Exodo  27 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 21 versitos |
1 Luego harás el altar de madera de acacia; medirá dos metros y medio de largo por dos metros y medio de ancho -es decir, será cuadrado- y tendrá un metro y medio de alto.
2 En sus cuatro ángulos, y formando una sola pieza con él, le harás unos cuernos. Después lo revestirás de bronce.
3 Le harás recipientes para recoger las cenizas, y también palas, aspersorios, tenedores y braseros. Todos estos utensilios serán de bronce.
4 También le harás un enrejado de bronce en forma de red, y en los cuatro extremos de la red deberás ajustar otras tantas argollas de bronce.
5 Luego pondrás el enrejado debajo de la parte saliente del altar, de manera que la red llegue desde abajo hasta la mitad del altar.
6 Le harás, asimismo, unas andas de madera de acacia revestidas de bronce.
7 Y cuando haya que transportar el altar, las andas se pasarán por las argollas que están a ambos lados de él.
8 Harás el altar de tablas, hueco por dentro, y en su ejecución te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la Montaña.
9 También harás el atrio de la Morada. Por el lado sur, en dirección al Négueb, el atrio tendrá unas cortinas de lino fino reforzado, dispuestas a lo largo de cincuenta metros.
10 Sus veinte columnas se apoyarán sobre veinte bases de bronce, y estarán provistas de ganchos y varillas de plata.
11 A lo largo del lado norte, las cortinas tendrán igualmente una longitud de cincuenta metros, y estarán sostenidas por veinte columnas apoyadas sobre veinte bases de bronce, y provistas de ganchos y varillas de plata.
12 A lo ancho del atrio, por el lado oeste, habrá veinticinco metros de cortinas, con diez columnas y sus respectivas bases.
13 Y sobre el lado este, hacia el oriente, el ancho del atrio medirá veinticinco metros.
14 Las cortinas colocadas a un lado de la entrada medirán siete metros y medio de longitud, y allí habrá tres columnas y tres bases.
15 Las del otro lado tendrán las mismas medidas, también con tres columnas y sus respectivas bases.
16 Un cortinado de diez metros de largo, hecho de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino reforzado, recamado artísticamente, hará las veces de puerta. Este cortinado colgará de cuatro columnas apoyadas sobre cuatro bases.
17 Todas las columnas que rodean el atrio estarán unidas por varillas de plata; sus ganchos serán de plata y sus bases de bronce.
18 El atrio tendrá cincuenta metros de largo, por veinticinco de ancho y dos y medio de alto. Todas sus cortinas serán de lino fino reforzado y sus bases de bronce.
19 Los utensilios para el servicio litúrgico de la Morada, lo mismo que sus estacas y las del atrio serán también de bronce.
20 Ordenarás a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva molida para el candelero, a fin de alimentar constantemente una lámpara.
21 Aarón y sus hijos lo deberán preparar en la Carpa del Encuentro, fuera del velo que está delante del Arca del Testimonio, para que arda en la presencia del Señor, desde la tarde hasta la mañana. Este es un decreto irrevocable para todas las generaciones israelitas.

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Introducción a Exodo 


Éxodo

Los relatos del ÉXODO se mueven entre dos puntos geográficos precisos: Egipto y el Sinaí. Allí se desarrollaron los acontecimientos que hicieron de Israel el Pueblo de Dios: la salida de Egipto, el paso del Mar Rojo y la Alianza del Sinaí. El recuerdo de estos acontecimientos se grabó para siempre en la memoria de Israel, y se convirtió en el fundamento mismo de su fe. Por eso, el libro del Éxodo ocupa un lugar prominente entre todos los libros de la Biblia, y ha sido llamado con razón el "Evangelio" del Antiguo Testamento.
El Éxodo puede dividirse en dos partes principales. La primera relata la gesta del Señor, que oyó el clamor de los israelitas esclavizados en Egipto y los hizo pasar de la esclavitud a la libertad en medio de grandes portentos. El punto culminante de esta primera parte es el canto triunfal de Moisés que celebra la liberación de Israel y la victoria del Señor sobre los enemigos de su Pueblo (15. 1-21). El relato de esta acción divina es la que da su nombre a todo el libro, ya que "éxodo" significa "salida".
La segunda parte describe el encuentro del Señor con Israel en el monte Sinaí. Después de haber manifestado su amor y su poder, Dios establece su Alianza con los israelitas y promulga su Ley por medio de Moisés. En virtud de esta Alianza, Israel pasa a ser la "propiedad exclusiva" del Señor y a constituir una nación santa, es decir, totalmente consagrada a él (19. 6).
Las narraciones del Éxodo son la epopeya nacional de Israel. En la formación de la misma, desempeñaron un papel decisivo las fiestas y celebraciones culturales. La liturgia pascual, sobre todo, rememoraba y actualizaba aquellos grandes acontecimientos del pasado, para que todas las generaciones de israelitas pudieran revivir la salida de Egipto y renovar el compromiso asumido por el Pueblo de Dios en el SINAB.
Por eso, el libro del Éxodo no es una "historia" en el sentido moderno de la palabra: es un testimonio nacido de la fe, el reconocimiento de que la existencia de Israel como nación no es obra de los hombres, sino una creación de Dios. En la redacción definitiva del Libro se emplearon elementos provenientes de la tradición "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal", además de otros textos de origen diverso.
Los grandes temas del Éxodo están presentes en toda la Biblia. A ellos se refieren los Profetas para anunciar un nuevo Éxodo ( Isa_43:18-21 ) y una nueva Alianza ( Jer_31:31-34 ) más admirables que los primeros. Y el Nuevo Testamento presenta al antiguo Éxodo como una prefiguración de la obra redentora de Cristo, la verdadera "Pascua" ( 1Co_5:7 ), que selló con su sangre "una Alianza más excelente" ( Heb_8:6 ). El Éxodo es el prototipo de todos los actos salvíficos de Dios, en especial, del Bautismo ( 1Co_10:1-4 ).

LA MISIÓN DE MOISÉS


Se calcula que después de la muerte de José, los hebreos permanecieron en Egipto unos trescientos años. Su rápido crecimiento provocó la reacción del Faraón y su propósito de exterminarlos. Por eso los persiguió y los maltrató. En medio de la opresión, los descendientes de Abraham clamaron al Señor, y el Señor se acordó de su Promesa y suscitó un Libertador. Es Moisés, que va a ocupar un lugar preponderante en el resto del Pentateuco.
Moisés asume y cumple su misión, no sin grandes dificultades. "
Él prefirió compartir los sufrimientos del Pueblo de Dios, antes que gozar los placeres efímeros del pecado, y se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible" ( Heb_11:25 , Heb_11:27 ). De ahí que se enfrentó con el Faraón para exigirle la liberación de su Pueblo. En esa lucha, el Faraón personifica los intereses mezquinos que se oponen a la libertad de los hijos de Dios. Moisés, por su parte, es el arquetipo de los que luchan por conseguir esa libertad. El dramatismo con que está presentada semejante lucha, sobre todo en el relato de las plagas, pone bien en evidencia el triunfo final de Dios..

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Exodo  27,1-21

2. Los cuatro extremos superiores del altar tenían un relieve en forma de "cuerno". Estos cuernos eran la parte más sagrada del altar: se los frotaba con la sangre de las víctimas sacrificadas ( Lev_4:7), y el fugitivo podía asirse a ellos invocando el derecho de asilo ( 1Re_1:50; 1Re_2:28). En el Antiguo Oriente, el cuerno era símbolo de potencia, y se lo encuentra representado frecuentemente en las estatuas de los dioses.