I Macabeos 12 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 34 versitos |
1

Embajada a Roma

Viendo Jonatán que el momento era favorable, eligió a algunos para enviarlos a Roma a confirmar y renovar el pacto de amistad con los romanos.
2 A Esparta y otros países despachó mensajes en el mismo sentido.
3 Los embajadores partieron para Roma, y cuando entraron en el Senado, dijeron:
– El sumo sacerdote, Jonatán, y el pueblo judío nos han enviado para que ustedes renueven con ellos el antiguo pacto de amistad y de mutua defensa.
4 Los romanos les dieron un salvoconducto con el que pudieran llegar a Judá sanos y salvos.
5 Copia de la carta de Jonatán a los espartanos:
6 El sumo sacerdote, Jonatán, el consejo de la nación, los sacerdotes y toda la nación judía saludan a sus hermanos de Esparta.
7 Ya en tiempos pasados el rey Areo envió al sumo sacerdote, Onías, una carta reconociendo nuestro parentesco, como consta en la copia adjunta.
8 Onías recibió al mensajero con todos los honores, y aceptó la carta, que hablaba de mutua defensa y amistad.
9 Y aunque con el estímulo de los libros santos no necesitamos tales alianzas,
10 nos hemos permitido enviarles una embajada para renovar con ustedes nuestra alianza fraternal, a fin de no mirarnos como extraños, ya que ha pasado mucho tiempo desde que nos enviaron aquel mensaje.
11 Por lo que a nosotros toca, con ocasión de las festividades y en otros días designados no los olvidamos en nuestros sacrificios y oraciones, porque es justo y debido acordarse de los hermanos.
12 Nos alegramos muchos de la gloria que ustedes tienen.
13 Nosotros nos hemos visto cercados de muchas tribulaciones y muchas guerras; los reyes vecinos nos han atacado,
14 pero no hemos querido molestarlos a ustedes ni a los demás aliados y amigos nuestros con motivo de esas guerras,
15 porque gracias a la ayuda protectora del cielo nos hemos librado de los enemigos, que han sido derrotados.
16 Ahora hemos elegido a Numenio, de Antíoco, y a Antípatro, de Jasón, y los hemos enviado a Roma para renovar el anterior pacto de amistad y mutua defensa.
17 Les hemos ordenado presentarse también a ustedes, saludarlos y entregarles esta nuestra carta sobre la renovación de nuestra fraternidad.
18 Hagan el favor de respondernos a esta carta.
19 Copia de la carta enviada a Onías:
20 Areo, rey de Esparta, saluda al sumo sacerdote Onías.
21 En un documento relativo a espartanos y judíos se ha descubierto que son parientes, de la estirpe de Abrahán.
22 Ahora que lo sabemos, les pedimos por favor que nos escriban con noticias de ustedes.
23 Por nuestra parte, les decimos: sus ganados y todos sus bienes son nuestros y los nuestros son de ustedes. Por tanto, ordenamos que se les envíe un mensaje para comunicarles esto.
24 Jonatán se enteró de que los oficiales de Demetrio habían regresado con unejército más numeroso que el anterior para atacarlo.
25 Salió de Jerusalén para hacerles frente en la zona de Jamat, sin dejarles poner pie en su territorio.
26 Envió espías al campamento enemigo, y al volver le comunicaron que se preparaban para caer de noche sobre los judíos.
27 En cuanto se puso el sol, Jonatán ordenó a los suyos estar en vela y con las armas a mano toda la noche, preparados para el combate, y destacó puestos de avanzada alrededor del campamento.
28 Cuando los enemigos se enteraron de que Jonatán y los suyos estaban dispuestos al combate se acobardaron, llenos de miedo; encendieron fogatas en el campamento [y se retiraron].
29 Jonatán y los suyos, como veían el resplandor de las hogueras, no se enteraron hasta por la mañana de lo ocurrido.
30 Entonces Jonatán los persiguió, pero no pudo alcanzarlos, porque ya habían pasado el río Eléutero.
31 Luego se volvió contra los árabes llamados zabadeos; los derrotó y los saqueó.
32 Emprendió la marcha hacia Damasco y atravesó toda la región.
33 Simón había salido, mientras tanto, y había llegado hasta Ascalón y las plazas fuertes cercanas; se desvió luego hacia Jafa y la conquistó
34 porque se había enterado de que querían entregar la plaza fuerte a los de Demetrio. Dejó allí una guarnición de defensa.

35 A su vuelta, Jonatán convocó a la asamblea de los ancianos y decidió con ellos construir plazas fuertes en Judá,

36 dar más altura a las murallas de Jerusalén, construir una gran barrera de separación entre la fortaleza y la ciudad para aislar la fortaleza a fin de que sus habitantes no pudieran comprar ni vender.

37 Se reunieron para reconstruir la ciudad, porque estaba caída una parte de la muralla oriental, sobre el torrente del este. Jonatán restauró la muralla de Capenat.

38 Simón, por su parte, reconstruyó Adida en la Sefela, la fortificó y le puso puertas con cerrojos.


Secuestro de Jonatán

Trifón había intentado ocupar el trono de Asia, ceñirse la corona y eliminar al rey Antíoco.

40 Pero temiendo que Jonatán no le iba a dejar, o que a lo mejor lo atacaba, andaba buscando la manera de prenderlo y deshacerse de él; así, se marchó hasta Beisán.

41 Jonatán salió a hacerle frente con cuarenta mil soldados escogidos, y llegó a Beisán.

42 Al ver Trifón que Jonatán había venido con aquel ejército, temió echarle mano;

43 es más, lo recibió con todos los honores, lo recomendó a todos sus generales, le hizo regalos y ordenó a sus generales y soldados que le obedeciesen como a él mismo.

44 Y dijo a Jonatán:
–¿Para qué has cansado a toda esta gente, cuando no hay guerra entre nosotros?

45 Mándalos ahora mismo a sus casas, quédate con una pequeña escolta y ven conmigo a Tolemaida; te la entregaré con las demás plazas fuertes, el resto del ejército y todos los funcionarios; después emprenderé el regreso; para esto he venido.

46 Jonatán se fió de él e hizo lo que le dijo: licenció a los soldados, que se fueron a Judá;

47 se quedó con unos tres mil hombres: dejó dos mil en Galilea, los otros mil lo acompañaron.

48 Y cuando entró en Tolemaida, los habitantes de la villa cerraron las puertas, lo apresaron y acuchillaron a todos los que habían entrado con él.

49 Trifón envió tropas de infantería y caballería a Galilea y a la gran llanura de Esdrelón para eliminar a todos los de Jonatán.

50 Pero éstos, que ya sabían que Jonatán había caído preso y muerto con los de su escolta, se animaron mutuamente, y avanzaron en escuadrón cerrado, dispuestos a la lucha.

51 Sus perseguidores los vieron dispuestos a jugarse la vida y se volvieron.

52 Así, los de Jonatán pudieron llegar sanos y salvos a Judá. Lloraron a Jonatán y a los de su escolta, muy alarmados. Todo Israel hizo gran duelo.

53 Todos los países vecinos intentaron entonces exterminarlos, y decían:
– No tienen jefe ni defensor. ¡Vamos a atacarlos y borrar su recuerdo de entre los hombres!

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Introducción a I Macabeos

1 MACABEOS

Contexto histórico. A la muerte de Alejandro, su imperio, apenas sometido, se convierte en escenario de las luchas de los herederos. En menos de veinte años se realiza una división estable en tres zonas: Egipto, Siria y el reino macedonio. Palestina, como zona intermedia, vuelve a ser terreno disputado por los señores de Egipto y Siria. Durante todo el siglo III a.C. dominaron benévolamente los tolomeos, siguiendo una política de tolerancia religiosa y explotación económica. En el 199 a.C., Antíoco III de Siria se aseguró el dominio de Palestina y concedió a los judíos en torno a Jerusalén autonomía para seguir su religión y leyes, con obligación de pagar tributos y dar soldados al rey.
En el primer siglo del helenismo, los judíos, más o menos como otros pueblos, estuvieron sometidos a su influjo, y se fue realizando una cierta simbiosis espiritual y cultural, sin sacrificio de la religión y las leyes y tradiciones paternas. El siglo siguiente, las actitudes diversas frente al helenismo fraguan en dos partidos opuestos: el progresista, que quiere conciliar la fidelidad a las propias tradiciones con una decidida apertura a la nueva cultura internacional, y el partido conservador, cerrado y exclusivista. En gran parte, las luchas que narra este libro son luchas judías internas o provocadas por la rivalidad de ambos partidos.
Antíoco IV hace la coexistencia imposible al escalar las medidas represivas (aquí comienza el libro). Los judíos reaccionaron primero con la resistencia pasiva hasta el martirio; después abandonaron las ciudades en acto de resistencia pasiva; finalmente, estalló la revuelta a mano armada. Primero en guerrillas, después con organización más amplia, lucharon con suerte alterna desde el 165 hasta el 134 a.C.; hasta que los judíos obtuvieron la independencia bajo el reinado del asmoneo Juan Hircano.
En tiempos de este rey y con el optimismo de la victoria se escribió el primer libro de los Macabeos, para exaltar la memoria de los combatientes que habían conseguido la independencia, y para justificar la monarquía reinante. Justificación, porque Juan Hircano era a la vez sumo sacerdote y rey, cosa inaudita y contra la tradición. Si la descendencia levítica podía justificar el cargo sacerdotal, excluía el oficio real, que tocaba a la dinastía davídica de la tribu de Judá.

Mensaje del libro.
El autor, usando situaciones paralelas y un lenguaje rico en alusiones, muestra que el iniciador de la revuelta es el nuevo Fineés (Nm 25), merecedor de la función sacerdotal; que sus hijos son los nuevos «jueces», suscitados y apoyados por Dios para salvar a su pueblo; que la dinastía asmonea es la correspondencia actual de la davídica.
Más aún, muestra el nuevo reino como cumplimiento parcial de muchas profecías escatológicas o mesiánicas: la liberación del yugo extranjero, la vuelta de judíos dispersos, la gran tribulación superada, el honor nacional reconquistado, son los signos de la nueva era de gracia.
El autor no vivió (al parecer) para contemplar el fracaso de tantos esfuerzos e ilusiones, es decir, la traición por parte de los nuevos monarcas de los principios religiosos y políticos que habían animado a los héroes de la resistencia. Fueron otros quienes juraron odio a la dinastía asmonea y con su influjo lograron excluir de los libros sagrados una obra que exaltaba las glorias de dicha familia.
Por encima del desenlace demasiado humano, el libro resultó el canto heroico de un pueblo pequeño, empeñado en luchar por su identidad e independencia nacional: con el heroísmo de sus mártires, la audacia de sus guerrilleros, la prudencia política de sus jefes. La identidad nacional en aquel momento se definía por las «leyes paternas» frente a los usos griegos, especialmente las más distintivas. Por el pueblo, así definido, lucharon y murieron hasta la victoria.
El libro es, por tanto, un libro de batallas, con muy poco culto y devoción personal. Dios apoya a los combatientes de modo providencial, a veces inesperado, pero sin los milagros del segundo libro de los Macabeos y sin realizar Él solo la tarea, como en las Crónicas. El autor es muy parco en referencias religiosas explícitas, pero el tejido de alusiones hace la obra transparente para quienes estaban familiarizados con los escritos bíblicos precedentes.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

I Macabeos 12,1-38Embajada a Roma. Después de la victoria militar, el autor presenta la victoria diplomática de Jonatán al enviar una comisión para ratificar con los romanos y con los espartanos pactos firmados anteriormente por su hermano Judas (1Ma_8:17) y por el sumo sacerdote Onías. La verdad es que los romanos hasta ahora no han sido mencionados, tampoco los espartanos. A los romanos poco les interesa intervenir como mediadores, prefieren la agudización del conflicto entre los países hermanos para aprovechar la división en su propio beneficio. De otra parte, dice el autor que los judíos tampoco solicitaron el apoyo de sus aliados por una razón eminentemente teológica: para qué importunar, si con la ayuda de Dios como aliado mayor, pueden derrotar a sus enemigos. Por primera vez se menciona un «consejo de la nación» (6) que luego se convertirá en el Sanedrín. En 12,9 se habla de los «libros santos», para referirse a los libros de la Ley, los Profetas y otros Escritos. Por esta época las autoridades religiosas judías están fijando el canon o lista de los libros considerados inspirados.
El autor cierra el paréntesis sobre la acción diplomática, para continuar con el relato del capítulo 11 que involucra la hostilidad permanente de los sirios. De nuevo el ejército de Demetrio huye ante la presencia del ejército judío. La intención del autor en este caso, no busca mostrar la dimensión militar de los hermanos Jonatán y Simón, sino su liderazgo en la construcción y reconstrucción de Judá y Jerusalén (35-38), tras un ejercicio democrático que involucró «la asamblea de los ancianos». Lástima que las construcciones se reduzcan a fuertes militares, murallas y barreras de separación, y no se mencione soluciones concretas para los más pobres de la población. Un ejemplo de cómo los gobiernos con el discurso de la guerra invierten los recursos en armas antes que en inversión social.


I Macabeos 12,39-53Secuestro de Jonatán. La ambición de Trifón incluye la eliminación de su «amigo» Jonatán y de su protegido Antíoco. Trifón sabe que no puede vencer a Jonatán en la batalla, pero también sabe de la ambición judía por controlar el puerto de Tolemaida. Trifón le ofrece Tolemaida a Jonatán, quien la acepta cayendo ingenuamente en la trampa. Al llegar a Tolemaida es hecho prisionero mientras sus soldados son asesinados. La ciudad, que tiempo atrás le había tributado riqueza, honor y poder, le ofrece ahora una cárcel. Mientras el pueblo llora a su líder prisionero, los pueblos vecinos buscan aprovechar el vacío de poder para «atacarlos y borrar su recuerdo de entre los hombres» (53). Con Jonatán termina el tercer ciclo de la familia de los Macabeos.