Sabiduría 8 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 32 versitos |
1 Se despliega con vigor de un extremo al otro
y gobierna el universo con acierto.
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La pretendí como esposa

La quise y la busqué desde muchacho
y la pretendí como esposa, enamorado de su hermosura.
3 Su unión con Dios realza su nobleza,
porque la ama el que es Señor de todos;
4 ella conoce los secretos de Dios y elige lo que él hace.
5 Si la riqueza es un bien deseable en la vida,
¿quién es más rico que la Sabiduría, que lo realiza todo?
6 Y si es la prudencia quien lo realiza,
¿quién, sino la Sabiduría, es la autora de todo cuanto existe?
7 Si alguien ama la justicia, las virtudes serán el fruto de sus esfuerzos;
es maestra de templanza y prudencia, de justicia y fortaleza;
para los hombres no hay en la vida nada más provechoso que esto.
8 Y si alguien ambiciona una rica experiencia,
ella conoce el pasado y adivina el futuro,
sabe los dichos ingeniosos y la solución de los enigmas,
comprende de antemano los signos y prodigios,
y el desenlace de cada momento, de cada época.
9 Por eso decidí unir nuestras vidas,
seguro de que sería mi consejera en la dicha,
y mi alivio en las preocupaciones y tristezas:
10 Gracias a ella me elogiará la asamblea,
y, aun siendo joven, me honrarán los ancianos;
11 en los juicios lucirá mi agudeza y seré la admiración de los monarcas;
12 si callo, estarán a la expectativa; si tomo la palabra, prestarán atención,
y si me alargo hablando, se llevarán la mano a la boca.
13 Gracias a ella alcanzaré la inmortalidad
y dejaré a la posteridad un recuerdo imperecedero.
14 Gobernaré pueblos, someteré naciones;
15 soberanos temibles se asustarán al oír mi nombre;
con el pueblo me mostraré bueno, y en la guerra, valeroso.
16 Al volver a casa, descansaré a su lado,
porque su trato no produce amargura,
su intimidad no deprime, sino que regocija y alegra.
17 Esto es lo que yo pensaba y sopesaba en mi corazón:
la inmortalidad consiste en tener parentesco con la Sabiduría;
18 su amistad es noble gozo; el trabajo de sus manos, riqueza inagotable;
su trato familiar, prudencia; conversar con ella, celebridad;
entonces me puse a buscarla, tratando de llevármela a casa.
19 Yo era un niño bueno por naturaleza, dotado de un alma bondadosa;
20 mejor dicho, siendo bueno, entré en un cuerpo sin mancha.
21 Al darme cuenta de que sólo me la ganaría si Dios me la otorgaba
– y ya era un signo de prudencia saber el origen de este don– ,
me dirigí al Señor y le supliqué, diciendo de todo corazón:
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Introducción a Sabiduría

SABIDURÍA

El libro, el autor y fecha de composición.
El título tradicional del libro, Sabiduría de Salomón, es justificado y capcioso. Justificado porque el libro pertenece al grupo o corriente «sapiencial», que se ampara al patronato de Salomón. Entronca con los Proverbios, parece polemizar contra el Eclesiastés, tiene coincidencias notables con Eclesiástico (Ben Sirá) y algún contacto con Job.
La sabiduría ocupa en el libro una posición altísima -en continuación con Prov 6 y Eclo 24-. Alta, pero no exclusiva ni central. A partir del capítulo 11 la sabiduría desaparece, salvo un par de menciones. En cambio, la justicia atraviesa el libro de cabo a rabo: justicia, injusticia, justos e injustos, juicio. Un título temático del libro sería: «A los gobernantes: sobre la justicia».
En cuanto a Salomón, aparece como ficción retórica en los capítulos 7-9. No hay otra razón interna para poner su nombre en el título. El autor es anónimo. Es muy probable que haya vivido en Alejandría. La fecha de composición parece ser el tiempo de Jesús, o algún decenio antes. Es cronológicamente el último libro del Antiguo Testamento. Tiene bastantes coincidencias con el Nuevo Testamento, sobre todo con san Pablo y su escuela.

Contexto cultural. El autor realiza en su tratado una conjunción de culturas: la griega y la semita. Está embebido en los escritos del Antiguo Testamento que lee en la traducción griega de los «Setenta» (LXX); lo que tiene tan asimilado le sale de muchas formas, controladas o espontáneas. Conoce también la cultura filosófica griega, especialmente su corriente estoica, filosofía en estado de cultura poco profunda. El autor aparece como mediador sereno de ambas tradiciones culturales.
Lo que sucede con el pensamiento, sucede también con el estilo. Los recursos hebreos del paralelismo, del comentario midrásico son patentes. No menos lo son los recursos griegos: palabras compuestas, exquisitas, multiplicación de sinónimos, adjetivación refinada, alteraciones, rimas, juegos de palabras. La simbiosis de una tradición hebrea con una alejandrina engendra una obra original, a veces recargada y reiterativa, artificiosa, con alardes de artesanía estilística, rica en sorpresas y agudezas de ingenio.

Tema del libro. El libro de la Sabiduría es el más importante tratado de «teología política» del Antiguo Testamento. Si preferimos, es un tratado sobre la justicia en el gobierno, con argumentación teológica y orientación doctrinal. Ni manual práctico ni tratado profano.
El tema de la justicia en el gobierno es de buena ascendencia sapiencial: «El trono se afianza con la justicia» ( Pro_16:12 ). Dirigirse a los gobernantes, israelitas o extranjeros, que quieran leer no es una fantasía desatinada. Lo habían hecho otros antes: Ester y el tercer libro de los Macabeos en forma narrativa, Daniel en clave apocalíptica. Quizás nuestro autor lo hace con una conciencia más lúcida y también con mayor acierto. No es extraño que su obra tuviera más lectores judíos que paganos, más súbditos que gobernantes; los que gobiernan son siempre menos.
El discurso sobre la justicia, sobre todo si es crítico, es provocado muchas veces por la práctica de la injusticia, sobre todo de la «injusticia establecida», de «los que dictan sentencias en nombre de la Ley» ( Sal_94:20 ). Aparte las persecuciones bien conocidas, por ejemplo, la de Tolomeo II, es probable que los judíos de la diáspora alejandrina tuvieran que sufrir discriminaciones, opresión y vejaciones a manos de gobernantes griegos o romanos; también pudieron sumarse a esos opresores algunos judíos renegados e influyentes.
El libro no especifica la raza de los destinatarios, pues quiere atravesar fronteras ( Sal_6:1 ); el libro no disimula su actitud crítica, que estriba en la justicia de Dios, en un «pensar recto del Señor» ( Sal_1:1 ). La denuncia profética se hace aquí crítica sapiencial.
A diferencia de los otros libros sapienciales, el autor de la Sabiduría se mueve ya en otro horizonte, el del destino inmortal del ser humano: «Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser» ( Sal_2:23 ). Es la clara respuesta a la angustia del mal y del dolor de Job y del Eclesiastés.
Es desde este horizonte que el autor nos habla de Dios como ser trascendente, omnipotente, creador de todo, pero también misericordioso y providente, cuya bondad rebasa los límites de Israel, abarcando a toda la familia humana: «a todos perdonas porque son tuyos, Señor, amigo de la vida» (11,26). Y también nos habla del ser humano, como el que debe rendir culto a Dios haciendo su voluntad y caminando por sus caminos, gracias al don de la Sabiduría o Palabra o Espíritu de Dios. Estamos ya en los umbrales de la «Gracia» del Evangelio.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Sabiduría 8,2-21La pretendí como esposa. La búsqueda de la sabiduría es el centro de esta parte del discurso del rey. El tema se desarrolla en dos planos alternativos: por un lado la decisión de alcanzar sabiduría (2.9.17.19-21) y por otro, los bienes obtenidos gracias a ella (3-8.10-16.18).
Los recursos utilizados están tomados, como ocurre en todo el libro, del Antiguo Testamento, así, por ejemplo, la sabiduría es presentada como mujer (Prov 31), de ella se obtienen riqueza, saber, virtud, etc. (1Re_5:14-21), dichos agudos, las soluciones a los enigmas (Jue_14:12; 1Re_5:12), etc., aunque contemplados bajo la influencia de la filosofía griega, como los conceptos de moderación, cordura, justicia y valor -que los estoicos tomaban como las cuatro virtudes principales-, o la idea del alma que penetra en un cuerpo -posible alusión a la doctrina platónica de la preexistencia de las almas-.