Genesis 22 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 24 versitos |
1 Después de estos acontecimientos, Dios puso a prueba a Abraham: "¡Abraham!", le dijo. El respondió: "Aquí estoy".
2 Entonces Dios le siguió diciendo: "Toma a tu hijo único, el que tanto amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y ofrécelo en holocausto sobre la montaña que yo te indicaré".
3 A la madrugada del día siguiente, Abraham ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus servidores y a su hijo Isaac, y después de cortar la leña para el holocausto, se dirigió hacia el lugar que Dios le había indicado.
4 Al tercer día, alzando los ojos, divisó el lugar desde lejos,
5 y dijo a sus servidores: "Quédense aquí con el asno, mientras yo y el muchacho seguimos adelante. Daremos culto a Dios, y después volveremos a reunirnos con ustedes".
6 Abraham recogió la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por su parte, tomó en sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los dos juntos.
7 Isaac rompió el silencio y dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". El respondió: "Sí, hijo mío". "Tenemos el fuego y la leña, continuó Isaac, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?".
8 "Dios proveerá el cordero para el holocausto", respondió Abraham. Y siguieron caminando los dos juntos.
9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña.
10 Luego extendió su mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
11 Pero el Ángel del Señor lo llamó desde el cielo: "¡Abraham, Abraham!". "Aquí estoy", respondió él.
12 Y el Ángel le dijo: "No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado ni siquiera a tu hijo único".
13 Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tenía los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
14 Abraham llamó a ese lugar: "El Señor proveerá", y de allí se origina el siguiente dicho: "En la montaña del Señor se proveerá".
15 Luego el Ángel del Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo,
16 y le dijo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: porque has obrado de esa manera y no me has negado a tu hijo único,
17 yo te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos,
18 y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, ya que has obedecido mi voz".
19 Abraham regresó a donde estaban sus servidores. Todos juntos se fueron a Berseba, y Abraham residió allí.
20 Después de un tiempo, Abraham recibió la noticia de que también Milcá había dado hijos a su hermano Najor:
21 Us, su primogénito; Buz, hermano de este; Quemuel, padre de Aram,
22 y además Quésed, Jazó, Pildás, Idlaf y Betuel.
23 Este último fue padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que Milcá dio a Najor, el hermano de Abraham.
24 Además, Najor tenía una esclava llamada Reumá, que fue madre de Tébaj, Gajam, Tajas y Maacá.

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Introducción a Genesis


Génesis

GÉNESIS es una palabra griega, que significa "origen". El primer libro de la Biblia lleva ese nombre, porque trata de los orígenes del universo, del hombre y del Pueblo de Dios.
El libro del Génesis se divide en dos grandes partes. La primera es denominada habitualmente "Historia primitiva", porque presenta un amplio panorama de la historia humana, desde la creación del mundo hasta Abraham (caps. 1-11). La segunda narra los orígenes más remotos del pueblo de Israel: es la historia de Abraham, Isaac y Jacob, los grandes antepasados de las tribus hebreas. Al final de esta segunda parte, adquiere particular relieve la figura de José, uno de los hijos de Jacob, ya que gracias a él su padre y sus hermanos pudieron establecerse en Egipto. La historia de los Patriarcas se cierra con el anuncio del retorno de los israelitas a la Tierra prometida, cuyo cumplimiento comienza a relatarse en el libro del Éxodo.
Estas dos partes presentan notables diferencias en cuanto a la forma literaria y al contenido, pero están íntimamente relacionadas. El Génesis se remonta primero a los orígenes del mundo y de la humanidad. Luego, mediante una serie de genealogías cada vez más restringidas, establece una sucesión ininterrumpida entre Adán, el padre de la humanidad pecadora, y Abraham, el padre del Pueblo elegido. Este vínculo genealógico pone bien de relieve que la elección de Abraham no fue un simple hecho al margen de la historia humana. La elección divina no era un privilegio reservado para siempre a una sola persona o a una sola nación. Si Dios manifestó su predilección por Abraham y por la descendencia nacida de él, fue para realizar un designio de salvación que abarca a todos los pueblos de la tierra.
En la redacción final del libro del Génesis, se emplearon elementos de las tradiciones "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal". Esta última fuente tiene una importancia especial en el conjunto de la obra, debido a que constituye la base literaria en la que se insertaron las otras tradiciones.
Los primeros capítulos del Génesis ofrecen una dificultad muy particular para el hombre de hoy. En ellos se afirma, por ejemplo, que Dios creó el universo en el transcurso de una semana, que modeló al hombre con barro y que de una de sus costillas formó a la mujer. ¿Cómo conciliar estas afirmaciones con la visión del universo que nos da la ciencia? La dificultad se aclara si tenemos en cuenta que el libro del Génesis no pretende explicar "científicamente" el origen del universo ni la aparición del hombre sobre la tierra. Con las expresiones literarias y los símbolos propios de la época en que fueron escritos, esos textos bíblicos nos invitan a reconocer a Dios como el único Creador y Señor de todas las cosas. Este reconocimiento nos hace ver el mundo, no como el resultado de una ciega fatalidad, sino como el ámbito creado por Dios para realizar en él su Alianza de amor con los hombres. La consumación de esa Alianza serán el "cielo nuevo" y la "tierra nueva" ( Isa_65:17 ; Rev_21:1 ) inaugurados por la Resurrección de Cristo, que es el principio de una nueva creación.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas