargada y reiterativa, artificiosa, con alardes de artesanía estilística, rica en sorpresas y agudezas de ingenio.

Tema del libro. El libro de la Sabiduría es el más importante tratado de «teología política» del Antiguo Testamento. Si preferimos, es un tratado sobre la justicia en el gobierno, con argumentación teológica y orientación doctrinal. Ni manual práctico ni tratado profano.
El tema de la justicia en el gobierno es de buena ascendencia sapiencial: «El trono se afianza con la justicia» ( Pro_16:12 ). Dirigirse a los gobernantes, israelitas o extranjeros, que quieran leer no es una fantasía desatinada. Lo habían hecho otros antes: Ester y el tercer libro de los Macabeos en forma narrativa, Daniel en clave apocalíptica. Quizás nuestro autor lo hace con una conciencia más lúcida y también con mayor acierto. No es extraño que su obra tuviera más lectores judíos que paganos, más súbditos que gobernantes; los que gobiernan son siempre menos.
El discurso sobre la justicia, sobre todo si es crítico, es provocado muchas veces por la práctica de la injusticia, sobre todo de la «injusticia establecida», de «los que dictan sentencias en nombre de la Ley» ( Sal_94:20 ). Aparte las persecuciones bien conocidas, por ejemplo, la de Tolomeo II, es probable que los judíos de la diáspora alejandrina tuvieran que sufrir discriminaciones, opresión y vejaciones a manos de gobernantes griegos o romanos; también pudieron sumarse a esos opresores algunos judíos renegados e influyentes.
El libro no especifica la raza de los destinatarios, pues quiere atravesar fronteras ( Sal_6:1 ); el libro no disimula su actitud crítica, que estriba en la justicia de Dios, en un «pensar recto del Señor» ( Sal_1:1 ). La denuncia profética se hace aquí crítica sapiencial.
A diferencia de los otros libros sapienciales, el autor de la Sabiduría se mueve ya en otro horizonte, el del destino inmortal del ser humano: «Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser» ( Sal_2:23 ). Es la clara respuesta a la angustia del mal y del dolor de Job y del Eclesiastés.
Es desde este horizonte que el autor nos habla de Dios como ser trascendente, omnipotente, creador de todo, pero también misericordioso y providente, cuya bondad rebasa los límites de Israel, abarcando a toda la familia humana: «a todos perdonas porque son tuyos, Señor, amigo de la vida» (11,26). Y también nos habla del ser humano, como el que debe rendir culto a Dios haciendo su voluntad y caminando por sus caminos, gracias al don de la Sabiduría o Palabra o Espíritu de Dios. Estamos ya en los umbrales de la «Gracia» del Evangelio.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Sabiduría 7,1-14Ningún rey empezó de otra manera. A continuación comienza el discurso del rey, en su deseo de compartir cuanto ha llegado a saber de la sabiduría. Desde el ejemplo de su vida va a mostrar cómo llegó a obtenerla. Esta primera parte se puede dividir en dos: 1. Autopresentación del rey (1-6): siguiendo el modelo de la diatriba griega, el autor se sitúa, aun siendo rey, en el nivel de los demás hombres (Gén_2:7; Job_10:8-12; Sal_139:13-16). 2. Explicación de cómo adquirió la sabiduría (7-14): con posibles alusiones al sueño de Salomón en Gabaón (1 Re 3), se presenta la sabiduría como fruto de la oración y estimada más que todos los bienes -la belleza, la salud y la luz eran algunos de los valores más estimados por los griegos-.
A pesar de los siglos, hay muchos textos de la Biblia de plena actualidad. El comienzo de este texto es uno de ellos. La sabiduría de Dios no puede ser reconocida sin antes reconciliarse con la propia naturaleza humana, y desde aquí, contemplarla como un regalo que supera todos los bienes que el hombre pueda adquirir por sus propios méritos. Un don que, como todos, cuanto más se reparte, más se obtiene de él.


Sabiduría 7,15-21La Sabiduría me lo enseñó. El discurso del rey continúa ahora con una invocación para saber expresarse adecuadamente, seguida de una enumeración de los conocimientos que ha obtenido de la sabiduría (1Re_5:9-14). Muchos de los elementos son una actualización del texto de 1Re_4:32-34, según los conocimientos de la física griega -actividad del mundo, relación de los elementos naturales, etc.-. De este modo el rey se atribuye para sí la ciencia que buscaba la cultura del momento.
Hoy día el mundo hace alarde constantemente de la independencia de los distintos ámbitos de la realidad -el conocimiento, las relaciones humanas, la sociedad, el mundo laboral, la economía, el derecho, la política, etc.-, con la consiguiente deshumanización de las mismas. Para este texto, sin embargo, Dios es quien unifica toda verdad, ¿acaso no es urgente comprender esta frase desde el compromiso con el mundo más necesitado?
Sabiduría 7,22-30Reflejo de la luz eterna. En este apartado se define la naturaleza de la sabiduría, con términos de la filosofía griega aplicados a la religión judía (Sir_24:3; Jua_1:5.9; Col_1:15). Comienza enumerando 21 características de la sabiduría (22s) y continúa estableciendo la relación de ésta con Dios y con la creación (,1), como en Pro_8:22-31, prólogo de toda la teología en la que se inspirarán Juan (Jua_1:3.10), Pablo (Col_1:15-17) y Hebreos (Heb_1:3). De este modo, el autor del libro expresa la superioridad de la sabiduría respecto al conocimiento griego.
¿Cómo reconocer la verdadera sabiduría? ¿Es posible hallarla en medio de un mundo tantas veces alejado de la verdad y envuelto en juegos egoístas? Sí, mientras existan quienes, con sus vidas, sean portadores de esperanza y de sentido para quienes los han perdido, y mientras haya también, quienes los reconozcan.