Exodo  39 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 43 versitos |
1 También hicieron las vestiduras litúrgicas para el culto del Santuario y las vestiduras sagradas de Aarón, como el Señor lo había ordenado a Moisés. Para ello emplearon púrpura y violeta y escarlata, carmesí y lino fino.
2 El efod lo hicieron de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino reforzado.
3 Prepararon láminas de oro trabajado a martillo, que luego cortaron en forma de hebras, para entretejerlas artísticamente con la púrpura violeta y escarlata, con el carmesí y con el lino fino reforzado.
4 Después aplicaron al efod dos hombreras, y este quedó unido por sus dos extremos.
5 El cinturón para ajustarlo formaba una sola pieza con él y estaba hecho de la misma manera: era de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino reforzado, como el Señor lo había ordenado a Moisés.
6 También trabajaron las piedras de lapislázuli, que fueron engarzadas en oro y grabadas con los nombres de los hijos de Israel, como se graban los sellos.
7 Finalmente colocaron las piedras en las hombreras del efod, para que fueran un memorial en favor de los israelitas, delante del Señor, como él se lo había ordenado a Moisés.
8 También hicieron el pectoral, trabajado artísticamente y confeccionado de la misma manera que el efod. Lo hicieron de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino reforzado.
9 El pectoral era cuadrado y de doble paño, de un palmo de largo y otro de ancho.
10 Lo guarnecieron de piedras preciosas dispuestas en cuatro hileras: en la primera había un jaspe rojo, un topacio y una esmeralda;
11 en la segunda, un rubí, un zafiro y un diamante;
12 en la tercera, un ágata, una cornalina y una amatista;
13 y en la cuarta, un crisólito, un lapislázuli y un jaspe verde. Todas ellas estaban engarzadas en oro.
14 Las piedras eran doce en total, como los nombres de los hijos de Israel, y cada una llevaba grabado el nombre de una de las doce tribus, como se graban los sellos.
15 También hicieron para el pectoral unas cadenas de oro puro trenzadas a manera de cordones,
16 dos engastes de oro y dos argollas de oro, y ajustaron las dos argollas a sus dos extremos.
17 Sujetaron las dos puntas de las cadenas de oro en las dos argollas que estaban en los extremos superiores del pectoral,
18 y unieron las otras dos puntas a los engastes que habían colocado sobre las hombreras del efod, por la parte de adelante.
19 Hicieron, asimismo, otras dos argollas de oro y las ajustaron a los dos extremos inferiores del pectoral, sobre el borde interior, el que da hacia el efod.
20 También forjaron otras dos argollas de oro y las adhirieron a las dos hombreras del efod, por la parte de adelante y bien hacia abajo, o sea, cerca de la costura y encima del cinturón.
21 Así sujetaron el pectoral, haciendo pasar entre sus argollas y las argollas del efod un cordón de púrpura violeta, de manera que el pectoral quedaba fijo sobre el cinturón y no podía desprenderse del efod. Esto es lo que el Señor había ordenado a Moisés.
22 Además, hicieron el manto del efod, todo tejido de púrpura violeta.
23 En el centro tenía una abertura, semejante al cuello de una cota de guerrero y reforzada con un dobladillo, para que no se rasgara.
24 Su ruedo estaba adornado con unas granadas de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino reforzado.
25 También hicieron unas campanillas de oro puro y las colocaron sobre el ruedo del manto, intercalándolas con las granadas.
26 Las campanillas y las granadas estaban dispuestas alternadamente, una al lado de la otra, a lo largo de todo el ruedo. El manto se empleaba para ejercer las funciones sacerdotales, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
27 Después hicieron las túnicas de lino fino para Aarón y sus hijos;
28 hicieron el turbante de lino fino, los adornos de las mitras de lino fino, y los pantalones de lino fino reforzado;
29 También tejieron las fajas recamadas de lino fino reforzado; de púrpura violeta y escarlata y de carmesí, conforme a la orden que el Señor había dado a Moisés.
30 Finalmente, forjaron la flor de oro puro -signo de consagración- y grabaron en ella, como se graban los sellos, la siguiente inscripción: "Consagrado al Señor".
31 Luego le pusieron un cordón de púrpura violeta, para poder sujetarla a la parte superior del turbante, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
32 Así fue concluida la construcción de la Morada, o sea, la Carpa del Encuentro. En la ejecución del trabajo, los israelitas obraron exactamente conforme a todo lo que el Señor había mandado a Moisés.
33 Entonces presentaron a Moisés la Morada, la Carpa y todo su mobiliario: los ganchos, los bastidores, los travesaños, las columnas con sus bases;
34 la cobertura de cueros de carnero teñidos de rojo, la cobertura de pieles finas y el velo protector;
35 el Arca del Testimonio con sus andas y la tapa;
36 la mesa con sus utensilios y el pan de la ofrenda;
37 el candelabro de oro puro con sus lámparas -las lámparas que debían colocarse en él-, todos sus accesorios y el aceite para iluminarlas;
38 el altar de oro, el óleo de la unción, el incienso aromático y la cortina para la entrada de la Carpa;
39 el altar de bronce con su enrejado también de bronce, sus andas y todos sus accesorios; la fuente con su base;
40 los cortinados del atrio, las columnas con sus bases, el cortinado para la entrada del atrio, sus varillas, sus estacas, y todos sus utensilios para el culto de la Morada, o sea, la Carpa del Encuentro;
41 las vestiduras litúrgicas para oficiar en el Santuario, a saber, las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las que usarán sus hijos para las funciones sacerdotales.
42 Los israelitas realizaron todo el trabajo de acuerdo con las instrucciones que el Señor había dado a Moisés.
43 Cuando Moisés vio que habían hecho toda la obra, ajustándose exactamente a lo que el Señor había ordenado, los bendijo.

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Introducción a Exodo 


Éxodo

Los relatos del ÉXODO se mueven entre dos puntos geográficos precisos: Egipto y el Sinaí. Allí se desarrollaron los acontecimientos que hicieron de Israel el Pueblo de Dios: la salida de Egipto, el paso del Mar Rojo y la Alianza del Sinaí. El recuerdo de estos acontecimientos se grabó para siempre en la memoria de Israel, y se convirtió en el fundamento mismo de su fe. Por eso, el libro del Éxodo ocupa un lugar prominente entre todos los libros de la Biblia, y ha sido llamado con razón el "Evangelio" del Antiguo Testamento.
El Éxodo puede dividirse en dos partes principales. La primera relata la gesta del Señor, que oyó el clamor de los israelitas esclavizados en Egipto y los hizo pasar de la esclavitud a la libertad en medio de grandes portentos. El punto culminante de esta primera parte es el canto triunfal de Moisés que celebra la liberación de Israel y la victoria del Señor sobre los enemigos de su Pueblo (15. 1-21). El relato de esta acción divina es la que da su nombre a todo el libro, ya que "éxodo" significa "salida".
La segunda parte describe el encuentro del Señor con Israel en el monte Sinaí. Después de haber manifestado su amor y su poder, Dios establece su Alianza con los israelitas y promulga su Ley por medio de Moisés. En virtud de esta Alianza, Israel pasa a ser la "propiedad exclusiva" del Señor y a constituir una nación santa, es decir, totalmente consagrada a él (19. 6).
Las narraciones del Éxodo son la epopeya nacional de Israel. En la formación de la misma, desempeñaron un papel decisivo las fiestas y celebraciones culturales. La liturgia pascual, sobre todo, rememoraba y actualizaba aquellos grandes acontecimientos del pasado, para que todas las generaciones de israelitas pudieran revivir la salida de Egipto y renovar el compromiso asumido por el Pueblo de Dios en el SINAB.
Por eso, el libro del Éxodo no es una "historia" en el sentido moderno de la palabra: es un testimonio nacido de la fe, el reconocimiento de que la existencia de Israel como nación no es obra de los hombres, sino una creación de Dios. En la redacción definitiva del Libro se emplearon elementos provenientes de la tradición "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal", además de otros textos de origen diverso.
Los grandes temas del Éxodo están presentes en toda la Biblia. A ellos se refieren los Profetas para anunciar un nuevo Éxodo ( Isa_43:18-21 ) y una nueva Alianza ( Jer_31:31-34 ) más admirables que los primeros. Y el Nuevo Testamento presenta al antiguo Éxodo como una prefiguración de la obra redentora de Cristo, la verdadera "Pascua" ( 1Co_5:7 ), que selló con su sangre "una Alianza más excelente" ( Heb_8:6 ). El Éxodo es el prototipo de todos los actos salvíficos de Dios, en especial, del Bautismo ( 1Co_10:1-4 ).

LA MISIÓN DE MOISÉS


Se calcula que después de la muerte de José, los hebreos permanecieron en Egipto unos trescientos años. Su rápido crecimiento provocó la reacción del Faraón y su propósito de exterminarlos. Por eso los persiguió y los maltrató. En medio de la opresión, los descendientes de Abraham clamaron al Señor, y el Señor se acordó de su Promesa y suscitó un Libertador. Es Moisés, que va a ocupar un lugar preponderante en el resto del Pentateuco.
Moisés asume y cumple su misión, no sin grandes dificultades. "
Él prefirió compartir los sufrimientos del Pueblo de Dios, antes que gozar los placeres efímeros del pecado, y se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible" ( Heb_11:25 , Heb_11:27 ). De ahí que se enfrentó con el Faraón para exigirle la liberación de su Pueblo. En esa lucha, el Faraón personifica los intereses mezquinos que se oponen a la libertad de los hijos de Dios. Moisés, por su parte, es el arquetipo de los que luchan por conseguir esa libertad. El dramatismo con que está presentada semejante lucha, sobre todo en el relato de las plagas, pone bien en evidencia el triunfo final de Dios..

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas