Esdras  6 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 22 versitos |
1 Entonces, por orden del rey Darío, se hicieron investigaciones en los archivos de la tesorería de Babilonia,
2 y se encontró en Ecbátana, la fortaleza situada en la provincia de los medos, un rollo redactado en estos términos: "Memorándum:
3 El primer año de su reinado, el rey Ciro dio esta orden acerca de la Casa de Dios en Jerusalén. La Casa será reconstruida como lugar en el que se ofrecen sacrificios, y serán puestos sus cimientos. Tendrá treinta metros de alto por treinta de ancho,
4 y habrá tres hileras de bloques de piedra y una de madera. Los gastos correrán por cuenta de la casa real.
5 Además, serán restituidos los utensilios de oro y de plata de la Casa de Dios, que Nabucodonosor sacó del Templo de Jerusalén y llevó a Babilonia, para que todo vuelva a ocupar su lugar en el Templo de Jerusalén y sea depositado nuevamente en la Casa de Dios".
6 "Por lo tanto, ustedes, Tatnai, gobernador de la región del otro lado del Eufrates, Setar Boznai y todos sus colegas, los legados de la región del otro lado del Eufrates, no intervengan en este asunto.
7 Dejen trabajar en esa Casa de Dios al comisionado de Judea y a los ancianos de los judíos. Que se reconstruya esa Casa de Dios en el mismo sitio.
8 Estas son mis órdenes acerca de la conducta que ustedes deben observar frente a los ancianos de los judíos, para la reconstrucción de esa Casa de Dios: los gastos que ellos hagan serán pagados totalmente y sin interrupción de los fondos reales, utilizando los impuestos percibidos en la región del otro lado del Eufrates.
9 También se les entregará sin falta, cada día, lo necesario para los holocaustos del Dios del Cielo -novillos, carneros, corderos, trigo, sal, vino y aceite- según las indicaciones de los sacerdotes de Jerusalén,
10 para que ellos ofrezcan al Dios del cielo sacrificios de aroma agradable y rueguen por la vida del rey y de sus hijos.
11 Yo ordeno asimismo: Si alguien no cumple este edicto, se arrancará una viga de su casa y se lo ajusticiará sobre ella. Luego, se reducirá su casa a un montón de escombros, a causa de este delito.
12 ¡Que el Dios que ha establecido allí su Nombre destruya a cualquier rey o pueblo que intente transgredir esta orden, destruyendo esa Casa de Dios que está en Jerusalén! Yo, Darío, he promulgado este decreto. Que sea cumplido estrictamente.
13 Entonces Tatnai, gobernador de la región del otro lado del Eufrates, Setar Boznai y sus colegas, cumplieron estrictamente las instrucciones enviadas por el rey Darío.
14 Los ancianos de los judíos llevaron adelante la obra, bajo el impulso del profeta Ageo y de Zacarías, hijo de Idó. Así terminaron la construcción, conforme a la orden del Dios de Israel y a los decretos de Ciro y Darío.
15 La Casa fue concluida el día veintitrés del mes de Adar, en el sexto año del reinado de Darío.
16 Todos los israelitas -los sacerdotes, los levitas, y el resto de los repatriados- celebraron alegremente la Dedicación de esta Casa de Dios.
17 Para su Dedicación, ofrecieron cien novillos, doscientos carneros y cuatrocientos corderos. Además, ofrecieron doce chivos, según el número de tribus de Israel, como sacrificio por el pecado de todo el pueblo.
18 Después establecieron a los sacerdotes según sus categorías y a los levitas según sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, como está escrito en el libro de Moisés.
19 Los repatriados celebraron la Pascua el día catorce del primer mes.
20 Como todos los levitas se habían purificado, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los que habían vuelto del destierro, para sus hermanos los sacerdotes y para ellos mismos.
21 Comieron la víctima pascual los israelitas que habían vuelto del destierro y todos los que habían renunciado a la impureza de la gente de país y se habían unido a ellos para buscar al Señor, el Dios de Israel.
22 Durante siete días celebraron alegremente la fiesta de los Ácimos, porque el Señor los había llenado de gozo haciendo cambiar la actitud del rey de Asiria hacia ellos, a fin de fortalecer sus manos en los trabajos de la Casa de Dios, el Dios de Israel.

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Introducción a Esdras 


Esdras y Nehemías

En el año 539 a. C., Ciro el Grande, rey de los persas, entra triunfalmente en Babilonia. Sus victorias anteriores le habían asegurado el dominio sobre las mesetas de Irán y sobre el Asia Menor. Luego afirma su soberanía sobre el Imperio babilónico, y las fronteras de su territorio se extienden hasta Egipto. Así queda constituido el Imperio persa, el más vasto y poderoso de los conocidos hasta entonces.
Con el advenimiento de Ciro, se produce un cambio importante en las condiciones políticas del Antiguo Oriente. El nuevo monarca se distingue por su actitud más humanitaria en favor de los pueblos sometidos. No practica deportaciones masivas, respeta las leyes y costumbres locales, y propicia el retorno a sus respectivos países de las poblaciones desterradas por los reyes de Asiria y Babilonia.
Favorecidos por la política tolerante de los persas, varios grupos de judíos exiliados en Babilonia se ponen en camino para regresar a la Tierra de sus antepasados. La marcha a través del desierto es dura y peligrosa. La meta de tan larga peregrinación es un país en ruinas, que no alcanza a cubrir cuarenta kilómetros de sur a norte. A estas penurias materiales se añade la hostilidad de las poblaciones vecinas, que miran con recelo a los recién llegados y les oponen una enconada resistencia. Pero, a pesar de todos los obstáculos, la obra de la restauración nacional y religiosa se lleva adelante. En algo más de un siglo de persistentes esfuerzos, la comunidad judía de Jerusalén reconstruye su Templo, levanta los muros derruidos de la Ciudad santa y se aferra a la práctica de la Ley, como medio para no perder su identidad dentro del Imperio al que está sometida.
Los libros de ESDRAS y NEHEMÍAS son nuestra principal fuente de información acerca de este importante y difícil período de la historia bíblica. Ambos formaban originariamente una sola obra con los libros de las Crónicas y fueron compuestos en la misma época. Para elaborar esta segunda parte de su relato, el Cronista utiliza y cita textualmente diversos documentos contemporáneos de los hechos: listas de repatriados, genealogías, edictos reales, correspondencia administrativa de la corte persa y, sobre todo, "memorias" personales de Esdras y Nehemías, los dos grandes protagonistas de la restauración judía. En la disposición de materiales tan diversos, el autor no siempre se atiene a la sucesión cronológica de los hechos. Por eso estos Libros, si bien nos ofrecen una información de primera mano, presentan serias dificultades cuando se trata de reconstruir el desarrollo exacto de los acontecimientos. Así, por ejemplo, es muy verosímil que la misión de Nehemías haya precedido en varios años a la de Esdras. Sin embargo, el Cronista ha invertido el orden de los relatos, para dar prioridad a la reforma religiosa, realizada por el sacerdote Esdras, sobre la actividad del laico Nehemías, de carácter más bien político.
Pero estas dificultades no afectan al contenido religioso de los Libros. A un pueblo que ha perdido su independencia política y está propenso a caer en el desaliento, el Cronista le recuerda que el "Resto" de Judá liberado del exilio sigue siendo el depositario de la elección divina. La deportación a Babilonia mostró que las amenazas de los Profetas se habían cumplido al pie de la letra. ¿No será este el momento de escuchar la voz del Señor, de tomar en serio las exigencias morales y sociales de la Ley, que las reformas de Esdras y Nehemías han vuelto a poner en vigor? Si el pueblo se convierte al Señor y le rinde el culto debido, Dios no se dejará ganar en fidelidad y dará pleno cumplimiento a sus promesas de salvación.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Esdras  6,1-22

2. "Ecbátana" era la antigua capital de Media y residencia de verano de los reyes persas.

15. Esta fecha corresponde a febrero-marzo del 515 a.C.

22. "Asiria" designa aqui a toda la Mesopotamia, ya que el antiguo Imperio asirio había desaparecido más de un siglo antes.