Jueces 13 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 25 versitos |
1

Sansón

Los israelitas volvieron a hacer lo que el Señor reprueba, y el Señor los entregó a los filisteos por cuarenta años.
2 Había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos.
3 El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo:
– Eres estéril y no has tenido hijos.
4 Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro,
5 porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos.
6 La mujer fue a decirle a su marido:
– Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era ni él me dijo su nombre.
7 Sólo me dijo: Concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte.
8 Manoj oró así al Señor:
– Perdón, Señor: que vuelva ese hombre de Dios que enviaste y nos indique lo que hemos de hacer con el niño una vez nacido.
9 Dios escuchó la oración de Manoj, y el ángel de Dios volvió a aparecerse a la mujer mientras estaba en el campo y su marido no estaba con ella.
10 La mujer corrió en seguida a avisar a su marido:
– Se me ha aparecido aquel hombre que me visitó el otro día.
11 Manoj siguió a su mujer, fue hacia el hombre y le preguntó:
–¿Eres tú el que habló con esta mujer?
Él respondió:
– Sí.
12 Manoj insistió:
– Y una vez que se realice tu promesa, ¿qué vida debe llevar el niño y qué tiene que hacer?
13 El ángel del Señor respondió:
– Que se abstenga de todo lo que le prohibí a tu mujer:
14 que no pruebe el fruto de la vid, que no beba vino ni licores, ni coma cosa impura; que lleve la vida que dispuse.
15 Manoj dijo al ángel del Señor:
– No te marches, y te prepararemos un cabrito.
16 – Porque no había caído en la cuenta de que era el ángel del Señor– . Pero el ángel del Señor le dijo:
– Aunque me hagas quedar, no probaré tu comida. Pero puedes ofrecer el cabrito en holocausto al Señor.
17 Manoj le preguntó:
–¿Cómo te llamas, para que cuando se cumpla tu promesa te hagamos un obsequio?
18 El ángel del Señor contestó:
–¿Por qué preguntas mi nombre? Es Misterioso.
19 Manoj tomó el cabrito y la ofrenda y ofreció sobre la roca un sacrificio al Señor Misterioso.
20 Al subir la llama del altar hacia el cielo, el ángel del Señor subió también en la llama, ante Manoj y su mujer, que cayeron rostro a tierra.
21 El ángel del Señor ya no se les apareció más. Manoj cayó en la cuenta de que aquél era el ángel del Señor,
22 y comentó con su mujer:
–¡Vamos a morir, porque hemos visto a Dios!
23 Pero su mujer repuso:
– Si el Señor hubiera querido matarnos no habría aceptado nuestro sacrificio y nuestra ofrenda, no nos habría mostrado todo esto ni nos habría comunicado una cosa así.
24 La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo.
25 Y el Espíritu del Señor comenzó a actuar sobre él en Majné Dan, entre Sorá y Estaol.

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Introducción a Jueces

JUECES

El título del libro es antiguo, aunque no original. Mientras el libro de Josué se centra en un único protagonista, que le da su nombre, este otro se reparte entre muchos protagonistas sucesivos, que quedan asumidos bajo un título común. «Juez» es un oficio bastante definido y homogéneo; en cambio, al leer el libro nos encontramos con jefes militares, una profetisa, un extraño soldado consagrado, un usurpador y varios jefes pacíficos mal definidos, entre otros. Para ganar en claridad podríamos reunir en un grupo a los personajes que intervienen militarmente contra la opresión o la agresión extranjera -los llamados jueces mayores-, y en otro, al resto, registrado en forma de lista en 10,1-5 y 12,8-15 -los jueces menores-. De estos últimos no se cuentan maravillosas hazañas, no han merecido cantos épicos; solamente se consigna que se sucedieron en el cargo de «jueces», lo ejercieron vitaliciamente durante veintitrés, veintidós, siete, diez, ocho años, murieron y fueron sepultados en su tierra. Estos personajes aparecen en una lista de fórmulas repetidas, con todas las apariencias de lista oficial, conservada quizás en los archivos de la administración judicial. En cambio, los «jueces mayores» no se suceden continuamente, sino que surgen cuando el Espíritu del Señor los arrebata; no dirimen litigios, sino vencen al enemigo en campaña abierta o con estratagemas; rehúsan un cargo vitalicio, como Gedeón (8,22s), o mueren relativamente jóvenes, como Sansón. El sociólogo Max Weber llamó a los mayores «jefes carismáticos», con una fórmula que ha hecho fortuna, porque contrapone la institución (jueces menores) al carisma (jueces mayores).

Composición y contexto histórico del libro. ¿Cómo se explica la unificación de este material heterogéneo? Podemos imaginarnos así el trabajo del autor que compuso el libro definitivo -sin bajar a muchos detalles-: Quiso llenar el espacio de vacío histórico que discurre en el suelo de Canaán antes de la monarquía, de manera que aparezca una continuidad. Para ello echa mano del material antiguo a su disposición: por una parte, «cantares de gesta» típicos de una edad heroica, transmitidos oralmente y recogidos en colecciones menores; por otra, una lista de funcionarios centrales, que representan una verdadera institución. Con estos materiales heterogéneos construye una historia seguida, una cronología sin huecos. Realiza un trabajo de unificación, superpuesto al material preexistente.
El libro logra presentar una continuidad de salvación. Esa continuidad se desenvuelve en una alternancia irregular de momentos espectaculares y tiempos cotidianos. Todo el material está proyectado sobre la totalidad de Israel, sean los jueces institucionales (hecho probablemente histórico), sean los liberadores locales o los de la confederación.
En una primera operación tenemos que dividir el libro en una sección inicial que se refiere todavía a la conquista (1,1-2,10), un cuerpo que comprende los jueces y salvadores (2,11-16,31), un par de episodios tribales «antes de la monarquía» (17-21). En el libro de los Jueces, como en pocos del Antiguo Testamento, se puede apreciar la existencia de materiales antiguos y la elaboración artificiosa en un conjunto unificado. El material antiguo se remonta por etapas orales hasta poco después de los hechos; la composición final parece caer en tiempo del destierro, como parte de la gran Historia Deuteronomística.
El balance final es que no podemos reconstruir una historia del período. Pero sí podemos saborear unos cuantos relatos magistrales.

Mensaje religioso. La idea teológica que recorre todo el Deuteronomio, la fragilidad humana y la inagotable paciencia y providencia de Dios aparece en el libro de los Jueces como un componente del esquema narrativo con que viene tratado cada episodio: pecado del pueblo, castigo a manos de los enemigos y la aparición de un salvador carismático que lleva de nuevo a la comunidad recalcitrante a los caminos de Dios. Un paso más en la afirmación de la fe de Israel en tiempos difíciles: Dios no abandonará a su pueblo.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Jueces 13,1-25Sansón. La historia de Sansón está llena de pasión, amor, agresión, violencia, corrupción y traición. Tenemos que leer el ciclo de Sansón en el contexto de todo el libro de los Jueces. Sansón contrasta enormemente con la figura de Otoniel, el «juez modelo» de la tribu de Judá, porque a Otoniel todo le salió bien (3,7-11). En cambio Sansón es objeto de sus pasiones e infidelidades. La primera parte del ciclo de Sansón, se centra en la anunciación que recibe la esposa de Manoj por parte de Dios. Esta mujer, anónima y para su desgracia estéril, será bendecida no sólo con la visita del ángel del Señor, sino con un hijo. Nótese la reivindicación que Dios hace a las personas marginadas. La madre de Sansón no estaba rezando ni pidiendo un hijo, como lo estaba Ana, la madre de Samuel (1Sa_1:10); sin embargo Dios la premia y la bendice con un hijo. La historia de esta anunciación es muy parecida a otras anunciaciones celestiales (Gén_16:7-13; Gén_17:15-21; Gén_18:10-15; Mat_1:20s; Luc_1:11-20), con la diferencia que Sansón es consagrado desde el vientre materno para ser un nazireo. La consagración de los nazireos era un rito muy antiguo; las leyes del Pentateuco tienen ciertas prescripciones para los nazireos, por ejemplo: se tienen que abstener de bebidas alcohólicas o de cualquier producto de la viña; no se tienen que rapar la cabeza; no deben tener contacto con las personas muertas, además el voto o consagración es durante cierto período de tiempo (Núm_6:1-21). Nótese cómo la mujer de Manoj juega un rol protagonista en esta historia; es ella la que tiene la visión del mensajero de Dios; es ella la que reconoce que es un «mensajero divino» y tranquiliza a su esposo de que no morirán por haber visto al ángel de Dios. En esta mujer anónima tenemos un modelo para descubrir a Dios que se solidariza con las personas marginadas y se presenta en medio de lo cotidiano de la vida.