Ezequiel  27 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 36 versitos |
1 La palabra del Señor me llegó en estos términos:
2 Hijo de hombre, entona una lamentación sobre Tiro.
3 Tú le dirás a Tiro, la que tiene su trono sobre los puertos del mar y trafica con los pueblos hasta en las costas más lejanas: Así habla el Señor: Tiro, tú decías: "Yo soy una nave de perfecta hermosura".
4 Tu territorio está en el corazón del mar. Tus constructores te hicieron de una hermosura perfecta.
5 Con cipreses de Senir fabricaron para ti todo tu maderaje. Tomaron un cedro del Líbano para erigirte un mástil.
6 Con encinas de Basán hicieron tus remos. Te hicieron la cubierta de marfil incrustado en madera de pino de las costas de Quitím.
7 De lino recamado de Egipto estaba hecha tu vela, para que te sirviera de estandarte. Tu toldo era de púrpura violeta y escarlata de las costas de Elisá.
8 Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros. A bordo iban tus expertos, Tiro, ellos eran tus timoneles.
9 Tenías veteranos y expertos de Guebal, para reparar tus averías. Tenías todas las naves del mar y sus marineros, para negociar tus mercancías.
10 Hombres de Persia, de Lud y de Put servían en tu ejército como guerreros. Ellos colgaban de ti escudos y cascos y realzaban tu esplendor.
11 Hombres de Arvad, con tu ejército, defendían tus muros por todas partes, y los gamaditas, apostados en sus torres, colgaban sus escudos alrededor de tus muros, haciendo que tu hermosura fuera perfecta.
12 Tarsis comerciaba contigo por la gran abundancia de todas tus riquezas: entregaba plata, hierro, estaño y plomo a cambio de tus mercaderías.
13 Javán, Tubal y Mésec traficaban contigo: entregaban esclavos y objetos de bronce a cambio de tus mercancías.
14 La gente de Bet Togarmá entregaba caballos de tiro, caballos de montar y mulos, a cambio de tus mercaderías.
15 Los hombres de Rodas traficaban contigo; numerosas islas participaban de tu comercio: te daban como pago colmillos de marfil y madera de ébano.
16 Edom comerciaba contigo por la abundancia de tus productos: entregaba topacio, púrpura escarlata, brocados, lino fino, corales y rubíes, a cambio de tus mercaderías.
17 Incluso Judá y la tierra de Israel traficaban contigo: entregaban trigo de Minit, mijo, miel, aceite y resina, a cambio de tus mercaderías.
18 Damasco comerciaba contigo por la abundancia de tus productos, por al abundancia de todas tus riquezas: te abastecía de vino de Jelbón y de lana de Sájar.
19 Vedán; y Javán, desde Uzal, entregaban hierro forjado, casia y caña aromática, a cambio de tus mercaderías.
20 Dedán traficaba contigo abasteciéndote de monturas.
21 Arabia y todos los príncipes de Quedar participaban de tu comercio: negociaban contigo a cambio de corderos, carneros y chivos.
22 Los comerciantes de Sabá y de Raemá traficaban contigo: entregaban los mejores bálsamos, toda clase de piedras preciosas y oro, a cambio de tus mercaderías.
23 Jarán, Cané y Edén, los comerciantes de Sabá, Asur y Quilmad traficaban contigo:
24 ellos abastecían tus mercados a cambio de espléndidos vestidos, de mantos de púrpura violeta, tejidos recamados, tapices multicolores y cuerdas sólidamente trenzadas.
25 Las naves de Tarsis transportaban tus mercaderías. Te llenaste de una carga muy pesada en el corazón de los mares.
26 Tus remeros te llevaron por las aguas profundas. Pero el viento del este te destrozó en el corazón de los mares.
27 Tus riquezas, tus mercancías, tus cargamentos, tus marineros y tus timoneles, los que reparan tus averías y tus gentes de comercio, todos tus hombres de guerra y toda la tripulación que llevas contigo se hundirán en el corazón de los mares el día de tu naufragio.
28 Al oír los gritos de tus timoneles, temblarán las riberas.
29 Entonces descenderán de sus naves todos los que empuñan los remos. Los marineros y todos los timoneles del mar permanecerán en tierra.
30 Ellos harán oír su clamor a causa de ti, y gritarán amargamente. Se cubrirán la cabeza de polvo y se revolcarán en la ceniza.
31 Se raparán los cabellos por tu causa y se ceñirán un sayal. Llorarán por ti llenos de amargura, con amargos lamentos.
32 Entonarán una lamentación entre gemidos, se lamentarán por ti, diciendo: "¿Quién era igual a Tiro en medio de los mares?
33 Cuando se desembarcaban tus mercancías enriquecías a los reyes de la tierra.
34 Pero ahora estás destrozada por el mar en lo profundo de las aguas. Tus mercancías y toda tu tripulación se han hundido contigo.
35 Los habitantes de las costas lejanas están consternados por ti; a sus reyes se les erizaron los cabellos y tienen el rostro demudado.
36 Los mercaderes de los pueblos silban a causa de ti; te has convertido en un motivo de espanto y no existirás nunca más".

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Introducción a Ezequiel 


Ezequiel

En el 597 a. C., Nabucodonosor, rey de Babilonia, realizó una campaña contra Jerusalén. El rey Joaquín se rindió después de soportar un breve asedio y tuvo que pagar un pesado tributo. Como consecuencia de esta primera invasión, el reino davídico no quedó destruido, pero sí considerablemente diezmado. En efecto, con el fin de reafirmar su soberanía sobre Judá, Nabucodonosor destituyó a Joaquín y lo llevó cautivo a Babilonia con varios miles de deportados, entronizando en su lugar a Sedecías (17. 12-14; 2Ki_24:8-17 ). Entre las víctimas de aquella primera deportación se encontraba un sacerdote de Jerusalén, llamado EZEQUIEL, nombre que significa "Dios es fuerte", o bien, "Que Dios fortalezca". El lugar de su destierro fue una colonia de exiliados instalada en Tel Aviv, población situada junto al río Quebar, en las cercanías de Babilonia. Allí vivía acompañado de su esposa, cuando tuvo la deslumbrante visión que lo convirtió en profeta del Señor. A partir de ese momento, ejerció su actividad profética a lo largo de más de veinte años, entre el 593 y el 571 a. C.
La pertenencia de Ezequiel a la clase sacerdotal dejó una huella profunda en su mensaje. Así lo manifiestan su interés por las instituciones cultuales, su preocupación por separar lo sagrado de lo profano ( 2Ki_45:1-6 ; 2Ki_48:9-14 ), su horror por las impurezas legales ( 2Ki_4:14 ; 2Ki_44:6-8 ) y su competencia para resolver casos de moral y derecho, función esta específica de los sacerdotes ( 2Ki_20:1 ). Pero su máxima preocupación es el Templo, ya sea el Templo presente, contaminado por toda suerte de ritos idólatras ( 2Ki_8:1-18 ), ya sea el Santuario de la nueva Jerusalén, donde la Gloria del Señor habitará para siempre ( 2Ki_43:1-9 ) y cuyo diseño él describe minuciosamente (caps. 40-48). El pensamiento y el estilo de Ezequiel están hondamente arraigados en la tradición sacerdotal, así como los de su contemporáneo Jeremías reflejan cierta influencia de la corriente "deuteronomista".
Sin embargo, Ezequiel fue ante todo un profeta. El Señor lo estableció como "un presagio para el pueblo de Israel" ( 2Ki_12:6 ; 2Ki_24:24 ), y él puso en evidencia ante los exiliados en Babilonia que había "un profeta en medio de ellos" ( 2Ki_2:5 ; 2Ki_33:33 ). Su función fue semejante a la del "centinela", encargado de dar el grito de alerta ante la inminencia del peligro y, al mismo tiempo, responsable de aquellos que se perdían por no haber sido alertados oportunamente ( 2Ki_3:16-21 ).
A través de sus escritos, Ezequiel se manifiesta como una personalidad sumamente desconcertante. El lector queda desorientado ante sus sorprendentes acciones simbólicas ( 2Ki_4:1-3 ; 2Ki_5:1-4 ; 2Ki_12:1-20 ), ante sus posturas extravagantes ( 2Ki_4:4-8 ) y sus transportes extáticos ( 2Ki_11:1-13 ; 2Ki_37:1-14 ; 2Ki_40:1-4 ). Estos mismos elementos ya habían aparecido en otros profetas anteriores a él. Pero mientras que Oseas, Isaías o Jeremías se valen de ellos con cierta discreción, Ezequiel parece complacerse en emplearlos hasta resultar chocante. Por ese modo de proceder, se lo ha tachado de "excéntrico" e incluso se ha pensado que padecía de ciertas perturbaciones síquicas. Lo cierto es que poseía un genio excepcionalmente sensible e imaginativo, a la vez que complejo y paradójico. Era un "visionario" en el mejor sentido del término. Pero eso no le impedía expresarse a veces con la fría precisión de un jurista y la sutileza de un casuista o bien detenerse minuciosamente en la seca enumeración de detalles arquitectónicos.
El libro de Ezequiel aparece a primera vista como un conjunto sólidamente estructurado. Después de la introducción dedicada a relatar la vocación del profeta (1. 4-3. 21), siguen cuatro partes que tratan temas bien definidos. Dentro de este plan lógico, es fácil descubrir algunas repeticiones, interrupciones bruscas y ampliaciones, debidas en gran parte al trabajo redaccional de los discípulos del profeta, que dieron al Libro su forma definitiva.
Los grandes temas de Ezequiel han encontrado un profundo eco en el Nuevo Testamento, sobre todo en el Evangelio según san Juan. La Morada definitiva de Dios entre los hombres, anunciada por Ezequiel (37. 27), es Jesucristo ( Joh_1:14 ). Él es también el Buen Pastor que congrega a su Pueblo ( Joh_34:11-16 ; Joh_10:11-16 ), lo hace renacer por el agua y el Espíritu ( Joh_36:25-27 ; Joh_3:5 ) y le da la Vida ( Joh_37:1-14 ; Joh_11:25-26 ). Las visiones de Ezequiel son asimismo el punto de partida de casi todas las imágenes con que el Apocalipsis describe la Nueva Jerusalén, cuyo Templo "es el Señor Dios todopoderoso y el Cordero" ( Rev_21:22 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Ezequiel  27,1-36

6. "Quitím" designa aquí no sólo a los habitantes de Chipre, sino también a las islas y costas del Mediterráneo oriental.

7. "Elisá" era el nombre de la costa oriental de Chipre ( Gen_10:4).

8. "Arvad" estaba situada al norte de Sidón, sobre una isla.

9. "Guebal" era otro puerto cercano a Tiro, llamado Biblos por los griegos.

10. "Lud y Put" eran regiones del noreste de Africa.

11-25. Este fragmento en prosa es un documento sumamente valioso para conocer las condiciones del comercio internacional en el siglo VI, sobre todo en la región fenicia.

13. "Javán" era la Jonia de los griegos, en la costa oriental de Asia Menor. "Tubal" y "Mésec" son dos regiones al sur del Cáucaso.

14. Según 38. 6, "Bet Togarmá" se encontraba en los "confines del norte", probablemente en Armenia.

17. "Minit" era una ciudad de Amón.

18. "Jelbón" era una ciudad asiria, al noroeste de Damasco.

19-22. Casi todos los nombres aquí mencionados designan tribus o regiones de Arabia.

20. "Dedán" estaba probablemente en Arabia, junto al Mar Rojo.

23. Todas estas ciudades, a excepción de Sabá, se encontraban en la región del Tigris y del Éufrates.