Oseas  1 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 9 versitos |
1 Palabra del Señor que fue dirigida a Oseas, hijo de Beerí, en tiempos de Ozías, de Jotam, de Ajaz y de Ezequías, reyes de Judá, y en tiempos de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.
2 Comienzo de lo que habló el Señor por medio de Oseas. El Señor le dijo: "Ve, toma por esposa a una mujer entregada a la prostitución, y engendra hijos de prostitución, porque el país no hace más que prostituirse, apartándose del Señor".
3 El fue y tomó por esposa a Gómer, hija de Diblaim; ella concibió y le dio un hijo.
4 Entonces el Señor dijo a Oseas: "Llámalo Izreel, porque dentro de poco tiempo pediré cuenta a la casa de Jehú por la sangre derramada en Izreel, y pondré fin al reinado de la casa de Israel.
5 Aquel día, yo quebraré el arco de Israel en el valle de Izreel".
6 Ella concibió otra vez y dio a luz una hija. El Señor dijo a Oseas: "Llámala "No compadecida", porque ya no volveré a compadecerme de la casa de Israel, sino que les retiraré mi compasión.
7 Pero me compadeceré de la casa de Judá, y los salvaré por medio del arco, ni de la espada, ni de las armas de guerra, ni tampoco por medio de caballos y jinetes".
8 Después que dejó de amamantar a "No compadecida", Gómer concibió y dio a luz un hijo.
9 Entonces el Señor dijo: "Llámalo "No es mi pueblo", porque ustedes no son mi pueblo, ni yo seré para ustedes "El que es"".

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Introducción a Oseas 


Oseas

Aunque su Libro ocupa el primer lugar en la colección de los doce Profetas llamados "menores", OSEAS comenzó a ejercer la actividad profética unos años después que Amós. Como este último, y a diferencia de Isaías, su gran contemporáneo de Jerusalén, Oseas predicó en el reino del Norte, a quien él llama "Israel", "Jacob" y más frecuentemente "Efraím". Su época fue un período de abierta decadencia. Después del largo y próspero reinado de Jeroboám II (787-747), el país se hundió en la anarquía. En quince años, cuatro reyes murieron asesinados. La realeza, dominada por las intrigas de los jefes militares, se debatía en medio de crisis constantes, provocadas por la incontenible expansión de Asiria, que conquistaba territorios, sometía a los pueblos, les imponía pesados tributos y les exigía una sumisión incondicional. En el libro de Oseas hay numerosas alusiones a este período turbulento, pero ningún indicio seguro nos permite saber si el profeta llegó a ver la caída de Samaría en el 722-721 a. C.
Todo el mensaje de Oseas tiene como tema principal el amor del Señor despreciado por su Pueblo. Su dramática experiencia conyugal le hizo penetrar en los secretos del corazón de Dios, que ama a Israel como un padre a su hijo y un esposo a su esposa. Él es el primero entre los profetas que describe la relación entre el Señor e Israel en términos de unión matrimonial. El Dios de Oseas es un Dios apasionado, que se expresa con el lenguaje del amor: él manifiesta su ternura, sus celos, su ardiente deseo de ser correspondido y su violenta indignación al verse traicionado. Pero esa ternura no es un signo de debilidad. Es la fuerza de Dios, capaz de transformar al hombre y de hacer desaparecer en él hasta el recuerdo del pecado. Por eso su última palabra no es de rechazo y de condenación, sino que anuncia en términos de "alianza" una maravillosa restauración, que tendrá dimensiones cósmicas (2. 20-22).
El texto hebreo de este Libro no está muy bien conservado y muchos pasajes del mismo resultan poco inteligibles. De ahí que la traducción sea con frecuencia conjetural. Como casi todos los libros proféticos, también el de Oseas fue escrito en parte por el mismo profeta y en parte por sus discípulos. Además, numerosos pasajes parecen ser más bien un resumen que una reproducción exacta de su predicación oral. Las frases breves y la expresión extremadamente concisa, que dan tanta fuerza y belleza al estilo de este profeta, lo hacen a veces oscuro y difícil.
El mensaje de Oseas ha dejado huellas profundas en el Antiguo Testamento. A partir de él, el simbolismo conyugal se hizo clásico en los escritos proféticos. El Nuevo Testamento, por su parte, cita pasajes de Oseas o se inspira en ellos no menos de quince veces. De una manera especial, san Pablo y el Apocalipsis aplican a la unión de Cristo con la Iglesia el símbolo del matrimonio de Dios con su Pueblo ( 2Co_11:2 ; Eph_5:25-33 ; Rev_19:7 ; Rev_21:2 ; Rev_22:17 ). Y san Juan llevará a su plenitud la revelación inaugurada por Oseas, al afirmar que "Dios es Amor" ( 1Jo_4:8 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Oseas  1,1-11

2. Ver nota 1Re_11:30. "Una mujer entregada a la prostitución": como Oseas llama "prostitución" a la idolatría, es muy probable que esta expresión tenga aquí un significado metafórico. La esposa de Oseas no sería entonces una mujer de mala vida, ni tampoco dedicada a la prostitución sagrada en algún santuario, sino una israelita devota de Baal, el dios cananeo de la vegetación y la fertilidad.

4. En "Izreel", ciudad situada en la llanura del mismo nombre, entre Galilea y Samaría, Jehú había hecho masacrar a toda la familia de Ajab ( 2Re_9:30-37; 2Re_10:11).

5. El "arco" es símbolo del poderío militar.

9. "El que es": esta es una clara alusión al nombre con que el Señor se reveló a Moisés en el Sinaí. Ver nota Exo_3:13-15.