Eclesiástico 37 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 15 versitos |
1

Elección de amigo
6,5-17; 12,8-18; 22,19-26

Cualquiera puede decir que es tu amigo,
pero hay amigos sólo de nombre.
2 ¿No es un disgusto mortal
cuando el amigo íntimo se vuelve enemigo?
3 Ay del malpensado, ¿para qué fuiste creado?,
para llenar la superficie de la tierra de traiciones.
4 El amigo desleal comparte la alegría de la mesa,
pero en la desgracia se queda a distancia.
5 El amigo fiel peleará contra tu enemigo,
frente a tus rivales empuñará el escudo.
6 No olvides al amigo durante el combate
ni lo abandones al repartir el botín.
7

Elección de consejero
2 Sm 17

Todo consejero indica el camino,
pero hay quien aconseja en propio provecho;
8 cuidado con quien da consejos,
entérate primero de sus intereses;
porque también él piensa en sí mismo,
en cómo sacar provecho;
9 a lo mejor te dice: Vas por buen camino,
y luego se pone a observar tu ruina.
10 No consultes con tu enemigo
ni cuentes tus propósitos al que te envidia:
11 con la mujer, acerca de su rival;
al que busca botín, sobre la guerra;
con el comerciante, acerca de negocios;
al que compra, sobre una venta;
con el tacaño, acerca de generosidad;
al cruel, acerca de perdonar;
con el ocioso, acerca de un trabajo;
al empleado por un año, sobre la cosecha;
con el servidor perezoso, acerca de la tarea:
no te fíes de tales consejos,
12 sino del hombre que siempre respeta a Dios,
y sabes que guarda los mandamientos,
que siente como tú sientes,
y si tropiezas, te ayudará.
13 Recibe también el consejo de tu corazón,
pues, ¿quién te será más fiel que él?
14 El corazón del hombre le informa de la oportunidad
mejor que siete centinelas que vigilan en las alturas.
15 Y después de todo, suplica al Señor
que dirija tus pasos en la verdad.


Los sabios

El pensamiento precede a toda acción
y la reflexión a toda tarea.

17 La mente es la raíz de toda conducta,
y produce cuatro ramas:

18 bien y mal, vida y muerte;
su señor absoluto es la lengua.

19 Hay sabios que son sabios para otros
y para sí mismos son insensatos;

20 hay sabios odiosos al hablar,
y se privan de banquetes exquisitos.

22 Hay sabios que lo son para sí,
y cargan con el fruto de su saber;

23 hay sabios que lo son para su pueblo,
y el fruto de su saber es duradero.

24 Quien es sabio para sí está colmado de bendiciones,
los que lo ven lo felicitan;

26 el sabio para su pueblo hereda gloria,
y su fama vive para siempre.

25 La vida de un hombre son años contados,
la vida de Israel son años sin cuento.


Salud
30,14-20

Hijo mío, mientras tienes salud, pruébate a ti mismo,
y no te concedas lo que ves que te hace daño,

28 porque no todo es bueno para todos
ni a todos les gusta lo mismo,

29 no te precipites a todo lo exquisito
ni te entregues a todos los manjares;

30 porque la gula acarrea enfermedades
y la glotonería provoca náuseas;

31 por falta de moderación muchos han muerto,
pero el que se domina alarga su vida.

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Introducción a Eclesiástico

ECLESIÁSTICO

El libro, su autor y fecha de composición. El título del libro y la firma del autor se encuentran en la parte final de la obra (57,27-29), como en el Eclesiastés. Bajo el título encontramos reunidos varios términos sapienciales: enseñanza, consejo, prudencia, sabiduría. El autor es «Simón, hijo de Jesús, hijo de Eleazar, hijo de Sirá» (50,27), hombre culto y experimentado, conocedor, por sus viajes, de diversos pueblos y culturas.
El libro fue compuesto en hebreo hacia el año 197 a.C. para reafirmar a los judíos de la Diáspora en la fidelidad a la ley y a la tradición de sus mayores, frente a la influencia generalizada de la cultura helenista. El texto hebreo desapareció pronto, quizás por no ser considerado como canónico por una parte de la tradición judía. Desde finales del s. XIX hasta la fecha, sin embargo, han ido apareciendo en diversos lugares fragmentos sueltos del original hebreo que equivalen a dos tercios de la obra completa.
La traducción griega, hacia el año 132 a.C., se debió al nieto de Ben Sirá. El abuelo había escrito en una lengua hebrea más bien académica, según los módulos formales hebreos. El nieto traduce al griego, lengua culta de estructura y estilo bien diversos. Cuenta con el antecedente de otros libros traducidos al griego. Su aclaración parece tener un tono apologético frente a los clásicos de la literatura griega: quiere salvar el prestigio del abuelo y de la literatura de su pueblo.
La «Sabiduría de Ben Sirá», uno de los libros más extensos del Antiguo Testamento, fue aceptado como canónico por la tradición cristiana, y llegó a ser tan leído en la Iglesia antigua que recibió el título de «Eclesiástico».

Contenido del Eclesiástico. Con Jesús Ben Sirá llegamos a un ejercicio profesional del saber, practicado en una escuela. Según sus confesiones en el libro, el autor se ha dedicado al estudio, enseñanza y exposición de lo que era tradicionalmente la sabiduría, sensatez o prudencia. Mantiene como fuentes del saber la experiencia, la observación y la reflexión; al mismo tiempo subraya el valor de la tradición (30,25; 36,16) y la necesidad de la oración (39,5-8).
En su tiempo la sabiduría consistía en buena parte en el estudio y comentario de textos bíblicos, narrativos y legales. De ordinario no cita explícitamente el pasaje comentado, se contenta con aludirlo; supone, quizás, que sus discípulos lo conocen. Al final del libro ofrece un brevísimo resumen de historia, en forma de tratado de vidas ilustres.
El principio de su doctrina consiste en una correlación: lo supremo de la sabiduría es el respeto o reverencia de Dios, y esto se traduce en el cumplimiento de la ley, sobre todo en lo que respecta a la justicia y misericordia para con los débiles y necesitados. Es en Israel donde esta sabiduría se ha hecho presente y operante.
Hombre tradicionalmente piadoso y humano, Ben Sirá, sabe inspirar la piedad y la confianza en Dios a sus oyentes. De todas formas, el horizonte en que se mueve su enseñanza no va más allá de la vida presente donde, según la doctrina tradicional de la retribución, Dios recompensará al que le permanece fiel y castigará a los descarriados.



PRÓLOGO

Muy pocos libros del Antiguo Testamento cuentan con una información tan explícita de la totalidad de la obra, tal como lo encontramos aquí. Estas líneas escritas por el traductor del libro del hebreo al griego, nos informa varias cosas importantes: 1. Los motivos que tuvo para escribirlo: para que los lectores aprendan y puedan ayudar a los de fuera. 2. El autor: mi abuelo Jesús. Este Jesús, según 50,27 es hijo de un tal Eleazar, hijo de Sirá, de Jerusalén. 3. Las fuentes que inspiraron al autor: La Ley, los Profetas y los restantes libros paternos. 4. Motivos y destinatarios de la traducción al griego: ofrecer a los judíos de la dispersión la oportunidad de instruirse en las tradiciones de su pueblo, en una lengua que dominaban más que la de sus ancestros. 5. Contexto del traductor y de la traducción: Egipto, año 132; finalización del trabajo de traducción, año 117 a.C.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Eclesiástico 37,1-6Elección de amigo. En el diario vivir y en la frecuente relación con los demás es posible verificar esta enseñanza de Ben Sirá, quien aconseja guardarse de «los amigos sólo de nombre» (1), de aquellos que con gran facilidad se convierten en enemigos (2) y de aquellos que están ahí sólo cuando las cosas van bien (4). En cambio hay que preferir y hasta recompensar a aquel que se mantiene fiel en la adversidad en «tiempos de la batalla» (5s).


Eclesiástico 37,7-15Elección de consejero. Después de describir la psicología del consejero (7-9), encontramos una lista de consejeros a los cuales es inútil consultar puesto que abiertamente estarían en contra nuestra (10s), para concluir que sólo dos consejeros son idóneos para la consulta: aquel que siempre respeta al Señor y que guarda sus mandamientos y que, además, siente como tú (12) y, en segundo lugar, el propio corazón, esto es, la capacidad de discernir y de intuir lo que mejor conviene para sí mismo; el mismo corazón es el que finalmente se dirige al Señor para suplicarle que guíe nuestros pasos en la verdad (14s), ideal del hombre sabio.
Eclesiástico 37,16-26Los sabios. Del pensamiento y de la acción proceden cuatro grandes realidades que sintetizan la vida humana: bien y mal, vida y muerte, pero en definitiva, las cuatro se fraguan en la lengua. Nuestra lengua puede generar mucho bien para otras personas o puede generar el mal; puede transmitir la vida si cada palabra refleja la verdad y el amor, pero también puede atraer muerte. Ya es responsabilidad de cada uno establecer la calidad de sus palabras, determinar a qué o a quién sirve nuestra lengua, al bien o al mal, a la vida o a la muerte.
Eclesiástico 37,27-31Salud. Un consejo muy práctico para mantener la salud es no dar rienda suelta al apetito; esta instrucción refleja un ambiente de banquetes y comilonas frecuentes, típico de un sector de la sociedad, pero a los miles y miles de hombres, mujeres y niños que pasan el día con el mínimo o con nada, ¿qué consejo aplicaremos?