II Macabeos 13 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 37 versitos |
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Paz con Antíoco

El año ciento cuarenta y nueve les llegó a los de Judas la noticia de que Antíoco Eupátor avanzaba sobre Judá con muchas tropas
2 y que iba con él Lisias, su tutor y jefe de Gobierno. Tenían un ejército de ciento diez mil griegos de infantería, cinco mil trescientos jinetes, veintidós elefantes y trescientos carros provistos de cuchillas en los ejes.
3 Menelao se les añadió y animaba a Antíoco con mucho disimulo, no para salvar a la patria, sino con intención de conservar su cargo.
4 Pero el Rey de reyes provocó la indignación de Antíoco contra aquel malvado, y como Lisias demostró que aquél era el causante de todos los males, Antíoco ordenó que lo llevaran a Berea y lo ajusticiaran según la costumbre del lugar:
5 hay allí una torre de veinticinco metros, llena de ceniza, provista de una máquina giratoria inclinada por todas partes hacia la ceniza;
6 allí era donde todos empujaban al responsable de un robo sacrílego, o al autor de otras enormidades, para que pereciera.
7 Con tal muerte acabó el impío, Menelao, que ni siquiera tuvo sepultura.
8 Con toda justicia: ya que había cometido muchos pecados contra el altar cuyo fuego y ceniza eran puros, en la ceniza recibió la muerte.
9 Pero el rey avanzaba con planes feroces, para que los judíos lo pasasen peor que en tiempo de su padre.
10 Cuando Judas recibió esta noticia, exhortó a la gente a pedir al Señor día y noche que también entonces, como otras veces, socorriese a los que iban a quedar privados de la ley, la patria y el templo santo,
11 que no permitiera a gentes blasfemas someter al pueblo, que apenas empezaba a respirar.
12 Todos unánimemente cumplieron la orden y suplicaron al Señor misericordioso con llantos, ayunos y postraciones tres días seguidos, Judas los arengó y les ordenó concentrarse.
13 Se reunió en privado con los ancianos y determinó salir a resolver el asunto con la ayuda de Dios antes que el ejército del rey entrase en Judá y se apoderase de la capital.
14 Confiando al creador del universo el resultado, arengó a los suyos, animándoles a luchar valerosamente hasta la muerte por las leyes, el templo, la ciudad, la patria y las instituciones. Y marchó a acampar en los alrededores de Modín.
15 Después de darles la contraseña: ¡Victoria de Dios!, con unos cuantos jóvenes de los más valientes lanzó un ataque nocturno contra la tienda real: mató unos dos mil hombres en el campamento enemigo, y acribillaron al principal de los elefantes con el que iba en la torreta.
16 Finalmente, llenaron el campamento de espanto y confusión, y se marcharon victoriosos.
17 Cuando amanecía, ya estaba hecho todo, gracias a la protección que el Señor les prestaba.
18 Cuando el rey experimentó la audacia de los judíos, intentó apoderarse de las fortalezas valiéndose de estratagemas.
19 Se acercó a Bet-Sur, plaza judía fortificada; lo hicieron huir; atacó, lo vencieron.
20 Judas envió lo necesario a los sitiados.
21 Pero Ródoco, del ejército judío, pasó información secreta a los enemigos; lo descubrieron, lo apresaron y lo ejecutaron.
22 El rey volvió a parlamentar con los de Bet-Sur: les ofreció la paz, la aceptó de ellos y se retiró; atacó a los de Judas y salió derrotado.
23 Recibió la noticia de que Felipe, que había quedado al frente del Gobierno, se había sublevado en Antioquía. Consternado, habló con los judíos, se sometió con juramento a todas las condiciones razonables, hizo las paces y ofreció un sacrificio, honró al templo y se portó bien con el lugar santo.
24 Recibió al Macabeo, y dejó a Hegemónidas de gobernador desde Tolemaida hasta Guerar.
25 Luego marchó a Tolemaida. Los de Tolemaida descontentos por ese tratado se indignaron, y querían anular lo estipulado.
26 Pero Lisias subió a la tribuna, hizo una defensa lo mejor que pudo, los convenció, los calmó, los dejó en disposición de ánimo favorable y marchó a Antioquía.
Así acabó la expedición y retirada del rey.
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Introducción a II Macabeos

2 MACABEOS

¿Un libro histórico? No estamos ante una historia en sentido clásico, sino más bien ante la transformación de datos reales en una especie de parábola o símbolo, desarrollado sobre un esquema que se podría resumir así: un Reino de Dios en la tierra, del que forman parte un pueblo de escogidos, y los demás quedan fuera. Los de dentro están ligados a su Dios, que es su verdadero rey: si no lo obedecen son escarmentados; si le son fieles participan de los bienes de esta vida y de una vida después de la muerte. Hay una comunidad entre los ciudadanos vivos y muertos: algunos difuntos viven más allá e interceden por los que viven acá; algunos mueren con culpas que los vivos pueden expiar con oraciones y sacrificios.
Todo era bello y pacífico bajo Onías; pero por el pecado de algunos judíos el Señor se encoleriza y castiga a su pueblo, culminando en el martirio de Eleazar y de los siete hermanos con su madre. Este momento es como una expiación: el Señor pasa de la cólera a la misericordia, y los acontecimientos, incluso los más adversos, se vuelven triunfalmente a favor de los judíos.
Los de fuera, o sencillamente no entran en la representación, o son extras que contemplan, o son ejecutores providenciales de un escarmiento, o son agresores que sufren un castigo ejemplar.

Estilo literario.
El autor dice en el prólogo que su tarea no ha sido fácil, y da a entender en el epílogo que ha quedado satisfecho de su trabajo y espera que les guste a los lectores. ¿Es cierto? ¿Ha conseguido el libro agradarnos a nosotros, como quizás agradó a sus contemporáneos? Hay en el libro una serie de cosas que nos desagradan: el recurso a las apariciones crea la impresión de un «deus ex machina» para los momentos de crisis; las mismas apariciones resultan de una magnificencia infantil; la tendencia a exagerar y esquematizar; el estilo hinchado y retorcido; el patetismo teatral; el placer de contar y multiplicar las bajas enemigas. Algo así sería nuestro libro en clave narrativa.
Leyendo el libro podríamos pensar en un auto sacramental barroco con mucho de tramoya y aparato escénico. El público tiene que quedar prendido en la intensidad de la pasión o de su expresión. Los personajes son más bien símbolos; el tiempo se concentra en los momentos dramáticos; los diálogos, como el de la madre de los Macabeos y sus hijos frente al tirano, están compuestos de cara a un público. También adquieren valor escénico las intervenciones corales de la multitud anónima, creando un clima e induciendo el contagio de los espectadores.
Para disculpar semejantes impresiones algunos apelan a la historia literaria: el libro es producto de su época. Pero la respuesta no basta; tener valor de documento no es tener valor literario. Además, la época no justifica el valor de sus libros, sino que los libros recomiendan o condenan una época literaria. Si lo típico de aquella época eran semejantes producciones, la época no es un momento estelar de la literatura. La obra puede ser objeto de estudio, no de disfrute.

Mensaje religioso. A favor del libro están algunas enseñanzas importantes: la fe en la resurrección, justificada por el poder creativo de Dios; la valentía de los mártires sin distinción de edad; el templo como tesoro de limosnas para los pobres; la protección divina como respuesta a la oración confiada; el triunfo del bien sobre el poder tiránico y su violencia. Son valores que fácilmente se entresacan del libro y se imprimen favorablemente en la memoria.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

II Macabeos 13,1-26Paz con Antíoco. Estos acontecimientos están narrados en 1Ma_6:18-63 y corresponden al año 163 a.C. No sabemos por qué el rey y su tutor Lisias rompen el pacto firmado con Judas, lo que sí queda claro es que el prestigio de Judas Macabeo llega a su máxima expresión al vencer al mismo rey y a su tutor Lisias.
Menelao es un «renegado» al que todo le sale al revés (3-8). Un traidor cuya muerte es lógica dentro de la ley de la retribución basada en la ley del Talión.
El título «misericordioso» ratifica que estamos en la sección de la misericordia divina para con los judíos.
A la oración que precede el combate, Judas le añade un acto de democracia consultando al consejo de ancianos sobre la mejor decisión (12s).
La motivación para el combate sigue siendo los tres valores que caracterizan la religión judía y la razón de ser de la lucha de Judas Macabeo: Ley, Templo y patria (10.14).
Las noticias de un golpe de estado tramado por Felipe obliga al rey a establecer un pacto con los judíos reconociendo sus demandas.