Eclesiástico 46 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 20 versitos |
1 Soldado valiente fue JOSUÉ, hijo de Nun,
ministro de Moisés en la profecía,
destinado para que en sus días
los elegidos alcanzaran una gran victoria,
para tomar venganza de los enemigos y dar la herencia a Israel.
2 Qué glorioso cuando alzando el brazo
agitó su bastón de mando contra la ciudad.
3 ¿Quién le pudo resistir
cuando peleaba las batallas del Señor?
4 Por su intervención se detuvo el sol, y un día duró lo que dos:
5 invocó al Dios Altísimo cuando lo acosaban alrededor,
y el Dios Altísimo le respondió
con fuerte granizo y pedrisco,
6 que arrojaban contra las tropas enemigas,
y en la cuesta aniquiló a los adversarios;
para que supieran los pueblos condenados a la destrucción
que el Señor velaba por sus batallas.
Porque siguió plenamente a Dios
7 y en tiempo de Moisés se mantuvo fiel,
él y CALEB, hijo de Jefoné,
resistieron el motín del pueblo,
apartaron de la asamblea la ira de Dios
y acabaron con la difamación;
8 por eso de seiscientos mil infantes
sólo se libraron los dos,
para introducir al pueblo en su herencia,
en la tierra que mana leche y miel.
9 El Señor dio fuerzas a Caleb,
que lo acompañaron hasta la vejez,
para establecerlos en los montes del país,
y también su descendencia recibió su herencia.
10 Para que supieran los descendientes de Jacob
que vale la pena seguir plenamente al Señor.
11 Los JUECES, cada uno por su nombre, los que no se dejaron engañar,
los que no se apartaron de Dios, ¡bendita sea su memoria!
12 Que se renueve su fama en sus hijos
y revivan sus huesos en la tumba.
13 Amado del pueblo y favorito de su Creador,
pedido desde el vientre materno,
consagrado como profeta del Señor,
SAMUEL, juez y sacerdote;
por orden de Dios nombró a un rey
y ungió príncipes sobre el pueblo,
14 según la ley del Señor gobernó al pueblo
visitando los campamentos de Jacob.
15 Por su acierto se le consultaba como vidente,
por su palabra se acreditó como pastor.
16 También él invocó al Señor
cuando los enemigos lo atacaban por todas partes,
y ofreció un corderito en sacrificio.
17 El Señor tronó desde el cielo
y se oyó el estruendo de su voz,
18 derrotó a los jefes enemigos
y destruyó a los príncipes filisteos.
19 Cuando descansaba en su cama a punto de morir
invocó por testigos al Señor y a su ungido:
¿Quién me ha sobornado por un par de sandalias?,
y nadie se atrevió a contestarle.
20 Aun después de su muerte fue consultado
y reveló al rey su destino,
alzando del sepulcro su profética voz
y profetizando la expiación de la culpa.

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Introducción a Eclesiástico

ECLESIÁSTICO

El libro, su autor y fecha de composición. El título del libro y la firma del autor se encuentran en la parte final de la obra (57,27-29), como en el Eclesiastés. Bajo el título encontramos reunidos varios términos sapienciales: enseñanza, consejo, prudencia, sabiduría. El autor es «Simón, hijo de Jesús, hijo de Eleazar, hijo de Sirá» (50,27), hombre culto y experimentado, conocedor, por sus viajes, de diversos pueblos y culturas.
El libro fue compuesto en hebreo hacia el año 197 a.C. para reafirmar a los judíos de la Diáspora en la fidelidad a la ley y a la tradición de sus mayores, frente a la influencia generalizada de la cultura helenista. El texto hebreo desapareció pronto, quizás por no ser considerado como canónico por una parte de la tradición judía. Desde finales del s. XIX hasta la fecha, sin embargo, han ido apareciendo en diversos lugares fragmentos sueltos del original hebreo que equivalen a dos tercios de la obra completa.
La traducción griega, hacia el año 132 a.C., se debió al nieto de Ben Sirá. El abuelo había escrito en una lengua hebrea más bien académica, según los módulos formales hebreos. El nieto traduce al griego, lengua culta de estructura y estilo bien diversos. Cuenta con el antecedente de otros libros traducidos al griego. Su aclaración parece tener un tono apologético frente a los clásicos de la literatura griega: quiere salvar el prestigio del abuelo y de la literatura de su pueblo.
La «Sabiduría de Ben Sirá», uno de los libros más extensos del Antiguo Testamento, fue aceptado como canónico por la tradición cristiana, y llegó a ser tan leído en la Iglesia antigua que recibió el título de «Eclesiástico».

Contenido del Eclesiástico. Con Jesús Ben Sirá llegamos a un ejercicio profesional del saber, practicado en una escuela. Según sus confesiones en el libro, el autor se ha dedicado al estudio, enseñanza y exposición de lo que era tradicionalmente la sabiduría, sensatez o prudencia. Mantiene como fuentes del saber la experiencia, la observación y la reflexión; al mismo tiempo subraya el valor de la tradición (30,25; 36,16) y la necesidad de la oración (39,5-8).
En su tiempo la sabiduría consistía en buena parte en el estudio y comentario de textos bíblicos, narrativos y legales. De ordinario no cita explícitamente el pasaje comentado, se contenta con aludirlo; supone, quizás, que sus discípulos lo conocen. Al final del libro ofrece un brevísimo resumen de historia, en forma de tratado de vidas ilustres.
El principio de su doctrina consiste en una correlación: lo supremo de la sabiduría es el respeto o reverencia de Dios, y esto se traduce en el cumplimiento de la ley, sobre todo en lo que respecta a la justicia y misericordia para con los débiles y necesitados. Es en Israel donde esta sabiduría se ha hecho presente y operante.
Hombre tradicionalmente piadoso y humano, Ben Sirá, sabe inspirar la piedad y la confianza en Dios a sus oyentes. De todas formas, el horizonte en que se mueve su enseñanza no va más allá de la vida presente donde, según la doctrina tradicional de la retribución, Dios recompensará al que le permanece fiel y castigará a los descarriados.



PRÓLOGO

Muy pocos libros del Antiguo Testamento cuentan con una información tan explícita de la totalidad de la obra, tal como lo encontramos aquí. Estas líneas escritas por el traductor del libro del hebreo al griego, nos informa varias cosas importantes: 1. Los motivos que tuvo para escribirlo: para que los lectores aprendan y puedan ayudar a los de fuera. 2. El autor: mi abuelo Jesús. Este Jesús, según 50,27 es hijo de un tal Eleazar, hijo de Sirá, de Jerusalén. 3. Las fuentes que inspiraron al autor: La Ley, los Profetas y los restantes libros paternos. 4. Motivos y destinatarios de la traducción al griego: ofrecer a los judíos de la dispersión la oportunidad de instruirse en las tradiciones de su pueblo, en una lengua que dominaban más que la de sus ancestros. 5. Contexto del traductor y de la traducción: Egipto, año 132; finalización del trabajo de traducción, año 117 a.C.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Eclesiástico 46,1-20Josué y Caleb, Jueces, Samuel. La admiración por Josué se debe a que es el sucesor de Moisés en la dirección del pueblo hasta llevarlo a la tierra que Dios había prometido a los antepasados. De todos los que un día salieron de Egipto, sólo Josué y Caleb pusieron los pies en aquella tierra (8) porque fueron fieles y leales al Señor. Se recuerda en términos generales a los Jueces «que no se dejaron seducir ni se apartaron de Dios», para ellos se desea mucha bendición para su memoria. Y, finalmente, Ben Sirá encomia la figura de Samuel (13-20) a quien presenta como juez (13s), como profeta (15s.20), como guerrero (17-s) y, por encima de todo, como hombre justo (19s).