II Macabeos 6 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 25 versitos |
1

Leyes persecutorias
1 Mac 1,44-50

Poco tiempo después, el rey envió a un senador ateniense para que obligara a los judíos a abandonar las costumbres tradicionales y a no gobernarse por la ley de Dios;
2 tenía orden de profanar el templo de Jerusalén y dedicarlo a Júpiter Olímpico y dedicar el de Garizín a Júpiter Hospitalario, siguiendo la práctica de los habitantes del lugar.
3 El avance del mal resultaba molesto e insoportable aun para la masa del pueblo;
4 el templo estaba repleto del libertinaje y de las orgías de los paganos, que se divertían alegremente con rameras y tenían relaciones con mujeres en los recintos sagrados, e incluso, introducían allí objetos prohibidos.
5 El altar rebosaba de víctimas ilegítimas, prohibidas por la ley.
6 No se podía ni celebrar el sábado, ni guardar las fiestas tradicionales, ni siquiera declararse judío.
7 A su pesar, se veían forzados al banquete sacrificial con que se conmemoraba cada mes el nacimiento del rey; y cuando llegaba la fiesta de Baco, les obligaban a hacer una procesión en su honor, coronados de hiedra.
8 A propuesta de Tolomeo, se decretó para las ciudades griegas vecinas que actuasen igual contra los judíos, obligándoles al banquete sacrificial,
9 y matando a los que no quisieran aceptar las costumbres griegas. Se estaba viendo venir la desgracia.
10 Dos mujeres fueron denunciadas por haber circuncidado a sus hijos. Con los niños colgados a los pechos las pasearon públicamente por la ciudad, y luego las despeñaron muralla abajo.
11 A otros, que se habían reunido en las cuevas cercanas para celebrar a escondidas el sábado, los denunciaron a Felipe, y los quemaron en masa al no querer defenderse por motivos religiosos, por respeto a aquel día santísimo.
12 Recomiendo a todos aquéllos a cuyas manos llegue este libro que no se dejen desconcertar por estos sucesos; piensen que aquellos castigos no pretendían exterminar nuestra raza, sino corregirla;
13 porque es señal de gran bondad no tolerar por mucho tiempo a los impíos, sino darles enseguida el castigo.
14 El Señor soberano no ha determinado tratarnos como a los otros pueblos, que para castigarlos espera pacientemente a que lleguen al colmo de sus pecados;
15 no nos condena cuando ya hemos llegado al límite de nuestros pecados.
16 Por eso no retira nunca de nosotros su misericordia, y aunque corrige a su pueblo con desgracia, no lo abandona.
17 Quede esto dicho como advertencia. Después de esta pequeña digresión, volvamos a nuestra historia.
18

Martirio de Eleazar

A Eleazar, uno de los principales maestros de la ley, hombre de edad avanzada y semblante muy digno, le abrían la boca a la fuerza para que comiera carne de cerdo.
19 Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente al suplicio,
20 como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos, aun a costa de la vida.
21 Los que presidían aquel banquete ritual contrario a la ley, viejos amigos de Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron que hiciera traer carne permitida, preparada por él mismo, y que la comiera haciendo como que comía la carne del sacrificio ordenado por el rey,
22 para que así se librara de la muerte y, dada su antigua amistad, lo tratasen con consideración.
23 Pero él, adoptando una actitud cortés, digna de sus años, de su noble ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable desde niño y, sobre todo, digna de la ley santa dada por Dios, respondió todo seguido:
–¡Envíenme al sepulcro!
24 No es digno de mi edad andar fingiendo. Muchos jóvenes van a creer que Eleazar, a los noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas,
25 y si miento por un poco de vida que me queda se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso sería manchar y deshonrar mi vejez.

26 Y aunque de momento me librase del castigo de los hombres, no escaparía de la mano del Omnipotente, ni vivo ni muerto.

27 Si muero ahora como un valiente me mostraré digno de mis años

28 y dejaré a los jóvenes un noble ejemplo, para que aprendan a enfrentar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra santa y venerable ley.
Dicho esto se dirigió enseguida al suplicio.

29 Los que lo llevaban consideraron lo que hablaba como una locura y cambiaron en crueldad la benevolencia que antes le habían demostrado.

30Él, a punto de morir bajo los golpes, dijo entre suspiros:
– Bien sabe el Señor, que posee la santa sabiduría, que, pudiendo librarme de la muerte, aguanto en mi cuerpo los crueles dolores de la flagelación, y los sufro con gusto en mi alma por respeto a él.

31 Así terminó su vida, dejando no sólo a los jóvenes, sino a toda la nación, un ejemplo memorable de heroísmo y de virtud.

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Introducción a II Macabeos

2 MACABEOS

¿Un libro histórico? No estamos ante una historia en sentido clásico, sino más bien ante la transformación de datos reales en una especie de parábola o símbolo, desarrollado sobre un esquema que se podría resumir así: un Reino de Dios en la tierra, del que forman parte un pueblo de escogidos, y los demás quedan fuera. Los de dentro están ligados a su Dios, que es su verdadero rey: si no lo obedecen son escarmentados; si le son fieles participan de los bienes de esta vida y de una vida después de la muerte. Hay una comunidad entre los ciudadanos vivos y muertos: algunos difuntos viven más allá e interceden por los que viven acá; algunos mueren con culpas que los vivos pueden expiar con oraciones y sacrificios.
Todo era bello y pacífico bajo Onías; pero por el pecado de algunos judíos el Señor se encoleriza y castiga a su pueblo, culminando en el martirio de Eleazar y de los siete hermanos con su madre. Este momento es como una expiación: el Señor pasa de la cólera a la misericordia, y los acontecimientos, incluso los más adversos, se vuelven triunfalmente a favor de los judíos.
Los de fuera, o sencillamente no entran en la representación, o son extras que contemplan, o son ejecutores providenciales de un escarmiento, o son agresores que sufren un castigo ejemplar.

Estilo literario.
El autor dice en el prólogo que su tarea no ha sido fácil, y da a entender en el epílogo que ha quedado satisfecho de su trabajo y espera que les guste a los lectores. ¿Es cierto? ¿Ha conseguido el libro agradarnos a nosotros, como quizás agradó a sus contemporáneos? Hay en el libro una serie de cosas que nos desagradan: el recurso a las apariciones crea la impresión de un «deus ex machina» para los momentos de crisis; las mismas apariciones resultan de una magnificencia infantil; la tendencia a exagerar y esquematizar; el estilo hinchado y retorcido; el patetismo teatral; el placer de contar y multiplicar las bajas enemigas. Algo así sería nuestro libro en clave narrativa.
Leyendo el libro podríamos pensar en un auto sacramental barroco con mucho de tramoya y aparato escénico. El público tiene que quedar prendido en la intensidad de la pasión o de su expresión. Los personajes son más bien símbolos; el tiempo se concentra en los momentos dramáticos; los diálogos, como el de la madre de los Macabeos y sus hijos frente al tirano, están compuestos de cara a un público. También adquieren valor escénico las intervenciones corales de la multitud anónima, creando un clima e induciendo el contagio de los espectadores.
Para disculpar semejantes impresiones algunos apelan a la historia literaria: el libro es producto de su época. Pero la respuesta no basta; tener valor de documento no es tener valor literario. Además, la época no justifica el valor de sus libros, sino que los libros recomiendan o condenan una época literaria. Si lo típico de aquella época eran semejantes producciones, la época no es un momento estelar de la literatura. La obra puede ser objeto de estudio, no de disfrute.

Mensaje religioso. A favor del libro están algunas enseñanzas importantes: la fe en la resurrección, justificada por el poder creativo de Dios; la valentía de los mártires sin distinción de edad; el templo como tesoro de limosnas para los pobres; la protección divina como respuesta a la oración confiada; el triunfo del bien sobre el poder tiránico y su violencia. Son valores que fácilmente se entresacan del libro y se imprimen favorablemente en la memoria.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

II Macabeos 6,1-17Leyes persecutorias. El proyecto del mal continúa. Su objetivo es helenizar la cultura judía. Se prohíbe a los judíos vivir según sus costumbres (1), cumplir la Ley, declarase judío (6), se obliga la participación en cultos idolátricos (7s) y se ordena asesinar a todos los que no cumplan lo mandado (9-11). La profanación del Templo y la helenización están llegando a límites insoportables. En 6,12-17, se cambia el estilo literario historiográfico por uno de corte sapiencial y reflexivo. El tema es un Dios que castiga, con fines educativos, pero sin retirar su misericordia (cfr. Deu_8:5; Isa_54:7s; Pro_3:12; Sab_11:10; Tob_13:5).


II Macabeos 6,18-31Martirio de Eleazar. Comienza el relato de los mártires con un mejor desarrollo teológico que en el Primer libro de los Macabeos (1Ma_1:60-64 y 2,29-38). El primero de la lista es Eleazar, una figura que simboliza el judío de tradición, sabio, estudioso de la Ley y de conducta intachable (18). Eleazar es obligado a consumir alimentos prohibidos por la Ley (18; cfr. Lev_11:7s; Deu_14:8; Isa_65:4). Hay que decir que estas normas serán superadas en el Nuevo Testamento (Mar_7:19). La actitud de Eleazar deja varias enseñanzas: el derecho a la rebeldía ante quienes violan los derechos fundamentales. La fidelidad al proyecto de Dios por encima de todas las cosas. La propuesta de una resistencia pasiva que activa la conciencia de sus hermanos en la necesidad de dar la vida por la libertad y la dignidad.
Algunos judíos «renegados», por presunta amistad, le proponen a Eleazar un acto de fingimiento para salvar su vida. Eleazar se niega por dignidad, pero sobre todo porque no quiere caer en la trampa de sus falsos amigos, que lo único que buscan es mostrar a Eleazar como un convertido a su causa (21s). Un caso típico de corrupción, repetido hoy de mil formas por muchos que se llaman cristianos. La corrupción es una grave enfermedad que azota a todos los países del mundo, pero sobre todo a los países pobres. Según Eleazar, los que actúan así salvarán la vida pero no se librarán del juicio de Dios, aún después de la muerte (26).